2 minute read

Vatel Vatel EL CHEF QUE SE MORÍA POR ATENDER AL REY

Next Article
ACTUALIDAD

ACTUALIDAD

Son tres días de festines en honor al Rey más importante del mundo occidental en los que abundan el faisán, las perdces, las ensaladas y las sopas. Piernas de ternero aderezadas con ajo se sirven en viandas de plata y lonchas de jamón llenan tanto como adornan las mesas de los invitados. Las bandejas de dulces, frutas y confituras están al alcance de la mano, incluso de los más pequeños.

Al tercer día de celebración, las expectativas frente al agasajo van al alza y los invitados especiales son las anguilas y los pescados; sin embargo, el encargado del banquete, Vatel, el primer gran maestro de la cocina, ha recibido noticias de tormentas que dificultan la pesca y es casi seguro que no se consigan suficientes provisiones para el banquete final. El desespero lo consume.

El Rey Sol

Es el siglo XVII y Francia vive un periodo conocido como "El reinado del Rey Sol", refiriéndose a Luis XIV, quien afirmaba que su reino abarcaba desde donde sale, hasta donde se esconde el astro incandescente. Las cortes y las cortesanas se desviven por su majestad, ya que son populares su gran apetito y su buen gusto a la hora de comer.

En esta oportunidad Francia evalúa la posibilidad de ir a la guerra contra Los Países Bajos que amenazan sus fronteras. El príncipe Condé, acostumbrado a los placeres y a la buena vida de la corte, ve en esta guerra una oportunidad de llenar sus desgastadas arcas y devolverle el brillo a su provincia, Chantilly. Para esto, necesitará recuperar la gracia del Rey y a su vez ser nombrado Comandante general de los ejércitos del reino con la fortuna que esto implica.

La estrategia del Príncipe es conquistar al Rey a través de su majestuosa barriga y para ello cuenta con uno de los más sorprendentes mayordomos de la historia, Francoise Vatel, quién dirige la cocina más creativa del reino y todas las festividades que amenizan a los comensales mientras cenan.

Vatel tiene clara su misión, conquistar el paladar del Rey en nombre de su amo y de su propio honor. Para alcanzar su meta está dispuesto a entregar hasta su propia vida.

Los 12 días que pasa prácticamente sin dormir, con el fin de no descuidar ningún detalle, no hacen mella a la hora de atender a los más de 3 mil comensales que acompañan al Rey.

La Festividad

En el primero de los tres días, Vatel se enfrenta a su primer imprevisto, la carne de res no alcanza para cerca de 40 invitados y prepara una mezcla de carne molida engrosada con setas. Pero el honor de Vatel se ha visto comprometido.

Al segundo día, la fatalidad lo persigue. Uno de los ayudantes de utilería muere en un trágico accidente durante un presentación de Ópera . Afortunadamente, ningún espectador se percató del incidente.

Pero al tercer día las cosas se complican. Los invitados aumentan de forma considerable y la situación empieza a salírsele de las manos a Vatel. El descontrol reinante lo lleva a repetir una y otra vez que ha perdido su honor. A lo anterior se le suma que el pedido completo de pescado fresco parece nunca llegar, lo que le dificulta más la vida a un Vatel que ya vocifera su sentencia "No puedo sobrevivir a esta desgracia".

Ante tal contratiempo, Vatel pierde el control y se retira a su habitación en donde desenvaina su espada y con la pasmosidad de una res que va a ser sacrificada, recuesta su torso sobre el filo del arma.

Como marcado por un sino trágico, el último suspiro de Vatel se confunde con el repicar de las carrozas cargadas de pescado. Los comensales, con el Rey a la cabeza, que ya empezaban a perder la paciencia, recobran la tranquilidad gracias a la delicadeza de las viandas que se llevan consigo el hambre y el recuerdo del trágico incidente.

De esta forma Vatel se inmortalizó para la historia gastronómica por ser el paradigma de la perfección y la obsesión que impulsa a los grandes chefs del mundo.

This article is from: