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4. FASES DEL DESARROLLO GRUPAL
Los grupos secundarios son aquellos caracterizados por relaciones más formales y no tan marcadas por lazos de afecto. Suelen ser grupos funcionales, orientados a la consecución de unos logros. Ejemplos de estos grupos son los sindicatos, las empresas o los colegios profesionales.
4. FASES DEL DESARROLLO GRUPAL
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Al igual que las personas cambian, los grupos también cambian. Debemos recordar que los grupos están formados por personas, con unas metas y rasgos comunes. Cualquier elemento que afecte a estas personas puede afectar al devenir del grupo. Estos cambios pueden ser en los objetivos, en el clima de confianza que se tiene en el grupo o de las relaciones que en él existen.
Estos cambios a los que nos estamos refiriendo son objeto de estudio de muchas disciplinas. Cuando se habla de las variaciones que los grupos experimentan se hace mención a una serie de etapas por las que se dicen pasan todos pero no de en el mismo tiempo ni de la misma forma. Aunque estas etapas intentan recoger los cambios que se dan en el grupo, reflejan solo una aproximación de lo que puede pasar o de lo que puede estar pasando en su seno puesto que ni todos somos iguales ni desarrollamos de la misma forma. Aunque, contemplando las diferencias existentes entre unos grupos y otros, todos evolucionan porque todos intentan llegar a su punto más álgido en el que tanto las personas, como las relaciones establecidas entre ellas así como los ob-
jetivos están adaptados por completo a las necesidades y a los intereses que el grupo pretende. Podemos decir que los grupos se van desarrollando, al igual que las personas, hasta alcanzar la madurez que, estableciendo un equivalente, sería el momento de su mayor plenitud, el momento en el que se conoce y es capaz de favorecer su propio desarrollo.
Según Alfonso Francia y Javier Mata (2002) “algunos aspectos previos en los indicadores de maduración del grupo son:
• Todo grupo que empieza, camina hacia la maduración y de hecho siempre madura, al menos en algunas dimensiones (…). • El grupo maduro no está necesariamente formado por personas maduras. Ni personas maduras, por el solo hecho de unirse, forman un grupo maduro. • Todo grupo para madurar debe obligadamente pasar por unas fases, más o menos intensas.
• La llamada fase de conflicto, con un cierto grado de tensión, siempre es condición necesaria para la maduración. • La calidad de los componentes (…), o la pericia del animador, pueden hacer que las fases sean más cortas, más ricas (…). • La voluntad de sus miembros de hacer grupo en el momento inicial de la formación, mantenida a lo largo de todo el proceso, agiliza la maduración”.
etapas del desarrollo Grupal
Aunque en el gráfico anterior muestra etapas totalmente distintas la realidad es que unas etapas suelen solaparse con otras. Puede darse el caso de que un grupo esté iniciándose pero al mismo tiempo esté intentado resolver problemas para lo que tendrá que establecer normas. Ni todos los grupos pasan por todas las etapas ni todos los grupos se mantienen en cada etapa el mismos tiempo, cada grupo evoluciona de una forma dependiendo de sus integrantes y del contexto en el que se encuentra.
Cada grupo debe aprender en cada etapa a enfrentarse a nuevas situaciones, debe desarrollar habilidades y ciertas actitudes que le ayuden a llegar a la madurez.
etapa de formación.
Es la etapa inicial del grupo y, por tanto, de sus integrantes. Es una fase de inestabilidad en la que se presentan muchas incertidumbres, miedos, angustias e incluso recelos pero, con tiempo, se van superando.
Esta etapa se caracteriza por el desconocimiento de los que forman parte del grupo, de la propia dinámica que sigue el grupo e incluso del papel que el individuo puede tener dentro del grupo. Este desconocimiento suele ir acompañado por momentos de tensión (más o menos dependiendo de la persona) por la incertidumbre que el “no conocimiento” provoca.
En esta etapa el papel que adquiere el formador es muy importante porque debe propiciar poco a poco un clima de confianza y conocimiento adecuado a cada miembro.
Es conveniente que en esta etapa el formador intente explicar lo que este grupo pretende, como serán los contenidos, la metodología y las exigencias y proporcione experiencias para conocerse y generar confianza.
Etapa de conflictos y generación de normas.
Superada en gran medida la etapa anterior, el grupo se conoce un poco más y ha adquirido confianza lo que provoca “enfrentamientos” entre sus miembros que deben ser resueltos en el propio grupo y por el grupo y que no deben “aparcarse”. Estos conflictos pueden surgir por oposición, por competición o por acuerdos entre los propios miembros para fortalecer la oposición. En cualquiera de estos casos, el grupo siempre tiene que buscar una respuesta y tiene que avanzar hasta conseguir la madurez.
En esta etapa, y para alcanzar la citada plenitud, es necesario que el grupo establezca unas normas que regulen los comportamientos y las interacciones internas-externas. Según Manuel Pallarés (1992) es preciso establecer las siguientes normas (p. 36):
• responsabilidad grupal. Para que el grupo evolucione es necesaria la implicación de todos sus miembros y la asunción de responsabilidades por parte de estos.
• responder a los demás. Es necesario establecer la premisa de que el grupo debe interactuar bajo el prisma de la escucha activa.
• Interdependencia. La principal norma para que el grupo evolucione y pueda pasar de una etapa a otra es que todos deben cooperar para conseguir las metas marcadas por el grupo.
• toma de decisiones a través de consenso. Muchas de las dificultades que presentan los grupos vienen determinadas por la imposición de voluntades o decisiones de unos pocos. El grupo se caracteriza por ser “uno” y por tomar decisiones a través del consenso.
En esta etapa el formador debe intentar que los alumnos acepten estas normas para hacerles corresponsables del funcionamiento y dinamismo del grupo.
El profesor en esta etapa debe intentar que los alumnos se comprometan y se impliquen asumiendo responsabilidades y cooperando. Una forma de hacerlo es proporcionándoles mayor autonomía.
Etapa de solución de conflictos.
Esta etapa corresponde con la estabilidad del grupo. Después de haber enfrentado las dificultades y haber desarrollado estrategias para la asunción distribución de responsabilidades, llega la calma. Las tensiones propias de las otras etapas parecen ahora diluirse y dejar paso a un clima más tranquilo en el que las relaciones se han fortalecido y los vínculos emocionales se han hecho más fuertes.
Es, a partir de esta etapa, cuando el grupo es consciente de lo que es capaz de hacer provocando en sus miembros niveles altos de satisfacción y nuevas expectativas. El grupo ha aprendido a autorregularse y a poner en marcha mecanismos para solucionar conflictos.
El profesor debe reforzar el trabajo hecho por el grupo haciéndoles comprender que el conflicto refuerza su cohesión y contribuye a su madurez.
Etapa de eficiencia.
Cuando el grupo alcanza esta etapa ha logrado su objetivo. El grupo ya es capaz de poner en marcha los mecanismos para alcanzar sus metas. Ha aprendido a hacer frente a los conflictos y a solucionarlos de forma que ningún miembro se sienta desplazado. En esta etapa el grupo está cohesionado, está bien regulado y ha definido los roles que tienen sus miembros. Las responsabilidades también son asumidas haciendo posible que se logren las metas inicialmente propuestas. En esta etapa el grupo está prepa-