Capítulo II: Cultura Inclusiva
oferta, la justificación y la promoción activa de oportunidades para aprender y mejorar el potencial de todos sus ciudadanos. Moviliza los recursos de todos los sectores para desarrollar y enriquecer el potencial humano, estimular el crecimiento personal y el mantenimiento de la cohesión social y la creación de prosperidad» (Longworth, 2003, p.156). La comunidad de aprendizaje está constituida por todo el equipo directivo y el profesorado, el alumnado, las familias, las entidades y las instituciones del entorno. Es un espacio de convivencia comunitaria donde cada uno asume funciones específicas que contribuyen a las primeras experiencias de relacionamiento social entre los alumnos fuera del ámbito familiar. Finalmente, lo fundamental, desde el enfoque inclusivo, es que la escuela fomente una comunidad educativa donde las relaciones estén basadas en los valores inclusivos y que cada integrante pueda sentirse acompañado, seguro y feliz. La escuela debe ser una comunidad acogedora, rica y que valore la diversidad, en la que cada persona es reconocida y tratada como tal, a través de una participación directa.
1.2. Responsabilidades compartidas de la comunidad educativa Para garantizar una escuela inclusiva, tal como ya se mencionara en el Capítulo de Políticas, todo el sistema educativo desde lo macro (instancias del mec), hasta lo micro (comunidad educativa de cada escuela), debe asumir su rol y responsabilidad con la inclusión. En el siguiente esquema se describe cómo la inclusión educativa se concreta en una red en cuyo centro están los alumnos y sus familias. Se le suman los docentes, los directores y equipos técnicos, las supervisiones y entidades locales, la coordinación departamental y, finalmente, el mec, órgano rector de la política educativa a nivel nacional. Cada actor en este proceso tiene roles y responsabilidades concretas que sostienen la inclusión.
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