columna
RECOMENDACIONES Por Hugo Burel Un libro: Redención de Gonzalo Cammarota
o la griega con Petros Márkaris. Por supuesto que Uruguay no está ajeno al fenómeno de la novela negra y cuenta con varios autores -algunos muy jóvenes- que se han animado a incursionar en el género. Uno de ellos, con tres novelas publicadas es Gonzalo Cammarota, que además de escribir es un conocido comunicador que se ha destacado en la radio y la televisión. Desde que en 2014 publicó “En carnaval todo se sabe”, Cammarota ha dado vida a una pareja de policías investigadores integrada por Francisco Perrone y Julio Hermida, que funcionan en un contrapunto permanente de actitudes y pensamientos para llevar adelante sus pesquisas. En 2015, con “¿Por qué mataron a Jonathan Núñez?” Cammarota repitió la fórmula, trasladando la trama del escenario carnavalero al futbolístico. En 2016, continuando el proyecto con los desvelos de la pareja que indaga en tramas muy uruguayas y montevideanas, Cammarota publicó “Redención”, novela que empieza con una serie de crímenes cuyas víctimas son militares, hijos de otros militares, comprometidos durante la dictadura en actos de tortura y violencia. La prosa de Cammarota, directa y no excenta de irónicas referencias a la actualidad, desarrolla la historia de una nueva investigación y reafirma la carnadura muy nuestra y reconocible de Perrone, un indudable personaje de serie negra en el que conviven miserias y grandezas por igual. Obsesionado por su trabajo y en conflicto permanente con sus propios demonios, se interna en una compleja trama de negocios ilegales, ajustes de cuentas, secretos guardados con celo y siniestros intereses para ir desenredando la madeja y encontrar la verdad detrás de las apariencias. Como todo héroe de una novela negra que se precie, Perrone aspira a reordenar el caos y resolver, al menos en la trama de la novela, todo eso que en la realidad no es posible.
Desde hace unas décadas un fantasma recorre el mundo: el auge editorial de la novela negra, género que en su origen norteamericano surgido en plena Gran Depresión iniciada en 1929, gozó de mala fama y de olímpica indiferencia por parte de la academia. Pero gracias a autores de excepcional calidad como Hammett, Chandler, Cain o Burnett, por citar los iniciadores del género, la novela negra se convirtió rápidamente en un suceso popular y el relato policíaco se reinventó a partir del cambio que significó sacar el asesinato de la biblioteca de una mansión de la campiña inglesa y ubicarlo en un sórdido callejón de Chicago. Fueron los franceses que le dieron el mote de “negra” a ese tipo de novela -y por extensión a las películas inspiradas en ésta- y a su vez también aportaron títulos y autores que enriquecieron el acervo de historias caracterizadas por describir las miserias y conflictos de la sociedad en donde sus tramas discurrían.
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Hoy, el mercado editorial se nutre de novela negra producida en distintos ambientes y países, desde la variedad nórdica cuyo mayor representante ha sido Henning Mankell a la italiana con Andrea Camilieri
Ambientes reconocibles y una atmósfera montevideana que aspira a competir con la de las ciudades que mejor representan al género, hacen de “Redención” una novela eficaz y entretenida que se aprovecha de eso que los noticieros de la televisión difunden sin mayor reflexión y lo convierte en buena literatura de crimen. El pulso narrativo de Cammarota sostiene con solvencia e interés una historia compleja, reflejo de la realidad que vivimos. Redención, Gonzalo Cammarota, Sudamericana, 2016, 363 p.