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Arusha - Tanzania
Población:
416,000 habitantes.
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Alimentos importantes:
Ugali (maíz), frijoles, plátano, yuca, arroz, pescado, carne a la parrilla.
Arusha se encuentra al pie del Monte Meru y al sur del Kilimanjaro.
Socios importantes:
Consejo Urbano de Arusha, Asociación de Horticultura de Tanzania, ICLEI, AgriProFocus, Solidaridad, Trias, Oficina de Normas de Tanzania, Instituto Tropical de Investigación en Plaguicidas, MUVIKIHO.
Principales desafíos:
seguridad alimentaria, relaciones de mercado, aplicación de buenas prácticas agrícolas.
Alimentos más seguros para Arusha
Proveer de alimentos seguros a una ciudad en crecimiento y recompensar a los agricultores por sus esfuerzos es el desafío que enfrenta Arusha.
“Los pesticidas no son el problema, sino el uso incorrecto de los pesticidas”, así resume la situación Eric Mwesigwa. Él es coordinador de seguridad alimentaria en TAHA, la Asociación de Horticultores de Tanzania. TAHA es uno de los socios con los que Rikolto trabaja para ayudar a los agricultores de Arusha y de sus alrededores a producir alimentos mejores y más seguros. El objetivo: beneficio para el agricultor y el consumidor.
Eric Mwesigwa
Shukuru Tweve Andrea Absalum (21), Encargándose de su puesto en el mercado central de Arusha
Arusha se encuentra al noreste de Tanzania, al pie del monte Meru, y es la base para escalar el Kilimanjaro y hacia los safaris en el Serengeti o una de las otras numerosas reservas naturales de la zona. La ciudad tiene alrededor de 400,000 habitantes, un número que aumenta anualmente en porcentaje. Las frutas y verduras para los habitantes de la ciudad provienen principalmente de las periferias. Para garantizar la calidad y seguridad de esos productos, en 2018, Rikolto y TAHA lanzaron la Iniciativa de Seguridad Alimentaria Arusha (Arusha Food Safety Initiative), dirigida por el ayuntamiento. Varias ONG e instituciones gubernamentales contribuyen. Cuatro veces al año, todas las partes involucradas se reúnen para discutir prioridades y soluciones. “Todos tienen sus propias fortalezas y experiencia”, dice Shukuru Tweve, coordinador del proyecto para el programa Ciudades por el Cambio Alimentario en Arusha. “Al hacer que todos trabajen juntos, aumentamos el impacto. El todo es más que la suma de las partes.”
Kapelaka Jones
“No podemos prescindir de las frutas y verduras. Nuestra única opción es trabajar junto a los agricultores para una producción segura”.
Uno de los involucrados es el Instituto de Investigación de Plaguicidas Tropicales (TPRI, por sus siglas en inglés). La investigación realizada por el TPRI mostró que las frutas y verduras en ocasiones contienen concentraciones demasiado altas de pesticidas. “Algunos agricultores rocían hoy y cosechan mañana”, dice Mwesigwa. “La situación es alarmante”.
