¡Hola gente! Soy Frank Jr.
Canta-autor de lo-fi, artista visual, epistemólogo de la noche y el director de esta gran blasfemia de revista.
Además, soy hijo no reconocido del famoso comediante inglés, Frank Sidebottom.
Esta edición es de distribución gratuita y su contenido NO ES APTO PARA MENORES DE EDAD. VMM se publicará de forma digital de manera semestral; el cual podrá usted adquirir por la módica suma de unos cuántos pesitos y para su mayor economía, lleve tres por mil, sin embargo, más adelante habrá venta de unos planes SUPERMEGA-PREMIUM donde obtendrá beneficios, una que otra obra de algún artista arrancado, posiblemente las revistas en los dos formatos (física y digital), y, entre otras cosas. Igual, si no tiene lukas para invertir, consumir y apoyar el arte, fresco, también pensamos en aquellos que les sangra el codo. Ya que de manera aleatoria saldrán versiones digitales al gratín.
¡Aprovechen que estamos bota’os!
El material exhibido cuenta con la autorización de sus autores © y no representa la opinión del medio.
Dirección, curaduría, diagramación, corrección de estilo, el de los tintos y los chicos de los mandados: Mauricio R. Apolinar
Pueden contactarnos al correo electrónico: villavomemata@gmail.com y si quiere chismear más, también están las redes sociales del medio.
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Villavo Me Mata #1
Índice
Artistas participantes
Marie Simard (2,71)
Raúl Franco G, (4,19,23)
Henry Rugelis (7,10,28, 60)
Óscar Aponte (8)
Colectivo VMM (9, 46)
Hijueputógrafo (11,16,52,69)
Willy ángulo (14)
Frank Camargo (15, 22, 58)
Ana María Fandiño (26)
Hair Leal (33)
Adriana Baquero (34)
El Jeñor Modo (35)
Sotaya Yunda (36 -45)
Daniel de la Oz (48)
César Agudelo (53 -57)
Libardo Archila (59)
Nicole Fernández (68)
Los Humanoides Asociados
Colectivo VMM (9)
Frank Jr. (12-15)
Camilo Medina (17,18,19)
Jennifer Ortiz (20,21)
Mauricio R. Apolinar (23,48 -51 63-66)
Negra Maleza (27)
Manolo Torres (2933)
Natalia Figueredo (61,63)
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Editorial
¿A quién se le ocurre hacer revistas de arte o pasquines en tiempos ‘post’ pandémicos y de reformas tributarias? Pues a este medio. Por qué tanto hacer publicaciones y el vivir del arte en este país, uno siempre quiebra, debido a que, lo único que quieren ver las personas en los medios es el chisme del vecino, del fulano, del periodista despechado, el gol de mi selección, el nuevo producto que nos ofrece el influencer, la ramplonería política y para los más viles, ordenar pizzas y helados.
Y, aun así, en medio de esta esquizofrenia histórica nace VMM (según sus siglas Villavo Me Mata). No como acto de resistencia poética sino como los deseos intrínsecos de su director, un adulto con alma de niño. Que se despoja “de todo mal y peligro” en su labor como curador de este medio junto a sus colaboradores, los humanoides asociados. Para esta edición, quisimos partirle la torta a los ‘181’ años a un villorrio y cantarle el happy birthday desde distintas miradas artísticas.
Villavicencio ¿ciudad o tugurio? Además, las y los invitamos a que nos acompañen deglutir este viscoso caldo que se toma sentado pero lo deja para’o.
La publicación, VMM No. 1, es un producto del colectivo de arte contemporáneo Villavo Me Mata de la ciudad homónima.
En memoria Óscar Aponte C.
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VILLAVO MATA ME
En el 2016, el ilustrador Henry Rugelis, inspirado por la Movida Madrileña y Madrid Me Mata, hace la primera maqueta o machote de VMM (según sus siglas Villavo Me Mata ), sin embargo, este primer ejemplar nunca salió al público.
Años más tarde, en el 2019, el periodista y artista visual, Mauricio R. Apolinar, retoma la obra conceptual de Rugelis para realizar una serie ensayos fotográficos llamados Villavo Me Mata, cuando este hacía parte del extinto colectivo Chigüiro .
Finalmente, para inicios de marzo del 2020, el ilustrador, el periodista y el fotógrafo, Raúl Franco, conforman el colectivo de arte contemporáneo y medio digital Villavo Me Mata .
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Portada VMM , en el año 2016 por Henry Rugelis
La ciudad es una para el que pasa sin entrar, y otra para el que está preso en ella y no sale; una es la ciudad a la que llega la primera vez, otra la que se deja para no volver, cada una merece un nombre diferente.
Italo Calvino, Las ciudades Invisibles
Foto: @hijueputografo
Sinfonía de la Villa Vicio
Los Villavicenses son una especie mixta, una cicatriz mal curada, un virus lento llamado folclor. He podido ver que cuando la luna toma su turno en el cielo, clarifica la luz interior que proyectan ciertos sitios entre luces de neón y luciérnagas psicoactivas. Allí se puede apreciar toda la fauna y flora nativa o extranjera que vive en esta ciudad; está el gerente de un club de día y amante fortuito de mujeres fugaces en la noche; los hijos de grandes comerciantes, los abogados, los maestros, los contratistas, los artistas y sus aristas, los administrativos del sector público, del privado y de lo judicial; las celebridades criollas, adictas a pequeños caramelos parecidos a los quipitos o barriletes; les veo en fiestas de cantinas, patrias, electrónicas y hasta en un taller de improvisación de la pomposa escena alternativa, distinta y doble moralista. A mí me gusta salir a capturar imágenes en la madrugada, porque a esa hora, mientras la ciudad está muda, logro oír los verdaderos pensamientos de sus habitantes.
Muchos de ellos son la esencia de la naturaleza humana carcomida por la codicia de una generación totalitarista, costumbrista, mal nacida.
Mientras tanto, otros más jóvenes y vigorosos creen en las alternativas de las refinerías en el aire. Todos, sin embargo, seres sin escrúpulos que venden actos benevolentes como falacias altruistas en beneficio propio, político o un simple ‘like’.
A Villavicencio le espera lo peor, y digo esto, por el hecho de ser una ciudad y una nación llena de ignorantes que eligen candidatos sacados de cualquier antro pintoresco de la famosísima y pestilente ‘calle de los mariachis’. Muchos de nuestros queridos políticos locales germinan su amor etílico en caldos de pollos radiactivos y otras delicias viscerales. Estos habitantes mezclan elementos del clímax prostibulario y el melodrama tradicional en intenciones doble moralistas, debido al instinto morboso de respirar miedo y asco de un piedemonte tropical.
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A fin de cuentas, se transmutan en el deleite sexual que se sirve en vaso de amargura, codicia y poder como insaciables anillos de calamar mal cocinados y podridos en de cualquiera de todos los restaurantes
‘ gourmets ’ de la ciudad.
Por desgracia, como en un uroboro de heces secas, cuando se corta un tentáculo renace otro fulano para continuar la tortura, con apariencia de ser una política nueva y alternativa, lleva el legado del mismo síndrome de la politiquería.
¡Ah! Maldita ciudad; quieres dibujar al fulano como héroe de ciudad Gótica – y si en algo hay razón es en compararla con aquella ciudad: Villavicencio, es un bodrio digno de mostrar de corrupción- pero no son más que la escultura vertiginosa que le hace guiños a la represión política disfrazada de fe, cambio y esperanza patrocinada por una élite infame que oprime a sus clientes con asombro de espiritualidad súbita o como se le dice coloquialmente: “«Pan y circo». Sus discursos son movimientos de golosas lenguas sórdidas envueltas como tungos de arroz y demagogas carnes llaneras embriagadas con perfume de Ocarro.
