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Reto al cuerpo
from Gvghv
EN OCTUBRE DE 2020, DREW MANNING, ENTRENADOR (39 AÑOS), SE CONVIRTIÓ EN EL INFLUENCER DE FITNESS MÁS CONOCIDO POR SUS RETOS PARA PERDER PESO. SE PUSO ANTE UNA CÁMARA EN SU COCINA DE SALT LAKE CITY (UTAH, EEUU) FRENTE A UNA MONTAÑA DE DULCES.
‘“Chicos, ¿está is listos para esto?”, preguntó Manning antes de enrollarse su camiseta negra para dejar al descubierto un generoso abdomen. “Necesito un poco de respiro para mi estómago”, afirmó ante la cámara mientras se daba unas sonoras cachetadas en su barriga a modo de tambor.
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Su desafío era sencillo: en los 15 minutos siguientes, Manning intentaría comer lo máximo que pudiera de una montaña de chucherías de Halloween, dándose así un auténtico atracón de chocolate y demás golosinas bien repletas de azúcar. Este recurso publicitario se sumó a otras tantas sesiones de alimentación extremas que colgó en su canal de YouTube Fit2Fat2Fit y que promovió entre sus otros millones más de seguidores en Facebook e Instagram.
Sin embargo, tras cada numerito de estos, Manning se sentía espantosamente mal. “Durante las seis u ocho horas posteriores, uno no puede hacer nada de nada, en sentido literal”, confiesa a Men’s Health. “Por eso siempre teníamos que programar las grabaciones hacia el final del día, para que, nada más acabar, pudiera ir a tumbarme. En cierta manera yo odiaba hacer estas cosas, pero los vídeos me darían un montonazo de visualizaciones, aunque cada día de esos era uno más que desperdiciaba y tiraba a la basura”.
En el vídeo de Halloween comparara sus esfuerzos con los de su novia, Julie, quien documentó lo mismo pero por separado. Lo cierto es que todos estos espectáculos formaban parte de un objetivo mayor y muy extraño: ganar 27 kg en cuatro meses para después perderlos en otros cuatro. Manning había calculado alcanzar su peso máximo propuesto para su 40 cumpleaños, que celebraría a finales de diciembre, y dar el pistoletazo de salida así a lo que él llamó su reto Back2Fit, al que todo el mundo podría unirse en el nuevo año.
Para lograr esa ganancia de peso tan radical, Manning tuvo que doblar su ingesta calórica diaria y abandonar por completo el ejercicio físico. Mientras llevó a cabo este reto, el entrenador, de 1,85 m, consiguió llegar a pesar 110 kg, una cifra bastante superior a los 83 kg de cuatro meses después, si bien este aumento no se hizo evidente hasta que mostró su barriga. El rostro barbudo de este atleta y levantador de pesas de toda la vida seguía siendo delgado y sus hombros continuaban siendo más anchos que sus caderas, sus bíceps eran grandes y los antebrazos no podían estar mejor definidos.
Al final, Manning golpeó la pared con una bolsa gigante de caramelos Skittles cuyas bolas masticó y tragó. Unas cuantas veces se llevó la mano a la boca como si fuese a vomitar. Unos cinco minutos más tarde, alzó su última barrita de chocolate y caramelo para indicar que no podía más. Julie llegó a comer más que él y terminó reclinada sobre la encimera.
PROBLEMA COMPARTIDO
La empatía es el atractivo comercial más relevante con diferencia. Manning ha dedicado casi una década a demostrar que comprende la experiencia de querer perder peso y que, por consiguiente, es capaz de conectar con la gente que se encuentra en esa situación y ayudarla.
