El Inicio de la Insurrección En la primera década del siglo XIX, la villa de León tenía una población de 18,000 habitantes, se componía por la traza original de los españoles, con dos barrios, el de Arriba, habitado por mulatos libres dedicados principalmente a la curtiduría y obrajería; el de Abajo, San Juan de Dios, que apenas se cuajaba en torno al convento-hospital de los frailes juaninos, y dos pueblos de indios, San Francisco del Coecillo y San Miguel de la Real Corona. En su rededor había varias docenas de haciendas y ranchos muy prósperos, dedicados al cultivo del trigo y maíz, y a la cría de ganado mayor y menor. Siendo León cabecera de Subdelegación, estaban sujetos a ella Pénjamo, Cuerámaro, Huanímaro, Abasolo, San Pedro Piedragorda y los pueblos del Rincón, que eran San Francisco y Purísima, pero a su vez dependía de la Intendencia de Guanajuato. La parte espiritual estaba regida por la Parroquia de San Sebastián, entregada apenas unos años atrás por los franciscanos al clero secular, siendo su Párroco en turno don Tiburcio Camiña. Unos cuantos frailes franciscanos se quedaron en el templo de la Tercera Orden, casi en el anonimato, y en San Juan de Dios estaban los juaninos, quienes se dedicaban a atender a los enfermos en el hospital a su cargo. José Mazorra de Vegas al frente de la Subdelegación de León Por oficio del Promotor Fiscal de la Real Hacienda, que dirigió el 24 de enero de 1809, al Intendente de Guanajuato, Juan Antonio de Riaño: Al descubierto de seis mil ciento ochenta y dos pesos cinco reales en que se halla el Subdelegado de la villa de León, don Esteban de Para y Campillo, por la recaudación de tributo de su cargo del primero y segundo tributo del año anterior, debe agregarse tres mil setecientos cuarenta y tres pesos un real del último, cuyas partidas suman nueve mil novecientos veinticinco pesos seis reales; y para excusar un nuevo cargo nos parece conveniente se sirva vuestra señoría nombrar uno de los vecinos de probidad y abono de dicha villa, que de luego a luego, se encargue de la del presente, impartiéndole sin limitación alguna cuantos auxilios necesite por los alcaldes ordinarios, supuesto que por la falta en que ha incurrido Campillo deba quedar suspenso del uso de su empleo; y por cuanto, según las más seguras y fidedignas noticias que tenemos, se hallan en don José Mazorra de Vegas, vecino republicano de dicha villa, reunidas las circunstancias necesarias al empleo de aquella comisión, se servirá vuestra señoría, si lo tiene a bien confiarla, precediendo el otorgamiento de la correspondiente escritura a favor de su Majestad. A lo que el Intendente ordenó ese mismo día: En vista del excesivo descubierto en que se halla con la real hacienda el Subdelegado de León, don Esteban Para y Campillo, por el recomendabilísimo e importante ramo de tributos, de los antecedentes del caso y de la irregular con que él se conduce el Justicia, todo lo que tiene bien presente el juzgado que no perdonó diligencia alguna al efecto del entero, obrando según acostumbra con todo el celo y eficacia propia de su ministerio; hágase en todo como piden los activos ministros de 17