2 minute read

6.4.4.Agenda cultural de la tecnología y transformación de la educación

Los efectos transformacionales se comprenden mejor cuando se sitúan en un marco general de reflexión sobre el desarrollo y el impacto de la tecnología en la sociedad. Es fundamental que los decisores del ámbito educativo lo vean así.

La perspectiva histórica es, de nuevo, esencial. Cualquier tecnología se desarrolla con determinadas finalidades específicas, y los individuos y las organizaciones las aplican para obtener beneficios en sus ámbitos concretos. Ya hemos comprobado que la visión inicial de la informática en la enseñanza se concibió como la aplicación de sistemas de Computer Assisted Instruction para tutoriales y ejercitaciones que mejoraran el aprendizaje de los alumnos y ahorraran costes.

Advertisement

Sin embargo, los efectos de la tecnología no se limitan a los previstos o deseados, porque modifican las condiciones del entorno, y esto, a su vez, repercute en la propia tecnología y en su evolución. M. Schwarz (1992) señalaba que la innovación tecnológica lleva siempre asociada una agenda cultural, en el sentido de que su introducción y aplicación comporta en grados diversos una reconstrucción de las reglas sociales, de las instituciones, de los roles de las personas y de sus relaciones con el entorno. Los efectos trascienden las ventajas instrumentales que se consiguen, y llegan a ser de la máxima importancia para la vida de las personas, para el funcionamiento de las organizaciones e, incluso, para el desarrollo y la evolución de la sociedad. Esto es lo que está sucediendo con las TIC en general en el ámbito educativo: se están reestructurando reglas, roles y relaciones, con las consiguientes tensiones y bandazos.

También debe tenerse presente que el desarrollo tecnológico es un proceso simultáneamente científico, social y cultural, de manera que la tecnología es algo embebido en la sociedad y en las organizaciones y no un elemento externo que impacta sobre la misma (Bijker, Hughes y Pinch, 1989). En este sentido, las tecnologías digitales no son meras herramientas cuyo uso se gradúa a voluntad, o, incluso, de cuyo uso se puede prescindir al albur de las circunstancias. Este es el error de fondo en el que incurren los docentes y directivos escolares que proclaman que las tecnologías son tan solo una herramienta más. Ni el alumno ni la sociedad pueden prescindir de las TIC. La educación tampoco, aunque la comprensión de las consecuencias de este hecho en términos de aprendizaje, de dimensión institucional y de sistema educativo diste aún de ser general. La agenda cultural de la tecnología hace inevitable la transformación de la educación, y es por ello que debe ponerse en primer plano.

This article is from: