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El peje blanco
El peje blanco en Puerto Rico
Por: Carlos E. Diez González
El peje blanco o tortuga verde (Chelonia mydas) es, posiblemente, una de las siete especies de tortugas marinas más comunes en el mundo. Sin embargo, es una de las más codiciadas por su carne. Esta especie, que habita en todos los mares subtropicales y tropicales, y que anida también en estas zonas, está clasificada, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) y por el gobierno federal de los Estados Unidos, como una especie amenazada de extinción. En Puerto Rico, está considerada especie en peligro de extinción. La diferencia de clasificación se debe a que en nuestras aguas y playas esta tortuga no es tan abundante. Incluso, los números de nidos, en la isla grande de Puerto Rico, se han reducido considerablemente a menos de diez nidos en toda la Isla. Actualmente, la mayor cantidad de nidos de esta especie ha sido reportada en la Isla Municipio de Vieques con sobre 400 nidos.
En las costas de Puerto Rico, es frecuente ver a los juveniles y sub-adultos de peje blanco alimentándose en las áreas de hierbas marinas o comiendo algas en los arrecifes. No obstante, son grupos de animales aislados, o simplemente individuos solos. Afortunadamente, todavía existe un lugar donde esta especie de tortuga marina se agrega, para alimentarse, en altas densidades. Esto ocurre en el archipiélago de Culebra, particularmente en las bahías de Playa Tortuga, en Culebrita, y Puerto Manglar, en Culebra. El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), junto a sus colaboradores (Chelonia, Servicio Nacional de Pesca y Vida Silvestre, Servicio Nacional de
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Los peje blancos que han sido marcados en la Isla de Culebra han emigrado hacia otros continentes e islas del Gran Caribe y hasta el noreste de Brasil.
Pesquerías Marinas, Universidad de Georgia, Universidad de Puerto Rico y Zoo Atlanta), iniciaron un estudio, a finales de la década de los ochenta, y reiniciado en 1999 por los biólogos Robert van Dam y Carlos E. Diez, para evaluar estas agregaciones. El trabajo consiste en obtener información sobre tasas de crecimiento, estimado poblacional, razones sexuales y patrones migratorios. También, se evalúa la salud de los mismos, ya que en el pasado se han encontrado un alto número de individuos con tumores o la enfermedad conocida como fibropapilomas. Los peje blancos o tortugas verdes han padecido, en los últimos años, una enfermedad relacionada al virus del herpes, que les ocasiona el crecimiento de unas verrugas o tumores en algunas partes del cuerpo, como por ejemplo, los ojos y las aletas. A pesar de que estos tumores no son malignos, no les permiten ver ni comer y, por consiguiente, les pueden causar la muerte.
Parte de los esfuerzos para ayudar a conservar el peje blanco conlleva la realización de cirugías para removerle los tumores y la aplicación de procedimientos que ayuden a activar el sistema inmunológico de la tortuga para que comience a combatir la enfermedad. En estos momentos, la incidencia de los tumores de fibropapilomas ha mermado; de un 70%, en animales con tumores capturados en Puerto Manglar, Culebra en el año 2003, a 1% en el censo más reciente, realizado en octubre de 2011. Entre los resultados más sobresalientes del trabajo, se puede destacar el hecho de que estas agregaciones se han mantenido estables, aunque en una de las áreas de estudio han mermado. La mayoría de estos animales son juveniles o sub-adultos (tortugas que aún no han madurado sexualmente) y utilizan las ensenadas para alimentarse y desarrollarse. Después de varios años, migran a otros hábitats, posiblemente fuera de Puerto Rico. El origen genético de estas tortugas proviene de otras áreas del Caribe, como por ejemplo, Costa Rica y Florida (Estados Unidos). También, utilizan las áreas de arrecife colindantes con las praderas de hierbas marinas como refugio o áreas de descanso.
Esta información, al igual que los parámetros poblacionales, es muy importante para incorporarla en los planes de recuperación al mismo tiempo que se protegen estas áreas, que ya han sido designadas como hábitat crítico a nivel del gobierno federal, específicamente por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Hay que destacar que, por ser Culebra un lugar turístico de gran importancia, dichas áreas están amenazadas por la cantidad de botes que transitan a través de las mismas, así como por la contaminación de desechos líquidos y sólidos que llegan a las bahías, en particular a Puerto Manglar. Por lo tanto, es necesario establecer nuevas medidas de control, como limitar la velocidad de las embarcaciones en la bahía Tortuga, en Culebrita, y reducir la sedimentación procedente de las malas prácticas de construcción y de otros componentes que degradan las hierbas marinas.
junio 2009 marzo 2010
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Juvenil de peje blanco con fibropapilomas que fue operada y cicatrizó exitosamente luego de la cirugía para remover el tumor.