GÉNERO
Habilidades para la vida Más de un millar de niñas y jóvenes de Capital Federal fueron beneficiarias de una iniciativa de ONU Mujeres, financiada por el Comité Olímpico Internacional (COI), que les permitió adquirir destrezas para alcanzar objetivos personales y comunitarios.
TEXTO CRISTINA MAHNE
M
ás rápido, más alto, más fuerte. El lema olímpico, que desde los Juegos de París –disputados en 1900– empuja a cada atleta para que ofrezca la mejor versión de sí mismo, 122 años después y en el otro extremo del planeta se potenció con nuevos triunfos: más de 1.200 adolescentes que viven en barrios populares de Caba son más independientes, más decididas y más seguras, a través del deporte y en el marco del programa Una victoria lleva a la otra (Uvlo). Favorecer la autoestima, cuidar la salud, prevenir la violencia de género y ofrecer orientación laboral fueron algunos de los resultados directos de esta iniciativa de ONU Mujeres, que contó con el financia-
Las cifras de las niñas y la práctica deportiva 1.236 participantes tuvo Uvlo en Argentina. 128 entrenadoras y facilitadoras capacitadas en el programa.
46 organizaciones deportivas comunitarias implemen-
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taron actividades. 71,7% de los adolescentes que no realizan ninguna actividad física extraescolar vive en villas o asentamientos en el país (Observatorio Social del Deporte, 2021). 40 a 50% más de tiempo en las tareas de cuidado familiar es el que dedican las niñas en relación con los niños. A más quehaceres, menos horas para practicar deportes (Unicef, 2016).
miento del Comité Olímpico Internacional (COI) y que se desarrolló durante el año pasado. Además, las niñas y jóvenes de entre 12 y 18 años involucradas en el programa tuvieron la oportunidad de practicar fútbol, básquet, hockey, boxeo y handball en espacios física y emocionalmente seguros. “Con el deporte aprendí a sonreír”, celebró una de las participantes. “Yo, a trabajar en equipo”, amplió otra. A su lado, sus compañeras acumulaban más experiencias. “Me sirvió para expresar mis sentimientos” y “resultó bueno para que me escuchen” fueron más logros cosechados en este camino de acceso a sus derechos. La propuesta se inspiró en Brasil, donde se aplicó como legado de los Juegos Olímpicos de Río 2016, en la certeza de que las chicas de ambos países comparten una realidad: en la transición a la adolescencia, ellas reciben menos incentivos que sus compañeros para desarrollar habilidades deportivas y enfrentan muchas veces en soledad la responsabilidad de proteger su salud sexual y reproductiva. Poder femenino “El propósito del programa no fue identificar talentos deportivos, sino empoderar a niñas y jóvenes a través del deporte”, aclaró Lisa Solmirano, coordinadora de Uvlo en Argentina. El foco estuvo puesto en las adolescentes, ya que “es una etapa de la vida donde dejan de practicar deportes por dificultades de acceso que afectan su inclusión”, dice. Para que no se sintieran presionadas, dispusieron canchas sin espectadores, que no se tuvieran que compartir con varones, habilitadas en horarios que no implicaran riesgos y con vestuarios femeninos, iluminación adecuada y acceso a medios de transporte. “Los espacios públicos donde se practican deportes es-