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El Evangelio en Solentiname: diálogo, praxis y bioética

Vivian Auffant Vázquez

El Evangelio en Solentiname: diálogo, praxis y bioética

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El texto seleccionado para este ensayo es El Evangelio en Solentiname de Ernesto Cardenal (2 vols. 1975, 1977), el cual permite una mirada sobre los temas del derecho a la vida, la salud y la equidad en la literatura latinoamericana contemporánea. La literatura y sus diversas formas permiten la convergencia de ideas, temas y reflexiones en su contexto de exposiciones con variadas estructuras. Algunos aspectos que se destacan en la lectura se relacionan a la visión de la enfermedad en culturas no eurocéntricas ni sajonas. El entendimiento entre el enfermo y quien le sana permite una visión a la bioética desde la intertextualidad de los evangelios cristianos, su exégesis en el siglo XX a la percepción nicaragüense de los años de 1970.

La obra es el resultado de las reflexiones y análisis de las personas de su parroquia en Solentiname, una isla en medio del Lago de Nicaragua. Este es el lugar de trabajo misionero del jesuita Ernesto Cardenal que constituye un proyecto de auto sostenimiento y desarrollo de las capacidades de los habitantes desde los años de 1970. La comunicación verbal y escrita, al igual que las artes, los oficios, la pesca, agricultura y tecnología, son medios autodidactas y sistematizados por los cuales la comunidad mayormente indígena y criolla labora diariamente para su autogestión y sostenimiento. Encontramos una semejanza de esta gestión con la Misiones Jesuitas desarrolladas en el sistema colonial ibérico del Siglo XVII principalmente en el Paraguay, aunque se establecen en otras regiones como Argentina, Chile y Brasil.

El sacerdote Cardenal de nacionalidad nicaragüense, colaboró en la continuación de proyectos culturales, manteniendo su modus vivendi en el más amplio respaldo y respeto a sus costumbres con el complemento de los recursos de la modernidad, fundamentándose en el derecho de persona que les asiste. Desde esta perspectiva, se evalúan los evangelios con la mirada que el Concilio Vaticano II (19621965) recogió en documentos que reconocen las interpretaciones latinoamericanas. La relación de los habitantes con la realidad propicia la apertura al diálogo en la homilía con los feligreses. Tal práctica la sostiene la Compañía de Jesús, orden religiosa a la que pertenece Cardenal y a su vez es la forma literaria de divulgar las reflexiones sobre textos fundamentales al cristianismo.

Entre las obras estudiadas de Ernesto Cardenal, la que mejor refleja la complejidad de la escritura que requiere el oficio de la palabra y el tema amplio sobre la salud, es El Evangelio en Solentiname. La exposición en las partes seleccionadas incluye las preguntas: ¿cuál es la condición que sufre la persona?; ¿qué siente el enfermo respecto a su condición?; ¿cuál es el origen de la enfermedad?; ¿cómo se reacciona en medio de la crisis? ¿qué se opina socialmente sobre la enfermedad? ¿cómo la condición social influye en el desarrollo de las enfermedades? y ¿cuál es el procedimiento que sostiene el tratamiento? Las preguntas expuestas y las que hace el receptor, acercan las referencias a los procesos éticos y bioéticos de principios actuales para atender diferentes aspectos de enfermedades, pacientes y relacionados con diversas condiciones de salud.

En esta obra identificamos el recurso del diálogo en sus dos volúmenes que tienen su formato el cual se refiere a una forma lingüística dramática, la cual corresponde a la conversación de los personajes entre sí. El uso de la conversación ha sido el género idóneo para la apologética cristiana o para la reflexión moral –del subjetivismo y el emotivismo- como parte de los legados medievales rescatados a través de los debates. En los intercambios de argumentos se analizaban temas, problemas, acciones y contextos. A su vez tal forma es partícipe de diversas culturas, de las que destacamos la griega, pues en ellos se argumentaba sobre todo tipo de temas y circunstancias. Se relaciona su dinámica a la evaluación de condiciones desde distintas perspectivas promoviendo interpretaciones diversas para llegar a la alternativa adecuada del problema que a su vez coincide con la función de los comités de ética formados para tomar decisiones adecuadas y pertinentes.

