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Confianza

Ese bien tan preciado

La construcción de confianza y credibilidad en la sociedad se da a partir de la reputación, de la construcción de empatía, de entender qué le está pasando a la gente y anteponer esa necesidad a cualquier interés político, personal o partidario.

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Un líder eficaz y creíble será aquel capaz de abrazar una causa, de poder construir un camino, una ruta, de encender una luz de esperanza, de expectativa, de futuro, de posibilidades y confianza.

El primer metro cuadrado es el área clave donde todo gran líder debe apuntar. Allí están los temas y los problemas que golpean las emociones de los ciudadanos todos los días.

Vamos a tener al candidato más competitivo cuando logremos construir una estructura donde confluya el trabajo de manera radial o circular en todas estas áreas, con una estrategia única, y con los mejores profesionales, con un equipo que pueda obtener el mayor provecho de todo este sistema de comunicación.

En cualquier lugar del mundo la palabra que nos permite ser competitivos en terrenos resbaladizos es “profesionalización”. En todos los campos de la consultoría esa debe ser la apuesta y la respuesta. En imagen, en oratoria, en discursos, en estrategia, en nuevas tendencias, en comunicación de gobierno, en movilización.

La especialización es absolutamente indispensable para quienes quieran desarrollarse en el terreno de la comunicación política, partiendo de la premisa de que la vida de cualquier referente se encuentra mucho más expuesta que hace setenta años.

Los canales se han multiplicado. La inmediatez de las redes sociales no permite margen para el error; detrás de ellas, ejércitos de trolls aguardan hambrientos para reproducir las fallas hasta el hartazgo. Esos ejércitos también pueden ser la usina central en la creación de las noticias falsas.

Las noticias falsas tienden a radicalizar posiciones. ¿Qué es la realidad o qué es la verdad? Muchas veces la mentira se convierte aparentemente en verdad, cuando es popularizada, compartida; y así, no es una lucha por la verdad, sino una lucha por la percepción.

Porque en realidad la política no es un juego de azar, sino un tablero de estrategias, donde cada pieza es clave y donde la percepción es central. Por eso es fundamental poder detectar cuándo comienza ese proceso de destrucción de una buena imagen y cuáles son los condimentos con los que se está creando esa noticia falsa. Investigación, investigación y más investigación.

Es fundamental ser creativos, rupturistas y definitivos, poder construir ideas que nos orienten al diseño de herramientas para transformar una campaña sucia en una oportunidad y empezar a liderar el debate público.

Porque en definitiva se trata de contar una historia, de poder definir una narrativa, y también decidir de qué forma administramos cada herramienta a disposición para impactar y ser memorables. La lucha por la percepción le gana a la realidad. Es en ese territorio donde debemos imponernos.

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