7 minute read

Democratización de la moda

1.3

DEMOCRATIZACIÓN DE LA MODA

Advertisement

“La moda no ha acabado de sorprendernos […] se presenta ante todo como el agente por excelencia de la espiral individualista y de la consolidación de las sociedades liberales” - Gilles Lipovetsky

Los valores que la democracia nos ha dejado en la sociedad se extienden al mundo de la moda. La libertad de respetar la opinión libre y la oportunidad de elegir entre distintas opciones según un objetivo son conceptos que también se puede ver en la democratización de la moda, la cultura, la educación, etc.

El hecho de que las personas puedan vestir como quieran según la variedad de opciones en el mercado, y el mero hecho de que exista una industria que produce ropa en tendencia a precios accesibles es un gran avance —aunque represente una espada de doble filo—para la sociedad. Empecemos por la parte positiva.

Como hemos visto a lo largo de este eBook, la moda fue un fenómeno que surgió en la aristocracia, es decir, en sus inicios fue totalmente exclusiva para las clases pudientes. Con los cambios propios de la dinámica social y su aceleración por los avances económicos, tecnológicos y sociales a finales del siglo XVIII, la moda se transformó.

Las manufacturas y fábricas de ropa empezaron a surgir, nuevos materiales como la fibra sintética y el nylon cambiaron las reglas del juego. Y, por supuesto, la demanda de las personas de distintas clases sociales por querer lucir bien fue avanzando progresivamente.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la moda estaba en lo que muchos llaman “su edad dorada” con diseñadores como Charles Frederick Worth (el llamado padre de la Alta Costura), Coco Chanel, Cristóbal

Balenciaga, Paul Poiret, Jeanne Lanvin, Hubert de Givenchy, Elsa Schiaparelli y

Christian Dior, grandes referentes de moda de la época y cuya influencia sigue vigente en la actualidad. Collage cortesía de Pinterest.

Sus espectaculares creaciones cambiaron la moda, fueron los grandes artesanos y mentes maestras de la industria. A cada uno

le debemos algún diseño o técnica que revolucionó la forma como se vestía la sociedad.

Por ejemplo, con Charles Frederick Worth nace la moda como industria. Es el primero que le coloca firma a sus creaciones (etiquetas), cambiaba temporada tras temporada las colecciones e impuso las normas de la Alta Costura.

Paul Poiret y Coco Chanel liberaron a las mujeres del corsé con sus diseños, Balenciaga puso de moda la cintura de avispa y falda amplia que luego Christian Dior reinventó con su New Look.

Después de la Segunda Guerra Mundial, un período en que las siluetas masculinas y los cortes predominaron más en los diseños de las mujeres para desperdiciar la menor cantidad posible de material, Dior hizo un retorno a la feminidad, a la sensibilidad estética con sus diseños.

Arriba. 1865. Emperatriz Isabel Arriba. 1865. Emperatriz Isabel de Austria. Vestido diseñado por de Austria. Vestido diseñado por Charles Frederick Worth. Pintura de Charles Frederick Worth. Pintura de Franz Xaver Winterhalter. Franz Xaver Winterhalter. Abajo. 1947. New Look de Dior. Abajo. 1947. New Look de Dior. Fotografía por Willy Maywald Fotografía por Willy Maywald

El conflicto bélico internacional que terminó en 1945 cambió el mundo de la moda para siempre.

“Hasta ese momento, eran los diseñadores y las casas de moda quienes decidían, temporada tras temporada, cuáles eran las tendencias que iban a estar de moda. A partir de la II Guerra Mundial, serán las circunstancias sociales, y no un puñado de elegidos, quienes determinen los estilos de la moda” (Ramos, 2007, p. 184).

Todos esos grandes diseñadores que mencioné anteriormente hacían sus creaciones para las clases altas. Las demás personas debían conformarse con llevar patrones a los modistas y con suerte, verse igual de bien que alguien que usara un Dior.