Poquito y demasiado
Alrededor del ochenta por ciento de la población de Tanzania trabaja activamente en la agricultura. Las granjas son pequeñas — algunas hectáreas en promedio — y el rendimiento es bajo. Muchos agricultores no disponen de máquinas, riego, buenas semillas, fertilizantes o pesticidas. Quien usa productos para la protección de cultivos no siempre lo hace de la manera correcta. “Los agricultores a menudo no saben cómo usar los productos de manera segura”, dice Kapelaka Jones, quien investiga la exposición a pesticidas en el TPRI. Jones fue a ver los problemas más comunes con los agricultores. El uso excesivo es uno de ellos. “Productos específicos funcionan contra plagas específicas, pero a veces los agricultores mezclan dos o tres productos al azar. La mezcla puede ser más tóxica, pero también es posible que ya no sea efectiva. Para garantizar que sus productos permanezcan en buenas condiciones el mayor tiempo posible, los agricultores a menudo rocían justo antes de la cosecha.” Algunos agricultores son conscientes de los riesgos. “Son inteligentes”, sonríe Jones. “Reservan un pequeño pedazo de tierra para sus familias, en el que no rocían”. No obstante, esto no evita que los agricultores y sus familias se expongan a los pesticidas. “Generalmente son las mujeres quienes cosechan los productos recién rociados. Lo hacen sin protección y pasan mucho tiempo en el campo”, reconoce Jones. “Los niños juegan en el campo y entre los pesticidas. Los envases vacíos acaban en el entorno.” Jones investigó las concentraciones de pesticidas en la sangre de los consumidores y agricultores. “Hemos medido valores perturbadores en ambos grupos”. Los residuos de pesticidas no son el único problema. “Los alimentos también pueden contaminarse con bacterias a través del riego o el enjuague con agua sucia”,
dice Mwesigwa. “Un camión puede transportar carne podrida hoy y mangos mañana. Por lo tanto, no solo se requiere atención a la seguridad durante la producción, sino también durante el almacenamiento y el transporte.” Los agricultores que exportan sus productos primero deben pasar por un proceso de certificación para demostrar que aplican las llamadas “buenas prácticas agrícolas” (Good Agricultural Practices, GAP en inglés). Es una extensa lista de reglas que deben seguirse en toda la cadena para garantizar condiciones de trabajo seguras, un impacto mínimo en el medio ambiente y un producto final de calidad y seguro. No existe tal código de conducta para los agricultores que solo producen para el mercado interno. La Oficina de Normas de Tanzania, Solidaridad, Rikolto y los socios locales trabajan juntos en el marco de un código local de buenas prácticas agrícolas. “No podemos prescindir de frutas y verduras”, dice Jones. “Nuestra única opción es ayudar a los agricultores a producirlos de manera segura.”
Arusha firmó el Pacto de Milán en 2015. Este pacto quiere unir las ciudades que aspiran a trabajar juntas por un sistema alimentario sostenible.
“Una ciudad no es una isla”, dice Rebecca Mongi, directora de agricultura del Consejo Municipal de Arusha. “Al elaborar el Pacto de
Rebecca Mongi
Milán, queremos aprender de otras ciudades cómo podemos establecer un sistema alimentario sostenible y resiliente.” Arusha está luchando con varios problemas, dice Mongi. “Los agricultores sufren cada vez más sequías prolongadas. Esperamos que esto no tenga un impacto en la seguridad alimentaria a largo plazo. Además, la ciudad se expande y la superficie agrícola se reduce. Se ven muchos anuncios para proyectos de construcción en la ciudad. Donde había una granja ayer, hoy puede haber una casona”.
El ayuntamiento ha preparado un “Plan Maestro al 2035”, que define el espacio que debe permanecer reservado para la agricultura. “También queremos aumentar la producción con riego y cultivo en invernadero”, dice Mongi. Al centrarse en la agricultura urbana intensiva, la ciudad persigue múltiples objetivos al mismo tiempo. “Organizamos demostraciones y sesiones de capacitación para los jóvenes. Y brindamos préstamos asequibles para que aún las personas con poco capital puedan invertir en una pequeña empresa. De esta forma, no solo aumentamos la producción de alimentos, sino que también creamos empleo y ayudamos a las personas a salir de la pobreza “.
¿Un mejor precio?
Todos se benefician de la comida segura, pero ¿cómo se asegura que el agricultor sea recompensado por sus esfuerzos adicionales? ¿Están los consumidores dispuestos a pagar más por productos que cumplen con los estándares más altos? Esto no resulta obvio en un país donde más de la mitad del ingreso familiar se destina a la comida. Para muchas personas, su mayor preocupación es tener algo para comer.
