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from GASTROLECTURAS VOL 3
by um395
El queso en Mesopotamia hace 8000 años. Dentro del templo de la diosa Ninchursag se encuentra el primer documento gráfico de la historia sobre su producción en las casas para no desaprovechar el excedente de leche. En 1815 comienza la primera fábrica de quesos en Suiza.
Actualmente el mayor productor es Estados Unidos y Grecia donde más se consume con 37 kilos por habitante al año.
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De sus 2.000 variedades, España cuenta con 200 y 26 son de Denominación de Origen Protegida. La comunidad más quesera es Canarias con nueve kilos de media por persona al año, dos más que la media nacional, seguida de Murcia, Valencia y Asturias.
Cualquier degustación o entrantes con quesos en tabla debe de contener de 5 a 7 quesos. Siempre es preferible calidad y variedad a cantidad y ofrecer un abanico sensorial que incluya criterios como tipo de leche (cabra, oveja, vaca); tecnología de elaboración (moho blanco, azul, semiduros con ojos, duros) y maduración (Brie, Pategrás, Sardo, Reggianito). Conviene situar los más suaves en el exterior y los más intensos en el interior para consumir los últimos. Es mejor cortar el queso cuando está frío e importante que el corte permita degustar cada parte del queso, desde su corteza hasta su corazón.
Para las hormas redondas y quesos duros y semi-duros se puede hacer un corte en cruz obteniendo una cuña de la que salgan porciones más pequeñas y después hacer cortes transversales con porciones en forma de triángulo. En hormas cuadradas se hace un corte en cruz y después otro en diagonal.
En quesos con moho en la superficie se deben mantener las cortezas porque contribuyen a mantener olores, aromas y texturas. Para cortarlos se utilizan los cuchillos para quesos partiendo desde el centro. Si se trata de quesos azules conviene cortarlos con un alambre o guillotina porque se desgranan mucho o un cuchillo caliente. Si tenemos una porción de queso se realiza el corte desde el centro hacia la periferia en diagonal para obtener porciones que van desde la parte central hasta la corteza.
Antes de consumir se debe mantener en el frigorífico de 30 a 45 minutos, excepto los azules porque al colocarlos a temperatura ambiente, experimentan sabores y aromas más intensos. Para limpiar el paladar viene bien un trozo de manzana verde entre uno y otro queso, o miga de pan. Un acierto combinarlo con manzana verde, pera, higos frescos o disecados, ciruela, uva. También los frutos secos, las mermeladas y miel. Sobre su maridaje existen reglas generales: vinos blancos o espumantes secos, ácidos y/o frutales para quesos ácidos, frescos o cremosos secos y tintos para los quesos grasos.
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