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Cinema: inspiration behind collections

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CINEMA: INSPIRATION BEHIND COLLECTIONS

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“Lo que Hollywood diseñe hoy es lo que estarás vistiendo mañana” -

Elsa Schiaparelli

La relación entre cine y moda es bidireccional. Hemos visto cómo el cine utiliza el diseño de vestuario para realzar las historias y cómo diseñadores de moda han colaborado en distintas películas, pero falta revisar la forma en que la moda toma inspiración del cine. De esto hay miles de referencias pero a continuación te presento ocho colecciones memorables inspiradas en películas, personajes y/o escenas.

• Ralph Lauren Primavera-Verano 2012 Ready-to-Wear: inspirada en los años 20 y la versión de 1974 de The Great Gatsby para la cual Ralph Lauren realizó el diseño de vestuario en los setenta. Una colección llena de colores pasteles, ultra femenina con telas satinadas, plumas y sombreros cloché que transmitieron la esencia del film de una forma moderna.

Arriba. 1974, The Great Gatsby. Abajo. 2002, Ralph Lauren. Fotos cortesía de Pinterest.

• Schiaparelli Otoño-Invierno 2022

Ready-to-Wear: algunos diseños claramente hicieron referencia a tres películas de Tim Burton:

Beetlejuice (1988), Edward

Scissorhands (1990) y The

Nightmare Before Christmas (1993), con detalles que no pasan desapercibidos por los amantes de estos films como los guantes con tijeras, trajes de rayas negras y blancas y sombreros negros

XL que utilizan los peculiares protagonistas. • Alexander McQueen Otoño-

Invierno 1998 Ready-to-Wear: el diseñador no solo creaba colecciones impresionantes si no que también le gustaba añadir teatralidad a sus presentaciones. El look final de esta colección parece sacado de la película Carrie (1976) con el vestido rojo, las llamas alrededor de la modelo y su pose mirando hacia arriba.

Arriba dcha. 1990, Edward Scissorhands. Centro. 2022, Schiaparelli Fall. Abajo Izq y derecha. 1976, Carrie. Fotos cortesía de Pinterest.

Arriba. 1935, Bride of Frankenstein. Centro. Christian Dior Spring 2010 Haute Couture. Centro. Gareth Pugh Fall 2016 Ready-toWear. Abajo. 1991, The Silence of the Lambs. Fotos cortesía de Pinterest. • Christian Dior Primavera-Verano 2010 Haute Couture: algunos de los peinados y maquillajes del desfile se asemejan a la novia de

Frankenstein en la película de 1935 Bride of Frankenstein, con los recogidos y mechones grises con efecto frizz.

• Gucci Otoño-Invierno 2015

Ready-to-Wear: Alessandro

Michele debutó como director creativo de la marca italiana con una colección de toque retro, romántico y diferentes tonalidades de colores, y con ciertos atuendos que hicieron guiño a la protagonista de

The Royal Tenenbaums (2001),

Margot Tenenbaum. • Gareth Pugh Otoño-Invierno 2016 Ready-to-Wear: el diseñador británico tomó como referencia el bozal que utiliza el personaje de Hannibal Lecter en

The Silence of the Lambs (1991) y lo presentó junto con prendas que exploraron el tema de la autoridad femenina.

• Marchesa Otoño-Invierno 2017

Ready-to-Wear: la película

Farewell My Concubine (1993), fue parte de la inspiración, junto con la cultura China, detrás del diseño de la vestimenta resultando en estampados de flores de cerezo rojas, satén chartreuse, borlas multicolores, etc.

• Thierry Mugler Otoño-Invierno 1995 Haute Couture: Mugler fue un amante del cine por lo que no era de extrañarse que en sus colecciones se inspirara en películas y sus estéticas. Este desfile es catalogado como uno de los mejores en la historia de la moda y uno de los atuendos presentó similitudes con un traje robótico-futurista de Tron (1982).

Arriba Izq. 2001, The Royal Tenenbaums. Arriba Dcha. Gucci Fall 2015 Ready-to-Wear. Centro Izq. Marchesa Fall 2017 Ready-to-Wear. Centro. 1993, Farewell My Concubine. Centro dcha. 1982, Tron. Abajo Dcha. Thierry Mugler Fall 1995 Haute Couture. Fotos cortesía de Pinterest y Vogue US.