Nosotros, los espectadores de este show mediático, reaccionamos hoy entre risas y trifulcas como viles cómplices defendiendo una clase dirigente que se burla de nuestros resultados en las urnas. De todos modos,
nuestra política es dinámica e inversionista; o por lo menos así me lo han hecho saber personas conocedoras del tema y cercanas al poder.
Pero a quién le importa la ciudad que vive bajo la otra. Esa que vive debajo del puente del Maizaro, a orillas del Guatiquía en sus búnkeres de plástico y latas; a esos ‘Meta-humanos’ que salen debajo de las tapas de las alcantarillas como caricatura de los 90 y del caño Gramalote, centro histórico de la ciudad.
Mientras haya guaro, capachos y Vi/cio., nuestra identidad parroquiana y clientelista se jacta unos símbolos patrios que por vergüenza e ignorancia celebramos un 6 de abril, y los libros de historia menciona tres más.
Luego de haber dicho esto, aún me queda algo más que añadir. Quizás algunos de mis amigos o conocidos artistas pueden sentirse un poco vulnerados por el siguiente comentario, pero solo espero que aprecien el valor crítico del mismo, y es este: no podemos pretender arreglar una ciudad solo con pintu-caritas, vídeos de gente play, cuentos mal contados, pajaritos en el aire, esculturas de ‘likes’ o parques de memoria que maquillan elefantes blancos (refinería, hospitales, casas de intereses sociales, vías, alimentación escolar, entre otros…) mientras la realidad nos carcome con situaciones que superan la ficción.
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Willy Ángulo
• Una ciudad donde vivir solo es posible si estamos en la rosca.
• Una ciudad donde el desempleo es tan evidente que muchos prefieren huir de este platanal.
• Una ciudad donde su patrimonio arquitectónico es mercantilizado o vendido como res en feria.
• Una ciudad donde la prostitución, la habitabilidad de calle y las casas de uso recreativo ––los mal llamados pegaderos–– comparten la misma característica de quiénes la frecuenta o viven de ella y al mismo tiempo disfrutan de manifestaciones culturales arcaicas y son proveedores de la ley y el orden.
• Una ciudad donde los servidores públicos y judiciales, maestros, fuerza pública, gerentes de clubes, contratistas, políticos, grandes ganaderos, celebridades criollas y todo aquel que tenga un gramo de poder se jacta de soberbia como el anisado llanero, patrocinador oficial de prácticas machistas desde tiempos inmemoriales.
• Una ciudad donde es más fácil conseguir una papeleta de bazuco que una atención digna y oportuna en algún puesto de salud.
• Una ciudad donde la gente agoniza debajo de los puentes y otros se mueren por no ser tendencias en redes sociales.
Por eso, Villavo Me Mata .
Edif. Casa Toro, por Frank Camargo
Villavo y las drogas
Un tema que genera distintos tipos de reacciones en las personas, y que suele observarse su comportamiento desde hace un siglo. Inició con una misma perspectiva que ha dado a conocerle como la guerra contra las drogas. Iniciada allá en los 20’s en cabeza de un hombre llamado Harry J. Aslinger, que pasaría a ser conocido por la historia como el Zar de las drogas por dar pie a desastrosas consecuencias que hemos vivido como consumidores desde aquél momento, y es que es de recalcar que no la inició ni con la verdad, ni solo, pues a su lado estuvo el magnate de los medios de comunicación de aquellos años, William Randolph Hearst. Por medio de producciones como Grass, crearon una visión sobre el consumidor de marihuana; palabra que se hace popular pues se origina con el fin de hacer una referencia clara a los nombres mexicanos María y Juana, y que describe a una persona que supuestamente se convertía en un sociópata capaz de asesinar incluso a la esposa con la que también está fumando hierba.
Es de recalcar que todo esto ocurría dentro de un contexto social de elevada migración de tra-
bajadores mexicanos a los Estados Unidos de Norteamérica quienes, en su mayoría, al finalizar el día, disfrutaban fumándose un bareto. Y es que todo esto tiene relevancia porque a partir de aquellos momentos, la guerra que se ha venido librando tiene por bandera y símbolo, una hoja de marihuana, que, si la ponemos en contraste frente a otras sustancias, es de las que menos probabilidades tiene de afectar seriamente el organismo. Un pase de cocaína, comerse un cartón de LSD, bajarse una pepa de Rivotril o de éxtasis, son acciones que pueden pasar muy fácilmente desapercibidas por el resto de personas, pero no sucede así con la marihuana, hecho que aumenta el estigma y prejuicio que se tiene sobre ella, su consumo incomoda a los que no la fuman, así que si ponemos a dos consumidores, uno de ácidos (LSD) y otro de marihuana, cuando llamen a la policía para que se los lleven, los saquen y los multen, es más que seguro que llegarán por el marihuanero, se concentrarán en él y en joderlo como puedan, ya que como sagrada institución colombiana, se pasa por los huevos la normatividad. Villavicencio es una ciudad en la que, al hablar de drogas,
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Camilo Medina
se perciben las respuestas que son usuales, Los viciosos son peligrosos, esos roban por poder meter. Meten vicio para enloquecerse, pueden matar a cualquiera y no lo recuerdan. Son agresivos. La necesidad de la educación hacía la población, sus gobernantes y sus autoridades judiciales entorno a las sustancias psicoactivas es altamente palpable, pero no una educación basada en mentiras, en argumentos que al contrario de brindarle herramientas a los jóvenes para reducir los daños asociados tanto a la sustancia como a los entornos en los que se las encontrarán.
La frase que todos podemos escuchar como pilar de la educación respecto al tema de las SPA es No fumen marihuana, es la puerta al mundo de las drogas. Una frase alejada en demasía de la realidad como reduccionista en su mayor proporción, ya que, si revisamos el DSM V, encontramos que sustancias como el alcohol representan un peligro mucho mayor que el Cannabis en caso de presentarse un uso irresponsable por parte del consumidor. Decirle eso a jóvenes que cada día se encuentran a más temprana edad con un acercamiento a las drogas, pretendiendo que éstos no consuman por lo menos hasta la mayoría de edad, es como entregarlos a una guerra sin armas o escudos, porque si un joven ya está decidido hacerlo, es mejor que sepa qué clase de sustancia va a consumir y qué efectos puede tener tanto física como psicológicamente hablando, que aprenda a discernir si la sustancia puede ser pura o no, porque de-
jando las mentiras y los mundos de fantasía, las personas y sobre todo los jóvenes no van a dejar de consumir sustancias porque es un fenómeno social, está ligado a nosotros prácticamente desde el inicio de la consciencia humana y fue importante en aspectos religiosos, políticos, y aspectos individuales como el romance y la conquista.
No es lo mismo una persona a la que le ofrecen por primera vez una cocaína que tiene una coloración amarillenta a quien le está ofreciendo la sustancia y le dice que tiene sabor a coco, quien tiene un conocimiento real y práctico sobre drogas que aquél que no, pues el primero identificará que la sustancia está bastante alterada y tiene compuestos distintos a la sustancia pura para dar ese sabor, porque aunque esto no es garantía de que no la consuma, sí es garantía de que la persona es consciente de sus actos y las consecuencias de estos, buscando reducir los posibles daños en el cuerpo.