“Mis productos siempre son frescos y limpios”, dice Andrea Absalum, una vendedora de 21 años en el mercado central de Arusha. “Por eso la gente me compra. Pocos clientes hacen preguntas sobre el origen o la seguridad de lo que estoy vendiendo.” El mercado central es uno de los más grandes de la ciudad, con más de 3.000 puestos al interior y alrededor del edificio del mercado compiten entre sí por los consumidores. En estos y otros mercados importantes, Rikolto y sus socios desean probar un kiosco donde los consumidores reciban información sobre la importancia de los alimentos seguros y donde al mismo tiempo los agricultores que se adhieran a las GAP locales ofrezcan frutas y verduras. “Aquí todos pueden ganar “, dice Tweve. “Los agricultores que comiencen a producir de manera diferente podrán trabajar con mayor seguridad y ofrecer productos de mejor calidad, con menos pérdidas, con un mercado de ventas garantizado y mejores precios como resultado. Los vendedores del mercado también pueden beneficiarse de la mejor calidad y precios justos. Y los consumidores obtienen alimentos mejores y más seguros.” “Los productos en los quioscos tendrán un precio un poco más alto debido a los costos adicionales para el agricultor”, dice Mary Mkonyi, gerente-país de Solidaridad, una organización que lucha por lograr cadenas de producción sostenibles.
Mary Mkonyi, Representante de país de Solidaridad
“Todo depende de un buen modelo de negocio. Porque trabajar de manera diferente cuesta más dinero. Por ejemplo, los agricultores deben invertir en un buen almacenamiento y transporte. “
“El problema es que el proceso de certificación para las etiquetas de calidad actuales, orientadas a la exportación, es costoso”, reconoce Mkonyi. “Como resultado, los pequeños agricultores a menudo quedan afuera.” Los desafíos no son pocos. ¿Cómo se informa a los consumidores sobre el problema sin causar pánico? ¿Y cómo garantizar que los agricultores cumplan con las reglas? “Tal cambio lleva tiempo. No podemos rendirnos demasiado rápido. Finalmente, la gente entenderá que esto es importante.”
“Involucrar a las mujeres no es suficiente”
Un sistema alimentario sostenible también significa buenas condiciones de trabajo para hombres y mujeres. Solidaridad, uno de los socios de Rikolto, está comprometido con esto. “Las mujeres a menudo hacen la mayor parte del trabajo en la granja”, dice Mary Mkonyi (Solidaridad). “Mucha gente piensa: si las mujeres están involucradas en el trabajo, está bien. Pero eso no es suficiente. Las mujeres deben poder tomar decisiones, y ahí es donde aprieta el zapato. Las mujeres trabajan en el campo, pero el hombre decide qué hacer con los ingresos, a discreción. Trabajar juntos también significa decidir juntos. Nos centramos en eso.” Los representantes de Solidaridad conversan con las familias sobre el papel de la mujer. “Debido a todo tipo de barreras culturales, las mujeres tienen muy poca confianza en sí mismas y tienen la impresión de que los hombres son superiores. Queremos que vean que son tan capaces como ellos de tomar la iniciativa. “ De igual importancia es involucrar a la juventud. “Los jóvenes no encuentran atractiva la agricultura. Ese es un problema serio. Tratamos de motivar a los jóvenes con proyectos piloto. La horticultura es particularmente adecuada para esto. Con frutas y verduras se gana dinero rápidamente. De esta manera, los jóvenes ven que la agricultura puede ser una forma atractiva de hacer negocios.” Shukuru Tweve, coordinador de Food Smart Cities en Arusha, confirma la importancia de trabajar con los jóvenes. “La mitad de la población de Tanzania tiene menos de 25 años. Esos jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo o iniciar un negocio. Al mismo tiempo, los sistemas alimentarios sostenibles requieren apartarse de “las viejas formas de hacer negocios”. Los jóvenes están mejor posicionados para encontrar soluciones nuevas e innovadoras y para garantizar que Arusha pueda cumplir con sus compromisos bajo el Pacto de Milán.”
El comercio justo ayuda a crecer a los pequeños agricultores
Con el apoyo de Rikolto, la organización campesina Muvikiho ayuda a los pequeños agricultores a unir fuerzas y ser emprendedores inteligentes.