El análisis literario de este evangelio presenta las distintas estrategias de locución porque incluye todas las voces de una obra: la voz de quien escribe; la voz rescatada en un tiempo tanto por el emisor como por el receptor que puede ser oidor/lector; la voz comentada, recreada transcrita y editada. La intertextualidad entre formas antiguas se repite en la obra del poeta. Antes hizo los Salmos (1965) ahora El Evangelio en Solentiname. Se vuelve a tomar la referencia de las estructuras literarias en una ubicación diferente, un vocabulario particular y adecuado al momento de la circunstancia. El recurso de conservar las conversaciones ocurridas en la realidad mediante la grabación y luego la transcripción que hiciera Cardenal a la palabra escrita para este texto, sostiene la autenticidad de los comentarios, correspondiendo al testimonio exégeta de tiempos actuales. Implica a su vez, el derecho a la palabra para exponer problemáticas que atienden diversos temas, destacando el de la salud-enfermedad.

Estas voces y sus intercambios de pensamientos enriquecen la autenticidad de la expresión, mantienen el presente continuo, al igual que la pertinencia de la discusión y análisis de los temas. Su uso otorga mayor comprensión a la reflexión de forma dialéctica, hace progresar la acción, reproduce el discurso cotidiano para reconocer y entender que la naturaleza mantiene las exigencias de los reclamos de libertad, equidad, justicia y el derecho a la tierra que se cultiva, para vivir la paz. En el texto estudiado, al avanzar la discusión, se presentan diversos argumentos con el fin de llegar a una conclusión, transluciendo el uso de palabras y ejemplos de que la salud es un estado que integra alimento, vivienda, trabajo, educación, deberes y derechos incluyendo el entorno inmediato y a toda la sociedad; en resumen, el estado de la justicia en una sociedad es parte de la salud. La justicia es parte de la equidad que implica la distribución equilibrada de los recursos de salud. No solamente se beneficia la salud física sino la emocional y mental porque permite ratificar la comunidad solidaria de los habitantes de un lugar.

Cuando se evalúa la trayectoria del desarrollo de la medicina como práctica social surgen aspectos importantes que impulsan reformas en el estudio y ejercicio de la profesión. Las epidemias, hambrunas y guerras que han llenado el planeta a través de los siglos, permiten considerar el ejercicio de la medicina unido al marco social y económico como parte del panorama de salubridad de una población. Otro aspecto constituye la comunicación e interpretación de circunstancias entre paciente y médico que atienden diversos aspectos de la situación de salud.

El texto tiene una perspectiva particular cuando se expresan los potenciales pacientes que a su vez se nombran e identifican; las diversas enfermedades y condiciones de salud; las causas físicas, mentales y emocionales; la identificación de las circunstancias del paciente; los tratamientos y la actitud médica. Al contextualizar la enfermedad, los hablantes comparan la referencia ancestral de los evangelios con sus propias realidades. La suma de comparaciones conduce a mostrar que antes y ahora las personas tienen la necesidad de ser atendidos, recibir tratamientos y medicinas con el debido respeto a su persona que debe trascender su condición social, étnica, de edad, capacidad económica, entre otras.

El Evangelio en Solentiname, obra testimonial y compilada por Ernesto Cardenal, se inserta en la trayectoria centenaria del pensamiento y la teología de liberación de Latinoamérica. Es una conceptuación ancestral que sale de una gran contradicción: la esclavitud del prójimo. En un continente que ha expresado la espiritualidad a través del dogma cristiano, se aglutina su expresión más madura en la teología de la liberación. El Concilio Vaticano II (1962-1965) impulsa la expresión de la situación extrema de los pueblos americanos. Gustavo Gutiérrez (2004) a 25 años de la teología de la liberación resume que la pobreza significa, en última instancia, muerte porque se desatiende las necesidades de salud mediante la carencia de alimentos, el desempleo faltándole el respeto a la dignidad humana.

La selección de las partes que corresponden a los casos de enfermos llevados a Jesús para que los sanara, permiten la reflexión desde circunstancias y tiempos distintos, pero no diferentes en cuanto a las necesidades y expectativas de los afectados. Las personas de la comunidad de Solentiname comentan y reflexionan sobre los casos de los evangelios de la Biblia y hacen su análisis partiendo de su cotidianidad y circunstancias. Esta comunidad es el ejemplo de referencia que nos conduce a la particularidad de oír interpretaciones de los evangelios cristianos no de teólogos o exégetas externos, sino de boca de los mismos habitantes quienes exponen opiniones de manera directa, sobre el pensamiento y filosofía cristiana, respecto de las enfermedades a la luz de sus circunstancias y visión cultural.