Por supuesto que la educación no recae netamente en el consumidor, no se puede olvidar que los ciudadanos no consumidores deben claramente, recibir en primer lugar lo mencionado anteriormente y sumado a ello, ser educados sobre las realidades de los entornos de consumo, que no todos son el clásico parche en el parque, en el polideportivo, que el consumo no deriva automáticamente en delincuencia por parte de los usuarios de drogas ya que si se logran disminuir esos temores, se reducen los llamados a la policía
y se abre un posible puente de diálogo entre el parche y los vecinos. Es necesario no solo esto, pues la complejidad del tema de las drogas abarca otras varias aristas, como el apoyo institucional para el análisis de pureza a sustancias psicoactivas en los festivales, fiestas, etc. que se desarrollen en el municipio, y el que mediante infografías y otras formas de mensaje se promueva la revisión de pureza de sus drogas a los usuarios. Sin embargo medidas como esta y el activismo en la ciudad presentan cierta dificultad por la renuencia de los consumidores a aceptarse frente a la familia y a su ciudad por temor a represalias de cualquier índole como ser llevados a centros de rehabilitación, echados de casa, abandonados por sus parejas o rechazados laboral y académicamente, represalias que es innegable que sucederán, como también existen los casos en los que mediante el diálogo, la familia y los otros entornos aprenden a convivir
y seguir interactuando con el consumidor. Por último, la invitación a quienes usan cualquier sustancia es a perder el temor de salir de ese clóset psicoactivo en el que se vive, salgan y vivan con una verdad con la que el resto de la ciudad debe aprender a vivir porque es algo de nuestros entornos personales. Apoyen las distintas propuestas de activismo psicoactivo que se forman en Villavicencio como las que ya existen porque es parte del trabajo de educación sobre el resto de la sociedad.
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Memorias del alumbramiento de una urbe
“Soy negra, negrísima. Soy tan negra que me dicen: ‘Negra, no es sino que aletee ese cuerpo sobre mi cara y verá que me libra de esta sombra que me acosa’. No era sombra sino muerte lo que le cruzaba la cara y me dio miedo perder mi brillo”.
Jennifer Ortiz Mosquera
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Tierras fértiles darían inicio a una ciudad reconocida hoy como la ‘Puerta del Llano’, a la que en alguna oportunidad se calificó como ‘Capital del Paisaje Colombiano”. Antes de la llegada de los españoles fue apenas un pequeño caserío de indígenas Guayupes y Achaguas.
En la actualidad, la capital del departamento del Meta, es la ciudad más grande de los llanos orientales y la primera fuente comercial de abastecimiento para la región.
Mucho ha cambiado nuestra bella ciudad desde entonces, y sus calles son testimonio de ello. Las estructuras de cemento, de hierro se levantan imponentes ante la mirada de sus habitantes, mientras las viejas y hermosas edificaciones pasaron a la memoria mobiliaria de la ciudad ya que administración tras administración no han visto la necesidad de preservarlas para la posteridad. Por sus calles por las que alguna vez pasaron bravíos jinetes y sus reses, hoy lo hacen pilotos de carros particulares, buses e intrépidos motociclistas. En ese proceso de modernización, algunas costumbres se han perdido, las tiendas de barrio que alguna vez reinaron, sucumben ante el poderío de los grandes supermercados, incluso resulta curioso recordar la antigua figura de los mercados en una plaza cercada de árboles frutales.
Las personas visten colores vivos y rompen con el estilo sobrio y conservador de la ciudad. Otras, errantes utilizan las aceras para dormir. Desde ese momento, Villavicencio, empezó a ser de todos tanto de los llaneros como de los demás compatriotas. Somos una ciudad de puertas abiertas, que en algunos casos solo se remonta al papel, porque las oportunidades para los
villavicenses hoy por hoy son más escasas. El acceso a empleos en entidades públicas, y cargos de alta representación están prácticamente vetados, y en el peor de los casos manifiestan que no hay profesionales aptos para ocupar estos cargos.
Del mismo modo es común que en la región contraten solo personal proveniente de las capitales del país ó en otros, siendo el panorama aún menos alentador a el amigo de el amigo. Se ha convertido en una costumbre que personas altamente calificadas no sean tenidas en cuenta para un empleo, por no ser simpatizantes de los gobiernos en turno, mostrando un claro desconocimiento de los perfiles y potencial social de quienes aquí residen. Y Si hablo desde la perspectiva de género, el ser mujer y ser afrodescendiente en una ciudad como Villavicencio, entran a discusión temas como el racismo, la discriminación, la sexualización y los estereotipos, lo cual abriría un debate que da para escribir otra columna.
Villavicencio debe convertirse en una ciudad para la vida, que sera una expresión del desarrollo sostenible, que ofrezca una adecuada calidad de vida a sus habitantes, mediante oportunidades equitativas para una vida productiva, segura, sana y solidaria, que dignifique al entorno rural, a la naturaleza, las tradiciones culturales, adecuándose a la diversidad del país, generando así un espacio común para la capitalización de los perfiles propios para elaborar y gestionar la formación de la institucionalidad necesaria para ello. Villavicencio, merece convertirse en referente nacional en la construcción social del conocimiento e incidencia política, social en la defensa de los derechos desde el territorio y las ciudades.
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Villavo Me Mata #1
Momnumento ‘Forjadores de paz y progreso’ de Miguel Roa Iregui
Fotografía de Frank Camargo
“Uno no vive en una ciudad sino en una descripción”
Wallace Stevens
Foto de archivo de la alcaldía de Villavicencio
Villavo Me Mata #1
Ilustración Daniel de la Oz
Guayabo en el Villorrio Splendor
La condena de un maldito escritor frustrado, es vivir inmerso en su sensibilidad de percibir las cosas... las cosas simples:
Como salir a caminar un sábado soleado a las 11:55 am por el centro de Villavicencio, lo que resulta mágico; se refiere a ese deleite que tiene la cotidianeidad, el disfrutar tantas situaciones, vidas que pasan por un instantes y transeúntes de aquel parque central (los libertadores), que serán recordados en la memoria colectiva de las personas implicadas como el aleteo de un ave. No tendrían el mismo valor que el olor nauseabundo de la mierda de los gatos, sí a éste le agregamos el sabor
cenizo de una garganta y los jugos de colores radiactivos que no combinan bien con las chanclas y las gafas de sol.
Aun así...sólo será un segundo de vida de las múltiples formas de vida que se encuentra en este micro universo plagado de seres unicelulares, microorganismos amorfos, animales humanizados por la codicia monetaria y cafés recalentados. Muchos de estos homínidos traen a sus crías para que ellas sean libres y puedan justificar su promesa de amor; en engendrar más habitantes en este mundo tan podrido que no hace falta la simple observación de un condenado maldito escritor frustrado.
Fotografía de Raúl Franco G.
Mauricio R. Apolinar
Fotografía de Ana María Fandiño
La ciudad de los últimos cuerpos Negra Maleza
Los últimos cuerpos, son los últimos a los que llega el pan, el bienestar, el amor, ¿cómo serán los últimos cuerpos? Son los cuerpos que recogen el lixiviado; la parte baja de una bolsa negra de basura, ¿cómo no serían ellos los últimos cuerpos?, ellos son los que reciben el peso, los cuerpos esos, los que huelen feo, los cuerpos últimos, los magullados, los de la rabia, los del cerebro destruido, ellos, los de los huesos fríos, últimos cuerpos donde recae el asco y el exterminio.
Los últimos cuerpos guardan dentro de ellos todo lo que les recae, lo que les exprime el alma, tú los puedes ver; el color de sus pieles quemadas, ojos idos al mundo de la evasión, donde no está el miedo, donde se le da la espalda hasta a tu humanidad, tan inmunda y tan inhumana que no pueden ver en esos ojos todo el peso de un cuerpo que no aguanta más.