“No solía usar fertilizantes o pesticidas”. Mónica Ombeni se planta en su terreno ondulado y bonito, lleno de brotes de frijol. “Tampoco trabajé la tierra de manera correcta”, dice ella. “Ahora mantengo un registro minucioso de todo: cuándo siembro, cuánto fertilizo, qué y cuándo rocío”. En el terreno adyacente, Nathanael Eliona muestra sus plantas jóvenes de tomate. “Ahora los dejo crecer primero en un vivero, antes de ponerlos en el campo, con mejores resultados”, dice. “Y aunque solía rociar mis plantas por siacaso, ahora compruebo primero cuál es el problema.”
Ombeni y Eliona se unieron a la organización de agricultores Muvikiho, abreviatura de Muungano wa Vikundi vya Kilimo cha Horticulture o Asociación de Grupos Hortícolas. La organización quiere unir a los agricultores para que puedan hablar con una sola voz y abordar los problemas juntos. El grupo comenzó en 2011 y ahora tiene 570 miembros. Rikolto apoya a Muvikiho para establecer relaciones comerciales justas e “inclusivas”. “En un modelo de negocio inclusivo, los pequeños agricultores son respetados y vistos como socios con pleno derecho”, explica Charlotte Flechet,
Mónica Ombeni
coordinadora internacional del programa Food Smart Cities en Rikolto. “Si los agricultores están seguros de que pueden entregar sus productos en condiciones favorables y a un precio justo, es un incentivo para invertir en sostenibilidad y seguridad. Sin mercado, no hay cambios. Y solo se obtienen relaciones de comercio justo cuando los agricultores están informados y organizados “.
Muvikiho organiza, entre otras cosas, cursos de capacitación donde los agricultores aprenden a producir mejores alimentos y más seguros. Un agrónomo ayuda a los agricultores en el campo, con resultados. “Si los agricultores solían obtener una tonelada de frijoles en media hectárea, ahora son tres”, dice el presidente de Muvikiho, Peter Chuwa. La asociación invirtió con el apoyo de Rikolto en áreas de almacenamiento donde la cosecha se puede mantener fresca. “Como resultado, la pérdida cayó del cuarenta al cinco por ciento”, explicó Chuwa. Muvikiho ayuda a los agricultores con el acceso a mercados y créditos (véase: “¿Quién se atreve a prestar dinero a los pequeños agricultores?”). Gracias a la in-
formación actualizada sobre los precios del mercado, pueden negociar mejor con los compradores. Aprenden sobre los beneficios de las ventas colectivas y cómo preparar un plan de negocios. Juntos son más fuertes, con mejores precios como resultado. “Debido a que ganan más, nuestros miembros pueden invertir en una casa y enviar a sus hijos a la escuela”, dice Chuwa. “Y producen mejores alimentos para su propia familia”.
Frijolitos para Bélgica
Muvikiho funciona con diferentes subgrupos. Jeremiah Thomas Ayo lidera el grupo Kibiu, con ochenta miembros, y brinda testimonio sobre los beneficios de la asociación. “Los pequeños agricultores se convierten en empresarios”, dice Ayo. “Antes de ir a nuestro terreno, reconocemos lo que exige el mercado.” Ese mercado es, en primer lugar, el local. En 2018, los miembros de Muvikiho produjeron 60,000 toneladas de vegetales para consumo interno, pero también exportaron 2,000 toneladas a Europa. Los frijoles, los guisantes mollares y el maíz tierno salen por el aeropuerto del Kilimanjaro hacia Bélgica, los Países Bajos y el Reino Unido. Con el apoyo de Rikolto, los agricultores lograron la etiqueta Global GAP (“buenas prácticas agrícolas”) que garantiza productos seguros y es requerida para ello. Anteriormente, una empresa de exportación pagaba por el proceso de certificación. Por lo tanto, la empresa estaba en una posición de poder y podía imponer sus condiciones y precios a los agricultores. Ahora que poseen su certificado, los agricultores son más fuertes. Sin embargo, el transporte aéreo está asociado
Jeremia Thomas Ayo
con altas emisiones de CO2, y el transporte marítimo no es una opción porque las verduras son muy perecederas. Por eso es importante ayudar a los agricultores a transitar a nuevos mercados de alta calidad en la región de África Oriental. Mercados que dan buenos precios y a la vez reducen las emisiones del transporte.
