espacio-sueño
capacidad manual, hay días en que se le ocurre dibujarlo, colorearlo y sentirlo. Asimismo, puesto que ha tomado notas al escuchar el relato de los viajeros, por momentos le da por describirlo él mismo con sus propias palabras; añade epítetos, completa algunas descripciones, conecta sentidos, propone conclusiones. Al filo de los días, el hombre ve pasar cámaras de filmación, grupos guiados por una mujer con un micrófono, autobuses repletos de gente pujante y curiosa. Poco a poco el monumento va cobrando más lustre. Concibe que la admiración que le prodigan los visitantes va haciéndolo cada vez más hermoso, más singular. Es de esperar, además, que lo que se escribe y se comenta sobre él contribuya a dorar su gloria. En un resplandor, se le ocurre que todas las miradas del mundo no harán sino realzar su belleza y perfeccionar su armonía, y que por ello convendrá esperar tanto como sea posible para visitarlo, como esos vinos que sólo desprenden su mejor aroma y su mejor caricia al paladar antes de agriarse. Pasa el tiempo y él en sus sueños ve crecer el monumento, hacerse más luminoso. Lo contempla en la pantalla de sus noches, en el bullicio de su deseo; lo hace suyo. No hay rincón de él que no haya escrutado, variación temática que no haya visualizado, ángulo mínimo que no haya recibido su más devota consideración.
Por fin, un día el hombre sale determinado a visitar el monumento. Tiene el cabello completamente blanco y su encorvamiento apenas le permite caminar. Su andar es pausado y su frente diáfana y alta ilumina el espacio. Los minutos parecen alargarse y estirar la vivencia a su suma máxima. Pero al llegar el hombre frente a él, casi postrado, el monumento se disuelve y se desdibuja, como una acuarela recién rociada por un breve chubasco.
Héctor Ruiz Rivas (México).
t77
Autor de un relato de anticipación sobre el confinamiento por COVID, de un libro de la ausencia y de unos Guiones celestes en espera de impresor. Nacido en aguas tropicales de México y transportado por ilusión propia a las verdes campiñas inglesas, expulsado por el thatcherismo, pero acogido por la fraternidad de la República francesa, en donde es actualmente profesor de literatura y cine.