LA LANZA ⎪ POEMAS
Clave de sol Por: Neopoeta en Viejo York
Neopoeta en Viejo York Córdoba, 2002. Kamel, ha pasado los diez últimos años de su vida estudiando la educación obligatoria en el grandísimo y perfecto (ironíese la notoría) sistema educativo español -y dos años que todavía le quedan, aunque ya no obligados por el Windows-. Parece ser que después de enloquecer con Alegríace (de amor y odio y aburrimiento y admiración), dejarse crecer una barba de letras de 2000 y pico páginas del que sale en Amanece que no es poco, inyectarse Lorca en vena, perder la noción del tiempo con Borges y fotografiar en el alma a Juan Rulfo, al fin consigue que sus escritos sean leídos por alguien. ¡Bendito poeta Miguel, que le tolera en su librería! ¡Bendito Tomás que es Sócrates
Clave de sol Por: Neopoeta en Viejo York A W.H.G. Clave de sol. Mi sueño, mi verdadero sueño. Mi más preciado y respetado sueño. Solo. Solo. Solo poder practicar, solo, tan, tan solo poder. La mayor ofensa de unos padres es serlo, y sí, serlo así, así. Silencio jamás: fácilmente imitan esos niños un autista Pierrot Lunaire, porque son autistas, sí, la más grande pandilla de abortos no hechos a tiempo. Clave de só, só, só caballo. Eso gritan. Seguro que la madre los deja montarse unos a otros, así aprenden el oficio. Clac. Claqué. Bailaría yo así sobre sus tumbas, sus tumbitas pequeñas, hechas a medida, sin barnizar y de planchas en una fosa común de ratas, porque la puta de su madre jamás ha abierto suficientes braguetas como para garantizarles a sus hijos una plaza en el camposanto y a la vez pagarse todos sus vicios. Clave de sol. Respira. Eso es. Fluir, armonía. Espalda y piernas rectas. Un nuevo mundo. Escúchalas, esas sí, aunque mamá, ay mamá, ella nunca las quiso escuchar. Quería que yo activase su escucha, pero no quería escucharme. ¿Y entonces para qué, puta vieja? Veinticinco años de mi vida en esto. Mereciste el cáncer. Paz, paz y tranquilidad. Paz sobre la tumba de esa bruja.
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