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¿En qué se parece colombiano el Milán Piquet
a los estudiantes de gastronomía?
hijo tendrá un mejor futuro por llamarse como el hijo de sus ídolos.
Cuando comencé con esta idea cuestioné muchos aspectos, entre ellos, mi paso por muchas de las instituciones gastronómicas como docente y mi deseo de haber aportado más a los estudiantes que estuvieron conmigo en las aulas, haber sido más estricto y más determinante en su formación. Compartí la idea con varios directivos, docentes y estudiantes, y los más reacios no fueron los afectados.
¿Por qué hago esta comparación?, y por supuesto estoy generalizando. En muchas ocasiones los latinos somos tan tranquilos que consideramos que el éxito es una labor fácil, que los que tienen dinero y éxito tienen altas dosis de fortuna. Es así como los nuevos padres orgullosos fanáticos de Shakira, el Barcelona y Piqué, consideran que su
En Colombia la gastronomía se convirtió en moda, grandes instituciones, academias, universidades, politécnicos, escuelas, colegios, en fin como los quieran llamar, pasaron de ser desconocidas a tener 500 estudiantes o más. Colombia pasó de no tener docentes capacitados a tener una base de “instructores” que le dicta a más de 10.000 estudiantes un sinnúmero de materias y asignaturas que algunos de ellos (como pudo ser mi caso) no sabían que podían dictar. No importaba el espacio, las instalaciones, la cantidad de estudiantes por clase, lo importante era satisfacer esa demanda de personas atrapadas por las emisiones del canal Gourmet y similares, en donde salen grandes estrellas de la gastronomía de Latinoamérica glamorosos y muy seguramente exitosos, desconociendo en muchos casos las realidades de muchos de esos grandes personajes.
Muchos de estos personajes recién graduados de estas instituciones, envalentonados y creyéndose chef de cartón, creen que tienen la posibilidad de competir con restaurantes como los de sus ídolos de la pantalla, sin analizar nunca qué tuvieron que hacer ellos para llegar donde están, ocasionando a sus familias problemas económicos y personales.
Quiero darles una fría estadística. De cada 100 estudiantes de gastronomía en el mundo, cuatro ejercen la profesión después de cinco años, de esos estu- diantes, solamente uno de ellos tendrá la oportunidad de ser chef y de esos chef debemos reunir a mil para que uno de ellos salga en la televisión con su programa. Como ven las probabilidades son muy bajas y más si los muchachos salen con la creencia que se gradúan de chef, no es tan fácil llegar a mandar; en este punto soy muy crítico hasta con los premios La Barra, en donde he insistido que se defina claramente los requisitos de los Chef revelación para evitar caer en premiar por premiar.
La culpa no es de las instituciones, no es de la televisión, no es de los estudiantes, los padres, los colegios, ni de la sociedad y acá me preguntó ¿entonces quién es el responsable que lleguen a los restaurantes, estudiantes que no sepan picar?.
En alguna parte del proceso se está fallando y se está queriendo llegar al éxito rápido y sin trabajo y en esta profesión, eso no es fácil. La práctica es lo que determina la habilidad.
No quiero que los muchachos sean más decentes y saluden al llegar a su lugar de trabajo, ya me encargaré de enseñarles eso o de no trabajar con ellos por groseros; lo que quiero es que no pretendan ser chef, que no los llenen de ínfulas cuando apenas inician su camino y que quieran adoptar o fusilar nombres, platos o cartas para lograr un efecto mediático inmediato que será simplemente eso, como el que ha tenido Milán Piquet Suarez Arteta, el cual muchos de ustedes ya habían olvidado en esta nota.