Ahora bien, si hay que decidirse, desde luego nunca elegiría el Gora ta Gora, porque me parece un himno sectario y capitalizado por un partido determinado; por tanto, dejemos las cosas como están y que siga siendo el Gernikako Arbola.” La historiadora Idoia Estornés se posiciona así: “El Gernikako Arbola, debido a su carácter personificador de la pérdida foral de 1841 a 1876, ha gozado de una extraordinaria popularidad. A mí, personalmente, no me hace mucha gracia. Suena medio masónico, medio carlista, y presenta el inconveniente de hacer desgañitarse al público si lo comienza en un tono demasiado alto (esto depués de una comida bien regada, produce balidos lamentables). En cuanto al Gora ta Gora, musicalmente me parece bien, como letra me resulta anabaptista, esotérico y bizkaitarra; me trae a las mientes Libe y un cúmulo de maitagarris y de próceres barbudos. Puede pasar por su sabor de época. Pero lo que no veo claro es que la Euskadi de hoy lo quiera puesto que nadie quiere que el himno coincida con el de un partido, y menos en Navarra. Si el PNV renunciara al mismo y adoptara otro himno podría ser. Queda fuera de discusión el Eusko Gudariak que produce verdadera carcajada oírlo en boca de tripudos comensales o de mansos manifestantes de dedos bicrucíferos, algo así como la “feroz” Marsellesa cantada por los “élus de la Nation”.” Por último se incluye el parecer de Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”: “No reconozco otro himno para los vascos más que el Gernikako Arbola. Es el que he cantado desde niña y siempre en vasco, y también era el que cantaban todos los míos, mi padre, mis hermanos, mi marido, todos los mineros de Gallarta... Yo sigo cantándolo muy a menudo, nunca dejo de hacerlo, me viene a los labios casi sin darme cuenta y, por supuesto, en vascuence. Aunque a veces también lo canto con una letra en cas58
tellano que empieza diciendo “No te aflijas Euskadi”. El Gora ta Gora puede que lo haya oído alguna vez, pero yo no lo recuerdo. No sé su música y, desde luego, no lo identifico con los vascos. También voy a decirte que hay muchos problemas en el País Vasco como para entrar en estas discusiones. Sería mejor arreglar las cosas y luego entrar en músicas.”
HOMENAJE DE GONTZAL MENDIBIL Gontzal Mendibil que aparece en la página contigua caracterizado como Iparraguirre, es uno de los cantantes que ha sentido la necesidad de poner su voz a las canciones de Iparraguirre y de ese modo demostrar su afecto al que ha calificado como “el Quijote vasco”. En 1992 monta un grandioso musical sobre Iparraguirre dirigido por Miguel Elvira, profesor de la Escuela de Teatro y Artes Escénicas de la UPV. Lleva por título “Iparragirre Hegalaria”. Se presenta en Zeanuri, localidad natal de Mendibil, teniendo como escenario una plaza de toros portátil que reúne a cerca de 6.000 personas. Junto a Gontzal Mendibil forman parte del evento, entre otros, las Orquestas Sinfónicas de Euskadi y de Bilbao, el Orfeón Donostiarra, coros del Valle de Arratia y de la UPV, Banda de Música de Areatza, además de casi un centenar de vecinos de la localidad. Después este magno acontecimiento musical versionado en euskera y castellano, emitido en su día por ETB, se presenta bajo un clamoroso éxito en Donostia, Pamplona, Vitoria-Gasteiz y Bilbao. A raíz del estreno de esta comedia musical se graba un doble LP con el sello Keinu. Su título, “Iparragirre Hegalaria”. Gontzal Mendibil se acompaña de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, Areatzako Banda, Ehuko, y los prestigiosos directores de coros Ruper Lekue, Urbano Ruiz Laorden y Julen Ezkurra Pérez de Fontecha.
IPARRAGUIRRE: Una crónica para el recuerdo