Hoy en día, una persona que compra de segunda mano o en tiendas como H&M puede verse a la moda como una clienta de Calvin Klein. Inclusive, puedes comprar ropa de las altas casas de moda en tiendas por departamento o en las colaboraciones que hacen estas con las marcas low cost.

La moda antes de los años sesenta era elitista, exclusiva, hecha a la medida y, como podremos imaginar, no todo el mundo se podía dar el lujo de tener 10 pantalones, 20 pares de zapatos y 30 camisas como es la realidad de muchos hoy. Apareció el Prêt-à-Porter o “listo para llevar” de la mano de Pierre Cardin e Yves Saint Laurent, y la moda cambió.

Fotos cortesía de Pinterest.

La inspiración estaba en las calles, en las generaciones jóvenes de clase media que crecieron luego de la Segunda Guerra Mundial y querían vivir de forma diferente a sus padres.

Había una nueva visión general de entender la moda más informal, inclusiva, generalizada y de

distintas tallas. Ya no era necesario ir al costurero a tener ropa nueva, y es aquí cuando se empieza a ver de forma masificada las copias de colecciones de Alta Costura en las tiendas.

Pero ello no quiere decir que el lujo había muerto, “siguió siendo un valor irremplazable de gusto y refinamiento de clase [...] La democratización de la moda no significó uniformización o igualación de la apariencia, significó reducción de los signos de diferenciación social, moderación del principio aristocrático de consumo conspicuo” (Lipovetsky, 1987, pp. 8384).

La democratización de la moda le dio la oportunidad a la mayoría de las personas de expresar su identidad, estilo y preferencias a través de la ropa y sus diversas opciones, sin barreras de precio o tallas. “Más que un derecho, la moda llegó a ser un imperativo social categórico […] las masas entran en el código de la moda” (Lipovetsky, 1987, p. 87). Lo irónico de todo esto es que fue la propia exclusividad y lujo de la Alta Costura lo que contribuyó a que surgiera la democratización de la moda, uno de los mayores cambios en la historia de la industria.

Una prenda que representa dicha transformación es, sin duda, el jean.

2022. Fotos cortesía de Zara. TODO el mundo, de todas las clases sociales, edades, sexos, tienen por lo menos un jean en sus clósets. Este tiene su origen en el siglo XIX con Levi Strauss, pero no fue sino hasta después de la década del cincuenta cuando su fabricación y uso se masificaron.

Es unisex, se utliza en todas las épocas del año y para diversas ocaciones, es duradero y resistente […] el jean “será eterno porque existe de manera ubicua en todas las capas sociales, y en este sentido, se convierte en un símbolo de la igualdad entre seres de distinta condición y diferente sexo” (Levy, 2021).

La parte negativa de todo lo que hemos visto de la democratización de la moda está en la producción masiva en la que se basa, generando el fast fashion (moda rápida) en la que el hiper consumo, la industria de la imitación, la contaminación del ambiente, la mala calidad de la ropa, la explotación de los trabajadores, entre otros problemas impactan seriamente en la sociedad (Para ver más lee el capítulo Presente y futuro de la moda, p. 94).

Hay muchos que consideran que la verdadera democratización de la moda se dará cuando se “democratice su creación” (Corazón, 2021), porque la expansión de las compañías low cost no crean moda si no que la copian, y sus bajos precios son producto de una cadena de producción abusiva y desigual.

El tema de la democratización de la moda es debatible en cuanto a lo que se ha ganado y lo que se ha desperdiciado con la actual industria de la moda.

Ilustración de Miyuki Ohashi “Bottega Veneta Resort 2016”.

¿En realidad todos nos beneficiamos? ¿Verdaderamente somos libres con lo que elegimos en las tiendas o solo seguimos lo que se nos impone? ¿Que existan más opciones para vestir significa que hay más expresiones de individualidad o al contrario?

Cada quien sacará sus conclusiones al respecto, pero no hay que desacreditar hasta dónde ha llegado la moda para la accesibilidad de la mayoría. Estamos a mitad de camino y todavía queda mucho por recorrer.

This article is from: