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3.3. Aplicación de estrategias para motivar al alumnado
• necesidades de autorealización: es la necesidad más altas que puede satisfacerse y permite el desarrollo completo aprovechando al máximo las capacidades. Solo puede alcanzarse si se han superado los demás niveles.
Retomando la definición con la que comenzamos este apartado, la motivación necesita pasar por una serie de etapas con las que, finalmente se potenciará el aprendizaje. Muchos han sido los autores que han estudiado estos procesos, pero todos, incluido Maslow, señalan a las necesidades como el elemento necesario para que pueda darse una conducta y pueda mantenerse en el tiempo.
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3.3. Aplicación de estrategias para motivar al alumnado.
La motivación es un reforzador del aprendizaje y como tal en el proceso de formación de adultos tenemos que utilizarla potenciando sus posibilidades y mejorando con ella los resultados. Conocemos y solemos poner en marcha muchas actuaciones con las personas adultas para facilitarles el aprendizaje pero ahora, en este apartado, nos centraremos en aquellas estrategias que es conveniente utilizar para lograrlos.
El cuadro siguiente nos muestra una serie de actuaciones que se deberían dar en un proceso formativo junto con las estrategias necesarias para llevarlas a cabo.
El formador no debe olvidar que su actividad dentro de un proceso de formación tiene que ser motivadora y capaz de provocar nuevos aprendizajes. Para ello, debe ser consciente de la importancia que tienen:
• La forma en la que se presenta y estructura la tarea.
• El modo de realizar la actividad.
• Los mensajes que emite.
• La evaluación de los resultados.
Como conclusión tenemos que tener muy en cuenta la capacidad del alumno, su interés por aprender y la manera en la que le ayudamos a avanzar en sus aprendizajes:
• Cuando tratemos con alumnos que no tienen la preparación suficiente por el motivo que sea (no pueden) pero tampoco quieren aprender, debemos centrar nuestros esfuerzos en dirigir su proceso de aprendizaje.
• Cuando tratemos con alumnos que no tienen la preparación suficiente por el motivo que sea (no pueden) pero quieren aprender, debemos centrar nues-
tros esfuerzos en ayudarle a comprender y a conocer aquello por lo que le cuesta avanzar. • Cuando tratemos con alumnos que tienen la preparación pero no quieren aprender, debemos centrar nuestros esfuerzos en apoyar todo el proceso para y reforzarle sus logros para proporcionarle nuevos incentivos.
• Cuando tratemos con alumnos que tienen la preparación y quieren aprender, debemos delegar en ellos y proporcionarles la libertad suficiente para que aprenda de forma autónoma y ayude al resto de compañeros.