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Solo – Indonesia

Población:

500,000 habitantes.

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Solo

Alimentos importantes:

arroz, chile, ajo, pollo, yuca, té, maní. También conocida como “Surakarta” (su nombre oficial).

Socios importantes:

Fundación Gita Pertiwi, YLKI — Fundación de Consumidores de Indonesia, Perkumpulan Indonesia Berseru, Departamentos de Educación y Emancipación de Mujeres, Niños y Comunidades en la Ciudad de Solo.

Principales desafíos:

desperdicio de alimentos, consumo de alimentos saludables, vínculos entre la ciudad y el campo, política alimentaria.

Comedores escolares en Solo con alimentos saludables para la niñez

Más de un tercio de los niños en Indonesia sufre desnutrición, a menudo debido a una dieta desbalanceada. Las comidas escolares son un medio simple y efectivo para proporcionar a todos los niños alimentos saludables y de alta calidad.

Diariamente se cocinan 900 almuerzos en la cocina de la escuela primaria islámica Muhammadiyah en Solo. “Todos los días compramos nuestros productos frescos a proveedores fijos. Por ejemplo, el arroz proviene directamente de una cooperativa de agricultores en Boyolali, una región cerca de aquí. Son los niños quienes tienen voz y voto en el menú semanal, en el marco de nuestra selección de platos saludables, por supuesto.” Habla un orgulloso profesor de inglés que nos da un recorrido por la pequeña cantina y la cocina de la escuela primaria privada. “Trabajamos en varios turnos, para que todos los estudiantes tengan su espacio en el comedor.” Nos muestra el muro con certificados.” Hemos reunido un total de 35, por diversos logros, como tener una cocina higiénica, una selección saludable y una cantina sin desperdicios. Fuimos la primera escuela en Solo que cumplió con los estándares de comedores saludables (healthy canteen standards). Según este estándar, los proveedores deben tener, por ejemplo, un certificado para probar que se abastecen de alimentos seguros. Cada tres meses tenemos a alguien aquí que toma muestras para verificar la calidad de los alimentos en un laboratorio y cada seis meses se verifica si la preparación de alimentos en la cocina es lo suficientemente higiénica.” Al llegar a la caja, otro maestro se muestra orgulloso al contar que la escuela trabaja con dinero electrónico (E-money). “Eso hace que todo fluya más rápido y también podemos monitorear que los niños no gasten más de los 15,000 rupias (EUR 0.95) diarios que los padres pagan por el almuerzo “.

Normas para comidas escolares saludables para todos

Muhammadiyah es un buen ejemplo de lo que puede ser un comedor escolar saludable. En Solo, es un caso excepcional. Un estudio reciente de la ONG Gita Pertiwi (2018) muestra que el 48 por ciento de la comida que se ofrece en los comedores escolares contiene comida chatarra, tales como alimentos fritos y nuggets de pollo. Además, no siempre se ofrecen platos calientes en las escuelas. A menudo, los niños llevan loncheras de la casa y en la escuela solo pueden comprar bocadillos ricos en carbohidratos y pocas frutas o verduras.

Muhammadiyah es una de las diez escuelas que ahora Gita Pertiwi apoya en su conversión hacia comedores escolares saludables. “Nuestro objetivo es que todos los niños en Solo tengan acceso a alimentos saludables. La escuela es un segundo hogar para los niños, donde pasan al menos ocho horas diarias durante al menos nueve años. Comer y beber de manera saludable es esencial para sentirse bien y lograr un buen rendimiento”, dice Titik Eka Sasanti de Gita Pertiwi. Entre otras cosas, la organización brinda capacitación a los cocineros para preparar comidas saludables. También supervisa las escuelas en términos de impacto ambiental e higiene de acuerdo al estándar local de comedores saludables que han elaborado con el Departamento de Salud, el Departamento de Educación y la Oficina de Empoderamiento de la ciudad. Juntos van un paso más allá del estándar nacional, que solo tiene en cuenta los aspectos de salud e higiene.

“La escuela es como un segundo hogar. Los niños pasan ocho horas al día durante al menos nueve años. Una alimentación sana y sus bebidas son esenciales para sentirse bien y rendir bien.”