Los diálogos destacan la aportación del pensamiento cristiano de la projimidad, que es un paso sobre el individualismo; porque partiendo de lo propio, identificamos al otro. La vida es el punto de partida y lo que la limita, es la enfermedad. Un referente constante es que las estructuras sociales y económicas pueden ser limitantes y producir enfermedades. La práctica de la conversación ofrece un apoyo emocional e intelectual para los participantes. Al discutir sobre un asunto no sólo se analiza, sino que se crea un entendimiento aún en puntos de vista disímiles, propicio para los lazos de conciencia, solidaridad y humanidad. La palabra hablada afinca la humanidad y el humanismo de la persona.

Mediante la forma del diálogo se establecen los análisis de los textos distinguidos. Seleccionamos las partes en que se comentan la convivencia de la ética médica y las condiciones del paciente. Los dos volúmenes utilizan dicha forma para establecer las diferencias en tiempo y espacio. Sabemos sobre lo real de las voces porque el transcriptor utiliza la grabación como referencia para demostrar la dinámica discusiva y analítica del momento, recogiendo directamente la espontaneidad de la palabra.

El texto refleja principios de la Teología de la Liberación y reflexiona, desde varias perspectivas sobre los antiguos ejemplos. Las voces evalúan las cuestiones que en estos años contemporáneos a su publicación de 1975 se discutían: ¿cómo es la visión y entendimiento de la fe en Jesús en los países de América? Si El Evangelio de Lucas se escribe desde la perspectiva de los que sufren diversas enfermedades, en el comentado de Solentiname se encaran voces que representan al excluido, al oprimido y al que padece no sólo en la enfermedad sino toda la circunstancia que la produce, le impide acceso a tratamientos y a la salud. Se subraya que no es que se busque arbitrariamente la prolongación de la vida por egoísmos o apegos. Es la indiferencia y falta de voluntad de quienes pueden asignar recursos en la atención de necesidades básicas de las personas, a fin de prevenir epidemias como es el polio, ejemplo expuesto en el texto estudiado.

Jesús sana a un leproso

Destaca la condición indefensa que tiene un enfermo; porque los leprosos se sentían muy humillados, no eran considerados hijos de Dios. Al respecto dice Cardenal: “Las enfermedades de los niños en Solentiname tienen cura. Y el mal que nosotros debemos remediar no debemos considerarlo como la voluntad de Dios” (I- 88). Felipe dice que era importante que Jesús lo tocara porque se supera la creencia que al tocar a un enfermo, se nos pasa el mal. (I-90)

Curación de un paralítico

Comenta el Padre Julio, un jesuita español: “A mí se me ocurre que Jesús aquí nos hace ver que el mal físico no es el verdadero mal del hombre sino el mal moral” (I-179). En este pasaje se nota que las enfermedades físicas se consideraban con mucha importancia. Olivia indica: “Me parece a mí que muchas veces las enfermedades vienen por el pecado. Por ejemplo, en nuestro país, por el negocio que se hace con las medicinas, la gente no las puede comprar, no se alivia. Los niños se mueren por falta de medicamentos, porque la medicina está para el que tiene dinero” ( I-181).

El hombre de la mano seca

¿Qué se podía hacer en el día de descanso: ¿el bien o el mal, salvar la vida o quitarla? Entre los trabajos del sábado no se podía curar enfermos a menos que estuvieran en peligro de muerte. (I-189) Aquí entendemos que hay una decisión entre la no maleficencia y la autonomía.

El endemoniado de Gerasa

Noel, el agrónomo dice: “Esa mentalidad sigue existiendo hoy, hay que ver como cuidan los capitalistas a sus cerdos y toros de raza sin que les importe nada que los niños campesinos estén desnutridos o enfermos y que se mueran; también hay que ver cómo nos están envenenado al pueblo con los insecticidas” (I-234). La situación puede enloquecer a alguien, cuando te lo quitan todo y no hay nada para sobrevivir. Cardenal indica que hay enfermedades que se deben en último término a conflictos sociales (I-236). Sobre la locura se explica que puede ser el egoísmo interpretado como lo maligno.

Curación de la hija de la cananea

La curación y la salud no son sólo para la persona, también es para una nación; así el trabajo de Jesús es para la humanidad.

