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La espiral del silencio Ricardo

Homs*

Hoy se abusa de las encuestas para legitimar decisiones que serán tomadas unipersonalmente, como lo es la selección del candidato presidencial de Morena. Seguramente después de la participación ciudadana a través de encuestas, el resultado tendrá que pasar por el filtro representado por el presidente López Obrador, quien dará el voto definitivo, como líder moral de su partido.

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A lo anterior añadamos que las encuestas, en muchos casos, -sobre todo en el ámbito electoral-, se han desvirtuado de su vocación original, de ser un instrumento de investigación de opiniones y actitudes ciudadanas, para convertirse en herramientas de promoción y persuasión.

De este modo vemos que pueden convertirse en vehículo de manipulación, pues el diseño del cuestionario puede ser realizado de forma tal, que induzca en el entrevistado las repuestas esperadas por el organizador.

Así es como quien paga la encuesta puede convertirla en un medio de legitimación, o en una estrategia para inducir percepciones públicas que impacten la intención del voto.

A esto añadamos rumores y fake news , que abundan en entornos electorales, generando confusión y temor.

Toda esta presión sobre quienes forman la muestra representativa, -o sea los ciudadanos que participan de las encuestas-, estimulan el fenómeno denominado “la espiral del silencio”, identificado desde 1977 por la alemana Elisabeth Noelle-Neumann, a través del libro publicado con el mismo nombre.

Este fenómeno consiste en la generación de presión sobre el individuo para que públicamente manifieste sus opiniones alineándolas con las de las mayorías. La gente generalmente trata de sumarse a la mayoría “que no se equivoca” y evita formar parte de la minoría derrotada.

*Ricardo Homs es presidente de la Academia Mexicana de la Comunicación AC. (www.amdc.org.mx), autor y conferencista. Ha publicado más de 23 libros con las editoriales más importantes. Es editorialista del periódico El Universal y participa en noticieros de ADN40.

Es experto en liderazgo social, marketing político y posicionamiento. Fundó la empresa de consultoría Ries & Ries México, la cual forma parte de la corporación global fundada por Al Ries en Atlanta.

www.ricardohoms.com

FB: @Ricardo.Homs1

LI: Ricardo Homs

TW: @homsricardo

La frase acuñada por el presidente López Obrador de “el pueblo sabio”, -a quien él representa-, genera el fenómeno político “de la cargada”, o sea el apoyo hacia el probable triunfador.

De esta forma, las encuestas amañadas que manipulan los datos que se publican, inducen en la gente respuestas previamente manipuladas que se manifiestan después en las encuestas “serias” que pretenden investigar la realidad. De ahí que estas percepciones superficiales puedan generar respuestas momentáneas, que no representan una opinión definitiva que termine reflejándose en la urna el día de la elección.

Este fenómeno colectivo de interacción que se da entre las encuestas amañadas que inducen opiniones falsas que terminan siendo registradas por las encuestas serias, está debilitando la credibilidad ciega que antes tenían las encuestas, que actuaban como el “oráculo de Delfos” para la toma de decisiones en el medio político.

Considerando que las “encuestas amañadas” manipulan a la opinión pública y destruyen la certeza y confianza pública, se vuelve importante crear una “norma de calidad” que permita al INE revisar las metodologías utilizadas por las encuestas que serán publicadas en medios de comunicación.

O quizá, para evitar la sobrerregulación de los procesos electorales, la misma AMAI, que es la asociación que agrupa a las agencias de investigación serias y profesionales, debiese crear un mecanismo de certificación que garantice la veracidad de la información que será publicada y lograr un acuerdo con los medios de comunicación de difundir sólo las encuestas certificadas.

Sólo la autorregulación de la misma industria permitirá rescatar la credibilidad perdida, que es fundamental en el ámbito de la investigación de opinión pública. ¿A usted qué le parece?

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