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El Vino y las Letras

(Disfrutemos la armonía de leer y catar)

Myriam Narváez

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(Médico Nutrióloga Clínica y Sommelier – Ecuador)

"… El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría, caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto. Oh tú, jarra de vino, en el desierto con la sabrosa que amo, dijo el viejo poeta. Que el cántaro de vino al beso del amor sume su beso." Pablo Neruda

No son pocos los grandes escritores de la literatura universal que sin importar épocas ni género nos hablaron del vino en sus obras. Así, en la introducción de este artículo, cito la obra de Pablo Neruda quien, además de ver en el vino el poder de romper barreras, la magia de la vida y la alegría de vivirla, encontró en la copa de vino una fuente de inspiración para describir de forma única, artística y emocionante a su musa amada.

La Biblia nos relata muchos pasajes que se desarrollan alrededor de una bebida espirituosa, tal vez los más conocidos son los relatos de la borrachera de Noé (Génesis 9:24), el milagro de las bodas de Caná (Juan 2:1-11) y la consagración de la última Cena (Mateo 26:26-28); entre otros, dentro de la obra literaria que la sustenta.

“El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas” (P. Neruda)

Desde “Edipo Rey” a “La Divina Comedia”, pasando por el “Lazarillo de Tormes” y “La Metamorfosis” de Kafka, encontramos pasajes que hacen referencia al vino. Miguel Ángel Muro, catedrático español, en su conferencia magistral “Los Secretos de la Literatura y el Vino”, nos lleva a descubrir de una manera casi infidente aquellas citas escondidas en los clásicos literarios. Él hace gala de una extensa lectura, relata cómo, en secreto, los autores cuentan en sus obras detalles tan puntuales, que pasarían desapercibidos de no ser lectores que al mismo tiempo tienen pasión por el vino.

Les invito a descubrir las fases de una cata de vino: color, aroma y sabor, contenidas en obras famosas.

“El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza” (José Ortega y Gasset)

El COLOR, el mismo Neruda empieza su Oda al vino con los versos: “Vino color de día, vino color de noche, vino con pies de púrpura o sangre de topacio…”.

Para hablar del AROMA, citemos, el verso: “Un olor de vino y ámbar viene por los corredores”, escrito por Federico García Lorca en el poema “Muerto de amor”, de su Romancero Gitano.

El SABOR está descrito en “El Brindis”, de José Ángel Buesa: “Al beber, gota a gota, los pétalos flotantes, me rozarán los labios, como labios de amante; y en su llama o su nieve de idéntico destino, serán como fantasmas de besos en el vino…”

Así, la influencia del vino en las letras se ve impregnado en la obra de “El Siglo de Oro” de la literatura, donde Cervantes cita el vino en el Quijote en más de 40 pasajes. Algunos de los autores, que son parte de esta época referente en la literatura universal, defienden al vino con pasión y otros lo atacan con suma discreción.

¿Pero, cuál será el poder del vino que hizo poeta al científico?, basta leer a Galileo Galilei cuando dice: “…el universo entero está contenido en un vaso de vino…” haciendo referencia a la conjunción de luz, agua y sol, que con alquimia convierten la uva en una copa de vino.

Armonización perfecta entre las letras y el vino

• Cervantes nos dejó esta frase: “Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale”.

• Shakespeare con el complejo vino de Jerez nos confiesa su gusto con esta frase: “El jerez limpia el cerebro, calienta la sangre y da valor al corazón”.

• Lord Byron nos deja esta apreciación: “El vino consuela a los tristes, rejuvenece a los viejos, inspira a los jóvenes y alivia a los deprimidos del peso de sus preocupaciones”.

• Hemingway, al contrario de lo que nos haría pensar su pasión por los toros, su obra se lee bien con sus favoritos vinos rosados, trasladándonos a uno de sus destinos predilectos, las playas de Cabo Blanco y Peña Negra en el norte peruano.

“El vino es la cosa más civilizada del mundo” (Ernest Hemingway)

“¿Qué hay mejor que sentarse al final del día y beber vino con amigos, o un sustituto de amigos?” (James Joyce)

Y si de obras hablamos, muchas son las recomendaciones que se pueden dar, pero como el vino no solo nos acompaña desde el paladar les recomiendo títulos que nos hablan del vino desde su interior, y así, con su lectura, una copa de nuestro vino favorito siempre armonizará a la perfección, ya que la combinación del placer de leer un libro y catar un vino, siempre estará acompañado de la subjetividad que nos dará un gran abanico de posibilidades

• La Bodega. Noah Gordon, nos traslada a Lanquedoc, Francia, a finales del siglo XIX. Narra la historia de un joven viticultor que debido a la inestabilidad de su país -España- a causa de las guerras Carlistas y el asesinato del general Prim, emigra a la región de Lanquedoc. Para leer está historia recomiendo la compañía de un vino tinto joven, francés o español, que nos lleve al entorno de la travesía de su protagonista.

• Un viñedo en la Toscana. Ferenc Maté escribió un relato divertido que nos cuenta las aventuras de dos amigos de New York que luchan por su sueño de crear uno de los mejores vinos del mundo en la Toscana. Un buen vino italiano, como un Chianti, será el mejor compañero de lectura de esta historia.

• La Cata. De Roald Dahl. Como nos sugiere su título, es una obra que nos invita a catar diferentes vinos mientras la leemos. Será una experiencia agradable que nos permitirá sentirnos parte de la trama de esta novela.

Sin duda, la armonización entre la literatura y el vino es la mejor oportunidad para disfrutar, en forma simultánea, de un buen libro con nuestro vino favorito. Salud.

“El lenguaje es vino en los labios” (Virginia Woolf)

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