Curación de un sordomudo

Jesús le escupe y lo sana, Tal vez Jesús quería demostrar el poder curativo que había en él. (II-100) También a nosotros se nos han abierto los sentidos, en estas islas, y nos damos cuenta de la injusticia que antes no veíamos. (II-101)

Curación de un ciego

Ese ciego se convirtió en un líder cuando propagó su sanación porque él fue quien hizo que la demás gente alabara a Dios. ( II-195)

La resurrección de Lázaro

Jesús le dice que se olvide del último día, que lo que importa es hacer el bien. (II-199)

En estas selecciones de los evangelios cristianos seleccionados en la obra de Cardenal, los enfermos reflejan la actitud de humildad y petición de sanación ante su condición por lo que implica la enfermedad como un estado de indefensión y en ocasiones se ha interpretado como pecado según le ha otorgado el poderío de la sociedad, a la dolencia. No obstante, se capta la implicación de que la enfermedad física se confronta con el mal moral del interés que permea el beneficio y lucro a obtenerse de los necesitados, como es la ganancia desproporcionada en la adquisición de medicamentos y honorarios médicos. Un ejemplo de ello es el del miércoles 8 de junio de 2012, cuando la cadena TELESUR hizo un reportaje sobre la situación económica en Grecia, destacando la crisis de los medicamentos, porque las farmacéuticas Roche y Bayer, entre otras, se niegan a despachar medicinas a ese país hasta que no les paguen. La Asociación de Farmacias de Grecia denunció ese atropello porque hay gente que morirá por falta de los medicamentos.

Estos temas, separados de los estudios literarios, tradicionales encuentran resonancia en las disertaciones actuales como son los compilados por Enrique Dussel en Pensamiento Latinoamericano(2005) en el cual explica la aportación que hacen: las culturas amerindias, la teología de la liberación y el desarrollo actual de la ética, al pensamiento contemporáneo latinoamericano. La visión indígena y de las comunidades actuales, es una voz, que, silenciada en diversos períodos de la historia continental, adquiere una expresión propia en los trabajos de Ernesto Cardenal.

Las observaciones y razonamientos de los participantes del diálogo transcrito reflejan la correspondencia entre los códigos éticos, de Maimónides, e Hipócrates que a su vez relacionan la actitud y colaboración del médico como un elemento fundamental en conducir al paciente a un estado óptimo de salud en cualquier sociedad. Así mismo los conceptos de bioética expuestos en 1970 por teóricos como Potter, Beauchamp y Childress, encuentran otros caminos previamente andados de amplio desarrollo, pertinentes, unidos a circunstancias específicas que contrastan en estas latitudes continentales.

El establecimiento de unas referencias en cuanto al desarrollo de las conceptuaciones filosóficas requiere una perspectiva que abordan estudiosos latinoamericanos para establecer una diferencia de énfasis, un punto común: el conocimiento del ser. Entiende Dante Ramaglia y así lo explica en: La cuestión de la filosofía latinoamericana (2005) que la filosofía latinoamericana e historia de las ideas son campos relacionados. Expone que nuestro continente ha sido objeto de reflexión por aquello que: aborda la realidad histórica social de la región lo cual lleva a dejar fuera otras manifestaciones de la filosofía que no han dado prioridad a este enfoque. La característica de la filosofía en Latinoamérica es la contextualización. También se identifica como un pensamiento con otras formas de expresión filosófica que no se reducen al discurso filosófico abstracto en su sentido estricto:

Por ese motivo, la riqueza y las particularidades del pensamiento filosófico latinoamericano resulta mejor comprenderlas desde la historia de las ideas, desde la cual se ha abordado preferentemente su trabajo historiográfico, en lugar de hacerlo a partir de la historia de la filosofía en el sentido tradicional. (Ramaglia, 2005, p.377)

La historia es uno de los ejes de la identidad y de la elaboración del concepto de la libertad que a su vez constituye uno de los temas universales que elabora la filosofía. En América no se desarrolla el pensamiento en lo abstracto, sino en un marco referencial histórico–circunstancial de todas las naciones del nuevo continente y los países periféricos. La relación del pensamiento latinoamericano respecto al tema de la libertad, encarnado principalmente por Simón Bolívar y luego con las propuestas que demandan la segunda independencia de las repúblicas en las voces de Eugenio María de Hostos y José Martí, van marcando la contradicción de la ausencia de libertad y de autonomía en perspectivas propias como lo denuncian los procesos de independencias y las Cortes de Cádiz desde 1812.

