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no es un referéndum

Alberto Mendoza*

La tentación es grande. La inercia apunta a ello. Sin embargo, no es deseable y tampoco inevitable. Las elecciones de 2024 no están destinadas a ser un referéndum sobre Andrés Manuel López Obrador. Sin duda, el actual presidente se siente confiado para que así sea. Su sucesor o sucesora en Morena, también. Pero la oposición, si analiza el escenario con frialdad, podrá reconocer que ese no es su campo de batalla.

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Los comicios deben apuntar al futuro, pues no se trata de saldar cuentas pendientes, ni de ganar una discusión en diferido. Tampoco el terminar con la aprobación popular de AMLO es lo más importante. Ni siquiera probar meticulosamente ante la mayoría cuánto ha errado o destruido. México necesita una contienda electoral que gire en torno a su ciudadanía, y no sobre el actual inquilino de Palacio Nacional. Y aunque resulte paradójico, proponer un gobierno mejor que el actual, con toda la crítica necesaria a la gestión presente, no significa tener que rendirse a la estrategia del referéndum obradorista.

Es cierto que en el diseño de campañas electorales y en la disposición de estrategias de comunicación y marketing político, la idea de plantear un referéndum sobre la gestión del gobernante es más que recurrente. Esto puede producirse a iniciativa de quien se encuentra ejerciendo el poder, si cree que el relato de la continuidad prevalecerá sobre el del cambio; y, al revés, se planteará desde la oposición si le apuesta a la narrativa ganadora de un cambio por el desgaste del Ejecutivo.

“¿Estamos mejor que hace cuatro años?”, cuestionaba Ronald Reagan a los espectadores atentos al debate que le enfrentaba al presidente Jimmy Carter en 1980. El líder republicano venció así a un debilitado Carter, que no pudo reelegirse. El cambio ha sido también el eje que de la mayoría de las elecciones celebradas en México en los últimos años. Gracias a un sistema electoral que permite la competencia y que hace que cada voto cuente, las oposiciones han ganado 39 elecciones de las 56 elecciones a gubernaturas que han tenido lugar entre 2015 y 2022. Es decir, 7 de cada 10. A nivel federal, en las cuatro presidenciales correspondientes al periodo entre 2000 y 2018, se han producido tres victorias opositoras.

Por tanto, el cambio es un gran motor electoral y el descontento ha sido su combustible en todo el país. No obstante, Morena sigue en primer lugar en las expectativas electorales, y la continuidad para seguir adelante, para no retroceder, para no deshacer lo construido, no perder lo logrado y no regresar a un pasado poco deseable, también es un relato potente.

Es cierto que la realidad de México que muestran diferentes indicadores, ya sean económicos, de pobreza, inseguridad, corrupción, impunidad o de sistemas de salud y educación no son para festejar. Pero los del pasado tampoco señalan que valga la pena regresar. Así que solo queda el futuro, un lugar inexistente al que se puede llegar de varias maneras. Que la oposición convenza de que es el vehículo adecuado es posible, pero regresando al inicio del artículo, no conseguirá persuadir de ello a una mayoría centrando sus esfuerzos en la impugnación de la figura de AMLO.

*Alberto Mendoza es periodista y consultor de comunicación y asuntos públicos. Licenciado por la Universidad Complutense, especialista en Información Internacional y con un Máster de Política Mediática. Cuenta con un posgrado en Dirección de Campañas Electorales por la Universidad Pontificia Comillas. Por más de 15 años ha desarrollado su carrera en medios, instituciones y campañas electorales de España y México.

El actual presidente pondrá rumbo a su rancho chiapaneco el próximo año, y la oposición no debería regalarle la ilusión de ser el protagonista de una nueva campaña electoral, y de lograr una reelección virtual o simbólica. Quien logre la candidatura de Morena, no podrá ser AMLO reencarnado, contará con sus propias virtudes y defectos, y así lo percibirá el electorado. Enfrentarse al candidato real, ponerle a prueba, exigirle, definirlo, cuestionarlo es parte de la tarea, no solo de la oposición, sino de la ciudadanía que le examinará antes de votar por él o por ella.

Dejar que el posible sucesor se escude tras un AMLO en retirada, permitir que se guarnezca de los ataques tras la figura del actual presidente, no es una buena idea. Se le debe invitar a salir a terreno abierto, disputar la elección en un campo de batalla donde se confronten proyectos de futuro, capacidades de gestión, de liderazgo y, también, estándares éticos.

Todo ello no será fácil, ya que el propio presidente está dispuesto a desobedecer la Constitución, las normas electorales, las medidas cautelares del INE y hasta las determinaciones de los tribu- nales. Eso se ha comprobado ya en reiteradas ocasiones y no será diferente, sino peor, a partir de ahora. La diferencia radica cómo se afrontará el desafío por las oposiciones y por el electorado en general, sin caer en la trampa de regalarle toda la atención al infractor, multiplicando sus acciones lesivas y, de nuevo, escudando a su candidato.