Drew saltó a la fama en 2011, cuando, tras afirmar que era incapaz de relacionarse con la supuesta falta de voluntad de la gente, lanzó su original reto Fit2Fat2Fit, para el cual ganaba y luego perdía 34 kg. Su hazaña se hizo viral y llegó a escribir un superventas de The New York Times en el que narraba su experiencia. A diferencia de muchos de los otros influencers del fitness que inundan las redes sociales, la popularidad de Manning va unida directamente a la particularidad de que primero realiza acciones del todo malsanas y después trata de revertirlas. En el transcurso de todos estos años, Manning
Los retos y excesos de Manning le ayudaron a captar clientes y seguidores en redes.
ha conseguido construir un imperio para la salud de millones de dólares mediante la venta de productos que promueven una dieta cetogénica, junto con su propia línea de suplementos nutricionales, aplicaciones de entrenamiento y coaching online. No titubea al resaltar que sus programas han ayudado a más de 500.000 clientes y que cuenta con más de 53.000 suscriptores en su canal de YouTube, 267.000 seguidores en Instagram y un millón en Facebook, donde luce las camisetas #TeamEmpathy.
No piensa que lo de ganar y perder tanto peso rápidamente pueda causar un impacto permanente en su cuerpo. “Mis médicos me han dicho que el cuerpo es muy resiliente, que es capaz de soportar y gestionar los abusos”, explica. “Si lo mimas de forma consistente con un estilo de vida saludable, puede dar marcha atrás y eliminar gran parte del daño causado”.
Por el contrario, Fatima Cody Stanford, médica especialista en obesidad en la Harvard Medical School, no puede mostrarse más en contra de dicha opinión. Este tipo de ciclo rápido relacionado con el peso “realmente interfiere con las señales entre el cerebro y el intestino, sobre todo en el hipotá lamo, la parte del cerebro que regula el peso”, detalla.
Su último reto plantea incluso más interrogantes. La ciencia afirma que las pérdidas bruscas de peso no son ni prácticas ni sostenibles para la mayoría de la gente y que, sin duda, el ejercicio predice mucho mejor la salud que el tamaño del cuerpo. Ha surgido ya un movimiento donde ya no ve fit (en forma) y fat (con sobrepeso) como adjetivos mutuamente excluyentes.
DIFUNDIENDO EL MENSAJE
Manning nació para evangelizar. Creció en un estricto hogar mormón en el que todo el mundo se despertaba a las cinco de la mañana para leer las Escrituras, lo que lo dejaba ya agotado antes de su entrenamiento de lucha libre o fútbol. Sobresalía en el deporte, pero recuerda que sus padres no se dejaban impresionar. “Yo jamás me sentí valioso ni me creía lo suficientemente bueno”.
A los 19 años, postergó su acceso a la universidad para unirse a un viaje misionero a Brasil. Seis días a la semana durante dos años, se ponía su camisa de cuello, sus vaqueros elegantes y sus zapatos, y, desafiando el calor tropical, iba de puerta en puerta ofreciendo biblias y brindando a desconocidos la oportunidad de rezar con él, unirse a la Iglesia y bautizarse. “Esa experiencia te enseña a escuchar a la gente para entenderla y no para juzgarla”, dice.
Precisamente la industria del fitness rebosa juicios de los que Manning se declara en contra. “Aquí no se trata de estar hiperdelgado ni de tener una tableta en el abdomen. Se trata de enamorarse del proceso porque cada cual se lo merece y nos merecemos llevar un estilo de vida saludable”.
Es evidente que podemos abrir un debate sobre lo que significa un estilo de vida saludable. “Ahora mismo, culturalmente reina el caos en torno a sinónimos como ‘bienestar’, ‘wellness’ y ‘detox’. Además, y por si fuera poco, a menudo los influencers tienen un interés económico en los productos que recomiendan. Manning, por ejemplo, goza del patrocinio de un suplemento paleo, de una marca de snacks y de una empresa de alimentos ultracongelados. Durante su última transformación extrema, Manning defendió a capa y espada que su ganancia de peso tenía que ver también con desafíos emocionales. El día 27 de diciembre de 2020, publicó un vídeo para celebrar su 40 cumpleaños de pie y sin camiseta, donde contaba que estaba tan fuerte que
Manning engordó 25 kilos duplicando la ingesta de calorías y abandonando el gimnasio.