Villavicencio, eres la ciudad de los últimos cuerpos. Que, si creyera en Dios, diría que fue un
milagro que ni tú ni yo nos convirtiéramos en últimos cuerpos. Cuerpos a los que se les empuja a tomar un revólver y romperle la cabeza a un loro por 100 mil pesos. . Un cuerpo que tiene miedo del miedo, de la noche donde no hay más que violación de un cuerpo que no quiere, de un cuerpo que se mete en la ensoñación del humo, de la aguja, de un susto que termine por matarle de una fulminante explosión silenciosa, solitaria y oscura, o de una muerte que empuja atada a su cuello mientras se tira de ese puente donde se lanzan cuerpos hijos de Villavo, que no serán los últimos en caer. Nosotros no fuimos últimos cuerpos, no por la fuerza, si no por las condiciones que cambiaron, y yo me pregunto si estos últimos, los de la mirada perdida y una patacabra lista, tuvieran un poquito, solo un poquito de eso que nos tocó a nosotros, los privilegiados, los olvidadizos y los débiles, ¿qué sería de ellos?, estarían de últimas, o, ¿estarían allí, los que están de primeras?
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Villavo Me Mata #1
El ignorante Riggs
Extrañas y múltiples historias se han escrito sobre las malas experiencias laborales, las cuales muchas veces terminan en situaciones de fracaso. En la literatura podemos encontrar todo tipo de cuentos sobre detectives que deambulan por la ciudad buscando respuestas sobre algún crimen. Agotados por las extensas esperas nocturnas dentro de un auto, conservan la esperanza de resolver el misterio para conseguir dinero y cenar en las noches áridas. O relatos que hablan sobre boxeadores estadounidenses arruinados, que han perdido todo su dinero a causa del paso del tiempo; y en su triste vejez no poseen una pensión considerable con la cual sobrevivir en su día a día.
Pero entre tantas historias extrañas, tenemos el caso del señor Leonardo Riggs, un incansable comerciante, trabajador desde muy joven y quien después de mucho tiempo de estar insistiendo en el mundo del periodismo y las editoriales, había logrado que lo contrataran para el puesto de administrador comercial en un periódico local de la ciudad de Villavicencio: una capital ubicada en uno de los departamentos de los Llanos Orientales de Colombia.
Lamentablemente para Riggs, quien, a pesar de tener mucha experiencia en el mundo de las ventas, desconocía
completamente la dinámica corrupta con la cual se movían los medios de comunicación en las provincias de los países latinoamericanos. De hecho, Riggs era un obtuso e ignorante en muchos aspectos de la vida y solía desconocer datos culturales básicos como el nombre del papa actual o que la capital de Alemania es Berlín. Incluso no sabía absolutamente nada de música, de gastronomía, de cine, y por supuesto mucho menos entendía la política de su propio país. Sus neuronas eran como hámsteres bebés que babean luego de comer un maní. Leonardo Riggs era un tipo inculto que solo pensaba en conseguir dinero. Además, su forma de comer era grotesca. Era un hombre gordo, de ojos saltones y alta estatura, con el cuello rosado y abultado como el muñeco de la marca de llantas Michelin.
Todo lo que comía se lo bajaba con Coca-cola y prefería la comida chatarra como las cajas de arroz mixtos que traen todo tipo de carnes: vaca, cerdo, caballo y rata. O bueno eso dicen los pobladores de la región, debido a su dudosa procedencia. Y en medio de su desconocimiento cultural y de su pésima educación familiar, caía incluso en un estado absorto de ingenuidad, el cual no lo dejaba observar las verdaderas trampas del lugar donde empezaría a trabajar. Riggs inició su trabajo en aquel periódico local en el mes de enero del año 2020.w
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Manolo Torres
Un año bastante crítico para la humanidad, ya que para el mes de marzo estallaría una pandemia mundial, la cual convertía a las personas en extrañas bestias peludas que luego morían en medio de una agonizante hemorragia que los hacía gritar desconsoladamente hasta que simplemente sucumbían ante la muerte. La persona podía contraer el virus y duraba 10 días con dolores en los músculos, huesos, piquiña en la piel y tosidos con sangre. Luego, cuando los cambios en la piel de las personabas iniciaban, tan solo les quedaban 24 horas de vida en promedio. Mientras los vellos crecían y el rostro se transformaba en el de un animal salvaje, la hemorragia internaba aumentaba de manera progresiva. Algunas personas lograban resistir el día entero, otras tan solo 20 minutos. El virus actuaba dependiendo del metabolismo.
Pero Riggs inició sus labores sin acontecer este terrible destino que caería en contados meses sobre la humanidad. Antes de que llegue el virus Vortex 75, Riggs estaba desenvolviéndose con total fluidez y emoción en todas sus labores durante las primeras semanas. Pero luego empezó a notar que algo sucedía entre las relaciones y los métodos de trabajo de los periodistas. Riggs, impulsado por su ambición, decidió relacionarse más con ellos y aprender alguna estrategia que le pudiera generar una mayor fuente de dinero.
Fue así como se acercó a Alex Borda, el editor del pe-
riódico, quien era conocido por haber realizado acuerdos económicos con políticos regionales para publicar noticias fraudulentas y así incrementar la popularidad de los burgomaestres. El hombre había recibido grandes sumas de dinero y en alguna ocasión había tenido problemas laborales a causa de esto. Sin embargo, aunque Riggs quisiera producir más ganancias para él, también deseaba ganarse la confianza y una mayor cercanía con sus jefes, ya que él creía que podría llegar a dirigir la oficina principal, ubicada en Bogotá, la capital de Colombia. La ambición lo cegó, así que ideó un plan para ganarse la confianza de Borda y aprender más de las triquiñuelas que realizaba parapoder vender costosas notas a escondidas de la empresa.
Con invitaciones a beber cerveza y con comentarios aduladores en medio de las reuniones laborales, Riggs se ganó la confianza de Borda. Al estallar la pandemia, el periódico tuvo que cerrar, pero ambos sujetos continuaron hablando por medio de mensajes electrónicos, donde opinaban sobre las decisiones de la empresa. Tal parece que el jefe principal, Jorge Repudio Suárez los quería hacer firmar un documento, donde se libraba de toda responsabilidad sobre su salud en medio de la pandemia. Pero ninguno de los trabajadores lo había querido firmar. Ni siquiera el mismo Riggs, ya que le parecía absurdo que la empresa no los cuidara si el virus Vortex 75 los atacaba.
En medio de los chats virtuales, Borda le confesó a Riggs que él sí había firmado el respectivo documento, ya que esto era una forma de demostrar lealtad con la empresa y le permitiría conservar su puesto. Esto sorprendió a Riggs porque se dio cuenta del tipo de embustero que era Borda. De todas formas, Leonardo decidió continuar indagando más y también descubrió que Borda poseía una página propia, donde publicaba las notas que también escribía para el periódico. Claramente Borda cambiaba la redacción de los textos y no había ningún problema, sobre todo porque el editor, a pesar de ser un cretino corrupto y traicionero, entendía la dinámica del periodismo y sabía reescribir todo en otro estilo periodístico. Solía escribir los titulares más insensibles y ridículos en toda la ciudad. Pero nadie se atrevía a decírselo porque era el editor principal y qué pereza ganarse a Borda de enemigo. Con tantos problemas causados por la pandemia, Riggs sintió quesu capital se estaba extinguiendo y sabía que debía generar más ingresos para poder sobrevivir ante la crisis del virus y también de la empresa. Fue así como decidió que también crearía su propia página y además tomaría la valentía necesaria para conseguir pruebas y delatar a Alex Borda. Mientras tanto en las calles, las cifras de muertos se elevaban a millones y en los hospitales los cadáveres se acumulaban en los pasillos. Los cemente -
rios no tenían cupo y tuvieron que recurrir a cremar los cuerpos. Las personas morían con apariencia de bestias y las ciudades enteras parecían un cuadro surrealista de Salvador Dalí, solo que con tonos más escabrosos y sangrientos.
Pero a Riggs esto le era indiferente, ya que como he mencionado, su ignorancia lo mantenía en una especie de burbuja que no le permitía comprender a profundidad las consecuencias de sus acciones o la tenebrosa realidad que se vive más allá del simple hecho de “producir dinero”.
A mediados del año, cuando la pandemia cesó y los trabajadores lograron volver a sus oficinas, lo hicieron bajo unas muy malas condiciones. El jefe Jorge Repudio Suárez, quien dominaba varias franquicias del periódico en el país, continuaba siendo un déspota que los obligaba a trabajar sin descanso los siete días de la semana y además no les bridaba los elementos de bioseguridad para protegerse del virus. Los periodistas y administradores eran explotados de maneras inconcebibles y tenían que hacerlo solo por obtener algo de dinero. El afán por controlar cada aspecto de los trabajadores y de someterlos a un sistema de amenazas y recompensas, llevó incluso a que el periódico local instalara un programa especial en los computadores para poder espiar todo lo que hacían los trabajadores.
Luego de dos meses de haber regresado de manera presencial, los periodistas empezaron a recibir denuncias sobre una página nueva en internet que estaba copiando de forma exacta todas las notas del periódico y las publicaba como creaciones suyas. Los investigadores de recursos humanos, quienes parecen demonios lascivos sin mente propia y con corbata, empezaron a rastrear los pasos virtuales del portal de noticias y descubrieron que el copión era Riggs, quien pensó que, obteniendo seguidores en su página, ganaría algo de dinero extra.
Sin embargo, esto lo puso en la mira de sus empleadores, quienes lo empezaron a presionar para que borrara la página o de lo contrario lo expulsarían. Asustado por esta advertencia, Riggs accedió a la petición de sus contratantes y decidió ir a caminar al Parque Central de la Villa Bárbara para así tranquilizar su mente y tener claridad para hallar una solución.
Mientras se rascaba los mocos de la nariz, Riggs tuvo una especie de epifanía religiosa. Un halo de luz lo iluminó desde el techo de la catedral principal de la ciudad y las palomas volaron a su alrededor. Una de ellas, planeó hasta llegar a un lado de Riggs. Era gris y con el pico torcido y morado. Realmente se veía muy sucia aquella paloma y parecía como si un ratón la hubiera atacado para intentar comerla. Por un momento Riggs escuchó que las campanas de la iglesia sonaron y olfateó un poco
de incienso que al parecer brotaba de las puertas. Esto le pareció imposible, ya que todavía no habían autorizado celebrar misas por culpa del Vortex 75.
- Debes delatarlo ante los jefes, dijo una voz chillona.
Riggs volteó la mirada rápidamente hacia todos lados buscando el origen de la voz.
- Aquí estoy, acá abajo.
Riggs bajó lentamente la dirección de sus ojos hacia el borde del muro donde estaba sentado y observó a la paloma viéndolo directamente al rostro.
- Si quienes salvar tu pellejo, deberás poner en la guillotina el de otro.
“¿Me estaré volviendo loco?” Pensó Riggs para sus adentros. La paloma le estaba hablando y quizás le estaba dando el consejo que necesita. ¿Pero era una señal de Dios, era una ayuda divina? A Riggs no le importó hallar una respuesta. Si estaba alucinando o no, era el menor de sus problemas. Él tenía claro que debía mejorar las relaciones con sus jefes para ganar más dinero. Así que su ambición lo llevo a convertirse en un soplón.
- Ve y hazlo, dijo la Paloma mientras emprendía vuelo. Riggs solo asintió con la cabeza y tragó saliva lentamente como si estuviera comiendo algo muy difícil de masticar.
Al otro día llegó a la oficina muy temprano y a escondidas de los demás les tomó fotografías a los correos en el computador de Alex Borda. Luego envió las imágenes
Villavo Me Mata #1
probatorias de los engaños del periodista a los directivos principales. Creyó que, al revelar las malas intenciones de su compañero sobre la venta de notas clandestinas, sus jefes lo adorarían y lo llenarían de besos por salvar el honor y la dignidad del periódico más amarillista que había en Villavicencio.
Sin embargo, la reacción de estos fue contraria a lo que Riggs esperaba y en cambio lo señalaron de desleal y malintencionado.
La ofensa fue tal, que la última oportunidad que le habían dado a Riggs para seguir en el puesto le fue quitada y al terminar la jornada de ese día, debía sacar sus cosas y entregar la carta de renuncia, si es que no quería recibir un memorándum de despido, lo cual mancharía aún más su hoja de vida.
Sin ventas y sin trabajo se fue Riggs al Parque Central nuevamente a buscar a su amiga la paloma. Riggs aguardó hasta altas horas de la noche, pero su amigo imaginario nunca apareció. Decidió irse para su casa, pero cuando se levantó para emprender camino le entró un ataque de estornudos que lo dejó casi arrodillado contra el suelo. “Los síntomas del Vortex”, pensó Riggs. Corrió a su casa asustado y se tomó un coctel de medicamentos para calmar sus preocupaciones. Estar despedido y enfermo resultaba ser el peor de los castigos para Riggs. Antes de dormirse, dejó una
vela detrás de la puerta, ya que según las creencias populares esto espantaba el peligroso virus. Pero la ignorancia de este hombre, esta vez lo salvaba ya que lo más probable es que solo fuera un resfriado. Al otro día ya estaba pensando en dinero y rascándose los mocos luego de comerse unas empanadas grasosas en la tienda de su barrio. Provoca nauseas ver estas escenas del ignorante Riggs. Aunque es gracioso observar cómo sigue intentando hablar con las palomas. Esperemos que algún día consiga otro trabajo. Antes de que acabe loco, en la quiebra o muerto. O lo que sea que ocurra primero.
Pintura
La miseria no acaba jamás Hair Leal
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Ilustración Adriana Baquero
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Ilustración El Jeñor Modo
Una página de la historia, desaparecida por la desidia…
Investación de Soraya Yunda
Breve reseña histórica
En el teatro Cóndor, fue escenario de grandes presentaciones de compañías o grupos internacionales, como “Los Panchos” (México), el ballet de doña Alicia Alonso (Cuba), obras de teatro, conciertos y zarzuelas. Allí nació el festival de la canción colombiana, creado por el maestro Miguel Ángel Martín Salazar.
En el teatro Cóndor también se presentaban las ceremonias de grados y clausuras de colegios de nuestra ciudad.
Participaron los colegios bachillerato femenino, las Mercedes, la Sabiduría, colegio Caldas y otros.
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Fotografía de archivo de Germán Herrera
Plano del 1er piso
Plano del 2do piso
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Interior del teatro, primera planta
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Algunos carteles de las películas exhibidas
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CÓNDORES no entierran todos los días
Con riguroso luto y en medio de la nostalgia y el sentimiento se le dio entierro formal al teatro Cóndor.
En medio de sus ruinas parecen volar fantasmas de su época dorada, en cuyas paredes más de un amor se declaró, una risa se originó y una lágrima rodó.
Aunque su dignidad hoy está reducida, el Cóndor dio su último adiós con grandeza. Acompañado de artistas, personas sensibles y fotografías que recuerdan el esplendor de otras épocas.