Inspirarse en obras del séptimo arte para crear colecciones y diseños no atiende solo a un propósito simplemente estético; le permite a los creativos de la industria emplear elementos de la cultura como las películas para realizar metáforas con sus vestuarios, dando como resultado un intercambio de mensajes abundantes en significados y referencias. Además, tampoco somos ingenuos. Muchas veces estas relaciones entre cine y moda tienen el objetivo de viralizar las prendas o son estrategia de mercadeo para atraer público objetivo. ¿Todavía no estás seguro de la relación entre el cine y la moda? Tengo un último ejemplo, este te va a gustar.

Edna Moda, sí, la misma de The Incredibles (2004), está basada en la actriz Linda Hunt, Anna Wintour o la-mujer-más-poderosa-en-la-industria-editorialde-la-moda, y Edith Head, la diseñadora de vestuario más importante del Old Hollywood y la mujer con más premios Óscar en la historia. “Lo sé nene, lo sé” Art imitating life!

Sentido del reloj. Linda Hunt, Edith Head, Anna Wintour, Edna Moda. Fotos cortesía de Pinterest.

¡Tienes tarea! Aquí te dejo una lista de 244 películas con los mejores vestuarios en la historia del cine + documentales de moda <<< (haz click) Enjoy!

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MODA Y PUBLICIDAD

“Si la moda es magia de las apariencias, no cabe duda de que la publicidad es sortilegio de la comunicación” -

Gilles Lipovetsky

1995, Publicidad de Versace. Fotografía por Richard Avedon.

“Money is the anthem of success” (El dinero es el himno del éxito) así dice una canción de Lana del Rey, y aunque te digan lo contrario, en el mundo de los negocios es la cruda verdad. Las estrategias marketeras y de ventas, por muy creativas que sean, no funcionan si no hay rentabilidad.

Algo muy irónico de la moda es que una de las ideas erróneas que se tiene de la industria es que es vista solo como un “hobby”, un “trabajo de medio tiempo”, o que hacer carrera en ella no es una profesión “de verdad”. Pero… ¿Cómo

una industria que vale $1,55 billones no va a ser un trabajo digno de

respetar? No lo digo yo, lo dicen las cifras:

• Los ingresos generados por el mercado mundial de la indumentaria aumentan de manera constante. Según Consumer Market Outlook, este valor aumentará a casi 2 billones para 2026 (Smith, 2022). • En 2020, el mercado mundial de ropa de lujo estaba valorado en aproximadamente 71.000 millones de dólares estadounidenses y se pronostica que alcanzará un valor de 278.000 millones de dólares para 2031 (Sabanoglu, 2022). • En el 2020, Forbes publicó su top de las marcas más valiosas y en el puesto #9 se encontraba Louis Vuitton con $47,2 billones de dólares (Swant, 2020).

Si esto no es éxito en los negocios, no sé qué es.

Tanto el Prêt-à-Porter o “listo para llevar”, como las luxury brands

o marcas de lujo mantienen a la industria de la moda año tras año, desfile tras desfile, colección tras colección.

Cada temporada, incluso, cada mes, hay nuevos artículos de moda que salen al mercado. Las marcas y compañías crean nuevos productos, diseños de edición limitada y servicios de distintas áreas de la industria: zapatos, carteras, indumentaria, accesorios, asesoría de imagen, cursos, etc.

Como cualquier negocio, la moda necesita que sus múltiples productos o servicios destaquen entre los de la competencia y lleguen a su público objetivo para poder alcanzar la principal meta: vender. Si como dijimos antes, “Money is the anthem of success” en los comercios, este objetivo puede lograrse más rápido y eficientemente a través de lo que conocemos como publicidad.

Diversos estudios aseguran que el inicio de la publicidad se remonta al Antiguo Egipto, pero es en la década de los años cincuenta cuando, después de la Segunda Guerra Mundial y el boom económico que le siguió, la industrialización se potenció y empezó a existir abundancia de productos y servicios en el mercado que necesitaban anunciarse de una manera diferente, se mejoró la calidad de vida, había una mentalidad más optimista en la sociedad y la moda fue de esos elementos que tuvieron un rol importante en dichos cambios.