Manning ya hizo este reto una década antes, cuando ganó y perdió 34 kg.
tenía que comprarse ropa nueva y hasta necesitaba una crema antirrozaduras. También reconoció no estar durmiendo bien y tener la libido más baja.
“Este viaje fue mucho más complejo de lo que yo había pensado que sería”, declaró a la cámara antes de subirse a la báscula. En cuatro meses había ganado 27 kilos y había triplicado su porcentaje de grasa corporal hasta llegar a un 26,2 %.
La mayoría de la gente sería incapaz de ganar todo ese peso tan rápidamente, pero Manning no disponía de tanto tiempo. Ahí es justo cuando entraron en juego los concursos de comida, platos que sus seguidores escogían por votación. “Siempre que me someto a mí mismo a estas transformaciones extremas hay una cierta dosis de locura, porque tengo que llamar la atención de la gente y necesitamos más empatía en el fitness”.
UN HOMBRE CON UN PLAN
En enero de 2021, Manning se propuso demostrar de primera mano que sus métodos para perder peso funcionaban. Ahí fue cuando lanzó su programa Back2Fit, que consistía en una plataforma de pago online que incluía recetas, un plan de comidas keto de 2.000 calorías al día y vídeos de entrenos. El plan no se creó con la ayuda de un dietista. Tras el programa, Manning redujo casi dos tercios de las calorías de su dieta bulking. El plan era complicado, según la dietista Abby Langer, autora de Good Food, Bad Diet. Muchas recetas exigen gran número de ingredientes, algunos caros, como el salmón salvaje, y eran laboriosas. Al tratarse de un plan cetogénico (se comen muchas grasas y muy pocos hidratos de carbono), los participantes deben seguirlo de forma estricta. “En cuanto empiezas a ingerir carbohidratos de nuevo, recuperas el peso perdido”, subraya Langer.
Las sesiones de entrenamiento consistían en circuitos convencionales de intervalos de alta intensidad. Por ejemplo, cinco rondas de 45 segundos de actividad y 15 de descanso con cuatro movimientos: peso muerto con banda, puente con peso, sentadillas y estocadas. Para trabajar cardio al día siguiente, los suscriptores caminaban, durante 20 minutos, 30 segundos rápido y otros 30 segundos a velocidad normal.
A medida que el programa iba avanzando, los movimientos se volvían más complejos (dominadas, remo inclinado, peso muerto con mancuernas), los intervalos de trabajo se prolongaban en el tiempo y los descansos eran más reducidos.
Incluso para Manning, aquella parte no era nada fácil. No obstante, el profesor Brad Schoenfeld, profesor de Ciencias de la Actividad Física en Nueva York, afirma que, como profesional del fitness, él aún tenía una enorme ventaja: “A alguien que ya ha tenido mucho músculo le resulta más sencillo ganar masa muscular mientras pierde grasa”. Pero mentalmente Manning admitió que él también tenía un límite. Y luego está el otro factor respecto al cual la industria del fitness es notablemente cautelosa: la genética. El doctor Stanford asegura que un hijo o una hija cuyos dos progenitores presentan obesidad tiene entre un 50% y un 85% más posibilidades de padecerla. Con independencia de todo esto, las dietas para perder peso son difíciles de sostener en el tiempo, debido a cuestiones físicas, emocionales e, incluso, económicas.