Sin embargo, cada uno de los asistentes a este sepelio, no dejó de sentir algo de vergüenza por dejarlo morir sin hacer mucho esfuerzo, pues el teatro era de los pocos testimonios históricos de la memoria urbana de nuestra ciudad.
El resultado de esta apatía no puede ser ahora más evidente, cuando el majestuoso y legendario Cóndor está reducido a un parqueadero par motos
Tomado del archivo de Llanos 7 días / Abril 29 de 1997
Agenda Cultural
La defunción del Cóndor fue una idea de un grupo de gestores culturales como William Montoya, Ricardo Pulecio y Gustavo Benavides, quienes desde su Agenda Cultural propusieron crear conciencia sobre la identidad urbana, a través de entierros simbólicos de aquellos sitios que han sido víctimas del olvido y la desidia. Esta tarea se va a cumplir cada mes en diferente de la ciudad y se celebrará con diferentes actos culturales y artísticos.
El primero fue el sepelio de El Cóndor que se cumplió en medio de un acto de títeres, del grupo “Entreviejo”, dirigido por Carlos García. También estuvo presente El Club del Tío Pepe, coordinado por Gustavo Polanía. Luis Alberto Jiménez se encargó de echar cuentos, mientras que el Cine Club de Villavicencio presentó “El último estreno”. Por su parte, Gustavo Benavides dictó una charla sobre memoria urbana, y la Casa de la Cultura Jorge Eliécer Gaitán presentó un grupo de danzas.
La escritora Silvia Aponte y la pintora Soraya Yunda se encargaron de representar el velorio llanero, al tiempo que Eduardo Mantilla Trejos hizo el brindis del adiós. Armando Orozco y Héctor León ofrecieron un recital de poético, mientras que Fernando Lizarazo dio una serenata.
La juventud estuvo presente con grupos de rock como Élite, Son del Camino, Cascajo y Son, Wakara y finalmente, la Asociación de Artistas de Villavicencio ofreció un parrando llanero para olvidar al lado de la música y unos tragos la muerte de El Cóndor.
Indignación colectiva por la demolición del teatro Cóndor 1996: Porque no estaban creadas
Ley 397 de 1997, (Ley general de cultura Ley de patrimonio 1185 de 2008
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“Grave Callar”
Instalación:
Obra ganadora del VIII salón regional de artistas zona Oriente 1998.
Se expuso en el Salón Nacional de Artes en Corferias, Bogotá. D.C.
Esta investigación fue posible gracias a:
Marco Arturo Castaño “el boleta”. Jairo Ruiz Churión. Guillermo Herrera.
Familia Yunda Romero. Ministerio de Cultura.
Fundación Archivo fotográfico de la Orinoquia, F.A.F.O.
Alcaldía de Villavicencio. CORCUMVI.
Consejo Municipal de Patrimonio de Villavicencio.
46 Secretaria de incompetitividad
“La primera de todas las fuerzas que dirige el mundo es la MENTIRA.”
Jean François Revel (1988)
Esta gran mentira inicia en 1536 cuando el arquitecto, escultor y pintor renacentista, el italiano Michelangelo Buonarroti, también conocido como Miguel Ángel, comenzaría a pintar ‘El juicio final’ en la capilla Sixtina. En ese mismo año, fallece Erasmo de Róterdam, autor de ‘Elogio a la locura’. Asimismo, el explorador ibérico, Sebastián Belalcázar, funda a Santiago de Cali. Sin embargo, para ésas mismas fechas, pero con mayor desgracia, el lugar donde está ubicada hoy en día la ciudad de Villavicencio, Pedro de Limpias, sería el primer europeo en pisar tierras de “Villavo la bella” seducido por la fiebre de la leyenda de El Dorado. Luego, le seguirán Hernán Pérez de Quesada y otros testaferros.
En el siglo XVI, la familia indígena Guayupe de procedencia étnica de los Arawak, eran conocidos por ser unos intrépidos pescadores, agricultores y comerciantes(1). Habitaron donde es hoy Villavicencio hasta la época final de la “conquista” de las Américas. Su terreno se extendía a lo largo del piedemonte de la cordillera oriental de los Andes, es decir, alrededor de 22.000 km2 que comprenden entre los ríos Upía y el Guayabero(2), además, vivían a las orillas de los ríos, en grandes centros de bohíos (3) que podrían llegar hasta 100 casas.
Después de la llegada de los europeos al territorio Guayupe, su vida cambió por completo, todos los gru-
pos indígenas del San Juan de los Llanos, corrieron con la desdicha, -tanto los habitantes de esta manigua y de otras épocas- muchos de los pobladores de éstas tierras fueron usados como monedas de cambio y sometidos a trabajos crueles, desterrados o algunos habían sido consolidado varias encomiendas(4); uno de los primeros registros que se tiene es la de Pedro Rodríguez de Salamanca repartidos en 1544. Los Guayupe, en especial, sufrieron de abusos (tanto físicos, psicológicos y sexuales) por parte de los colonos, de los españoles y hasta de algunos criollos, sin embargo, lo que más les afectaría serían las enfermedades que éstos traían del viejo continente, es decir un tipo de Covid-19 colonial. Los indígenas no habían creado defensas para estas enfermedades europeas y este factor más el sometimiento barbárico de sus amos logro vencerlos considerablemente. Luego de que se apaciguara la fiebre por El Dorado, la Corona Española decide otorgarles el territorio a los inquisidores jesuitas en el año 1626, debido a los altos niveles de corrupción de sus administradores y en un acto de restablecer la imagen de la iglesia católica. La misión de la Compañía de Jesús modificaba o les hacía cambiar su dialecto y costumbres (cultura) a los Guayupes con el fin de poderlos adoctrinar en nuevas técnicas de artes u oficios que demandaba la hacienda y su actividad comercial, combinando la evangelización, el régimen colonial y la
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agrícola. En 1740, su territorio se encontraba entre el río Guatiquía hasta el río Guayuriba, así entre la Cordillera Oriental hasta el río Meta. Sin embargo, no hay mal que duré 100 años, y en el año 1767, Carlos III, rey de España, da la orden de expulsar a los sacerdotes jesuitas de sus colonias, entre ellos, los fundadores de la hacienda Apiay y en su lugar llegarían los franciscanos. Pasaría un tiempo, para que el gobierno español tomará la decisión de crear la Junta de Temporalidades, pero como patada de burro, les tocó rematar esas tierras. La primera persona en comprar fue Nicolás Bernal, luego seguiría Juan José Rojas como el nuevo poseedor, pero al no poder pagar se la embargaron. Es ahí cuando Antonio Romero aprovechó la oportunidad y se quedó con las tierras de la hacienda. Y finalmente, este trago obtuso y sin sabor comenzaría cuando los hermanos Rey, Jacinta y Vicente, compraron Apiay en el año 1797 a Romero. Generando esto un malestar entre los indígenas, los colonos aledaños y los usurpadores de tierras. Y como un mamarracho mal hecho, pero que se ve lindo. Así nació las teorías sobre la fundación el caserío de Villa Vicio. La ciudad de piedemonte, que en el transcurso de su mentirosa historia, no ha podido asentar ni poner de acuerdo a varios académicos de la región sobre una fecha exacta de cuándo se fundó la capital del Meta.
La primera teoría la dio a conocer el padre Mauricio Diéres Monplaisir en su libro “Lo que nos contó el abuelito” donde sostiene que la fecha de fundación corresponde el 20 de diciembre de 1842. Esta tesis la sustenta por los acuerdos del municipio de 1938 y 1941.
