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Tributación y desarrollo sustentable, hacia un desarrollo que nos permita sobrevivir
IEE Plantel Ciudad de México
TRIBUTACIÓN Y DESARROLLO SUSTENTABLE, HACIA UN DESARROLLO QUE NOS PERMITA SOBREVIVIR
Fuente: Google
El tema del desarrollo en México un tema apremiante como necesario para la sociedad en que vivimos. En un país de más de sesenta millones de pobres de entre los casi ciento treinta millones de mexicanos, buscar alterna�vas para lograr un desarrollo óp�mo que permee a la mayor parte de la población es indispensable y apremiante a la vez. El Estado como conductor de la economía nacional es quien debe, a través de sus dis�ntos instrumentos de polí�ca pública, impulsar el desarrollo del país y social de sus habitantes.
La idea del desarrollo ha sido tratada y discu�da con mayor empuje a par�r de la segunda posguerra por teóricos del pensamiento económico y otras ciencias, a saber, se han propuesto diversas teorías sobre la idea del desarrollo que pretenden, desde dis�ntas miradas crí�cas, dar una explicación del porqué algunos países crecen más que otros y como pueden los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, alcanzar el desarrollo económico de los países centrales o desarrollados. Dentro de las corrientes del pensamiento crí�co que tratan de explicar el tema del desarrollo se encuentran: la teoría decolonial, la teoría desarrollista de la Comisión Económica para América La�na y el Caribe (CEPAL), la teoría de la dependencia, la idea sobre el desarrollo ecológico o sustentable, las concepciones sobre desarrollo humano y desarrollo sostenible y finalmente la discusión sobre decrecimiento económico, estado estacionario y posdesarrollo. Se hará énfasis en el presente escrito al desarrollo sustentable y cómo puede la tributación, a través de sus dis�ntos instrumentos de polí�ca fiscal, impactar en una economía verde que promueva un desarrollo ecológico con vistas hacia un futuro dentro del cual, el consumo de los recursos naturales es cada día más depredador y voraz.
En su libro Los límites del crecimiento, Donella Meadows, junto con otros autores, exponen que la huella ecológica es aquel término con el que se hace referencia a la relación entre el consumo de bienes que la humanidad requiere y la capacidad del planeta para proveer dichos bienes. Para los autores “desde 1980 las personas han consumido una can�dad mayor de recursos cada año de aquella que el planeta puede reponer en ese mismo año” (Meadows, Meadows, & Randers, 2004).
IEE Plantel Ciudad de México Texto: Dr. Jorge Abel Aguilar Pájaro
Las consecuencias de estos excesos de consumismo confrontan a la humanidad con un daño que será imposible rever�r en cientos o miles de años y que puede ser catastrófico si se sigue con este nivel de consumo depredador, toda vez que el crecimiento exponencial ha sido el comportamiento dominante de la humanidad desde la Revolución Industrial, así, “los gobiernos ven el crecimiento como el remedio a todos los problemas. En los países ricos, el crecimiento se ve necesario para incrementar el empleo, la movilidad y el avance técnico. En el mundo de los pobres, el crecimiento se ve como la única vía de escape a la pobreza… los gobiernos y las corporaciones hacen todo lo posible para producir más y más crecimiento sin límites” (Meadows, Meadows, & Randers, 2004).
El detalle es que es cierto, el crecimiento puede resolver algunos problemas, pero crea otros, el cual de los mayores males es un crecimiento sin límites en un mundo con recursos finitos. Bajo la misma tesitura, en 1987, la Asamblea General de Naciones Unidas, desarrolló un informe sobre el medio ambiente y el desarrollo, en él la ONU hace referencia al hecho de que “está en manos de la humanidad hacer que el desarrollo sea sostenible, duradero, o sea, asegurar que sa�sfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para sa�sfacer las propias” (ONU, 1987). Para Naciones Unidas, el desarrollo duradero o sustentable encierra dos conceptos fundamentales, el de las necesidades de las personas y el de la capacidad del medio ambiente para sa�sfacer dichas necesidades, tanto de las actuales generaciones como futuras.
El crecimiento demográfico exponencial, el incremento del calentamiento del planeta, el capitalismo depredador de recursos naturales en un mundo de recursos finitos, son problemas que ponen nuevamente en la mesa de debate, la búsqueda de alterna�vas de desarrollo que le permitan a la humanidad sa�sfacer sus necesidades sin comprometer la vida del planeta y a las generaciones futuras.
