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Discurso de generación de Sociología

Discurso de generación sociología 1

07 de junio de 2019, Guanajuato, Gto.

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No podemos iniciar este discurso sino agradeciendo, y más que agradecer a la Universidad como la institución, nuestras palabras van dirigidas a toda la gente que día con día hace esfuerzos para que otros y otras podamos estudiar. Somos conscientes de que la educación que recibimos es fruto del trabajo de muchas personas que contribuyen a mantener la educación pública y gratuita.

Agradecemos a nuestras y nuestros profesores: a Eloy [Mosqueda] por acompañarnos durante todo este proceso, por estar más allá de sus obligaciones como docente y por ser una figura de apoyo para todas y todos nosotros; a Carmen Rea por enseñarnos lo que es la sociología y el compromiso con la sociedad, con la gente; a Carmen Cebada por su dedicación y compromiso docente; a Mónica Elivier y Macarena Orozco por ser nuestro ejemplo de congruencia entre discurso y acción.

También agradecemos a todas las personas que estuvieron con nosotras durante este tiempo compañeros, compañeras, amigos, amigas, profesores y profesoras, si bien no todas se quedaron, cada una fue importante en nuestro proceso y no seríamos quienes somos ahora sin ellas.

Y por último agradecemos a nuestras familias, que han sido un apoyo fundamental durante este proceso, sabemos que no es fácil entender la relevancia de la sociología en una sociedad como la nuestra, que no valora las disciplinas que critican los modelos que propician la desigualdad. Sin embargo, hoy estamos aquí también gracias a la perseverancia de nuestras y nuestros cercanos, que, a pesar de saber el complicado futuro de nuestra carrera, han apostado por respaldar nuestras decisiones.

Hoy podemos asegurar que no pasamos por la universidad, sino que la universidad pasó por nosotras. En definitiva, no somos las mismas que cuando entramos, la sociología nos cambió, nos cuestionó, nos confrontó.

Consideramos que la pregunta nunca fue: ¿por qué decidimos estudiar sociología? Sino ¿por qué decidimos quedarnos? Y espero que cada uno y cada una de nosotras hayan encontrado su respuesta.

1 Discurso de generación de la licenciatura en sociología 2015-2019 de la Universidad de Guanajuato.

Escrito por: Judith Atzinyoltic Martínez Pérez, Andrea Covarruvias Pasquel, Luz Teresa Hernández Díaz y Mónica Ruiz Guízar.

Nos han hecho creer que la universidad es un espacio donde se forman personas con espíritu crítico, calidad humana, y sensibles a las problemáticas sociales. Sin embargo, lo anterior es sumamente complejo de realizar, cuando quienes se supone deben enseñarnos con el ejemplo hacen todo lo contrario, cuando la complicidad de las autoridades universitarias propicia un contexto de inseguridad para sus estudiantes, cuando no hay organización estudiantil para defender sus derechos, ni para denunciar fallas en la institución. No hay que buscar demasiado para ver el resultado de lo anterior, siendo que los profesores procesados y sancionados por acoso sexual hacia las estudiantes, nos siguen impartiendo clases. ¿Es posible un desarrollo integral de un o una universitaria en un contexto así?

Nosotras respondimos que no, no solo con palabras, también con acciones, porque nos convencimos de que no

volverían a tener la comodidad de nuestro silencio.

La Colectiva Alumnas UG en Sororidad, de la que algunas de nosotras formamos parte, ha marcado un cambio relevante en la Universidad de Guanajuato, porque rompió con el ideal de “aquí no pasa nada”, legitimado por la supuesta “neutralidad” de los y las estudiantes. Esta ruptura no es producto del azar, sino del hartazgo de vivir inseguras hasta en tu segunda casa: la universidad. Además, a un nivel más profundo, rompe con el paradigma de que las mujeres somos incapaces de organizarnos y defendernos.

Finalmente, nos falta mucho por recorrer, vemos este cierre como un puente para nuevos procesos de crecimiento. Hoy podemos decir que hemos aprendido a ser críticas con nuestra realidad, que la sociología no se hace sólo dentro de los salones de clases, sino afuera, con la gente. Por eso, nos sentimos comprometidas con nuestros contextos más cercanos, para estudiarlos y apelar por transformaciones más justas y humanas.

No hay que reconocer la realidad como la encontramos, es injusta e inaceptable, hay que transformarla. Para nosotras resistir es transformar.

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