La segunda nos la sirve el abogado y académico, Carlos Burgos Moyano, quien señaló y presentó en el foro y también libro, Los Forjadores de Villavicencio (1999/2000), Burgos buscó promover su versión ante el Concejo de la ciudad, el de cambiar la fecha oficial (6 de abril 1840) por la del 21 de octubre de 1850. Sin embargo, para justificar esa mentira utiliza la ordenanza #016 del 21 de octubre de 1850, dictada por la Cámara Provisional de Bogotá, donde la presente crea el cantón de San Martín que comprendía de los ANTIGUOS corregimientos de Cumaral y Gramalote, para pasar a llamarse: Distrito Parroquial Serviez y Distrito Parroquial Villavicencio. La tercera mentira de fundación de Villavicencio es gracias por el periodista y ex-concejal, Juan B. Caballero (5), en su libro “Monografía histórica de Villavicencio” en el que argumenta que fue fundada el 6 de abril de 1840 basándose en el acuerdo 012 de 1965 del Concejo. Además, este acuerdo al parecer lo respalda un oficio del 2 de junio del mismo año por el alcalde de ésa época, William Arango, y por el secretario de la Academia Colombiana de Historia que ratifican esta fecha.
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1. El yopo (un alucinógeno), plumas, cueros de felinos, coca, miel, cera de moriche, totumas, madera, pescado, maíz y algodón; así como humanos destinados al sacrificio. El lugar de concurrencia donde lo hacían era las orillas del río del Guaviare en ciertas épocas del año. Intercambiaban entre la misma comunidad y entre ésta y los Muiscas.
2. Esto corresponde a los actuales municipios de Villavicencio, Restrepo, Cumaral, Acacias, Guamal, San Martín, Granada, Fuentedeoro y San Juan de Arama.
3. Las encomiendas para esa época era una práctica implementada por los conquistadores, que consistía en sacar provecho del trabajo de los indígenas, es decir, la entrega de un grupo de indios a un español para que éste los protegiera, los educara y evangelizara.
4. Los bohíos eran viviendas hechas con palos o cañas entretejidos y recubiertas con barro y techos de pajizos
5. Padre del actual Alto Consejero para la seguridad (2019-2023)
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La última teoría corresponde a la antropóloga e historiadora, Nancy Espinel, quien expone que este villorrio se formó fue por una serie de circunstancias e hicieron determinar su origen en un cruce de caminos por una COLONIZACIÓN ESPONTÁNEA debido al descanso y el uso que le fueron dando a las tierras las familias de comerciantes y ganaderos que transitaban entre Bogotá y los llanos y no precisaron un acta alguna de fundación. Esta tesis asegura la causa de la llegada de los primeros pobladores, pero no determina una fecha de fundación con precisión debido a que es imposible averiguar por falta de documentos perdidos en los dos incendios que sufrió el caserío.
Asimismo, sucede con la teoría del padre Mauricio Diéres Monplaisir porque esta teoría es sustenta por los acuerdos del municipio, de esa época, donde se reunieron personas conocedoras que aseguraban ésa fecha, pero NINGUNO tenía documento que soportará tal fecha debido a la pérdida de documental borrada por las llamas. En cuanto, la versión Burgos Moyano, no se puede asegurar porque esta se basa en una ordenanza y fundamentada en una duda contextual, debido a cuando se refiere respecto al nombre de Gramalote, se entiende en el documento que ese nombre ya se había usado antes. Esto obedece a la tradición más no a un documento. Sin embargo, en 1850 el padre, Manuel Santos Martínez,
envió una carta al gobierno central solicitando la autorización de fundar a Villavicencio, lo cual responden en el decreto 1300 del 20 de diciembre del 1851, con un SÍ extinto en las brasas.
Y finalmente, la teoría expuesta por el periodista y exconcejal, pese a que cuenta con la mayor aceptación por los villavicenses y de las autoridades, no cuenta con NINGÚN sustento legal que ratifique dicha base, por lo tanto, fue determinada de forma arbitraria al no existir documentos que respalden dicha disposición oficial y tomando como partida la compra de los hermanos Rey, la antigua Hacienda Apiay.
Ya lo decía el expresidente argentino, Fernando de la Rúa:
“
Es tanta la fuerza de la repetición que todos creen que algo pasó. Pero que lo crean todos no significa que exista o haya ocurrido. Hace tiempo todos creían que la tierra era plana…”
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Mauricio R. Apolinar
Muchabulla, pocaacció n
Harman Kardon es una división de Harman
International Industries que manufactura equipos de auido para el hogar y automoviles.
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!
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Rumba en el Buque:
Es una iniciativa artística que convoca a los interesados ha desarrollar actividades alrededor del caño El Buque, ubicado en Villavicencio (Meta, Colombia).
Este afluente se encuentra muy deteriorado, como muchos otros que se encuentran ubicados en un perímetro urbano de la ciudad. Es por eso, que invitamos a todas las personas que deseen proponer acciones de todo tipo para ayudar a recuperar y motivar a la gente que vive en sus orillas a cuidarlo, a cambiar sus prácticas de uso y a concientizarse la importancia del Buque.
César Agudelo
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237.480.000 millones que se fueron volando
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Fotografía
Libardo Archila
Serie “Villano Urbano”
37 grados a la sombra
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La Calor Stereo llega a Uds. gracias a Frank Jr. y al Señor Locutor. La emisora que no encontraras en ninguna frecuencia.
(Toque la imagen para reproducir)
Eclecticismo musical
Cuando me invitaron a escribir sobre la Movida Villorriana (1) , lo primero que pensé es que no quería ser cruel, son pocos los proyectos musicales de esta región que me gustan, y no es mi intención caer en el juego sucio, entonces dije, si lo voy a hacer será siguiendo una de mis líneas de pensamiento, filosofía de vida, whatever , y es, “ si no tienes nada bueno que decir sobre algo o sobre alguien, no lo digas ”, así que en este espacio nos vamos a concentrar solo en lo bueno, y, desde MI percepción; la de una mujer completamente amante de la música, que disfruta de la multiplicidad de la misma, que no concibe sus días sin canciones que escuchar, y que agradece por su existencia y por la de ustedes, mujeres y hombres músicos y artistas que materializan y nos dan ese regalo maravilloso.
El compilado de ‘La Movida Villorriana’ (2020) es un proyecto de Amhin Castherr, músico y productor de la región, en el cual quería plasmar la movida musical villavicense que ha venido conociendo a través de diferentes toques. A cargo
Natalia Figueredo
suyo estuvo la producción, la mezcla y la masterización de todas las canciones que hacen parte de este compilado, y en donde quiso capturar el espíritu del rock del piedemonte, en especial ese que alude al sentir social de sus habitantes contemporáneos.
Entonces, escuché de nuevo ‘La Movida Villorriana’; en cuanto a novedad sonora no encuentro muchas opciones, pero creo que en ese aspecto no se encuentra la riqueza de este proyecto, su riqueza está en que este tipo de sonidos se estén generando en bandas de Villavicencio, en que hayan nuevas exploraciones de géneros musicales, que el espectro musical se expanda, que muchas de ellas plasmen en sus letras su inconformidad respecto a temas sociales nacionales, en que en el segundo corte del álbum aparezca una sorpresa extrañamente divina, una mujer cantando folk en inglés, en encontrarse con Indie rock bien logrado, y en que se siga evocando a bandas como 1280 Almas y Ultrágeno, rock colombiano con su característica crudeza.