El doble problema en torno al déficit de crecimiento

No en vano la comida saludable para todos está presente en la agenda de la ciudad de Solo. Hoy día, aún es una realidad lejana para esta ciudad de la isla de Java y otras ciudades de Indonesia. Según las últimas cifras (2018), el 36.4 por ciento de los niños menores de cinco años en Indonesia sufre de un crecimiento retardado. Esto coloca a Indonesia en el Top 5 de países con más niños diagnosticados con un déficit de crecimiento, o stunting en inglés. Stunting es la alteración del crecimiento y del desarrollo en los niños debido a una nutrición deficiente, infecciones recurrentes y estimulación psicosocial insuficiente. Un total de 8.4 millones de niños en Indonesia son excepcionalmente pequeños para su edad y sufren de desnutrición crónica. El verdadero problema no es el retraso en el crecimiento, sino el menor desarrollo cerebral que lo acompaña. El riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como la diábetes y enfermedades cardíacas también aumenta debido al retraso del crecimiento. A esta combinación de crecimiento y desarrollo anormales en niños y el alto riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles también se conoce como la ”doble carga” de la desnutrición. El gobierno indonesio es consciente de esto, por lo que el vicepresidente del país aprobó una estrategia nacional en el 2017 para intensificar la lucha contra el déficit del crecimiento mediante la diversificación de alimentos. Además, se está preparando un plan de cinco años para el periodo 2020-2024 que debe reducir el déficit del crecimiento en un 40 por ciento. Estos objetivos se han formulado en el contexto del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de las Naciones Unidas: Hambre Cero. Desafortunadamente, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Unicef y otras organizaciones de ayuda reveló recientemente que la proporción de personas que no tiene lo suficiente de comer se mantiene en 11 por ciento desde 2015. En cifras absolutas, la cantidad incluso aumenta. Proporcionar comidas escolares se menciona como una de las medidas que resulta efectiva y relativamente simple de implementar para combatir la desnutrición.

“El estándar aún no ha sido aprobado”, explica Hartoyo, del Departamento de Educación. Tuvimos que argumentar la versión preliminar con las autoridades de la ciudad y ahora están evaluando si se comprometerán a ello. Esperamos que esto suceda en el 2020. Creemos que darán su aprobación porque desde 2016 Solo se comprometió a convertirse en una ciudad amigable con los niños de acuerdo con la “Iniciativa de Ciudades Amigables con los Niños” de Unicef. Ella incluye alimentación saludable para los niños. Además, el alcalde de la ciudad, F. X. Hadi Rudyatmo, ha formulado

Hartoyo

una visión para hacer su “ciudad inteligente”. Esa iniciativa se llamó Waras, Wareg, Wasis. Que en javanés significa algo como “Sano, Inteligente y Satisfecho”. Los comedores escolares deben cumplir esos tres principios básicos.” “El concepto estándar que Gita Pertiwi ha elaborado junto con los departamentos de la ciudad consta de cinco pilares importantes”, explica Hartoyo. “El primero se enfoca en todo lo relacionado con ‘infraestructura’: las instalaciones que se necesitan en un comedor escolar saludable, como una cocina lo suficientemente grande con el equipo necesario.

El segundo pilar se refiere a la ‘seguridad alimentaria’: ¿de dónde proviene la comida?, ¿quién es el proveedor? y ¿tiene los certificados necesarios?

Luego está la ‘administración’: ahí se describe cómo un comedor escolar y una cocina deben administrarse de manera profesional. Esto incluye aspectos ambientales como la clasificación de desechos y la motivación a las familias para darles a los niños su propia lonchera y botella de agua.

El cuarto pilar en el que se basa la norma es el ‘control de alimentos’, en particular que deben haber controles regulares, incluso con toma de muestras. La intención no es imponer sanciones si las cosas no están bien, sino enseñar al personal cómo mejorarlas.

Finalmente, la ‘promoción’ es nuestra punta de lanza: se refiere a crear conciencia, entre el personal y entre los estudiantes, sobre la importancia de la alimentación saludable para los escolares.”