Con este mismo marco se desarrolla la visión ética latinoamericana que constituye el cuerpo de las ideas que van delineando una de las contribuciones al pensamiento universal: la teología de la liberación y el amplio enfoque a la bioética. La Declaración de Morelia de 1975 es un documento elaborado por Enrique D. Dussel, Francisco Miró Quesada, Arturo Andrés Roig, Abelardo Villegas, Leopoldo Zea, con motivo del Primer Coloquio Nacional de Filosofía, celebrado en la ciudad de Morelia, Michoacán (México), del 4 al 9 de agosto de 1975; busca esta apertura la expresión propia:

A una filosofía que hace suponer el destino manifiesto de un conjunto de pueblos para imponer su dominación al resto del mundo, deberá ofrecerse una filosofía que niegue tal destino y haga, por el contrario, expreso el derecho de todo pueblo a la libertad como autodeterminación. A una filosofía que justifique, como lo ha venido haciendo, la dependencia de unos pueblos en exclusivo beneficio de otro deberá oponerse una filosofía que rechazando la relación vertical de dependencia haga expresa una relación horizontal de solidaridad. Esto es la solidaridad de hombres entre hombres, de pueblos entre pueblos, de pares entre pares. […] La historia es entendida ahora como un proceso de liberación no sólo en favor de los oprimidos, sino también en favor de los opresores, que dejarán de ser tales, gracias al coraje físico y al poder creador de los pueblos dominados, embarcados en un proceso revolucionario que no podrá ya detenerse hasta alcanzar aquella universalidad en la que el hombre pueda constituirse en hermano del hombre.

Dicha visión aporta otra redefinición a partir de los estudios de la bioética anglosajona en el último cuarto del Siglo XX. Salvador Vergel (2005) en su artículo La bioética, explica el paso inicial del concepto y práctica del nacimiento de la bioética en los años de 1970 en los países industrializados. En ese momento se marca la doctrina que pretendió fundamentar centrados en cuestiones médicas únicamente cuatro principios: autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia. Los señalamientos a esta exposición, es que olvida temas muy sensibles de la región, sobre todo los relativos a las condiciones sociales de la salud, la pobreza, el analfabetismo, la malnutrición, el acceso a los servicios de salud, y a los medicamentos, al agua potable y la temática medioambiental. Estos aspectos no se consideran fundamentales en el trabajo de Childress porque se concentran en las decisiones a tomar sobre un paciente que ha llegado a un hospital. Esta es una etapa en un proceso de una persona que puede o tiene con qué afrontar su situación de salud. El llamado a la reflexión de Vergel es la consideración de condiciones que padecen la mayoría de las personas que no tienen cómo afrontar las enfermedades, en especial en países donde no hay asistencia médica pública como parte de las leyes y obligaciones del estado o si las hay no se ejercen a toda la población.

Un acercamiento similar lo exponen las voces latinoamericanas en el Concilio Vaticano II (1962-1965) Medellín (1968) y Puebla (1979) reconociendo las situaciones particulares de Latinoamérica y de otros países llamados “en desarrollo” del África y Oceanía. Aunque todavía hay países industrializados, desarrollados, llamados del primer mundo, que no tienen leyes de asistencia sanitaria pública que atiendan a la población indigente sin cobrarles de alguna manera. Al respecto uno de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es promover y facilitar el acceso a servicios de salud hasta lograr la cobertura sanitaria universal.

José Ramón Acosta Sariego, con la obra Los árboles y el bosque: Texto y contexto bioético cubano(2009) ofrece una mirada al proceso de la bioética desde los llamados fundamentos en el principialismo, el sistema de Beauchamp y Childress y su evolución a la bioética latinoamericana. Entiende el autor que cada postulado debe ubicarse en circunstancias al igual que cada caso. El asunto de la salud o cualquier otro, sirve de responsabilidad social y se le aplica la pregunta con qué dinero lo vas a hacer. Se entiende que la pregunta pertenece a la estructura económica que rige en el patrón de lucro en los planes de salud, lo cual limita muchos servicios, no tiene espacio para la amplitud y te arrincona en una estructura previamente diseñada para otra función que no es el auxilio. Las exigencias presupuestarias pueden interpretarse como parte del lucro que implica el negocio de la salud. El procedimiento está diseñado para emergencias, cuidados intensivos en cuya situación el tiempo escasea para tomar decisiones; pero el error estuvo en absolutizar el sistema Beauchamp y Childress como única alternativa teórica y de procesos. El sistema no logra trascender a la problemática social, porque no es su propósito ir sobre las situaciones en el plano social, global y ambiental.

