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Sobre Indóciles de Arlene Carballo Figueroa: Laudo de Premio Pen de Literatura Juvenil
Ima Ríos Arroyo, Yolanda Arroyo Pizarro & Pabsi Livmar
Sobre Indóciles de Arlene Carballo Figueroa: Laudo de Premio Pen de Literatura Juvenil
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Se acordó por mayoría que el Premio Nacional (2018) en la categoría de literatura juvenil recae en Indóciles de Arlene Carballo Figueroa e ilustrada por Walter Torres. El texto, por medio de un lenguaje depurado, narra la historia de un grupo de pelícanos que pasan sus días pescando comida hasta la mañana en que aparece el Tío Danny, quien les regala pescado –no para alimentarlos, sino para domarlos y hacer negocio de ellos–. Con el paso de los días y las semanas, el Tío Danny logra convencer a la mayoría de los pelícanos para que dejen de pescar, pues es más fácil recibir el pescado de sus manos. En esta obra, la carnada puesta en la boca de los pelícanos metaforiza la colonia mientras que el Tío Danny representa al Tío Sam. En Indóciles, los pelícanos son colonizados a tal grado que se les olvida pescar y por ello terminan dependiendo de otros pelícanos. Al final, algunos se ven obligados a emigrar. La obra es una alegoría clara de la situación socio-política de Puerto Rico, lugar donde también se desarrolla la trama. El libro plantea la libertad y la supervivencia como conflicto y eje central de la obra, lo cual está muy a tono con las circunstancias actuales e históricas de nuestra isla; por tanto, es una crítica y enseñanza a la vez.
Indóciles aporta al género literario juvenil una percepción de política anticolonialista necesaria. La lucha por la independencia y la libertad toma vida en Ferro, quien se da cuenta de que la dependencia que ha creado el Tío Danny en los pelícanos es peligrosa, pues esta propiciaría que pierdan su habilidad para pescar. Ferro se convierte en un mártir político apresado por sus ideales de independencia y por el amor a su pueblo pelícano. Por otro lado, Indóciles es asimismo un texto ambientalista que trata una cantidad de temas y conductas sociales muy pertinentes para los adolescentes de hoy y mañana. Además de condenar la contaminación y la huella ecológica humana, condena asimismo la vanidad, la pereza, la codicia, el capitalismo y el actuar sin analizar engaños de otros o consecuencias de las acciones. Sobretodo, el libro condena a quienes truncan la libertad de otros por pensar diferente.
Indóciles también explora temas como preocupación social, responsabilidad comunitaria, iniciativa y liderazgo: toda persona que vive en comunidad se encarga del bien de su comunidad, tal como la pelícano Álvea lo hizo al convertirse en líder de su pueblo tras la desaparición y el encarcelamiento de Ferro. Otra virtud del libro es que promueve un acercamiento excelente a los temas secundarios de la obra, como la buena nutrición y la importancia del ejercicio. En fin, Indóciles es una gran obra que hace un llamado a seguir pescando y no dejar que nos pongan el pez en la boca.
En cuanto al dominio del género, Arlene Carballo Figueroa demuestra un dominio óptimo de las técnicas narrativas, el uso adecuado de los tiempos verbales y el desarrollo de los personajes. La dificultad de vocabulario y registro son de igual forma adecuados para el público. Resaltamos asimismo que el cuidado que se le ha dado al texto es admirable, no solo en cuanto a la construcción de trama y edición de contenido, sino además el proceso de corrección. Por ser un libro para adolescentes, se aprecia y valora un libro bien escrito y sin errores, ya que los jóvenes, además de aprender valores y estructura humana por medio de la literatura, también aprenden gramática, sintaxis, puntuación, redacción en general. Por tanto, libros bien cuidados debe ser el norte de todos los escritores y todas las editoriales, e Indóciles es ejemplar en ese aspecto.
Antes de continuar, nos gustaría compartir algunos pasajes del libro que promueven la valentía frente a las injusticias y la crítica hacia los estilos de vida dóciles:
El primer pasaje se encuentra entre los primeros capítulos del libro, cuando el Tio Danny convence a los pelícanos a dejar de pescar su comida: “[A]quellos pájaros nunca se habían dado cuenta de que eran prisioneros aunque no estuvieran enjaulados”.
El segundo pasaje nos pone en perspectiva cómo nuestras acciones tienen repercusiones en las siguientes generaciones: “Todo su linaje sufrirá la necedad y torpeza con que los padres procedieron”.
El tercer pasaje habla por sí solo. Se encuentra al final del texto, luego de la separación que sufrió la comunidad de pelícanos: aquellos que no quisieron volver a pescar y aquellos que se fueron volando a nuevos horizontes para continuar la vida indócil y de pesca: “Era un grupo reducido, representativo de la nobleza y la dignidad de su especie. Juntos forjarían un nuevo destino”.
Por último, y a modo de ponerle la guinda al pastel, la autora hace buen uso del método científico y las teorías evolutivas, lo cual hace que el texto sea una simbiosis interesante entre ciencia y literatura. Indóciles es, sin duda alguna, un texto con base y matices científicas que propicia la reflexión social y política, sin importar la edad de quien lo lea.