En total, existen 15 escuelas en Solo que aplican el estándar nacional de comedores saludables, según Hartoyo, del Departamento de Educación de la ciudad. “De estas, 10 son privadas, con padres que generalmente tienen un ingreso por encima del promedio, y 5 son escuelas públicas, donde asisten niños con padres de bajos ingresos. Estas últimas escuelas reciben subsidios adicionales, así que el costo adicional para una alimentación sana y segura no recae en los padres.”

“Tratamos de hacer que los alimentos saludables estén disponibles en la escuela para todo el mundo, utilizando productos locales e ingredientes asequibles.”

Dyah Anggraini, Departamento de Salud, Solo

Dyah Anggraini, del Departamento de Salud, agrega: “Tratamos de hacer que las comidas saludables en la escuela sean accesibles para todos, utilizando ingredientes locales y asequibles como la yuca, la tapioca, el plátano y el coco. En las escuelas donde los niños no tienen mucho para gastar en sus comidas, por ejemplo, no damos un huevo entero por niño, sino un tercio de huevo. Y no proporcionamos jugo de fruta, sino agua, que es más saludable y más barato. En las escuelas privadas, se da agua mineral, que es más cara. Aplicamos las pruebas de laboratorio para evaluar la seguridad de los alimentos tanto en las escuelas públicas como en las privadas, pero las subvencionamos para las escuelas públicas.”

Los socios que conjuntamente han establecido las pautas locales para comedores escolares saludables tienen un objetivo claro en mente: Dyah Anggraini “Si el ayuntamiento aprueba nuestro plan y proporciona más recursos para las 256 escuelas primarias, 83 escuelas técnicas y más de 100 escuelas secundarias en Solo, entonces podremos ampliar sistemáticamente el número de comedores que cumplen con el estándar de comedores saludables. Nuestro escenario ideal es tener una regulación legal al 2030 y que todos los comedores escolares en Solo ofrezcan alimentos seguros, saludables y de alta calidad.”

Los comedores escolares son un mercado confiable para los agricultores locales

“APOB es un acrónimo que significa Asosiasi Petani Organik Boyolali o Asociación de Agricultores Orgánicos Boyolali”, explica Murbowo, jefe de APOB. “La asociación consta de siete grupos de agricultores que cultivan juntos un área de 101 hectáreas de arroz. De estas, 30 hectáreas cumplen con el estándar nacional para arroz orgánico desde el 2013. En conjunto, mensualmente se producen 11 toneladas de arroz que vendemos a tres grandes compradores. Ello asegura que los agricultores que trabajan duro obtengan un precio justo por el arroz que venden. Así no necesitan un empleo adicional para obtener un ingreso viable.

Desafortunadamente, solo podemos vender el 30 por ciento del arroz orgánico a esos tres actores. Para el 70 por ciento restante, todavía no hemos encontrado un mercado. Esto significa que los agricultores tienen que vender por su cuenta la mayor parte de su arroz, a menudo a un intermediario que no paga el precio adicional por el producto cultivado orgánicamente.

Encontrar compradores para arroz orgánico no es fácil. Muchos indonesios no pueden pagar eso, y el arroz aún no cumple con los requisitos más estrictos del mercado internacional. Venderlo a un supermercado, donde se encuentran cada vez más productos orgánicos, significa que el agricultor no recibirá su dinero hasta dos meses después de la venta. En los hoteles es la misma historia: pueden pasar hasta tres meses antes de que procedan al pago. Todavía no tenemos el amortiguador (búfer) para cubrir ese período de espera.

Las escuelas serían un buen mercado para APOB, porque están invirtiendo cada vez más en alimentos sanos y seguros y a menudo necesitan cantidades grandes. Por ello, estamos en consulta con Gita Pertiwi, Rikolto y el gobierno para establecer contratos con escuelas. Cuanto mayor se haga el mercado para el arroz orgánico, más hectáreas pueden transitar a orgánico. Mi sueño es que todos nuestros miembros produzcan arroz saludable, certificado u orgánico, de modo que con APOB podamos vender todo el arroz colectivamente y podamos asegurar que todos nuestros agricultores ganen un salario justo.”

