3 minute read
6. HABILIDADES DOCENTES
Esta actividad requiere por parte del alumno un estudio detallado del caso presentado, su impacto y consecuencias, analizarlo para conocer aquellos factores responsables de que se haya producido, reconocer aquellos elementos y datos importantes que han sido determinantes para el caso y la relación existente entre ellos, proponer alternativas para su resolución especificando las ventajas y desventajas de cada una de ellas y tomar una decisión.
• proyectos. La actividad es similar a la anterior pero su principal diferencia radica en la duración y en la complejidad del problema sobre el que hay que posicionarse. Los casos, suelen ser problemas específicos que pueden resolverse en periodos pequeños de tiempo. Por el contrario, los proyectos suelen ser problemas planteados más grandes y ambiciosos y requieren mas tiempo por parte de los alumnos.
Advertisement
Los pasos anteriormente señalados pueden utilizarse también en los proyectos pero, sin duda, adquiere especial relevancia la planificación que debe hacerse para poderlos resolver debido, precisamente a la complejidad y al tiempo que puede llevar resolverlo.
6. HABILIDADES DOCENTES
Somos dados a pensar que la única condición para ser buen o mal profesor este tener pleno dominio de los conocimientos que se pondrán a disposición de los alumnos. Los cambios que hemos vivido en la educación en el último siglo ha mostrado como además de los conocimientos propios que debe tener necesita contar con unas habilidades que le faciliten la enseñanza. Así, en los últimos han proliferado los cursos de preparación psicopedagógica de los docentes en los que no se les enseña el contenido sino la forma de trasladarlo teniendo muy en cuenta todos los elementos que hemos venido desarrollando hasta el momento.
Si nos ceñimos a la definición que facilita el Diccionario de la Lengua Española, “habilidad” es la “capacidad o disposición para algo”16. Si contextualizamos, podemos entender como habilidad docente la capacidad que tiene un profesor para desarrollar un proceso de formación. Esa capacidad entraña unos conocimientos pedagógicos adecuados y unos rasgos de personalidad que favorezcan el aprendizaje porque hoy día se comprende al formador no solo como transmisor de aprendizajes sino como informador, motivador, orientador, organizador, comunicador y socializador, entre otros calificativos que podemos otorgarle.
Habilidades docentes hay muchas pero vamos a señalar las más relevantes en la labor docente:
• saber escuchar. Fundamental es que el profesor no se centre en la transmisión sino que proponga espacios donde los alumnos puedan participar y manifestar sus opiniones. Para ello, debe mostrarse preparado y con una actitud activa hacia la escucha.
• saber reorientar. Reorientar no solo a los alumnos cuando se encuentre desconcertados o perdidos sino también reorientar los objetivos cuando se hayan manifestado cambios importantes que así lo requieran.
• saber preguntar. En numerosas ocasiones los alumnos se sentirán perdidos, no comprenderán los contenidos. Para ello, el profesor debe saber retomar el tema haciendo preguntas que le ayuden a conocer el “punto” que ha hecho que el alumno “se pierda”.
• saber introducir un tema y secuenciarlo. Es importante que el formador establezca puntos de información que permitan situarse al alumno y ubicarse cuando se introduzcan nuevos conceptos o nuevos temas.
• Hablar en público. Necesitará conocer aquello que facilita la comunicación con el grupo de alumno y qué aspectos lo facilitarán.
• expresar sentimientos controlados en interacción con los alumnos.
Es recomendable que el profesor sea capaz de comunicar su satisfacción o insatisfacción ante comportamientos de los alumnos y, más aún, cuando las reglas son explícitas. Ello debe hacerlo de forma controlada y evitando explosiones emotivas que no ayudarán a crear un clima de confianza.
• criticar constructivamente y afrontar las críticas.