Febrero '23
CARTA EDITORIAL
Tengo hambre, quiero más y más, no voy a detenerme hasta que consuma todo cerca de mi. No veo personas ni sus historias, todo lo que veo delante de mí es carne. Habré de consumirla con su físico, exprimiendo sus ideas, explotando su sexualidad, agotando todo lo que sus cuerpos puedan ofrecerme. Y aun así seguirá amándome. Ahora la carne siente honor al ser consumida y explotada, lo ha convertido en su naturaleza… Muy bello.
Sigo teniendo hambre, ¿me das tu cuerpo?
Experimentamos las diferentes formas de cómo podemos entender el concepto de “ carne ” , un producto de consumo que puede interpretarse de mil y un maneras.
Tengo hambre, así que veamos el menú.
Rossanna Huerta3 5 13 17 22 24
Artemisia Un costillar
M.I. Flores Nachón
Dos más uno Fernando Salas
Oda para una imaginación exuberante
Rossanna Huerta
AGC Arte y Fascismo: Somos más que carne Ernesto Ocaña La Tumba de las Mariposas
Michel Cardenas
Cerezo, M. (s. XVII) Bodegón con carne. Museo Nacional de San CarlosARTEMISIA
Curvas, hendiduras, volúmenes, el cuerpo humano es más que solo extremidades, es pasión, éxtasis y deseo carnal. La pintura de Artemisa Gentileschi (1593 – 1653) muestra a Venus, la diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad, acostada sobre una cama de telas azules con un gran cojín rojo. Una tela transparente pasa alrededor del cuerpo desnudo de la mujer, de sus muslos recorre a la espalda y termina en sus brazos. Sobre ella se encuentra Cupido, reconocible por sus pequeñas alas, admirando a Venus mientras gentilmente la abanica con varias plumas de pavo real.
Los colores en esta pintura son vivos, en especial la tela azul, que fue pintada con más de una capa del famoso tinte lapislázuli, lo que sugiere que este fue encargo de un cliente adinerado. La luz y la oscuridad de la escena revelan la escuela caravaggista, la esencia barroca y su palpable dramatismo. Célebre por ser la primera mujer admitida en la Academia de Diseño de Florencia, Gentileschi tuvo un largo camino que recorrer para escalar en el mundo del arte, incluso después de su muerte su trabajo fue reconocido hasta el siglo XX.
Escenas históricas, religiosas y heroicas son parte de los temas que más comúnmente pintó la artista, dentro de los cuales destaca la figura femenina como centro de atención y protagonista, tal como en los cuadros Judith decapitando a Holofernes (1614 – 1620), que se encuentra en la Galería degli Uffizi en Florencia, Judith y su doncella (1618 – 1619), que se podría decir es la siguiente escena de la decapitación de Holofernes o María Magdalena como La Melancolía (1622 – 1625) que se puede visitar en el museo Soumaya en ciudad de México.
Así pues, reapropiándose del desnudo femenino, me parece que Artemisia Gentileschi toma la desnudes como arma e incita a adjudicar nuevos significados. Tanto su obra Cleopatra (c. 1633 –1635) como la venus que apreciamos en la portada, no son un par de desnudos más, sino que son cuerpos de mujer con pincel de mujer.
ARTEY FASCISMOII
Somosmásquecarne
Mi generación está por siempre infatuada con la irrealidad, como si desde niños hubiéramos presentido el duelo inminente que nos causaría la verdad de las cosas. Cuando niños vivimos la democratización de la televisión y cuando adolescentes la del internet, nos formamos con una idea ambigua e incompleta del resto del mundo, de manera quizá muy imperfecta fuimos la primera generación de identidad global. En un mundo caótico que se muere poco a poco a manos del hombre, gobernado por la riqueza y el privilegio, que sangra inocencia gracias a la tradición, los millennials nos derivamos siempre hacía la fantasía, inhalamos escapismo para exhalar ansiedad.
Ernesto OcoñaAl crecer una de las fantasías que más atrapo a mi generación fue el mundo hechicero de Harry Potter, una historia simple y fantasiosa de unos jóvenes enfrentándose a la perversidad que representa la discriminación y la supremacía mientras maduraban poco a poco junto con su audiencia. Harry Potter mediante sus libros y películas definió a una generación de criaturas, muchas de ellas tímidas e introvertidas, cuando niños los dotó de distracciones, emoción y esperanza, cuando jóvenes adultos los dotó de interacción y comunidad. Nunca fue mi fantasía predilecta, pero la tengo muy presente, como si por osmosis su presencia se ha vuelto ineludible en mí.