Otro argumento para evitar la polarización en torno a López Obrador es el hecho de poder ampliar las posibilidades creativas en lo que a políticas públicas se refiere; sin tener que dar la réplica a la realizadas por el actual gobierno. Se deben ampliar, extender y renovar los marcos de oferta electoral, más allá del clientelismo, y del mero rechazo a todo lo hecho por la actual Administración.

Asimismo, evitar el dilema en torno a AMLO remite a la importancia de mostrar respeto por quienes votaron por él en 2018. También por quienes votarán por Morena en 2024. Desde el respeto es posible atraer a votantes indecisos pero que no expresan animadversión hacia López Obrador. Desde el respeto es posible también atraer a desencantados del proyecto de Morena, pero que no quieren ver cuestionadas sus decisiones de voto previas. Y desde el respeto es factible contar con quienes votan por primera vez, y no quieren hacerlo motivados simplemente por el rechazo, sino con un propósito que endulce su primera experiencia en las urnas.

Para cuando estas páginas estén en vuestras manos, la Fundación Liderar con Sentido Común ya habrá sobrepasado el ecuador de la fase formativa de la segunda edición del programa de voluntarios que tanto nos enorgullece.

Esta edición ha contado con inscripciones de más de 15 países y asienta las bases de un espacio que permite generar una red de liderazgo en el mundo, y que, sobre todo, acompaña nuestra visión, misión y objetivos, en pos de construir un mundo mejor cimentado en el encuentro, el diálogo y el sentido común.

Voluntarios de FLSC traza un camino que nos lleva a sentir juntos y, a partir de ahí, a construir pensamientos y acciones que nos enrutan a lograr una sociedad más humana, colaborativa, cooperativa, altruista, solidaria y compasiva.

Cuando empezamos a sentir y a pensar en este programa, que - ríamos hacer algo que se saliera del mapa tradicional de los voluntariados y, de ahí, surgió este diseño que afronta distintas etapas. En la primera, la más formativa, incluimos seis talleres centrados en el Sentir, el Pensar y el Hacer, como un triángulo perfecto, en equilibrio.

De esta forma, arrancamos siempre provocando una reconexión con nosotros mismos; desde ese reconocimiento de nuestro propósito al que nos sentimos convocados a nivel individual y donde trabajamos en nuestro ikigai. Cada voluntario recorre y profundiza en el autoconocimiento de lo que le gusta hacer, y lo que le sale hacer bien, y va concretándose en un mural donde cada uno devela la intención para este espacio.

En este punto, es donde se empieza a encontrar que hay propósitos individuales que tenían conexiones y que inician la construcción de este tejido -el yuimaru-, unos lazos colaborativos, que nos permiten afrontar

*Antonio Sola , es conocido mundialmente como “Creador de Presidentes” por las 16 victorias presidenciales conseguidas en países de África, América y Europa, Antonio es estratega y ha realizado más de 500 campañas electorales de todo tipo. Entiende que ganar es fruto de la ciencia, la técnica y el arte, y que no todos sirven para gobernar. Por eso, valora especialmente la dimensión ética de los candidatos con los que trabaja. Hoy dirige procesos en cuatro de los cinco continentes del planeta y está considerado dentro de los top 5 de los estrategas a nivel mundial. Antonio preside la Fundación Liderar con Sentido Común , nacida para ayudar a cerrar las grietas que nos dividen, y es cofundador de la Escuela Política Fratelli Tutti que busca los líderes del futuro presente para que ayuden a entrar en la nueva era que empieza sin dejar a nadie atrás.

@AntonioSola_ nuestros desafíos y propósitos desde un ángulo muy particular. Es aquí donde se desarrollan conexiones y patrones que nos hacen sentir de manera colectiva ciertos desafíos y oportunidades.

Paso a paso, a través de distintas dinámicas, este camino conduce a tejer la red de liderazgo, una red en la que los caminos de todas las ediciones se irán encontrando, una red donde todos somos agentes de cambio.

En ella, generaremos espacios de co-creación consciente, de procesos de escucha profunda para poder a través de la inteligencia colectiva activar el potencial individual, entrelazándonos de maneras que podamos encontrar nuevas formas de sentir, de pensar y de hacer.

Y, sí, hablamos de escucha porque es una de las actividades que debemos interiorizar y practicar, porque algo muy central que sucede cuando uno realmente está escuchando es que trabajamos distintos niveles como la conocida como escucha emergente que nos ayuda a acercarnos al trabajo de campo con una óptica más abierta en la que podemos separar lo que buscamos, lo que se puede hacer y lo que se desea hacer.

En cierto modo, el trabajo de esa escucha permite conectar porque no se trata de lo que nosotros queramos o deseemos para una comunidad, sino de lo que cada uno quiere y desea y que entra dentro de un sentir compartido.

Ese sentir compartido, ese pensar conjunto y ese hacer en unidad es el que debe regir y por el que debemos trabajar para este nuevo mundo que ha venido para quedarse, porque solo así lograremos que sea más humano y nadie se quede atrás. Porque eso, es tarea de todos.

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