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Guarataro es lo mejor de este álbum -corte cinco-, es para bailar, para “chillear”, para darle gusto al oído, conjugaciones de sonidos de antes y de ahora, y quizás del después, los últimos siete segundos son el final más que perfecto para esta canción y para la idea de Amhin con este trabajo, creo. Mi segundo favorito, el corte cuatro, a cargo de Matorral(2) “Milonga Minimalista”, una propuesta con un tinte mucho más local, se siente real pero a través de un viaje experimental musical, quedé con ganas de escuchar más canciones de ellos, alegría que el track diez “Matorrante” también les pertenece
Mientras tanto si a usted le gusta la música como a mí, si quiere curiosear y saber en que anda la onda musical de Villavicencio, dele el chance a este álbum que dura menos de una hora. Por cierto, ya salió el segundo compilado de Amhin, “Villavo Indie”.
“Feliz de habitar en este mundo, encontrado la magia en la vida misma. Los animales, la música y el cielo me llenan de amor. La luna, mi guía siempre”.
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y es una joyita -inserte emoji de diamante-.
*Canción que más escuché mientras escribía: “Since I’ve Been Loving You” de mis amados Led Zeppelin*. 1
1 El nombre de la ‘Movida Villorriana’ es una obra conceptual del artista local, Omar Gómez Reina, que hace parte del Villorrio Splendor, un libro que esta pronto a salir.
2 Proyecto musical de la ciudad de Villavicencio, el cual retoma instrumentos ancestrales de la música llanera como el Chácharo (bajo llanero), Cirrampla, Furruco, mezclándolos con percusiones chamánicas tratadas a través procesos eléctricos y visuales.
¿Usted no sabe quién soy yo?
¿Quién es Nicole Fernández?
Nicole es una nena medio líder, espontánea, muy echada pa’ lante, aunque me parece esa expresión horrible, y creativa que nace en Villavicencio, Meta en el año 1994 el 20 de marzo. Último día de piscis y el primer día de Aries, en algunos cosos ¿creo? Tengo una historia chistosa porque mi padre biológico fallece antes de que yo nazca, y pues Jaime es mi padre de crianza. Entonces, empiezo a crecer y estoy en todas las rumbas de los cuchos. Desde niña no me crie con otros niños sino con adultos. Porque siempre estaba en la fiestas de estos bohemios de Villavicencio.
Es decir, ¿Al estar en medio de todos estos bohemios la llevo a ser una realizadora audiovisual?
¡Claro que sí! Yo desde muy pequeña tenía demasiados artistas a mi alrededor, definitivamente algo iba pasar al estar bajo esa influencia. Siempre tuve muchas referencias artísticas porque todos estos artistas son amigos de mis papás que hacían distintas cosas y exploraban la vida desde el arte.
¿Cuál fue su primer acercamiento con el arte?
La poesía. Siempre me rodeo mucho. Ha estado presente toda mi vida. Cuando era niña vendía libros de poesía, estaba recitales y talleres de escritores de niños. Mis papás siempre estimularon mi lado artístico. Además, a los 6 años, en los talleres les vendía tinto a los participantes.
¿Cuándo decide que quiere ser realizadora audiovisual y/o documentalista?
Cuando salgo del colegio decido que quiero hacer algo con las artes, sin embargo, estudié diseño y fracase. Luego me voy a estudiar derecho y la misma historia y al final de mucho proceso entro a estudiar cine en la Universidad Central. Previo a eso hice unos talleres de realización de cine que se hacían en Porfía con población vulnerable que organizaba Entreletras. A raíz de estos talleres, me sorprendió mucho como a través de lo audiovisual la gente podía exorcizar sus historias porque eran unos procesos colectivos de narrar algo.
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El underground siempre me ha gustado mucho y la escena under de Villavicencio. Creo que la calle me construyó un montón. El rock and roll fue la solución
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¿Por qué hacer documentales?
Desde que inicie la carrera siempre me interese más por el documental porque a mí parecer, hacer ficción es más difícil, me parece complicado y poco posible hacer en este país. Sé que hay desarrolladores buenos, pero yo quería que mis productos fueran realizables y sin depender tanto de nadie. Entendí que desde el documental podía hacer eso.
¿Cuál es el estilo de Nicole Fernández?
Es un estilo que hasta ahora se está desarrollando, pero que priman varias cosas: El humor, siempre… El ritmo, como algo medio acelerado, jugar con los colores y el acercamiento hacía la denuncia.
Dentro del estilo que menciona, resalta el humor como elemento principal. ¿Por qué escoge un episodio de burla nacional como fue lo del desplome de la represa de Chinganza hacía Villavicencio?
Estuve buscando un tema donde podría desarrollar mi visión kitsh porque hace parte esencial de mi estilo. Es un gusto por el mal gusto.
Al principio no tenía ni idea que iba a hacer de tesis de grado, y pues la mayoría de mis compa -
ñeros tenían ideas de hacer productos de introspectivos, pero yo quería era divertirme y explorar otras narrativas. Hasta que un día se me vino lo de Chingaza y comencé a pensar cómo podía construir la historia a través de los relatos de las personas porque era algo que me llamaba la atención.
¿Cuál fue la parte más compleja de hacer este documental?
Pues al principio fue un proceso porque comencé sola, ya que era mi tesis de grado y pues no me iba a traer a alguien de Bogotá a vivir Villavicencio mientras desarrollábamos el documental. Entonces, me tocó trabajarle a la creatividad frente a la cartelera -línea de tiempo- del documental, pero esa soledad fue compensada porque me encontré unos asistentes, unos chicos de la Uniminuto, que me ayudaron y que también fue una labor pedagógica, debido a que muchos de ellos no tenía mucha idea la parte técnica de hacer un documental, pero fue un proceso chévere porque todo fluyó de la mejor manera.
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¿Cuándo se exhibe el documental?
En estos momentos estoy en un proceso de festivales, no quiero hacer una ruta de festivales tan larga, por ahí en unos 6 festivales a nivel nacional, sin embargo, estoy más interesada en el festival de cine experimental de Bogotá y en ése, sí o sí quiero entrar. El documental no ha salido aún porque cuando lo presento como mi opción de grado (2019) me doy cuenta que debo de hacerles unas correcciones, pero hasta que llega la pandemia (2020) me siento a hacerlas, las corrijo y las finalizó. Pienso publicarla posiblemente en Youtube por la naturaleza misma del hecho porque una de las cosas que argumenté de mi tesis era que cuando la gente estuviera reunida y buscará la canción de Chinganza, del grupo de reggaetón A Blanco y Negro, el algoritmo les sugiera el documental y la otra opción que he estoy considerando es por medio Indyon.tv ya que se pueda acceder gratis, además, me interesante que se conozca esta plataforma.
Tiene algún referente como realizador (a) o producción audiovisual de Villavicencio
Sí, David Camacho. Me parece que le puso calidad a la cosa, unos valores de producción al contenido
que se estaba desarrollando en Villavicencio. También el trabajo de los hermanos Simard y Diego Gutiérrez.
Y finalmente, ¿qué les recomienda a las mujeres que quieran ser realizadoras audiovisuales y/o documentalista?
Observar y la disposición de querer mostrar su punto de vista de cualquier tema porque uno siempre tiene algo que contar y que mejor manera de hacerlo a través de una cámara y del arte transgresor. Siempre recomiendo ser transgresor porque sin esa transgresión no se crece. Ya que cuando se transgrede existe el arte en sí porque esa es su naturaleza, ya que hay un proceso de transformación en la persona que lo ve, entro siendo uno y salió siendo otra.
VMM les trae a ustedes el tráiler de esta experimentación de narra un hecho y la obra visual de Nicole Fernández.
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Fotonovela
Corcumvi: Corporación Cultural Municipal de Villavicencio
Este número se logró gracias al apoyo de:
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Buena Vista Social Club