“El mercado internacional a veces es voluble, y el proceso de certificación por el que se tiene que pasar es costoso”, dice Ayo, quien cultiva frijoles. “Pero obtenemos un precio mucho mejor para nuestro producto”. A pesar del volumen limitado, el mercado de exportación funciona como un catalizador.” El conocimiento que los agricultores obtienen sobre cómo pueden cultivar productos de mayor calidad también es útil cuando producen para el mercado nacional”, dice Shukuru Tweve, coordinador de Food Smart Cities para Arusha. “Y vemos que los compradores nacionales también están comenzando a pagar mejores precios para competir con los exportadores.” Actualmente es difícil distinguirse en el mercado interno. “El consumidor no sabe
¿Cuál es la mejor manera de cultivar ayote o maíz? ¿Cómo almacenar la cosecha de granos sin que se estropee? Los agricultores aprenden unos de otros en una reunión de tres días. Lo que está en el mercado en Arusha proviene en gran parte del distrito de Arumeru. Frutas y verduras de lugares cercanos, granos de lugares más alejados. La organización de la red Juwame reúne a todas las asociaciones de agricultores del distrito. “Nuestra misión es hacer que los agricultores pasen de la agricultura tradicional a la comercial”, dice Simon Ayo, presidente. La organización logra esto, entre otras cosas, organizando una reunión de tres días a la que acuden de 3,000 a 6,000 agricultores. Los especialistas de diferentes campos enseñan a sus colegas los trucos del oficio. Muvikiho envía una delegación que comparte experiencias con la horticultura y la exportación. Otros demuestran el cultivo de granos o crían pollos. “Todo se centra en los pequeños agricultores con pocos recursos”, dice Ayo. La organización también invita a las empresas a demostrar sus productos. “Como, por ejemplo, bolsas en las que puedes almacenar tu cosecha para que no se pudra, sin que haya que rociar pesticidas sobre ella.” Juwame también hace incidencia. “Así planteamos el problema de los plaguicidas de imitación”, dice Ayo. “Como resultado, el gobierno ahora lleva a cabo controles sobre los vendedores. Luchamos contra los impuestos injustos para los agricultores y las normas que prohíben las exportaciones. De esta manera, tratamos de eliminar todo tipo de obstáculos que dificulten el trabajo de los agricultores.”
si uno trabaja mejor”, comenta Ayo. Por ello, los miembros de Muvikiho sienten curiosidad por el efecto que tendrá el nuevo estándar de producción de Tanzania (véase “Alimentos más seguros para Arusha”) y los intentos de sensibilizar a los consumidores nacionales sobre la importancia de los alimentos seguros. ¿Conducirá a precios más altos? La historia de Ayo ilustra cómo el mencionado estándar de producción puede, no solo beneficiar a las familias de agricultores, sino también impulsar a todo el sector agrícola. En un país donde las cosechas son muy bajas debido a la falta de conocimiento y buena tecnología, este no es un efecto superfluo. “Gracias a los ingresos adicionales de las exportaciones, pude enviar a mis hijos a la universidad. Como vieron lo que se puede lograr a través de una agricultura inteligente, quieren ingresar al sector ellos mismos. Estudiaron ciencias agrícolas y ahora ayudan a otros agricultores como asesores.”
“Cuatro cosechas en vez de una sola”
Santaeli Solomon Kaaya, miembro de Kibiu, muestra sus tomates casi maduros, bajo la mirada de aprobación de su hijo quien recoge algunos en el camino. “Pronto sacaré mi cuarta cosecha del campo, antes solo podía cosechar una vez”, dice con satisfacción. Santaeli tiene un sistema de riego desde febrero de 2019. Una higuera frente a su casa indica la presencia de aguas subterráneas a poca profundidad. Gracias a la instalación de una bomba alimentada por paneles solares en el techo de su granja, Santaeli puede destinar esa agua para regar. “Estuvo excepcionalmente seca esta primavera, pero ahora ya no dependo de los caprichos del clima. Puedo ajustar mi producción a la demanda del mercado porque sé que habrá agua.” A medida que el cambio climático conduzca a más fenómenos climáticos extremos, este tipo de medidas cobrará mayor importancia.