Un modelo empresarial circular para la redistribución y procesamiento de alimentos desperdiciados

Excedentes de alimentos producidos por supermercados y mercados locales. Los excedentes de alimentos son recolectados por grupos de mujeres / jóvenes en sitios de actores privados.

Transformación alimentaria por grupos de mujeres y jóvenes • La comida se convierte en fertilizante orgánico. • El fertilizante orgánico se usa para jardines de la ciudad (uso propio) o se vende a agricultores. • Los alimentos producidos se venden en los mercados locales y en los supermercados. Redistribución de alimentos por grupos de mujeres y jóvenes • La comida se cocina y procesa. • La comida se empaca. • La comida se redistribuye para los necesitados.

RESULTADOS:

• Menos pérdidas de alimentos. • Mejora de la seguridad nutricional. • Diversificación de ingresos. • Menos emisiones de gases de efecto invernadero.

La batalla de Solo contra el desperdicio de alimentos

En Solo, la ciudad por el cambio alimentario mata dos pájaros de un solo tiro. Al recolectar los excedentes de alimentos y donarlos a personas de bajos ingresos, no solo se evita el desperdicio de alimentos, sino también el hambre. Para ello, la ciudad cuenta con el compromiso voluntario de sus generosos habitantes.

Cada año, la ONG británica Charities Aid Foundation (CAF, por sus siglas en inglés) publica una lista de los países más generosos del mundo. En la última edición del llamado Índice de Donaciones Mundiales de CAF 2018 (CAF World Giving Index), Indonesia está al inicio de la lista. CAF mide la generosidad de un país sobre la base de tres comportamientos: donar dinero, ayudar a un extraño y hacer trabajo voluntario en el mes en que se realizó la encuesta. Con el 53 por ciento de los encuestados haciendo trabajo voluntario, Indonesia obtuvo el puntaje más alto del mundo. Donar dinero y ayudar a un extraño obtuvieron 78 y 46 por ciento respectivamente. Eso elevó el puntaje promedio del país al 59 por ciento. Le va levemente mejor que Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, que alcanzaron un promedio de 58 por ciento. La generosidad de la población indonesia puede explicarse parcialmente por la religión predominante, el Islam. Esta religión alienta a sus seguidores a donar. De hecho, uno de los cinco pilares del Islam es el zakat, la obligación de dar limosna a los pobres y así lograr una distribución más justa de los bienes. Y esa mentalidad generosa se puede encontrar en Surakarta, Solo en la lengua popular. La ciudad tiene aproximadamente medio millón de habitantes y está ubicada en el centro de la isla de Java. Visitaremos a Mooryati, quien abre su casa para preparar excedentes de alimentos y luego donar a los menos afortunados.

Donaciones de alimentos

Es temprano en la mañana, casi las 4:30 a.m. y el sol aún no ha salido, solo el llamado a la oración de un imán resuena a través de un altoparlante. Estamos en la cocina de la organización de consumidores Konpasera, donde varias mujeres mayores ya se encuentran sumamente ocupadas cocinando. Se mueven de un lado a otro cocinando batatas, arroz y verduras. Envuelve el arroz en hojas de banano y las colocan en pilas en una meseta. El pollo ya se había preparado la noche anterior. Las mujeres reciben los alimentos de donantes. Estudiantes de la escuela superior les

han comprado las hojas de banano. En el pasado, era costumbre envolver alimentos en hojas de banano. Para evitar la contaminación con plásticos, la organización Gita Pertiwi ha revivido esta tradición.

Mooryati es una de las colaboradoras de Konpasera. Ella explica: “Recibimos dos tipos de donaciones: alimentos crudos que procesamos en platos de comida y excedentes de alimentos. Por ejemplo, recibimos el arroz de una organización de agricultores en la cercana región de Klaten. Nos donan sus granos de arroz rotos porque no cumplen con los estándares para poder venderlos, pero en términos de valor nutricional no les falta nada. Con respecto a los excedentes de alimentos, ocasionalmente recibimos una llamada, por ejemplo, de un hotel en Solo, si hubo algún evento y sobra comida. Entonces podemos ir y recogerla.”