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“En 1950, cinco años después de la fundación de las Naciones Unidas, se es�maba que la población mundial era de 2.600 millones de personas. Se alcanzaron los 5.000 millones en 1987 y, en 1999, los 6.000 millones.
En octubre de 2011, se es�maba que la población mundial era de 7.000 millones de personas; se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 7.700 millones actuales a los 9.700 millones en 2050, pudiendo llegar a un pico de cerca de 11.000 millones para 2100” (ONU, 2019).
De igual manera, sobre el cambio climá�co refiere la ONU que “los gases de efecto invernadero (GEI) se producen de manera natural y son esenciales para la supervivencia de los seres humanos y de millones de otros seres vivos ya que, al impedir que parte del calor del sol se propague hacia el espacio, hacen la Tierra habitable. Pero después de más de un siglo y medio de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala, las can�dades de gases de efecto invernadero en la atmósfera se han incrementado en niveles nunca antes vistos en tres millones de años. A medida que la población, las economías y el nivel de vida crecen, también lo hace el nivel acumulado de emisiones de ese �po de gases” (ONU, 2019).
El desarrollo sustentable, entendido como aquel desarrollo que no compromete a las generaciones futuras ni al planeta, es una opción viable para con�nuar creciendo sin atentar contra la vida de la �erra misma, “la acumulación de la contaminación podría, bajo ciertos supuestos, engendrar la primera crisis ecológica seria” (Georgescu-Roegen, 1975), a su vez, “la crisis ambiental nos llama a repensar nuestro mundo y la condición humana” (Leff, 2006); es necesario un cambio en el paradigma de desarrollo presente. En la actualidad con el incremento del calentamiento global, los desastres naturales, el alto crecimiento poblacional, hablar sobre desarrollo sustentable y economía verde, es de vital importancia para la con�nuidad de un crecimiento que le permita a la humanidad sobrevivir, así “los límites �sicos al crecimiento son los límites de la habilidad del planeta para proveer materiales y energía (recursos) y la habilidad del mismo planeta para absorber su contaminación y el desperdicio” (Meadows, Meadows, & Randers, 2004).
Texto: Dr. Jorge Abel Aguilar Pájaro IEE Plantel Ciudad de México
En el caso de México, el Estado puede, mediante sus polí�cas públicas, promover como conductor de la economía nacional, un desarrollo sustentable basado en la idea de la conciencia con el medio ambiente y el planeta, así, es la polí�ca fiscal un instrumento de la polí�ca económica del Estado para lograr el ideal desarrollista antes referido.
La polí�ca fiscal contempla todos los instrumentos jurídicos y económicos que implementa el Estado para obtener los recursos financieros que le permitan sufragar el gasto público y con ello lograr el desarrollo en el país, refiere el economista Rafael Alberto Castellot Rafful que: “se produce un cambio en la polí�ca fiscal, cuando el Estado cambia sus programas de gasto o cuando altera sus �pos imposi�vos” (Rafful, 2015). La polí�ca fiscal puede ser implementada por el Estado ya sea con fines fiscales o fines extrafiscales, a saber, los fines fiscales son el recaudar los ingresos tributarios para la función pública; a su vez, fines extrafiscales pueden exis�r tantos como la mente del legislador y el Ejecu�vo así lo requieran, sobre la finalidad extrafiscal del tributo la Suprema Corte de Jus�cia de la Nación se pronunció al respecto al señalar en una jurisprudencia plenaria que:
“Además del propósito recaudatorio que para sufragar el gasto público de la Federación, Estados y Municipios �enen las contribuciones, estas pueden servir accesoriamente como instrumentos eficaces de la polí�ca financiera, económica y social que el Estado tenga interés en impulsar, orientando, encauzando, alentando o desalentando ciertas ac�vidades o usos sociales, según sean considerados ú�les o no, para el desarrollo armónico del país, mientras no se violen los principios cons�tucionales rectores de los tributos” (SCJN, 1991).
El impuesto al ser un instrumento de polí�ca fiscal, puede, basado en una polí�ca fiscal con fines extrafiscales, buscar lograr el desarrollo sustentable que la sociedad necesita para seguir creciendo sin atentar con el bienestar del planeta y el futuro de las generaciones venideras, así, todo impuesto �ene una doble función: una función de inhibición y otra de fomento. Se inhiben ciertas conductas cuando el Estado eleva en algunas ac�vidades o bienes sus tasas y tarifas imposi�vas (altos impuestos al alcohol y al cigarro) y se fomentan ciertas conductas de los ciudadanos al bajar la tasas y tarifas tributarias (exportaciones o empleo a adultos mayores y discapacitados). Referido lo anterior, para lograr un desarrollo sustentable que nos permita seguir creciendo en un mundo de recursos escasos, la polí�ca fiscal puede promover la implementación de impuestos verdes o impuestos ambientales, así, “con el establecimiento de ecotasas, parece más razonable gravar aquellas cosas que queremos reducir (el agotamiento y la contaminación)” (Daly, 1991).