En este proyecto piloto, Rikolto reúne a empresas, prestamistas y agricultores, y ofrece apoyo financiero. De tener éxito, la idea es implementar la fórmula a mayor escala.
El hecho de que muchos pequeños agricultores no tengan fertilizantes, pesticidas u otras tecnologías ocurre a menudo porque no disponen de dinero para invertir en ello. Además, nadie está ansioso por prestar dinero a los agricultores, quienes trabajan en circunstancias muy inciertas. A menudo es un círculo vicioso: para obtener un préstamo, hay que poder presentar contratos con los compradores y para poder hacer un contrato, se necesita dinero para las inversiones. “Una de nuestras tareas es asegurar que los agricultores tengan acceso al crédito”, dice Shukuru Tweve. “Por un lado, debemos convencer a las instituciones financieras de que vale la pena prestar dinero a los agricultores y, por otro lado, ayudar a los agricultores para que puedan ofrecer las garantías necesarias a los bancos”.
La organización de agricultores Muvikiho inicialmente estableció un sistema de préstamos interno, que desde entonces ha sido reemplazado por una cooperación con el Banco Nacional de Microfinanzas de Tanzania (NMB, por sus siglas en inglés), que se encuentra en buena parte en manos del gobierno de Tanzania y el Rabobank holandés. NMB no otorga préstamos a agricultores individuales, sino a grupos. “Hacemos esto para limitar el riesgo”, explica Arishard Msangi (NMB). “Para evitar que el dinero se gaste incorrectamente, no otorgamos grandes cantidades a la vez, sino que pagamos en cuotas, cuando se necesitan inversiones, como la preparación del campo o la siembra. O no damos dinero, sino que pagamos directamente, por ejemplo, al proveedor de fertilizantes.”
Esto también parece una fórmula interesante para el banco. “Hay muchos pequeños agricultores. Esta es una oportunidad para que podamos acceder a un nuevo mercado”, dice Msangi. “Ya hemos llegado a más de 2,000 personas con este proyecto piloto. Si resulta bien, y es así por el momento, nos gustaría ampliarlo”
Iniciativa de seguridad alimentaria de Arusha
Consejo municipal de Arusha (liderazgo político) Asociación de Horticultura de Tanzania (TAHA - organización del sector privado) Consejo de distrito de Arumeru (gobierno local) Oficina de Normas de Tanzania (organismo regulador nacional) Administración de Alimentos y Medicamentos de Tanzania (organismo regulador nacional) Rikolto (ONG internacional) Instituto de Investigación de Plaguicidas Tropicales (TPRI - Instituto público de investigación) MUVIKIHO (organización paraguas de organizaciones agrícolas) Solidaridad (ONG internacional) AgriProFocus (ONG internacional) Trias (ONG internacional)
ANÁLISIS de riesgos de inocuidad alimentaria en toda la cadena de hortalizas e identificación de puntos críticos para acción.
Desarrollar una estrategia de COMUNICACIÓN basada en riesgo para el consumidor.
Recomendar un PROTOCOLO para el gobierno sobre cómo lidiar con la seguridad alimentaria de hortalizas frescas.
El desarrollo de un ESTÁNDAR nacional de seguridad alimentaria, liderado por Solidaridad y probado en Arusha.
Aplicación del MODELO KIOSK (puestos de mercado en mercados locales donde se venden verduras seguras y donde también se hace concientización sobre la seguridad alimenticia).
Asesoramiento sobre NORMATIVAS y políticas locales en materia de seguridad alimenticia.
Desarrollo conjunto de un PROGRAMA para abordar los puntos críticos y asignar los roles para la implementación del programa.
Modelo INSPIRADOR para todo el país.