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¿Alimento o medicamento?
from GASTROLECTURAS VOL 3
by um395
Encarna Zamora Navarro.
Hablaba hace unos días con un amigo, eminente especialista en riesgos cardiovasculares y me decía que en su ámbito ya no está bien visto hablar de medicamentos curativos sino de estilos de vida o hábitos de vida preventivos y saludables. Esa conversación me trajo a la cabeza alguna frase pronunciada por Hipócrates, 400 años antes de Cristo, que sentenció diciendo “que tu alimento sea tu medicina”, puesto que ya por entonces él intuía que una buena alimentación era la base de la salud y el mejor de los medicamentos.
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Nuestro organismo convive, durante toda nuestra existencia, colonizado por millones de microorganismos que se instalan en la piel, en las mucosas y en el sistema digestivo, fundamentalmente en el intestino, constituyendo la llamada microbiota. Si la microbiota intestinal conserva su equilibrio, se evitan infinidad de enfermedades que directa o indirectamente están relacionadas con ella, entre otras los cánceres de colón, algunas alergias, deficiencias vitamínicas y algunas enfermedades neurodegenerativas. Para conseguir ese equilibrio tenemos que proporcionarles, a esos microorganismos instalados en el intestino, los alimentos que precisan con el fin de que se reproduzcan y ejerzan sus funciones.
Estos alimentos son, ni mas ni menos, algunos que nosotros, los humanos, no somos capaces de digerir, los llamados FOS y GOS, polisacáridos de cadena larga, presentes en frutas y verduras, que nosotros conocemos como fibra. Las bacterias presentes en el intestino, nuestra microbiota intestinal, se alimentan de ellos, gracias a una enzima que segregan, la beta amilasa, que hace posible su descomposición en fructosa, galactosa y glucosa, todas necesarias para su propia alimentación. ¿Qué ocurriría si en nuestra alimentación no incorporáramos esa fibra? pues que se produciría una perdida de bacterias intestinales y de ello se derivarían una serie de disfunciones, provocando algunas de las enfermedades graves ya enumeradas.
Dentro de lo que llamamos dieta equilibrada no nos podemos olvidar jamás de esa importante función que tienen los alimentos ricos en fibra puesto que es absolutamente necesaria para evitar algunas de esas dolencias. Vivimos en la actualidad obsesionados con dietas bajas en calorías y se preconizan todo tipo de ellas, algunas francamente desequilibradas, la mayoría anunciadas como milagros de la estética y la minoría buscando la salud.
Se habla mucho de probióticos y la mayoría de las personas no interpretan cuando, por qué y cómo ingerirlos, solo dicen que son buenos. Mejor sería no tener que tomarlos porque esos probióticos no son otra cosa que productos para reponer algoque hemos dejado voluntariamente morir, nuestras bacterias amigas, mejor sería que las cuidaras, las alimentáramos y las mantuviéramos en perfecto equilibrio.
Comiendo adecuadamente, nuestro alimento se convertirá en el mejor de los medicamentos.
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