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Las cinco moscas.

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sueños.

sueños.

María Adela Díaz Párraga.

Poco se imaginaba el estudiante Jan Janszoon Vijff Vlieghen, allá por 1.595, que más de cuatro siglos después, su cartera de escolar se exhibiría, entre otras cosas antiguas y curiosas, en el famoso restaurante holandés, ”Las Cinco Moscas”. Esto traducido al castellano, porque el nombrecito, “D’Vijff Vlieghem”, es algo rarillo para nosotros. Tiene una gran tradición gastronómica y cervecera, ya que en sus orígenes fue una taberna.

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El edificio, está en la parte más antigua de Amsterdam, y detrás de sus artísticasfachadas, recoge una serie de comedores del Siglo de Oro. Todo es auténticamente viejo: los muebles, los azulejos, los cuadros. escalerillas empinadas y estrechas, tan típicas de Holanda; la sala de la Madre Endrina, la célebre cocinera que daba de comer allá por los años treinta del pasado siglo. El Salón Nupcial, con un ramo de novia que ha visto pasar siglos, y unas maderas talladas, que son pura filigrana. La Sala de los Caballeros, que se llama así porque se conservan armas, yelmos y otros artilugios que se usaron en la guerra contra España. Y, además, una preciosa jaulita de cobre, donde reposan cinco moscas del mismo metal, que se remonta a 1.615.

La Sala de Rembrandt, presidida por dos magníficos grabados de este autor, una chimenea medieval, una impresionante colección de vinos, y una maravillosa caja de música, que todavía funciona. La Sala de la Cristalería, aparte de una preciosa colección de vasos de artesanía, tiene barriles con licores elaborados según antiquísimas recetas caseras, que tan en secreto se llevaban, con nombres como “Rosita sin espinas”, “Agua de plata” o ”Enrique en la Bodega”. Y hay una sala la mar de interesante para los amantes de la Historia, el Gabinete de las Estampas, con la historia de Amsterdam desde el 1.200, y un fresco cubriendo todo el techo, que representa la ciudad medieval. Cobres, calderas, jarras, hasta estuches de violín, montones de antigüedades y pequeños objetos, que hacen que ir a Amsterdam y no comer en el Cinco Moscas, sea casi pecado.

Además, van a comer como señores. Los platos estrellas son: el Rissotto de cebada con alcachofa confitada y la sopa de guisantes con anguila. Tienen fama sus ahumados, la liebre guisada con calabaza y puré de chocolate y haciendo honor a su pasado tabernero, más de 150 ginebras y licores destilados artesanalmente, el de la casa, a base de ginebra, azúcares de miel y hierbas del bosque.

T R A Z O 3 . 5 8

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