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LA DEL CAFÉ, una historia joven
A DIFERENCIA DEL VINO, DEL BRANDY, DEL COGNAC, LA HISTORIA DEL CAFÉ ES MÁS RECIENTE, CURIOSA Y ESTIMULANTE DE LO QUE SE CREE. A PARTIR DE ESTA EDICIÓN, REVISTA LA BARRA, EN ASOCIO CON AMOR PERFEITO CAFÉ, COMIENZA UN VIAJE POR EL MUNDO DE ESTE SEDUCTOR GRANO, DESDE SUS ORÍGENES HASTA SUS PRESENTACIONES MÁS AVANZADAS.
Por Redacción La Barra
Apesar de las muchas leyendas que existen en torno a los comienzos de la semilla de la drupa (fruta semejante a la cereza), la que más fuerza ha tomado es la de un pastor que "brincó como una cabra" al enterarse del descubrimiento de la bebida.
Dice la leyenda que un buen día del siglo V, en las laderas árabes, Kaldi, el pastor, se quedó observando cómo sus cabras no actuaban igual que en los otros días. Era como si hubieran consumido un estimulante que hacía que éstas saltaran por todos lados muy excitadas y cargadas de mucha energía.
Kaldi se dio cuenta de que habían comido las hojas y la fruta de un arbusto color verdoso. Él decidió también probar las bayas rojas que tenían aspecto de cerezas. Al instante, se sintió eufórico y lleno de una energía que lo hacía estar más activo.
Cuando el pastor le llevó la noticia al Abad, éste cocinó las ramas y las cerezas. Lo que resultó fue una bebida muy amarga que de inmediato lanzó al fuego.
En el momento en que las cerezas cayeron a las brazas, éstas empezaron a hervir y las arvejas verdes que tenían en su interior produjeron un delicioso aroma que hicieron que el Abad pensara en hacer una bebida basada en el café tostado. Así nacía la bebida de café tal como la conocemos hoy.
De Arabia Para Todo El Mundo
A partir del siglo XV la bebida se extendió por todo Oriente y en el siglo XVII se introduce y se desarrolla en Europa, no sólo como medicina sino también como bebida casual.
Sin embargo, fueron los árabes los primeros en descubrir las virtudes y las posibilidades económicas del café. Éstos lo guardaron en secreto durante varios siglos. Tanto así que incluso prohibieron la exportación de cualquier semilla de café.
A pesar de esto, los grandes propagadores del café fueron los holandeses, que explotaron grandes plantaciones del mismo en sus colonias de Ceilán e Indonesia. Ellos fueron los importadores del cafeto y quienes lo aclimataron en los jardines botánicos de Amsterdam, Paris y Londres, desde donde pasó a la Guayana holandesa, a Brasil, a Centroamérica y a otros muchos países.
A Colombia, el café llegó por intermedio de los españoles alrededor de 1730. La planta fue sembrada en Santa Teresa de Tabage, una población localizada entre el río Meta y el río Orinoco, fundada por la Misión Jesuita.
Sin embargo, sólo hasta 1.835 tuvo lugar la primera producción comercial de café. De hecho, los primeros cultivos de café crecieron en los Santanderes. De allí se extendieron por todo el país y dieron comienzo a una nueva historia que será tratada en nuestra próxima edición.