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Marche un triple (análisis) de maíz
by Aapresid
Las Regionales del Nodo Oeste de Aapresid analizaron los rendimientos y las estrategias de manejo que se destacaron en las últimas tres campañas maiceras. ¿Qué dicen los datos?
Las Regionales que conforman el Nodo Oeste de Aapresid lideraron una jornada dedicada a analizar las campañas 2018/19, 2019/20 y 2020/21 de maíz. El evento se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, con la compañía de las empresas tecnológicas Yara, KWS, Summit Agro y Metalfor.
El foco estuvo puesto en comparar los rendimientos logrados en las últimas tres campañas del cultivo, las estrategias de manejo y la adopción de cultivos de servicios como antecesores del maíz, y fueron los ingenieros agrónomos Franco Bardeggia y Jose Luis Zorzin los encargados de presentar la información.
El análisis de campaña se dividió por zonas y/o regiones productivas de la provincia, para que sea más representativo y aplicable (Gráfico 1). Las regiones analizadas fueron: zona uno (1), representada por las regionales Rio Segundo, Rio Tercero, Montecristo y Alta gracia; zona dos (2), regionales de Justiniano Posse y Los Surgentes/ Inriville; zona tres (3), representada únicamente por la regional Villa Maria; zona cuatro (4), regionales de Adelia Maria, Laboulaye y Vicuña Mackenna; y zona cinco (5), con la regional Río Cuarto y Del Campillo.
La superficie total que se analizó superó las 205.000 hectáreas en las tres últimas campañas, con buenos rendimientos logrados para las cinco zonas del nodo (Tabla 1; Gráfico 2). Las zonas 1, 3 y 4 presentaron una media de 80 qq/ha, la zona 2 (sudeste de Córdoba) 120 qq/ha de rendimiento promedio y la zona 5 presentó rendimientos de 70 qq/ha.
VER REVISTA. Tabla 1: Resumen de medias estadísticas para las campañas 18/19, 19/20 y 20/21.
¿Qué impacto tiene la napa en el cultivo de maíz?
En la mayoría de los lotes de la zona 2, la napa tiene un efecto positivo, al aumentar alrededor de 1000 kg los rendimientos. En el resto de la zona, el efecto es variable según las condiciones climáticas de la campaña (Gráfico 3).
En cuanto a fechas de siembra (Gráfico 4), en la zona 1 se concentran sobre fines de noviembre y principios de diciembre: “Fechas tardías que permiten estabilidad”, destacaron los especialistas. Es decir, sin cambios bruscos según la distribución de precipitaciones en el año, lo que permite obtener mayor estabilidad de rendimientos con maíces tardíos.
En contrapartida, para la zona 2 todas las fechas se destinan a maíces tempranos: “Si se van a fechas tardías, se pierde potencial en los lotes”, advirtieron. Si bien no hay una fecha de siembra ideal, la mejor se define por cómo pasa el período crítico el maíz.
Para la zona 3 no hay una tendencia definida por una cuestión de escasez de datos, pero se estima que hay mayores rendimientos en fechas de siembras tempranas.
Para las zonas 4 y 5, las fechas de siembras tempranas logran mejores resultados en ambientes con influencia de napa. “El general de la zona es apuntar hacia siembras tardías”, señalaron Bardeggia y Zorzin.
En lo que respecta a densidad de siembra, para los maíces tempranos se busca incrementar la cantidad de plantas al momento de la siembra. En cambio, para maíces tardíos, la estrategia cambia en zonas restrictivas.
En cuanto a la fertilización nitrogenada (Gráfico 5), la zona 2 con maíces tempranos presenta una media de nitrógeno aplicado de 148 kg N en contracara al resto de las zonas con medias de 65 a 80 kg N. Lo mismo que para maíces tardíos, la proporción de nitrógeno aplicado es mayor en la zona 2.
“En todas las zonas se repite que un maíz de segunda tiene la misma o menor cantidad de nitrógeno aplicado que un maíz tardío”, afirmaron los especialistas. El 55% de la fuente nitrogenada utilizada en las últimas campañas se destina a urea aplicada en presiembra, siembra y estados vegetativos del cultivo. La fuente que le sigue a la urea es Sol mix, representada por un 22% del total.
En cuanto a la fertilización fosforada, la principal fuente es Map (42%), seguida por microgranulados. Sin embargo, en el 81% de los casos no se llega a reponer el fósforo extraído por parte del cultivo de maíz (Gráfico 6). Según compartieron, “las zonas de mayores potenciales, son las que aplican dosis más altas de fósforo”. No obstante, se extraen más nutrientes de los que se utilizan.
La misma situación se replica para la fertilización de azufre y zinc, ya que en más del 75% de los casos no se llegan a reponer los nutrientes extraídos, hasta incluso empiezan a aparecer deficiencias de magnesio en algunos lotes.
De la superficie total de maíz, el antecesor que se lleva la mayor superficie fue barbecho por un 73% (Gráfico 8), seguido por un 14% de cultivos de servicios, principalmente gramíneas. “En estos últimos tres años, aumentó la superficie con cultivos de servicios como antecesor”, destacaron (Gráfico 9).
En lo que respecta a híbridos, los semilleros más utilizados en las doce regionales del nodo fueron Dekalb y Brevant, representadas por DK 7210 y Next 22.6 en mayor medida (Gráfico 10).
Sobre el manejo de malezas problemáticas (Gráfico 11), para la zona 1 se destaca sorghum halepense (sorgo de alepo) y amaranthus sp (yuyo colorado), que ocupan el 50% de las superficies. Para la zona 2, el gran problema es el manejo de amaranthus sp (yuyo colorado), con más del 80% de los lotes ocupados. Para las zonas 3, 4 y 5 se destacan sorghum halepense (sorgo de alepo), amaranthus sp (yuyo colorado), chloris sp, eleusine indica y conyza sp (rama negra).