Sobre los impuestos verdes refiere Vargas Ramos que “el establecimiento de contribuciones ambientales �ene trascendencia respecto de la jus�cia, dado que por un lado, si se trata de una imposición tributaria para remediar el daño ambiental causado, con independencia de la determinación del sujeto y la causa provocadora del daño, dicho daño ambiental proviene de una serie de actos pretéritos cuyo estado actual no necesariamente se le puede imputar al referido sujeto, premisa que resulta más compleja al pretender la imposición de la prevención del daño ambiental, ya que la contribución se traduciría en un pago presente, para garan�zar un bienestar futuro” (Vargas, 2014).
En México el fundamento legal de la imposición ecológica se encuentra contemplado en la Cons�tución Polí�ca de los Estados Unidos Mexicanos en su ar�culo 31, fracción lV, además del ar�culo cuarto, a saber, el primero de ellos hace referencia a la obligación de los mexicanos de contribuir con una parte de sus rentas al gasto público, el segundo contempla el derecho humano que �enen las personas a disfrutar de un medio ambiente sano; de igual manera, la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente, refiere en su ar�culo 15, fracción IV, en materia de polí�ca ambiental que:
“IV.- Quien realice obras o ac�vidades que afecten o puedan afectar el ambiente, está obligado a prevenir, minimizar o reparar los daños que cause, así como a asumir los costos que dicha afectación implique. Asimismo, debe incen�varse a quien proteja el ambiente, promueva o realice acciones de mi�gación y adaptación a los efectos del cambio climá�co y aproveche de manera sustentable los recursos naturales” (Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente, 2019).
IEE Plantel Ciudad de México Texto: Dr. Jorge Abel Aguilar Pájaro
Actualmente en México no existe una imposición ecológica o impuesto ambiental, este �po de carga extrafiscal bien podría ser contemplada ya sea en la Ley del Impuesto Sobre la Renta como un incen�vo tributario des�nado a aquellas personas, ya sean �sicas o morales, que contribuyan a generar un medio ambiente sano, o bien, como una carga económica en la Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, al tasar aquellas ac�vidades que tengan un impacto nocivo para el medio ambiente.
En el contexto actual, el desarrollo sustentable se vuelve una alterna�va de desarrollo económico viable para seguir creciendo sin deteriorar más el medio ambiente. Con�nuar con un capitalismo depredador en un mundo de recursos finitos no es una opción favorable para la supervivencia de la humanidad. El Estado al ser el conductor de la economía nacional como lo mandata el ar�culo 25 cons�tucional, puede a través de la polí�ca fiscal, promover un crecimiento económico sustentable que no transgreda los recursos de las generaciones futuras. Un claro ejemplo de la falta de conciencia en materia ambiental que se �ene en el país es el de la empresa más importante o bien la de mayor relevancia a nivel nacional, Petróleos Mexicanos, a saber, la empresa petrolera mexicana se ubica hoy día en la novena posición de las veinte empresas con más de un tercio del total de emisiones de carbono a nivel mundial (Heede, 2017).
A manera de conclusiones, la polí�ca fiscal como un instrumento de la polí�ca económica del Estado, puede, con base en fines extrafiscales, impulsar el crecimiento económico a través de la promoción de un desarrollo sustentable que sea consciente con el medio ambiente y el planeta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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El contenido editorial de cada ar�culo publicado en este medio no cons�tuye una consulta par�cular y por lo tanto, Bole�n Fiscal IEE, su equipo editorial y sus autores, no asumen responsabilidad alguna de la interpretación o aplicación que el lector o des�natario le pueda dar.
Dr. Jorge Abel Aguilar Pájaro
Egresado del IEE
Licenciado en Contaduría y Licenciado en Derecho egresado de la Universidad Cien�fica La�no Americana de Hidalgo, especialista y maestro en Derecho Fiscal egresado del Ins�tuto Tecnológico La�no Americano y Doctor en Ciencias de lo Fiscal egresado del Ins�tuto de Especialización para Ejecu�vos, actualmente inves�gador en el Doctorado en Economía Polí�ca para el Desarrollo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.