Revista Coral, vol. 7, núm. 3, mayo 1989

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La Música Coral en la Iglesia Luis Olivieri

La música vocal ha tenido siempre un lugar prominente en la adoración a Dios. El Antiguo Testamento está lleno de referencias al uso de grupos de can­ tores de entre los levitas en los servicios del templo. En la iglesia cristiana se adoptó desde sus comienzos la práctica del canto congregacional y desde el siglo IV la iglesia comenzó a adiestrar a grupos corales para ayudar en la ce­ lebración del servicio. Se establecieron escuelas corales y se le dio al oficio de los cantores condición de ministerio menor en la iglesia. A través de la historia los coros han conservado en mayor o manor grado la función de lide­ rato musical en el servicio tanto en el canto congregacional como en las par­ tes propiamente corales. La función del coro de la iglesia así como de toda la música sagrada ha de verse desde la perspectiva de que su objetivo es glorificar a Dios y edificar a ios fieles. El coro como parte de la congrega­ ción adora con ella y cada vez que canta eleva la alabanza de toda la iglesia. Está allí para participar, contribuir y ayudar en el ofrecimiento de la ala­ banza, la confesión, la proclamación y el servicio de la comunidad que adora. Este es el carácter de su ministerio el cual conlleva un alto sentido de compro­ miso, algo que los coralistas junto al director del coro deben entender cuando aceptan ser miembros del coro. Este ministerio puede describirse como uno pastoral y profótico. Es pastoral en el sentido de que el coro sirve como recurso, líder y facilitador en la adora­ ción. Es profótica por la función proclamadora de su participación presen­ tando la Palabra en la forma artística de la música coral.

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CORAL

Si entendemos de esta forma la fun­ ción coral en el servicio tenemos que descartar la idea de que el coro y la música están para “em bellecer el culto. Un poco de reflexión nos permitirá en­ tender que la Palabra de Dios y la adora­ ción a Dios no necesitan “embelle­ cim iento” para que sea efectiva. Sin embargo, la música sí puede revelarlas bellezas que ya son inherentes en el divino Creador de toda belleza y en su Palabra. Una responsabilidad coral relacionada con su función en la adoración es la de proveer liderato al canto congrega­ cional ensenando buenos y nuevos himnos a la congregación, apoyándole y ayudándole a participar activa y adecuadamente en el cántico de los himnos. La participación del coro en la adoración no debe monopolizar la música vocal del servicio sino que debe com partir esta tarea con la congrega­ ción. De vez en cuando el coro puede hacer una pieza en la cual la congrega­ ción también pueda participar si se planea con anticipación y se adiestra a la congregación para este fin. Gene­ ralmente donde hay un buen coro hay también buen canto congregacional, cuando el coro sirve de facilitador al mismo. Es una tarea que debe ser parte fundamental del ministerio coral. Además de sus funciones pastorales y profóticas en el servicio de adoración, el coro está llamado a proclamar, celebrar y dar testimonio de la fe a través de otras experiencias como ios conciertos sa­ grados y la presentación de cantatas y obras dramático-musicales, particu­ larmente en ocasión de las principales festividades del año cristiano y otras celebraciones y actividades del pro-


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