Al ser un recurso muy visual —en cuanto a publicidades audiovisuales se refiere—, la imagen y su composición lo es todo.

Las imágenes forman parte de nuestra vida cotidiana (anuncios en prensa, televisión, Internet, cine, vallas publicitarias, carteles, pósters), y por ello esas imágenes se convierten en portadoras de significados: nos muestran lo que sucede en otros lugares, crean estereotipos o los destruyen, informan, promocionan un objeto de consumo, etc. (Fernández, 2007, p. 217).

No importa que el anuncio o comercial audiovisual sea de un carro, unos cigarrillos, un resort o una silla; si sale una persona, la vestimenta debe ser cuidada, ya que complementa el mensaje que se quiere transmitir.

Si deseas comunicar que el producto es para un target elegante, no puedes vestir al talento humano con unas sandalias de playa y una camisa rota. Si estás publicitando un reloj de última tecnología y quieres transmitir modernidad, no se te ocurriría poner a la persona que porta el objeto en un traje victoriano.

La moda importa, y en la publicidad aún más porque al vender un ideal de perfección, una “verdad artificial” (Heller, 2005, p. 13), la ropa, junto con los demás elementos de escenografía y accesorios, puede elevar tu trabajo publicitario o hundirlo.

Veamos estos ejemplos de anuncios de los años 60, una de las décadas más influyentes en la moda y la publicidad. Entre ellas hay un carro Cadillac, una nevera, un bourbon Jim Beam, una calculadora, comida para perros y un horno. ¿Qué hay en común entre todas, además de la estética retro?

En esta página. Izq. 1960, Cadillac. Arriba dcha. 1965, Firigidaire. Abajo. 1966, Jim Beam. Página siguiente. Arriba Izq. 1964, Monroe. Abajo Izq. 1961, Tappan. Dcha. 1963, Kal Kan Dog Food. Fotos cortesía de Tashen.

Respuesta correcta: una vestimenta impecable. A lo mejor un poco recatada y extremadamente engalanada, pero entendamos que eran otros tiempos con otros valores sociales y formas de vivir, además de estar dirigidas a un público de clase media-alta.

La ropa a utilizar dependerá del mensaje y la estética en general, pero como les he dicho en este eBook, si la moda, la vestimenta que utilizamos, no fuera tan importante, ¿por qué molestarse en elegir la prenda correcta que transmita el mensaje correcto, o en tener que contratar un estilista para la sesión de fotos o set de grabación? La publicidad y su influencia en la sociedad son una prueba más de la relevancia que le damos a la estética y cómo la moda tiene una función importante en ello.

En la encuesta a la que hago referencia a lo largo de este libro y que se le envió a 110 personas como parte de la investigación previa, en la pregunta “¿Cuáles crees que son las décadas que tuvieron mayor impacto en la moda y el mundo?”, las cuatro más votadas fueron 1980 (68,2%), 1970 (59,1%), 1960 (52,7%) y 1950 (46,4%).

Indagando sobre estas épocas no es casualidad que tengamos una imagen tan “nítida” y definida de ellas en nuestra mente.

El impacto mediático y visual de estos años son de los más sobresalientes en el imaginario colectivo, no solo porque hubo un auge en los medios de comunicación como el cine y la televisión, si no porque estos fueron los años dorados de la publicidad. Y como la sociedad de masas se basa en las imágenes, la moda y la publicidad se fusionaron a la perfección.

Para conquistar el subconsciente del público en general debe crearse la “fantasía perfecta”; nadie quiere ver algo que no vaya a mejorar su vida de alguna forma (a menos que haya un mensaje que lleve a la reflexión), y ello implica seguir ciertos parámetros artísticos en los que la moda está incluida.

Al observar las publicidades de los años 50 hasta los 80, hay algo que me llama la atención —que es una excelente prueba para los argumentos a favor del valor del análisis de la moda para la sociedad— y es que a través de las vestimentas de las personas presentes en los anuncios o comerciales puedes identificar de cuáles períodos corresponden. Hagamos la prueba:

A

E C D

F

Fotos cortesía de Pinterest.