TODO EMPIEZA EN LA MENTE
Durante su último reto, Manning se mostró emocionalmente vulnerable con sus seguidores, a los que habló con franqueza sobre la infidelidad y la adicción a la pornografía que lo llevaron a su divorcio en el año 2015, e hizo alusión a su conflicto con la Iglesia mormona. Hoy en día es un padre soltero que comparte la custodia de sus dos hijas. Con todo y con eso, se negó a dar detalles sobre su ruptura con Julie a finales de 2020, momento en que se aproximó a su peso máximo. En lugar de ello, se centró en su “alimentación emocional”, cuyos protagonistas fueron el helado y el vino. No todo el mundo se muestra de acuerdo con su descripción de la ganancia de peso. “Esta idea de que uno está gordo porque hay algo mal o sin resolver en su vida se está volviendo tóxica”, manifiesta Virgie Tovar, una activista de los cuerpo naturales. El problema, asegura Tovar, es que esta mentalidad echa la culpa por no perder peso al hacer dieta a la persona y no al plan, que puede ser imperfecto, sobre todo cuando alguien persigue una transformación tan brutal como la de Manning. Para empatizar realmente con las personas obsesas, Tovar anima a “derrocar
Manning fue franco con sus seguidores y expuso su lucha con la alimentación emocional.
la narrativa de que tener sobrepeso es algo negativo no solo para la salud, sino también para la apariencia física, la capacidad de liderazgo, la visibilidad…”.
Manning, por su parte, parece haber añadido intencionadamente la mayor vergüenza y deshonra posible al proceso de ganar peso. En la primera mitad del reto, explica, “hay que entrenar el cerebro para que se vuelva vago. Por eso, hay que dormir mucho, no hacer la cama, no meditar, no comer sano y comer lo que quieras y cuando quieras”.
En diciembre de 2021, un año después de que Manning diera a conocer el programa Back2Fit, más de 8.000 personas se habían apuntado. Manning cuenta que la mitad de todos los que lo siguieron lo completaron, y que la media de peso perdida fue de 15 kg. Algunos de los usuarios pioneros hacen una crítica muy favorable. Por ejemplo, Kyle Wheeler, de 35 años, que perdió unos 54,5 kg y comenta que era incapaz de subir a pie las escaleras de su casa y de dormir sin roncar: “Mi cardio podría ser diez veces mejor y, emocionalmente, continúo trabajando estas cuestiones”, admite Wheeler. “Pero me funciona, y eso que yo era una de las personas más vagas y negativas que he conocido nunca”. También está Jessica Rose, de 44 años, quien concluyó el Back2Fit y el programa de alimentación Complete Keto de Manning. Ha perdido 15 kg, pero ella se ha centrado más en estar más fuerte y ganar músculo, y menos en la cifra que aparece en la báscula.
EL CORTE FINAL
En mayo del año pasado, la semana antes de su pesaje final, Manning empezó a dar pasos drásticos para quitarse los últimos kilos. “Si no logro el peso, no me importa”, declaró en su pódcast. Pero cinco días antes del pesaje, redujo a la mitad su ingesta de calorías diarias, que empezó a ser de 1.000, y pasó a comer principalmente pechuga de pollo, atún y claras de huevo. “Las comidas no eran nada atractivas”, reveló a quienes lo escuchaban. Al subir a la báscula, esta marcó 81,6 kg, por debajo de su objetivo. Cuando Men’s Health le preguntó si en algún momento pensó en tirar la toalla, reconoció que sí. Pero debía cumplir con los inversores de su empresa.
Drew Manning continúa apareciendo musculoso, delgado y sin camiseta, como siempre, en sus publicaciones en las redes sociales. En los últimos meses ha puesto en marcha el programa Black2Fit 2.0, en el cual mejora muchas de sus ofertas originales y presenta nuevos expertos en el campo de los cambios de vida. Una de ellas es Tasha Lynn, una coach de salud mental que comparte pensamientos, meditaciones, mensajes grupales e historias de su vida. “Sin duda, la pérdida de peso y la transformación física empiezan dentro de uno mismo”, escribió Manning para presentar a Lynn a sus seguidores. “Cuando empieza desde el amor propio, el proceso de transformación física se vuelve mucho más sencillo”.
Con todo y con eso, cuesta pasar por alto las implicaciones seductoras: si quieres parecerte a Manning, puedes copiar sus sesiones de entreno, planes de comida y suplementos y, sobre todo, su actitud. A fin de cuentas, ¿acaso no sabe él a qué te enfrentas? Él ha estado allí. Y dos veces.