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Soft Secrets
El uso de una pequeña bomba de circulación tiene además la ventaja de aportar una gran cantidad de oxígeno al agua del depósito. El oxígeno tiene una beneficiosa influencia en el desarrollo de las raíces, y por lo tanto, en el desarrollo de toda la planta. Más aún, no puede existir vida bacteriana en el suelo sin el concurso de agua rica en oxígeno. Esta garantiza que la población de bacterias benéficas se desarrolle de forma óptima, haciendo los nutrientes mucho más accesibles para la planta. Para los más obsesionados en crear las mejores condiciones para el crecimiento de la planta de marihuana, se puede incluso utilizar un tercer instrumento para que las plantas se sientan lo mejor posible. Me refiero a un aparato calentador con regulador de temperatura incorporado, que se emplea para calentar ligeramente el agua de alimentación, llevándola a su temperatura óptima. Es un hecho comprobado que la absorción de nutrientes líquidos por parte de la planta progresa mucho más fácilmente cuando se encuentran en agua ligeramente calentada. El sistema de raíces se desarrolla más deprisa y absorbe más agua. La temperatura ideal del agua está en torno a los 21ºC. La gran ventaja de darles a nuestras plantas agua calentada es que –especialmente durante los meses fríos- , se les proporciona una suerte de apoyo extra. A menudo, son las plantas más mimadas las que mejores recompensas proporcionan a sus cultivadores. Pero antes de enchufar directamente el aparato calentador, debemos tener en cuenta que un cacharro así puede consumir una enorme cantidad de energía.
Perforamos un agujero justo debajo del borde del depósito. Por ahí irán los cables hasta las bombas, sin tener que levantar la tapa.
La manguera rígida (negra) transcurre a través del lado del depósito hasta la megamaceta.
Las pequeñas manqueras que llegan a las boquillas de riego se enganchan a la manguera rígida con presillas especiales.
será tanto mayor cuanto más tiempo esté encendida la bomba.
empezar a programar la bomba para riegos de quince minutos. Hasta ese momento, lo único que podemos hacer es tener el sistema de riego preparado y en su sitio, para ponerlo en marcha en cuanto la planta esté lista para ello.
algunos nutrientes, además de favorecer el crecimiento de algas, lo que también debemos evitar a toda costa.
Como no queremos que nuestro sustrato esté todo el día húmedo con el agua de alimentación, debemos utilizar la bomba de inmersión con un horario concreto. Para ello, lo mejor es utilizar las primeras horas de la mañana, así la planta tendrá tiempo suficiente para apagar su sed antes de que empiecen a caer sobre ella los primeros rayos del sol. Y además, regar por la mañana temprano reduce la evaporación del agua por los rayos del sol. Yo suelo programar el riego para unos 15 minutos, empezando hacia las siete de la mañana. He comprobado que 15 minutos
Aquí se ve claramente cómo queda finalmente un sistema de riego profesional totalmente montado.
La solución es conectar un temporizador, de modo que el calentamiento sólo se produzca durante las dos horas anteriores al uso del agua. Con eso bastará para que el agua tenga una buena temperatura al utilizarse, y además se ahorra energía. En cuanto a la bomba de circulación, se puede conectar directamente sin necesidad de temporizador. Esta pequeña bomba utiliza muy poca energía, comparable a una bombilla de bajo consumo. Además, tiene tan poca potencia que necesita cierto tiempo para mover y mezclar el agua y los nutrientes. Como he dicho antes, esta bomba también garantiza el aporte de gran cantidad de oxígeno al agua, y su efecto
bastan para que el suelo se humedezca lo suficiente. Dicho esto, debo añadir que me estoy refiriendo a plantas que ya miden más de un metro. Si les diéramos esa cantidad de agua a plantas en su primera etapa de crecimiento, lo interpretarían como una señal para no seguir desarrollando sus raíces. ¿Para qué hacerlo, si ya tienen toda el agua que necesitan? Por eso, lo mejor con las plantas pequeñas es regarlas un poquito manualmente, a diario. De esa forma se estimula a la planta para que desarrolle más raíces (y para que las envíe en busca de más agua), y en poco tiempo, logre tener un sistema de raíces bien desarrollado. Sólo entonces se puede
Antes de instalar el sistema de irrigación, es preciso cavar un hoyo bien grande para instalar el depósito de agua, así será menos detectable y además dejará más espacio para el crecimiento de las plantas. Se excava a la suficiente profundidad para el contenedor, pero dejando los últimos 20 cm de éste por fuera del nivel del suelo, de modo que no caigan arena o sustrato cuando se rellena de agua. También es necesario que el depósito tenga una tapa, para evitar
Aquí lo vemos otra vez, ahora de cerca. El tinglado de mangueras y boquillas pulverizadoras garantizan una óptima alimentación a las plantas.
que alguien pueda caerse dentro. Vale la pena tener en cuenta estos detalles. El depósito tiene una profundidad considerable (93 cm), lo que representa un riesgo auténtico de accidentes, si no tenemos cuidado. Sobre todo durante los meses más secos del verano, semejantes reservas de agua pueden ser una tentación irresistible para casi toda vida animal. Otra ventaja de la tapa es evitar que caigan hojas muertas y otras basuras a nuestro sistema de riego a través del depósito de agua. También evita que la luz caiga directamente sobre el agua de alimentación. La luz destruye
Una vez anclado el depósito firmemente al suelo, y con todo lo demás preparado, podemos empezar a trabajar. En primer lugar, medimos la distancia desde el depósito hasta la toma de corriente. Desde la toma, se extiende un alargador hasta la planta más próxima (también se puede clavar un palo en el suelo señalando el lugar donde estará). Después conectamos el final del alargador (el extremo más cercano a la planta o señal) a una caja de empalmes, que sea resistente al agua. Resistente no quiere decir que no pueda colarse agua dentro de la toma de corriente, razón por la cual suelo meter ésta dentro de una bolsa de plástico. Esta precaución sí que es efectiva contra el agua y la humedad y reduce al mínimo las posibilidades de cortocircuito. También se venden manguitos especiales para cubrir ambos enchufes. Desde la caja de contactos también salen alargadores que llegan directamente al depósito de agua, aprovisionando de corriente a la bomba de inmersión, a la bomba de circulación y al calentador. Entre la caja de empalmes y el alargador que llega a la bomba de inmersión, ponemos también el temporizador que controlará el encendido y apagado de la bomba. Temporizadores: existen de dos tipos, los de pantalla electrónica y aquellos en los que hay que pulsar pequeños pins. Estos últimos no sólo son más baratos, sino también más adecuados para el uso en exterior, ya que son menos sensibles a las condiciones de humedad. Para proteger aún más la caja de contactos y el temporizador podemos meterlos en bolsas de plástico, lo que prolongará la vida del temporizador y beneficiará a todo el sistema de riego. Volviendo al depósito de agua, también hay que practicar un orificio en un lado, justo bajo el borde. A través de ese orificio irán los cables de electricidad que conectan, entre otras cosas, la bomba de inmersión. Cuanto más arriba perforemos el agujero, mejor, ya que el tanque podrá llenarse más sin temor a que llegue el agua a los cables. Además