Mooryati Las mujeres no recogen los alimentos ni distribuyen la comida a los menos afortunados después de prepararla. Para esto se trabaja con la organización juvenil Kala Canda.

Ajhi Wicaksono Ajhi Wicaksono, un joven inteligente de 29 años, también está presente desde muy temprano. Es el líder de la organización juvenil Kala Canda. “Distribuimos la comida una vez por semana en el vecindario donde viven nuestros miembros. Aproximadamente 100 personas vulnerables reciben un plato de comida en cada entrega. Principalmente se trata de personas sin hogar, de la tercera edad y familias monoparentales. Estas últimas, mayormente, son mujeres solteras con hijos. Reconocemos a esas personas de nuestro vecindario. También, una vez al mes, vamos a un centro de salud local para repartir platos de comida.”

Las comidas preparadas el miércoles por la mañana de nuestra visita, están destinadas a la donación mensual de alimentos en kampung Tipes, uno de los 54 kampungs o vecindarios en Solo. Este vecindario tiene 9,713 habitantes, de los cuales 112 son personas mayores que se reúnen hoy para una comida y un control de salud mensual. Esta última es una iniciativa del gobierno indonesio que tiene lugar en cada kampung. Un grupo de enfermeras y un médico controlan voluntariamente la salud de las personas vulnerables en el vecindario.

La organización juvenil Kala Canda hace food sharing — compartir alimentos con otros, como ellos mismos lo llaman, desde 2017. “Se me ocurrió cuando vi en la televisión de Yakarta a una estrella pop indonesia que organizó una gran campaña de distribución de comida con excedentes de alimentos”, dice Ajhi. “Eso me inspiró a hacer lo mismo. También está en nuestros genes javaneses hacer algo por los de-

más, todos los que me rodean hacen eso. Junto con un amigo encontré personas que quisieran donar dinero o comida para nuestro proyecto. Fue sencillo y cuando entregamos comida a personas sin hogar en nuestro vecindario, por primera vez, hicimos un video de ello. Se lo envié a todos mis amigos y al grupo WhatsApp que tiene 50 personas de mi vecindario. Entonces la pelota comenzó a rodar y rápidamente más jóvenes se unieron a nuestro colectivo. También nos contactó la ONG Gita Pertiwi que nos puso en contacto con la organización de mujeres. Todavía hacemos un video de cada donación, que luego llamamos, por ejemplo, “episodio 18”. De esta forma, intentamos llegar a la mayor cantidad de personas posible para apoyarnos y repetirlo”.

“Publiqué un video sobre la distribución de comidas en un grupo de WhatsApp de mi vecindario y de ahí, el asunto comenzó a fluir.”

Ajhi Wicaksono, Kala Canda

Una plataforma para donaciones de alimentos

Gita Pertiwi es una ONG local que se compromete a lograr una alimentación saludable y accesible para todos, y colabora con Rikolto en marco del programa Ciudades por el Cambio Alimentario en Solo. Una de las colaboradoras es Fanny. “Con nuestra organización intentamos vincular a los proveedores con los grupos de mujeres y jóvenes que están comprometidos con Solo. Por ejemplo, nos hemos asegurado de que un criador de pollos done sus excedentes no vendidos y que un hotel se una a este esfuerzo. Además, estamos en conversaciones con cuatro supermercados, cada uno de los cuales puede donar 80 kilogramos de alimentos por día. Actualmente nos encontramos estableciendo una plataforma llamada Care Food, donde pueden alinearse mejor la oferta y la demanda. Consideramos importante que estas iniciativas surjan desde abajo hacia arriba, pero si realmente se desea tener un impacto, debe asegurarse de que las distribuciones de alimentos sigan los procedimientos estándar para que todo funcione de manera segura. Desarrollar dicho procedimiento es uno de los objetivos de la plataforma Care Food. También se desea ampliar la iniciativa y asegurarse de que sea apoyada, en el tiempo. Por tanto, además de los ciudadanos, también las autoridades locales y las empresas comerciales deben involucrarse en el proyecto. Somos los facilitadores en esta acción, reunimos a los diversos interesados.” Esto no siempre es fácil, como lo demuestra la renuencia de algunas empresas a donar alimentos, por temor a daños a su reputación y la atribución de posibles problemas de calidad en sus productos. Es por ello que Rikolto y Gita Pertiwi, de manera conjunta con la ciudad de Solo, desarrollan un convenio para alentar a las empresas privadas a donar. Esto también incluiría el procedimiento estándar para compartir alimentos que se está desarrollando actualmente dentro de la plataforma Care Food.

Indonesia, campeona en desperdicio de alimentos

Con la plataforma que se está desarrollando, las diversas partes se esfuerzan por lograr un impacto estructural y mejorar la situación actual en Solo. El problema va más allá de las 500 personas de escasos recursos que Gita Pertiwi, junto con las organizaciones de mujeres y jóvenes, alcanza actualmente cada semana. Tanto el problema de la desnutrición como el de desperdicio de alimentos son inmensos. El 11 por ciento de la población en Solo vive por debajo del umbral de pobreza. Es decir, tienen un ingreso mensual menor a 401,220 rupias indonesias (25 euros), o Rp 11,000 (0.69 euros) por día. Según la Agencia Central de Estadística (BPS), la tasa de pobreza promedio en Indonesia fue del 9.8 por ciento en 2018, o alrededor de 25.9 millones de indonesios. Esa cifra es menos de la mitad de lo que era en 1999. Además, un grupo muy grande, 20.78 por ciento, se encuentra justo por encima de ese umbral de pobreza. Una línea de pobreza que, por cierto, se encuentra muy baja. Como resultado, siguen vulnerables a volver a caer en la pobreza, sin acceso a los servicios básicos. Con la reducción del número de personas viviendo en la pobreza, también ha disminuido el porcentaje de personas desnutridas en Indonesia. De una población total de 267 millones de personas, el porcentaje fue del 19.4 por ciento durante el período 2004-2006. En el período 2016-2018 se había reducido a 8.3 por ciento. El principal problema del retraso en el crecimiento de niños menores de cinco años tiene su origen en la falta de nutrientes a largo plazo, y aunque ha disminuido en los últimos años, esta condición continúa ocurriendo con frecuencia. Al 2012, el 39.2 por ciento de los niños menores de cinco años eran demasiado pequeños para su edad, y en 2018 el porcentaje aún era de 36.4 por ciento. “El gobierno indonesio está enriqueciendo el arroz con micronutrientes como el zinc y la vitamina A - que a menudo faltan en una dieta balanceada- para abordar el problema. Para el 2024, el número de niños con retraso de desarrollo debería de estar reducido en un 40 por ciento “, declaró Anang Noegroho, director de la Oficina del Plan Nacional de Desarrollo (Bappenas).

A este escenario se enfrentan las cifras vinculadas al desperdicio de alimentos. Debido al crecimiento de la clase media — 135 millones para el 2020 — la cantidad de comida desechada también se encuentra al alza. Un estudio realizado por The Economist Intelligence Unit (2017) muestra que Indonesia es la segunda nación del mundo en liderar el desperdicio de alimentos. El indonesio promedio desperdicia 300 kilogramos de alimentos por año, únicamente por debajo de Arabia Saudita. En los hoteles de Solo, el 13 por ciento de la comida se tira a la basura, en los servicios de restauración es el 10 por ciento y en los restaurantes el 9 por ciento. Un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Bosques de Indonesia también muestra que

El gobierno podría obligar a los restaurantes, hoteles, supermercados y agricultores a donar sus excedentes para evitar el desperdicio.

Fanny, Gita Pertiwi

durante el período 2017-2018 un promedio del 53 por ciento de los desechos de un hogar en Yakarta eran alimentos, equivalente a 11,676 toneladas en total. Porcentajes similares también aplican en otras ciudades de Indonesia. Por ello, el gobierno indonesio ha lanzado una campaña dirigida a los consumidores para combatir el desperdicio de alimentos. Noegroho comenta: “Utilizamos a los líderes religiosos como influenciadores. Durante su servicio informan a las personas sobre las consecuencias del desperdicio de alimentos. También promovemos el consumo de raciones más pequeñas y el uso de platos más pequeños.” Los esfuerzos de Gita Pertiwi en Solo, junto con los jóvenes voluntarios y los ancianos, un hotel (hasta ahora), dos organizaciones de agricultores, una granja de arroz y un criador de pollos; parecen insignificantes en relación a las batallas que se están librando. Sin embargo, piensan que con sus acciones pueden tener un impacto. “Vemos el modelo con el que trabajamos ahora como un proyecto piloto”, explica Fanny. “Probaremos si funciona a esta escala y luego trataremos de convencer al gobierno de Solo para que lo expanda. Por ejemplo, podría obligar a restaurantes, hoteles, supermercados y agricultores a donar sus excedentes para que estos ya no se desperdicien.”

“Para combatir el desperdicio de alimentos, Rikolto presenta dos modelos que se enmarcan en la economía circular. El primer modelo se basa en cocinas comunitarias, donde los excedentes del comercio minorista se procesan y luego se donan o se venden a un precio bajo para los menos afortunados. El segundo modelo está dirigido a la producción de fertilizantes orgánicos a partir de desechos alimentarios, que luego se venden a productores de hortalizas para uso en la agricultura urbana. Para lograr esto, se deben juntar muchas piezas del rompecabezas: actores privados, autoridades municipales, comunidades locales y grupos vulnerables, en particular grupos de mujeres. Eso es lo que tratamos de hacer desde Rikolto.”

Purnama Adil Marata, Rikolto en Indonesia

Hotel – Mr Bambang (Gerente del Hotel Indah Palace)

Indah Palace, un hotel con cuatro sucursales en Indonesia, y es uno de los primeros hoteles en Solo en esforzarse para prevenir el desperdicio de alimentos.

“Desde 2013, nos hemos comprometido activamente a prevenir el desperdicio de alimentos, al principio sobre todo por razones financieras. Pensé que me beneficiaría financieramente si utilizáramos nuestras existencias de manera más eficiente. Hay un exceso de oferta de hoteles en Solo, por lo que en promedio tenemos una tasa de ocupación que apenas alcanza el 40 por ciento. Los precios de los alimentos también aumentaron fuertemente durante un tiempo. De todos nuestros costos, el 30 por ciento solía destinarse a la compra de alimentos. Ahora, seis años después, se trata solo del 25 por ciento. Es una diferencia significativa.”

“Trabajamos con una existencia de alimentos mínima. Solo compramos lo que necesitamos por un día. Eso significa que solo podemos servir lo que está en el menú y no podemos responder a solicitudes especiales. Explicamos a los huéspedes decepcionados que lo hacemos por razones ecológicas, en este hotel regularmente se organizan eventos donde somos responsables de la restauración. En el caso de comidas tipo buffet tratamos de evitar los excedentes cocinando para 80 personas cuando hay 100 invitados. Si resulta insuficiente, cocinamos al minuto.”

Tenemos aproximadamente un 10 por ciento de excedentes de alimentos por día, que distribuimos a través de tres canales. En primer lugar, tratamos de dar los excedentes a los invitados. Les explicamos cómo pueden almacenar mejor la comida en casa. Si aún así nos queda comida, la llevamos a personas sin hogar o con bajos ingresos. Hemos estado trabajando con Gita Pertiwi para esto desde 2017. Eso suelen ser alrededor de diez porciones por evento. En 2018 pudimos llegar a 800 personas de bajos ingresos con nuestros excedentes. La última opción es regalar los excedentes a nuestro personal.”

“Gracias al acompañamiento de Gita Pertiwi, ahora sabemos mejor qué podemos hacer. Ahora también reutilizamos los excedentes. Si queda fruta cortada en el buffet después del desayuno, la usamos para hacer ensaladas o smoothies (batidos). También ofrecemos platitos más pequeños.” “Mientras tanto, yo mismo también he comenzado a considerar cada vez más el impacto ambiental de todos los alimentos que se deben producir para luego desperdiciarlos. En casa ya no desecho más comida. La comida es un regalo de Dios. No debería tirarse.”

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