Respuestas: A (años 60), B (años 80), C (años 50), D (años 60), E (años 70), F (años 80).

Hemos visto la influencia de la moda en la publicidad y, de la misma forma que en el cine, ayuda a transmitir un mensaje; pero ahora analicemos la relevancia de la publicidad para la moda.

Ambas se necesitan, pero sin publicidad, la moda no tendría el impacto que goza en la actualidad. La democratización de la moda, el ascenso del Prêt-à-Porter jamás se habría dado a la velocidad con que lo hizo.

La moda supone una industria que se publicita a sí misma en el propio uso del producto: Al elegir una marca, una prenda o un color se difunde un mensaje al exterior, haciéndolo visible para el público. Es por ello que las personas se convierten en vallas publicitarias andantes (Heath y Potter como se citó en Jiménez y Elías, 2018, p. 37).

Antes de los desfiles de moda, las redes sociales y las revistas, los diseñadores utilizaban muñecas llamadas Pandoras, mini maniquíes que viajaban a través del mundo para “publicitar” el estilo del momento y los sastres pudiesen copiarlos en el siglo XVIII.

Gracias a los medios publicitarios actuales la moda propaga tendencias, en este caso, de ropa, accesorios, peinados, estéticas, etc. Como en cualquier otro anuncio persuasivo, las marcas buscan seducir la mente del consumidor con su producto o servicio, su historia, “sus connotaciones del lujo, el placer, la seducción, la juventud y la belleza” (Martínez como se citó en Jiménez y Elías, 2018, p. 38).

El 19 de noviembre de 1980, se estrenó el comercial más famoso de Calvin Klein con una joven Brooke Shields susurrando: “You wanna know what comes between me and my Calvins? Nothing” (¿Quieres saber qué se interpone entre mis Calvins y yo? Nada).

Fueron distintos comerciales filmados por Richard Avedon que causaron mucha controversia, pero lo más importante para la marca, hicieron que aproximadamente “400,000 pares de jeans se vendieran cada semana dentro de un año de

Pandora Siglo XVIII. Foto cortesía de Pinterest.

la primera emisión del anuncio” (Nugent, 2020).

Cuando H&M anunció su colaboración con Balmain en 2015 a través de una campaña publicitaria con algunas de las modelos más famosas del momento, la exaltación en redes fue tal que el día del lanzamiento la colección se acabó en tiendas en solo unas horas y colapsó sus plataformas digitales.

H&M fue pionera en las colaboraciones con diseñadores y firmas de moda como Karl Lagerfeld, Erdem, Giambattista Valli o Versace. Además, sus equipos de marketing y social media saben cómo crear expectativa con sus campañas y estrategias publicitarias, demostrando una vez más que moda y publicidad es un binomio inseparable.

Arriba y centro. 2015, Balmain x H&M. Abajo Izq. Brooke Shields para Calvin Klein por Richard Avedon. Fotos cortesía de Pinterest.

Arriba. 1966. Donyale Luna en Vogue UK. Centro. 2020. Ellie Goldstein en Allure. Fotos cortesía de Pinterest.

Hoy en día consumimos publicidad 24/7 en cualquier plataforma, y en moda aún más con los desfiles transmitidos en vivo, videos en TikTok de las marcas, contenido creado por influencers, banners en páginas web, product placement en series y películas, vallas publicitarias, etc.

Adicionalmente, estamos en una era donde la publicidad de moda es cada vez más inclusiva con los tipos de cuerpos que vemos, diversos géneros, color de piel, edades, incluso personas con discapacidades y distintas nacionalidades, porque todos merecen ser representados en los medios de comunicación. Ya no hay un solo tipo de “imagen ideal”.

En 1966, British Vogue rompió las barreras raciales al publicar la primera portada de la revista con la primera modelo negra, Donyale Luna.

Hoy en día, podemos apreciar en las campañas de publicidad de marcas importantes a todo tipo de personas que antes no tenían la oportunidad de protagonizarlas. Y eso, también, expone el cambio que se ha impulsado en la sociedad.

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