Se destaca la contribución de Volnei Garrafa en esta temática bioeticista, ambiental e investigativa en la que se señalan los dobles estándares aplicados a países de alto desarrollo económico frente a los periféricos. El trabajo de este médico odontólogo que ostenta la Cátedra UNESCO de Bioética de la Universidad de Brasilia ha sido liderar con otros interesados la revisión de la Declaración del Helsinki originalmente de 1964 en varias instancias (2000, 2005, 2009) para ajustar el derecho a la salud como un derecho universal de toda persona. Se fundamentan las revisiones en esta obligada mirada continental, pero que en la aplicación no atiende los problemas existenciales separados de las realidades históricas. Varios propósitos tienen estos encuentros como en 1995, el Congreso Latinoamericano y del Caribe de Bioética, que promulgó crear una bioética latinoamericana que responda a las necesidades y particularidades de la región, abriendo un espacio en la relación de situación económica y la salud.

El capítulo 4 del libro de Acosta Sariego anteriormente citado, presenta un resumen de los modelos teóricos-metodológicos realizados a los fundamentos de la bioética y sus razones. En el mismo muestra los puntos suspensivos a la bioética de Potter, Beauchamp y Childress respecto a su aplicación en el continente latinoamericano. Según Acosta Sariego, “el error de sus seguidores fue absolutizar el sistema de Beauchamp y Childress como única alternativa teórica procedimental” (2009, p.191). La explicación de la filosofía desde la óptica latinoamericana y su relación con los problemas del ser humano, no se entiende igual desde Europa, porque a partir de la conquista y evangelización no se permitió el desarrollo del pensamiento libertario en las tierras recién descubiertas sobre todo por el sistema impuesto de esclavitud, el colonialismo y el ansia de poder que se impuso hasta traspasar los cimientos de las nuevas repúblicas. El prejuicio racial y la superioridad étnica permeó el pensamiento hasta nuestro días en la colonialidad. Tal percepción del viejo continente incluso se ha reflejado en los cursos universitarios europeos de la época como es una de las enseñanzas del filósofo del Siglo XVIII Emmanuel Kant en 32 años de enseñanzas universitarias (1935,p.219-220):

Esto es todo lo que con verosimilitud se puede juzgar: que la mezcla de razas (en las grandes conquistas) que borra poco a poco los caracteres, no es favorable al género humano, a pesar de toda la pretendida filantropía.

El Evangelio de Solentiname recoge el conocimiento nicaragüense, la antigua enseñanza indígena retomada ahora por los campesinos, que comparan sus vidas con las parábolas del Evangelio a la luz de sus circunstancias actuales, de las condiciones de salud física y mental tanto individual como colectiva. En resumen, confrontan la naturaleza humana y de la condición de fragilidad entre la vida, la salud, la enfermedad y la muerte. El proceso de reflexión es integrador. Implica que no es sólo aprenderse la palabra de memoria porque la leyeron o la oyeron sin entenderla, sino que la experiencia de la situación propia es la manera directa para explicar lo ocurrido, como es el significado de la sanación y los tratamientos. Las enseñanzas del Maestro ya no eran indirectas, comparativas, metafóricas como en las parábolas leídas en la Biblia correspondiente a un tiempoespacio lejano, sino que se ven en la realidad misma; los comentarios de las voces permiten la comparación y la pertinencia de lo vivido.

El trabajo evalúa los casos de enfermedades presentados según el contexto, para acercarse a una comparación, si procede, según cada situación entre la expectativa de sanación del momento y la actualidad. La prestación de servicio y la actitud del profesional de la salud respecto a otras alternativas de medicina práctica se le suman a la decisión de la persona respecto el tratamiento a recibir. Esa es una de las funciones de los comités de ética en los hospitales, que debaten y ayudan a resolver situaciones que pueden ser conflictivas, con la responsabilidad de cuidar los derechos del paciente.

