la Diputación de Gipuzkoa, de presidir este acto de reunión de los dantzaris txikis en su homenaje a nuestro entrañable Iparraguirre.” Más adelante apunta: “En este día luminoso quede bien reflejado lo que representa y lo que es la figura de Iparraguirre, la de un hombre que supo cantar con inquietud, con sencillez y con respeto, en tonos profundos, en tonos que llenan el alma, lo que es la tradición de ésta nuestra tierra.” Tras afirmar que Iparraguirre fue un hombre limpio, que nunca tuvo agravios, y si los tuvo supo enterrarlos en la intimidad de su ser, el señor Araluce pone de relieve que Iparraguirre expresó el sentido universal de nuestra tierra abierta a los ojos de la universalidad en un servicio de entrega de lo mejor que podemos tener, olvidando suspicacias y rencores para cantar la esperanza, para cantar el ánimo esforzado de un pueblo que no quiere guardar las cosas para sí en un aldeanismo incomparable que no constituye la esencia de nuestro pueblo, sino un entregarse en aras de los demás. A continuación añade: “Hemos nacido y somos para los demás en una expresión universal, ambiciosa y libre de rencores que no mire atrás para sumirse en suspicacias y en recelos.” Por último, tiene palabras de agradecimiento para quienes han colaborado en la programación de esta festiva jornada. Acto seguido, Juan María de Araluce, acompañado del alcalde de la localidad, Juan Arbizu, descubre en el pedestal de la estatua de Iparraguirre una placa de mármol con la siguiente inscripción: “Jose María Iparraguirre olerkari ospetsuari, Dantzari Txiki Egunaren V urtean. Urretxu, 13-6-76”. (Al famoso bardo Jose María Iparraguirre, en el 5º año del Dantzari Txiki Eguna. Urretxu, 13-6-76). Acto seguido, es entonado por los presentes el Gernikako Arbola, símbolo que compendia las seculares tradiciones del solar vasco. El niño José Alejandro Unzurrunzaga ejecuta el aurresku de honor y al dar las
doce del mediodía, el párroco Santiago Garmendia, reza el Ángelus. Finaliza el acto con la interpretación del Agur Jaunak por parte de los txistularis. En la plaza Gernikako Arbola (entonces del Generalísimo), los grupos de dantzaris ofrecen diversas danzas siendo obsequiados sus integrantes con “makilak” y medallas conmemorativas. Por la tarde, continúa la exhibición de danzas con los grupos que no han intervenido en la jornada matinal. Se clausura el Dantzari Txiki Eguna cantándose, una vez más, el Gernikako Arbola.
I CENTENARIO DEL REGRESO DE IPARRAGUIRRE Octubre de 1977 nos conduce al recuerdo de una fecha de hace cien años. Octubre 1877 se inscribe en la historia de Euskal Herria de una forma significativa. Jose María Iparraguirre, el bardo errabundo de las cordilleras vascas, libre cual sus aquilones y sano como sus auras -en expresión de Jiménez Campaña en su romance lírico- regresa a su amado solar vasco, tras diecinueve años de residencia en tierras hispano-americanas. Se cumple el I centenario de esa vuelta a sus orígenes, a su tierra. Urretxu se dispone a conmemorar la efeméride. Con tal motivo, a primeros de octubre de 1977, en sesión plenaria por unanimidad el Ayuntamiento adopta los siguientes acuerdos: Asistir corporativamente a los actos programados por el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz para el próximo día 20 de Octubre como recuerdo del homenaje que los vitorianos tributaron a Iparraguirre al llegar a la ciudad desde el exilio. Asimismo, invitar con ocasión de este centenario a todos los Ayuntamientos del País Vasco al pleno extraordinario que la corporación municipal celebrará el domingo día 23 a las doce del mediodía. Finalmente conceder la medalla de oro de la villa a los escritores Iñaki Linazasoro y José Ángel Igarzabal 43