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LOS RESULTADOS DE APRENDIZAJE, EL GRUPO, LOS CONTENIDOS, LOS RECURSOS Y LA ORGANIZACIÓN
5. ELECCIÓN DE LAS ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS EN FUNCIÓN DE LOS RESULTADOS DE APRENDIZAJE, EL GRUPO, LOS CONTENIDOS, LOS RECURSOS Y LA ORGANIZACIÓN
Tal como ya aparece en el enunciado de este apartado, la selección de las estrategias didácticas van en función de los objetivos que queramos lograr, del grupo de alumnos, de los contenidos, de los recursos y, por supuesto, del método que elijamos como más adecuado para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
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Es necesario que la estrategia se oriente a los resultados para darle mayor coherencia al proceso educativo. No tiene sentido, por ejemplo, plantearse como objetivo la realización de soluciones químicas de forma autónoma cuando elegimos una mera exposición oral de esos contenidos. Ese objetivo, requiere en sí, una práctica por parte del alumno que no está proporcionando la técnica ni proporcionarán las estrategias encaminadas a lograrla.
También es necesario para elegir adecuadamente la estrategia didáctica, considerar el tamaño del grupo. Como hemos visto también con anterioridad, no todos los métodos deben utilizarse con números elevados de alumnos. Si dependiendo del tamaño no se elige un buen método y una buena estrategia, los resultados no serán los esperados.
Además, es muy importante que conozcamos las capacidades de los alumnos ya que hay métodos que favorecen un tipo de actividad específica, como la investigadora que requiere una preparación y entrenamiento anterior. Unido a esto, es necesario contemplar los recursos disponibles. Si necesitamos que los alumnos investiguen, como poco se requerirá de espacios amplios que permitan al alumno la disposición por distintos ambientes y, la disponibilidad de recursos técnicos que faciliten esta actividad.
Como último elemento al que haremos alusión pero no menos importante, tenemos que tener presentes cuales son nuestras características como formador (aquello que más se adecua a nuestra forma de ser y enseñar) y nuestros intereses. En función de estos también tiene que elegirse la estrategia. No tendría tampoco sentido elegir una técnica de dinámica de grupos cuando el propio formador no es partidario de utilizarlas con grupos numerosos.
es necesario que, atendiendo a la gran variedad de estrategias que podemos utilizar tengamos muy en cuenta aquello que queremos lograr, con quien vamos
a utilizarla, el momento y los recursos disponibles.
A continuación veremos una serie de estrategias didácticas que podremos utilizar teniendo en cuenta todo lo anterior. ésta es una pequeña selección de las muchas que podemos encontrar y utilizar pero si son las más utilizadas y recomendables en un proceso de formación.
1. presentación y toma de contacto.
Al comienzo de cada curso es conveniente para los alumnos y para el formador, dedicar un tiempo (previamente plantificado) al conocimiento de los miembros que compondrán el nuevo grupo. Se puede comenzar dedicando tiempo a presentaciones individuales en las que cada uno pueda explicar rasgos propios de su personalidad y los motivos que le han llevado a iniciar este nuevo aprendizaje (es muy útil sobre todo con alumnos adultos).
Esta información que recabe aquí el formador es muy útil para orientar los procesos que a partir de ahora tendrá que emprender.
Esta estrategia de presentación no es solo útil para conocer a los alumnos y que estos conozcan al profesor, sino también para conocer el objetivo general del curso y hacer una aproximación a su contenido. Se pueden utilizar introducciones, presentaciones, resúmenes, mapas conceptuales… todo aquello que consideremos que pueda ser de interés para que los alumnos conozcan también el contenido del programa formativo y su metodología. Esta contextualización ayudará al alumno a situar los nuevos conocimientos que vaya adquiriendo en un esquema mental, lo que supondrá, mayor facilidad para aprender.
2. Identificación de lo que existe.
Según Sánchez (2005)15 “actuar como si todos los alumnos partiesen del mismo punto equivaldría a ocultar la realidad de las diferencias individuales, sociales, económicas, culturales, etc. Iniciar, por tanto, los procesos de enseñanza y aprendizaje sin detectar y tener en cuenta las ideas previas contribuirá, no al desarrollo de la igualdad de oportunidades, sino a potenciar su sistema de incremento de las desigualdades”.
Esta reflexión nos permite identificar la importancia que tiene conocer los esquemas mentales previos de los alumnos para utilizarlos como “punto de salida” de los nuevos conocimientos y engranarlos. Conocer significa saber lo que el alumno ya tiene, con lo que ya cuenta: conocimientos (lo que el alumno sabe),
15 Como recoge Primitivo Sánchez en el capítulo 9 de la obra publicada por Isabel Cantón y Margarita Pino-Juste (2011) “Diseño y desarrollo del currículum” (p. 195).
procedimientos y habilidades (lo que el alumno es capaz de hacer) y actitudes (lo que el alumno siente).
Esta estrategia es útil no solo a comienzo del curso sino al comienzo de cada unidad. Para aplicarla se pueden utilizar muchas técnicas como por ejemplo, la lluvia de ideas.
3. desarrollo de actividades diversas.
Las actividades son definidas como aquellas acciones de orden menor que se ponen en práctica para lograr los objetivos dentro de un programa. Es a través de las actividades como se lograr adquirir el aprendizaje porque el alumno puede comprobar hasta qué grado ha conseguido la asimilación de la nueva información y deben ser diseñadas por el profesor para ajustarse a objetivos, contenidos, alumnos, momento, recursos y características propias.
Entre las más utilizadas por los profesores se encuentran:
• la resolución de problemas. Se presenta al alumno un problema que tiene que resolver y sobre el que debe tomar una decisión. Para ello, debe disponer de una organización de los procesos mentales para lograr resolverlo. Es necesario que el alumno lo comprenda, se planifique para priorizar aquellos pasos que debe dar para resolverlo, lo ponga en práctica y compruebe que los resultados son los esperados.
Este tipo de actividades es muy utilizada en las sesiones formativas porque permite al alumno ser consciente de su propia evolución y le otorga el protagonismo en su propio proceso de aprendizaje.
• estudio de casos. Es una actividad que permite contextualizar el aprendizaje y adecuarlo a la realidad sociocultural en la que se encuentra el alumno. Permite conocer de primera mano un “caso real” y le permite tomar sus propias decisiones al respecto. Con el estudio de casos se consigue que el alumno compruebe por sí mismo la utilidad de los nuevos aprendizajes.