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4.4. La escucha activa
IMPORTANTE
Podemos definir el feedback como la repuesta que obtenemos tras la emisión
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de un mensaje. Siempre que se emite un mensaje obtenemos una retroalimentación que, a su vez, provoca otra y, así sucesivamente. académico o cuando el profesor no responde en varios días. En ambos casos, se está emitiendo una respuesta a un mensaje trasladado.
4.4. La escucha activa.
Este proceso de escucha activa es tanto o más importante que la transmisión de contenidos. Cuando transmitimos tenemos que saber escuchar y eso no implica únicamente escuchar las palabras, sino comprenderlas, darles un significado dentro del contexto en el que se dan y, al mismo tiempo, prestar atención a otro tipo de elementos (por ejemplo, a los gestos o a las palabras).
Escuchar activamente significa atender y prestar la máxima atención a lo que está sucediendo, al mensaje que se está transmitiendo para comprenderlo.
Debemos escuchar activamente para:
• Mandar una respuesta al emisor indicándole si hemos comprendido o no el mensaje.
• Fomentar que el emisor transmita nuevos mensajes para que el proceso comunicativo no finalice y siga enriqueciéndose.
Para lograrlo es necesario que la respuesta que emitamos pase por las siguientes fases, que se muestran a la izquierda.w
En la primera fase, fase de disposición hay que prepararse para prestar la atención necesaria a la persona con la que vamos a interactuar. Influyen decisivamente en esta fase de preparación y previsión el lugar y el momento donde tendrá lugar la interacción, el conocimiento de la persona con la que nos vamos a relacionar y tener una disposición positiva hacia la escucha activa
Una vez estamos dispuestos, es necesario mantener una contacto ocular inicial con el “otro” (una mirada). Con esta mirada la otra persona sabrá que tengo la intención de comunicarme. Podemos lograrlo acompañando este contacto ocular con una postura del cuerpo hacia delante, tal como hemos visto en las páginas anteriores. En este momento, el emisor iniciará el proceso de comunicación para el que ya estoy preparado y para el que tengo que emitir unas respuestas que motiven al emisor tras emitir el mensaje.
Los reforzadores del mensaje dan mayor confianza y seguridad a la persona que está hablando. Podemos reforzar parafraseando (emitiendo de nuevo el mensaje sin cambiar su significado y su sentido pero con otras palabras),
reformulando positivamente (convirtiendo aquellos aspectos negativos del mensaje en elementos positivos), con un silencio, haciendo preguntas sobre el contenido… En definitiva, consiste en aplicar unas técnicas para demostrar al emisor que le estamos prestando atención.
para emitir nuestra respuesta y reforzar el mensaje emitido por el emisor, es necesario que observemos también cómo transmite el
mensaje (comunicación no verbal) y seamos capaces de destacar aquellas
ideas clave del mensaje.
Tras todo lo anterior, estemos en disposición de enviar una respuesta al emisor transmitiéndole que hemos comprendido e interpretado correctamente el mensaje (retroalimentación).
Estableciendo una relación entre las fases anteriores y el proceso de formación, cuando escuchamos activamente debemos:
• Observar para:
• Reconocer el momento en el que se va a iniciar la comunicación.
• Identificar el contenido para su interpretación.
• Ponernos en la situación del alumno para comprender mejor sus sentimientos, emociones y puntos de vista (empalizar).
• Mantener:
• Una postura adecuada que promueva la escucha activa.
• Mantener contacto visual.
• Utilizar:
• Reforzadores verbales (“ya veo”, “si”…) y no verbales (asentir con la cabeza).
• Frases tipo para resumir y mandar una confirmación de que se está comprendiendo el mensaje (“si no te he entendido mal…”, “entonces, tal como dices…”).
• Evitar:
• Interrumpir, juzgar y ofrecer soluciones sin escuchar el mensaje en su totalidad.
• Centrar la conversación en “nosotros” cuando no es el momento.