Es una franquicia que hasta la fecha se mantiene imposible de ignorar a través de la nostalgia de una generación completa, el éxito masivo del reciente videojuego Hogwarts Legacy es prueba de su enorme influencia cultural. Y, sin embargo, este es un éxito a la vez marcado por una controversia inescapable, el legado ideológico de su creadora, J. K. Rowling. Hasta hace unos años, gracias a su vocal oposición a Donald Trump, a sus trabajos de caridad y una lectura generosa de sus textos que habla de una lucha contra la discriminación, J. K. Rowling gozaba de una reputación como una mujer feminista, abierta y tolerante. No sé si el dinero, el poder o la influencia corrompen al ser humano, pero por lo menos revelan lo que escondemos muy dentro, nos hacen apáticos ante las opiniones de los otros y por lo mismo, hostilmente sinceros, escépticos de toda verdad distinta a la nuestra.
Algo que para mí no está a discusión es la esencia del discurso político de Rowling. Es un discurso transfóbico, enfocado en pintar a las mujeres trans como hombres perversos y depredadores, que invaden espacios femeninos y quitan la voz a las “verdaderas mujeres”, como infiltradores del patriarcado. A los hombres trans los retrata como mujeres confundidas que buscan huir de la vulnerabilidad de su propia femineidad para alcanzar el privilegio masculino, carentes de agencia propia, infantilizados cuando no son ignorados en su totalidad. Es un remanente ideológico del lesbianismo político de la segunda oleada del feminismo, y de sus ideas de determinismo biológico que suponen a todo hombre como agente inevitable del patriarcado y enemigo inherente de la mujer.
Uno de los problemas más grandes de un feminismo trans-excluyente es que se centra en la pureza del individuo, reduce a la mujer a sus genitales y su aparente femineidad. Aunque tiene sus orígenes en el feminismo de segunda oleada, sus tintes esencialistas y autoritarios encierran a sus proponentes en una fantasía fascista, dónde el enemigo son supuestos hombres infiltrados en lo femenino, y que deben ser expulsados a toda costa. Es una ideología que retrata a los hombres como abusadores sexuales, monstruos sádicos o tiranos controladores, incapaces de actuar de otra manera. El problema de tratar a los hombres como monstruos, fuera de que pueda ser discriminatorio, es que nos absuelve de la culpa cuando violentamos a otros, porque describe nuestras acciones como una realidad inevitable de nuestra naturaleza, no como un contenido de nuestro valor o carácter. También infantiliza a las mujeres, porque las describe como incapaces de prosperar en presencia de los hombres.
La ideología “crítica de género” motiva a unas mujeres a juzgar a otras, a calificar que tan femeninas se ven porque siempre están en busca de estos supuestos hombres que infiltran sus espacios. Cualquier mujer que sea identificada como demasiado masculina es violentada, independientemente de ser trans o no, porque juzgar mediante la apariencia es una solución carente de sentido que proviene del privilegio patriarcal que otorga la belleza, cuyo verdadero propósito como toda ideología
adyacente al fascismo, es crear a un enemigo, aunque sea imaginario, con tal que justifique una violencia de cinesia constante. El esencialismo, la identidad de grupo, el determinismo biológico, la pureza estética y la búsqueda constante de un enemigo que justifique todo lo anterior son elementos comunes de cualquier movimiento fascista como el nazismo y su supremacía racial, son los elementos fundamentales de cualquier forma de opresión, ya sea racial, cultural, económica, sexual o de género.
Harry Potter es una ficción que le pertenece a los marginados, a aquellos que tuvieron una adolescencia difícil o que poseían cierta torpeza social, a los ñoños y a los parias, a los raros o los rechazados.
No exactamente a mí quizás, pero sí a gente como yo, por lo menos esa es mi experiencia. Y justo por eso no es raro el darse cuenta de que muchos adolescentes torpes e inseguros se convirtieron en adultos valientes, sensibles, carismáticos y seguros de sí mismos, y quizá sólo fueron torpes en su momento porque estaban descubriendo su sexualidad o su identidad de género en un mundo hostil ante esas posibilidades. Y no es raro el descubrir que ahora esos millennials cuir o LGBTQ, se encuentren decepcionados y heridos por la retórica de Rowling, cuando se convencieron de que esos libros los escribió alguien cuya prioridad luchar contra la discriminación y la aceptación de aquellos que la sociedad juzga diferentes.
He escuchado a mucha gente, que apelando nebulosamente a La Muerte del Autor de Roland Barthes sin siquiera haberlo leído, asegura que debemos separar al arte del artista, que podemos consumir sin culpa cualquier producto cultural mientras no pensemos en sus creadores, por más crueles y dañinos que sean. Que ningún consumo es ético bajo el capitalismo y por tanto podemos ignorar nuestros principios y valores siempre que sea conveniente, pero yo me niego a creer que esa es la solución.
