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Los complementos también juegan
Los acompañantes del ‘tabletop’ son tan importantes como la vajilla misma, pues demuestran la atención de un restaurante hasta en los más pequeños detalles. La tendencia es inclinarse por lo artesanal, colorido y de elementos naturales.
Por I Juliana Muñoz @julianadelaurel
Cada detalle hace parte de la personalidad de un establecimiento. Es un ‘todo’ que debe ser armónico. Hoy en día las personas no solo buscan comer bien, sino tener una experiencia e, incluso, que los objetos de su mesa le cuenten una historia. En ese ‘feeling’ influyen desde los colores y la música del restaurante, hasta una pequeña vasija decorada a mano en la que reposa la mantequilla.
Elegir bien el material
¿Qué experiencia quiere que viva el comensal a través de la comida? Esa es la primera pregunta que hace Camila Gómez, gerente de Tybso, cuando asesora a un restaurante en la escogencia de los acompañantes de la vajilla.
“Cuando saben qué quieren, deben ser fiel a eso”.
Luego de que se ha definido bien el concepto, Gómez recomienda fijarse muy bien en el material: “estamos fallando en eso. Hay que fijarse en que cada producto esté certificado, es decir, que esté hecho de materiales adecuados para disponer alimentos”. La calidad también entra en juego. Los implementos adicionales al toptable en porcelana o cristal se rompen muy rápido y como son tan pequeños la gente se los puede llevar como souvenir. “Los accesorios tienen una rotación rápida. El nivel de detalle los hace más costosos”.
Esto no significa que haya que escatimar en recursos, sino abrirse a nuevas opciones que le den un valor agregado a la mesa. Por ejemplo, buscar productos artesanales hechos por locales. “Los tejidos guambianos son perfectos para acabados o el forro de las sillas. Es cuestión de rescatar un poco lo que tenemos”, aconseja Gómez.
Por supuesto, depende del contexto, pues una canasta hecha con materiales naturales que va bien en un lugar desenfadado tal vez no vaya bien en un restaurante internacional con un estilo minimalista o tradicional que exija, mejor, un bowl de porcelana para el pan. Por eso no hay que olvidar la pregunta inicial: ¿Qué quiere transmitir en su mesa? Así, los implementos adicionales del menaje, deben ser complementos en la experiencia del comensal, no protagonistas. negro o gris. Si no se encuentra un color bonito, el mejor es el blanco”.
“A los más osados yo les recomiendo que sean sus propios diseñadores en los implementos que rodean al comensal”, dice la experta. Por ejemplo, darle textura a una porcelana cambia el mensaje de algo genérico. Entre más personalizado sea diseño, así mismo va a hacer la relación con el comensal.
Para Markos Aristizábal, gerente de mercadeo de Business People Unlimited, la elección de los acompañantes deben ir ligados al concepto y al servicio del establecimiento: “Puede haber un toque diferenciador de servicio. Por ejemplo, elementos de hierro fundido como planchas que salen del horno directamente a la mesa. Estas conservan el calor uniformemente y son para toda la vida. Hay otros elementos como espirales en metal acabado en pintura en polvo negro para comida casual”. Otro consejo es que sean implementos que se puedan combinar con los distintos diseños del tabletop.
• “La elección depende de la cultura. Mientras en Europa se deja en la mesa un jarrón con la crema o una cafetera de porcelana para que todos se sirvan, aquí el mesero distribuye directamente”. Juan Carlos Franco, vicepresidente de BHS.
• “Un pimentero de molino es ideal, pues a los comensales les gusta la pimienta fresca”. Juan Carlos Franco, vicepresidente de BHS.
• “Ahora está muy de moda el estilo Provence opulence. Es como tener la vajilla de María Antonieta en la finca. Está hecha con excelentes materiales, acabado y brillo, pero hacen sentir al comensal en el campo.
Los detalles
“La personalidad de un restaurante está en la selección de la carta, decoración, música, forma de los platos. Es un conjunto”, opina Carmiña Villegas. Esta experta en el arte de la mesa aconseja que los acompañantes del tabletop tengan una uniformidad en la calidad. Si hay un objeto fino, lo demás también debe serlo.
No se debe atiborrar la mesa con demasiados complementos, pues son de usos muy puntuales y sólo deben ser llevados cuando se necesitan. La luz y las flores también hacen parte de la experiencia. Es importante que vayan de acuerdo con el tamaño de la mesa y que no entren en competencia con la comunicación (por ejemplo un florero demasiado alto o denso).
En cuanto a tendencias, de acuerdo con Villegas “le tenemos un poco de miedo al color, en Europa se usan colores pastel o colores oscuros como
Margarita de los Ríos, gerente de International Supply, asegura que una de las tendencias en este tema es que a la vajilla de estilo clásico redondo se adicionen piezas rectangulares, como el contenedor de la mantequilla, las mermeladas o los aderezos. Se puede jugar un poco buscando estos accesorios en color. “Son los que le van a dar el toque final a la mesa”, asegura de los Ríos. También aconseja tener un cadi o cajas rectangulares para montar los frascos de salsas diferentes, o mermeladas en un solo lugar.
Según la experta, “ya no se usa el florero convencional, sino un elemento. Por ejemplo, un vaso o la pieza de una vajilla que pueden ser usados como florero o para ubicar velas flotantes”. Otras tendencias en accesorios son los vidrios templados en colores, con mezclas o corrugados. Mejor todavía si es algo artesanal o hecho con elementos de la naturaleza.