2016 05 ES

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CANNABIS MEDICINAL

¿El consumo de cannabis es siempre terapéutico? Cuando hacemos un uso lúdico de la marihuana, nuestra finalidad es la de llegar a disfrutar de las alteraciones sensoriales que nos ofrece esta planta, sin tener en cuenta en realidad las ventajas terapéuticas de la variedad que consumimos. En general es así, aunque muchos consumidores también han aprendido qué variedades son las que mejor funcionan con uno mismo y en qué situaciones utilizarlas, así cómo Dr. Mariano García de Palau dosificarlas. Hay que pensar de todas formas, que el uso lúdico ha influido evidentemente en el interés por el estudio de la planta, y posteriormente, estamos estudiado su potencial terapéutico. La historia del cannabis terapéutico tiene dos puntos de inflexión importantes; el descubrimiento del THC en 1964 por el Profesor Mechoulam y su equipo, y posteriormente en la década de los 90 se describe el SEC o Sistema Cannabinoide Endógeno. De la misma manera que nuestro organismo puede sintetizar opioides, ya que poseemos un sistema opioide endógeno, podemos también producir cannabinoides endógenos. Estos cannabinoides

actúan a través de unos receptores celulares específicos y propios del SEC, que también utilizan los fitocannabinoides o cannabinoides de la planta, y los cannabinoides sintéticos creados por la industria farmacéutica.

¿Siempre que consumimos cannabis estamos haciendo un uso terapéutico?

Deberíamos, para iniciar el “debate”, definir el uso terapéutico del cannabis. Podríamos definirlo como el uso de la marihuana con la única finalidad de curar o mejorar la sintomatología que presentan los pacientes en las diferentes enfermedades susceptibles de tratamiento con cannabinoides.

Insistimos en el concepto síntoma. Síntoma es, en medicina, la referencia subjetiva que da un enfermo por la percepción o cambio que reconoce como anómalo, o causado por un estado patológico o enfermedad. Por ejemplo: el dolor, el mareo, las náuseas, el cansancio, etc, son síntomas que el paciente expresa en las diferentes enfermedades, y que constituyen en la mayoría de casos, señales de alerta, de que algo no va bien. Por lo tanto, cuando aparece cierta sintomatología, tenemos que consultar a un profesional de la salud, que nos pueda emitir un diagnóstico del proceso, para poder informarnos de las posibilidades terapéuticas

en su tratamiento. Después podemos valorar si un tratamiento con cannabis puede ser efectivo. Los factores a tener en cuenta para diferenciar el uso lúdico del estrictamente terapéutico son múltiples. El primer punto diferenciador es la finalidad. Cuando hacemos un uso lúdico, nuestra finalidad es la de llegar a disfrutar de las alteraciones sensoriales que nos ofrece esta planta, sin tener en cuenta en realidad las ventajas terapéuticas de la variedad que consumimos. Creo que en general es así, aunque muchos consumidores también han aprendido qué variedades son las que mejor funcionan con uno mismo y en qué situaciones utilizarlas, así como dosificarlas. Pero los pacientes que acuden al cannabis como tratamiento, en la mayoría de las ocasiones, no han consumido nunca, y su Sistema Endocannabinoide no ha recibido nunca fitocannabinoides, por lo que el efecto psicoactivo del THC no les resulta agradable o tolerable, como el primer “ canuto” en muchas ocasiones, y les limita en sus actividades en muchos casos. Desde el punto de vista terapéutico, el efecto psicoactivo no es interesante, a diferencia de la finalidad del consumo lúdico. También los pacientes tienen sus reservas en cuanto a la posibilidad de usar THC sin que aparezca el efecto psicoactivo, lo cual es posible a día de hoy al completar el tratamiento con CBD en diferentes proporciones o ratios THC / CBD. Por otro lado, hay otra sustancial diferencia, la composición del cannabis utilizado. El auge del uso del Cannabidiol o CBD es muy reciente si pensamos que desde los años 1940 ya se conocía. Pero al no tener el mismo efecto psicoactivo que el THC, sino que incluso, puede modularlo, supone una gran ventaja para su uso terapéutico, y supone una desventaja para su uso lúdico, las variedades ricas en CBD tienen menos potencia psicoactiva que las variedades con THC predominante, a veces en porcentajes muy elevados, por encima del 20%, lo que desde el punto de vista medicinal no tiene mucho sentido, ya que las dosis utilizadas son mucho menores que las de muchos consumidores lúdicos. El THC es un cannabinoide fundamental si pensamos en los efectos que nos oferta, se siguen encontrando posibles indicaciones de su uso, como en la enfermedad de Alzheimer. El hecho de que sea la molécula maldita no le puede quitar méritos terapéuticos, no utilizamos cannabinoides en función de su situación legal, sino de su indicación para el tratamiento. La situación de ilegalidad del cannabis puede tener un fundamento político o económico, pero no tiene el menor fundamento científico o médico. Realmente la


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