Alejandro Gonzáles Iñárritu dijo alguna vez cuando estaba promocionando Birdman, que los superhéroes son violentos y de esencia derechista. Alan Moore, escritor de cómics y autor de Watchmen y V for Vendetta, en una entrevista con The Guardian aseguró que los filmes de superhéroes son precursores para el fascismo.
Es una idea interesante la de las películas de Marvel y DC, la de que sólo ciertas personas privilegiadas, que poseen poderes exclusivos pueden acabar con el mal, que sólo ellos pueden decidir el eje moral de los mundos que habitan, donde los poderes sobrenaturales o incluso la violencia enfocada ofrecen soluciones simples a problemas complejos. No considero que Iñárritu o Moore se encuentren equivocados, es cierto que los superhéroes, sobre todo cuando se utilizan sólo como vehículo de entretenimiento tienen muchos elementos proto-fascistas. La pregunta relevante entonces no es si hay elementos fascistas o no en nuestro entretenimiento, arte y demás productos culturales, sino más bien qué debemos hacer al respecto. Como generaciones jóvenes buscamos constantemente escapar de un mundo que nos oprime mediante la fantasía y el escapismo, pero quizás la respuesta no es escapar a través de las fantasías que provienen de ese mundo opresor, por lo menos sin juzgarlas de manera más crítica y consciente.
Harry Potter es una historia cimentada quizá en el folklor mitológico británico y la idealización de la estética preindustrial europea, pero más que nada en la autoritaria sociedad inglesa y su eterno status quo. Harry vive en un mundo jerárquico e intolerante, segregado entre una raza superior y una inferior, una que posee magia y una que no. Muchos de los brujos en Hogwarts son abiertamente racistas, pero son sólo los mortífagos, que arriesgan el exponer el mundo secreto de los brujos mediante sus deseos genocidas los que son abiertamente repudiados hasta dónde el decoro inglés lo permite.
Harry es un espectador pasivo ante la mayoría de las injusticias del mundo en el que vive, sólo actuando contra ellas cuando lo afectan directamente a él o a sus amigos, o para buscar sobrevivir, nunca para crear cambio. Su sueño es volverse un auror, y por lo mismo volverse parte del sistema que creó a monstruos como Voldemort en primer lugar. La muerte del mismo Voldemort no es resultado de la revolución, sino la consecuencia de un procedimiento burocrático no realizado, de una tecnicidad. Al morir Voldemort por su propia mano, argumenta en contra de la necesidad de cualquier movimiento de cambio o revolución. Voldemort primero perturba y luego repara el status quo por sí mismo y Harry es solo un participante involuntario en la historia de Voldemort.
Hogwarts y la Inglaterra en la que reside no son un mundo abierto y tolerante que lucha contra la discriminación, son un mundo mediocre que pertenece a los privilegiados, un mundo que hace el bien sólo para evitar el cambio súbito de su realidad y evitar las posibilidades aterradoras que traería para ellos el fin de la segregación. Harry no es un héroe, sólo es un joven cuya empatía es ligeramente mayor que la de la gente que lo rodea y que tiene la suerte de pertenecer a la raza que su sociedad fascista ha nombrado superior. Sus logros en su mayoría no provienen de sus principios o sus creencias, sino que son resultado del dinero y el renombre que heredó al nacer o de pura suerte.
Fuera de Dobby no pone demasiada importancia en la esclavitud de los elfos, ni en la discriminación contra los muggles que no es extremista o no afecta a sus seres queridos. Harry nunca actúa, sólo reacciona, es una figura central en la lucha contra el racismo extremo sólo porque es el objetivo de Voldemort, no por convicción propia, es un activista incidental. Hogwarts es el mundo fascista perfecto, dónde la otredad que es oprimida y menospreciada, aquellos que nacen sin magia, no están enterados de su sumisión y parecen no perder nada por vivir discriminados y segregados. Es un mundo dónde la magia, tal como los privilegios de nuestro mundo real, sólo existe para el uso de aquellos que la poseen, no es una herramienta de empatía sino de supremacía justificada.