No obstante el texto seleccionado, a la luz de la teología de la liberación y con la visión de la bioética, encuentra un puente en la obra del Siglo XIX de Eugenio María de Hostos(1969) que explica la sociología, el derecho y la moral social a modo de un espacio común para la evaluación de la relación médico-paciente respecto a su condición social, demográfica y geográfica insertada en la reflexión sobre la enfermedades sociales, físicas y los tratamientos disponibles en el continente latinoamericano. Su aportación radica en que se modifiquen las operaciones de producción y consumo de las riquezas para superar los procesos migratorios y adoctrinamientos que impiden el razonamiento para encontrar soluciones a las demandas sociales de vida. Indica también que toca al estado regir el saneamiento general del medio geográfico y topográfico con obras públicas que promuevan el saneamiento y el respaldo a la autogestión para el sustento y sanidad de los moradores. Puede interpretarse que cuando el estado que sea quiere eliminar población para beneficio y lucro, no promueve ni tiene buena asistencia médica.

El Evangelio expone varios puntos a considerar. Una de las polémicas respecto al concepto de filosofía, es el reconocimiento de un pensamiento propio latinoamericano ante el cuestionamiento europeo y sajón de si existe una filosofía en el continente. Leopoldo Zea explica en La filosofía americana sin más (1976) que el proceso de conquista y colonización no impidió la creación, evolución y análisis de una filosofía en Iberoamérica. Igual polémica se estableció en torno a la identidad americana, si es que la teníamos porque usábamos el mismo idioma de España y somos recipientes de la cultura del viejo continente. Ese asunto lo finiquitó Roberto Fernández Retamar, autor cubano con su ensayo Calibán (1971). El autor usa la obra de William Shakespeare, La Tempestad (1611) que fue la primera obra literaria en representar el proceso del coloniaje en el Nuevo Mundo. El uso del idioma y de la cultura impuesta no elimina la cultura anterior, sino que, por medio de los idiomas y prácticas forzadas, se presenta el pensamiento de los conquistados. Ese proceso refleja una identidad propia, aunque con un idioma ajeno. Calibán le dice a Próspero que “Aprendí tu idioma para maldecirte y que me entiendas“.

Los congresos, exposiciones y declaraciones en cuanto a la práctica médica y la participación de las personas como sujetos de investigación son elementos que cada día se evalúan según las circunstancias de cualquier lugar, siempre promulgando la mayor justicia, equidad y dignidad de la persona. Así lo ha demostrado el trabajo de pensadores como José Ramón Acosta Sariego, salubristas como Volnei Garrafa y José Vargas Vidot al cual citamos: “Porque hay una íntima relación entre la enfermedad y las condiciones de desigualdad ” (2012,p.84). Esta afirmación de especificidad no la encontramos en los planteamientos bioéticos tradicionales.

Leonides Santos y Vargas (2006, p.96.) expone la controversia según la visión eurocéntrica, pero no obstante supera la misma al establecer que la principal diferencia radica en el método expositor para reafirmar el valor de la vida y su fundamental sentido ético:

La diferencia entre el modo de operar de un filósofo y la persona ordinaria en materia ética consiste básicamente en que el hombre ordinario se preocupa por encontrar el curso de acción particular que resuelva un problema ante circunstancias inmediatas. Al filósofo le interesa más el tratar de encontrar aquellas generalizaciones válidas para la totalidad de las circunstancias que deberá confrontar el ser humano. Es decir, el filósofo no pregunta cuál es el curso de acción adecuado para esta persona en esta circunstancia, sino que más bien se plantea interrogantes; ¿Cuál es la vida buena para todas las personas? ¿Cuáles deben ser los fines de la vida humana? ¿Es la vida buena aquella que se caracteriza por la búsqueda del placer, la búsqueda de la felicidad, del bien personal o colectivo? El discurrir filosófico se proyecta a lo generalizable, a las instancias universales. Claro está, la filosofía parte también de situaciones concretas, pero con la intención de elevarse a la consideración de los principios válidos para el ser humano en general.

El eco de estas palabras permite preguntar: ¿qué tema puede ser más universal que mi vida y mis circunstancias o la vida y circunstancias de pueblos enteros? este es uno de los ejes de la filosofía latinoamericana.

Ernesto Cardenal al exponer los casos de los enfermos del Nuevo Testamento, se refiere a las situaciones de vida, que es parte de la base bioética como son los principios de beneficencia que se relacionan con la mejor atención al paciente ante la ponderación de riesgos y beneficios; los de la no maleficencia para evitar el daño minimizando riesgos; la autonomía con el consentimiento informado para la toma de decisiones y la justicia con el trato equitativo en el acceso y aplicación de la atención médica. Todos se reflejan en el texto seleccionado y se amplía su discusión pues no se limitan a situaciones en el hospital. No obstante, no sólo se aplican a decisiones de emergencias sino a las actitudes y virtudes a desarrollar para el logro de una convivencia en la que se enfaticen la no maleficencia y la justica.

Los diversos problemas del actual sistema económico globalizado que exime la responsabilidad obligada del estado para atender la salud de las personas, precisan de una voluntad de conciencia que mantenga la dignidad de la vida tanto individual, colectiva y ecológica. No es cuestión de no querer morir. Es cuestión de vivir con el respeto de ser humano y sostener la responsabilidad por el ambiente en todos los sentidos.

Un libro puede reflejar el centro de una creencia religiosa en este caso los evangelios. Tal lectura y comentarios conducen temas de conversación y análisis de situaciones, trasponiendo creencias y el tiempo–espacio de la antigüedad a nuestros días. Sin embargo, el hecho que su estructura admita la actualización constante mediante el uso del diálogo y ejemplos que pueden ocurrir en cualquier lugar, permite hacer una evaluación constante de la circunstancias en relación con los argumentos presentados.

La voz de las personas corresponde al criterio de autonomía que les permite atender sus interrogantes con referencias a casos específicos. Las preguntas descansan no sólo en la situación del cliente-paciente sino la prestación de los servicios de salud tanto en el aspecto personal o público. La situación salud-desempleo-analfabetismo de los pueblos sojuzgados por los intereses neoliberales, destacan la condición de la exclusión de los servicios de salud. Cuando el estado no atiende el sistema de salud y de medicina porque impone planes de salud onerosos, le causa daño a la población y limita el acceso a los tratamientos por lo costosos que resultan. La constante de esta práctica podría catalogarse como genocidio.

El escrito permite reflexionar sobre el contexto de las enfermedades y la situación del paciente respecto a los servicios que supera la pregunta del diagnóstico. La gente evalúa un caso mediante un diálogo amplio, honesto, analítico; permite identificar situaciones internas y externas respecto a la enfermedad en el paciente y la condición social de la enfermedad. La función de la comunidad o la red de apoyo de amigos constituyen una fuerza para enfrentar la enfermedad y las circunstancias de empobrecimiento que siempre incluye. Una parte argumentativa toma lugar en la reflexión deliberativa con argumentos que apoyan, cuestionan, o rechazan, la formulación de las respuestas tradicionales que no resuelven los problemas presentados.

La petición y ofrecimiento de los servicios de salud tienen la expectativa de la curación o al menos el alivio de la dolencia. No debe importar la edad, etnia, condición social, género, enfermedad mental o física para atender una condición de salud que afecta el funcionamiento del día a día de la persona. Los servicios médicos en este caso descansan en la voluntad del prestador del servicio. La interpretación de la enfermedad como pecado es la que solía prevalecer en la antigüedad y aún actualmente oímos esas interpretaciones fundamentalistas. Así que la liberación de la enfermedad implica también una integración del enfermo a la sociedad.

Las lecturas que nos han servido en este ensayo señalan: la trayectoria de una filosofía latinoamericana; la integración e interacción del ser humano a la sociedad y a la naturaleza; que en muchas sociedades latinoamericanas se tiene muy en serio la prudencia y la responsabilidad en los aspectos de la salud individual y colectiva; que los procesos de diálogo, análisis, consenso que se presentan en las conversaciones del texto, deben ser el modelo a utilizar en el análisis de problemas de salubridad. Se constata la correspondencia entre las referencias bioéticas de los años 1970 eurosajonas, los documentos y declaraciones de las prácticas éticas respecto a los derechos de las personas en cuanto a la atención de la salud, y que ésta no es privativa de los seres humanos sino también de los animales y del planeta.

El estudio de la filosofía como el de la ética y bioética son dinámicos y circunstanciales. Por lo tanto, se pueden evaluar problemas a la luz de los principios y circunstancias porque no son privativos a una sola mirada cultural o étnica. Concluimos que existe una referencia filosófica en América Latina y una evolución de la conceptuación bioética, en la cual el marco social, económico y cultural es decisivo en la calidad de vida. La salud es un derecho de vida.

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