Disney, Marvel, Star-Wars, Harry Potter, existe toda una generación que se define a través del conformismo de la cultura mediocre que se ha acostumbrado a consumir, me incluyo en ello. ¿Pero cómo esperamos cambiar nuestro mundo si nos perdemos en fantasías tan grises e indiferentes como nuestros contextos? ¿Cómo pretendemos luchar contra el autoritarismo, la ignorancia y la injusticia si consumimos productos que los alimentan? Si nuestros superhéroes idealizan al exceso de poder, la violencia y el machismo y cosifican a la femineidad, si nuestras historias fantásticas se mantienen indiferentes ante el odio y la discriminación, si sólo consumimos la representación artística del marginado cuando nos apetece estética y eróticamente, es imposible argumentar por un mundo mejor. Quizás merecemos mejores ficciones e historias más humanas, un arte más compasivo y abierto. A veces no podemos separarnos de estos productos culturales tan fácilmente, porque es gracias a ellos que soportamos ser un engrane más de una sociedad cruel e indiferente, que soportamos la pobreza, la depresión o el cansancio. Pero tal como en la ficción, no podemos mantenernos pasivos ante la necesidad de cambio de un mundo que pide transformación.
El 11 de febrero de este año, Brianna Ghey, una jovencita trans de 16 años fue asesinada a puñaladas mientras paseaba por un parque en el condado de Cheshire, Inglaterra. Dos adolescentes de 15 años fueron detenidos en relación con el delito y se cree que fue un crimen de odio. A la vez, Hogwarts Legacy rompe récords de ventas y las regalías y la fama sólo aumentan la ya considerable influencia y riqueza de J. K. Rowling. Rowling no es sólo una mujer de opiniones controversiales, es una mujer que dona a organizaciones transfobicas, cuyas palabras son citadas por políticos de ultraderecha, que se alía con personajes fascistas y antifeministas con el sólo propósito de aumentar el alcance de su transfobia. Su enfoque no está en el bienestar de la mujer, sino en la marginación de la gente transgénero y su futura desaparición.
Son voces como las de la autora de Harry Potter las responsables del homicidio de esta jovencita y de la muerte de muchas otras personas. Hubo medios que reportaron la muerte de Brianna como la de un jovencito, faltando el respeto a su identidad incluso en la tragedia de su muerte. Podemos ser más que la carne que nos compone, si nos permitimos nacer otra vez. Añoro el día en que nadie tenga que justificar sus preferencias, su manera de expresarse ni su identidad, que podamos ser y amar a quien queramos sin que nadie nos juzgue por existir de manera diferente, añoro que lo marginado desaparezca y se disuelva en normalidad. En la vida real no hay reglas mágicas convenientes para deshacerse de villanos como Rowling, son ellos los que tienen el poder, la riqueza y la influencia, en la realidad no existen los superhéroes. Nuestra mejor arma en contra de la crueldad y la injusticia es la compasión constante, la generosidad insistente, la apertura a aprender y escuchar y la oposición vocal y perpetua ante humanos inhumanos como J. K. Rowling, die führerin, hasta el día que el desaliento se transforme en revolución.
UN COSTILLAR
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo."
Juan 1:29
Los bodegones o naturalezas muertas han sido géneros ampliamente utilizados en la Historia del Arte, siendo muchos de ellos probablemente los protagonistas de nuestras paredes en las cocinas, junto a una Última Cenaen el caso de los hogares católicos. Presentes en la cronología y la línea recta con la que tradicionalmente se determina la temporalidad, los bodegones han sido frecuentemente obras en donde la ostentosidad es punto central de relevancia. Una muestra en la que se presenta la frescura y vanidad de la vida que se mantiene en pausa entintada en óleo, aunque lo que resta por fuera del bastidor continuará por descomponerse. Curioso es el caso de dos bodegones con 200 años de diferencia, con las que me topé sin querer buscar ninguna de las dos. Francisco de Zurbarán y su tocayo Francisco de Goya compartieron un concepto en convivencia que aparentemente no surge de la misma idea.
Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente. Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.
Éxodo 29: 38,39
En 1640, Francisco de Zurbarán pinta al cordero de Dios en la obra Agnus Dei, atado de patas en una escena tenebrista, fría y empapada de la soledad que rompió con el carácter alegre y vanidoso de las anteriores naturalezas muertas Si bien en ejemplares previos se mostraban animales muertos, Zurbarán corrompe el género arrebatando la libertad del animal que simbólicamente nos otorgará el verdadero perdón, presenta lo nunca antes visto, una osada imagen de un sacrificio distinto a la crucifixión. El cordero destaca por ser el primer y unico verdadero plano en la pintura, captando toda cantidad de luz posible, entendiendose a partir de su ente sacralizado Martirizado y totalmente entregado, el animal permanece vivo ante un género que promete su muerte, la naturaleza, detenida condenada a morir.
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isaías 53:7
En 1804 (c.a) Francisco de Goya pintó Trozos de Carnero, muy probablemente atribuida a la temática mortal de la guerra de Independencia Española vivida en la segunda década del siglo XVII. Un bodegón igual de sombrío y tenebrista, con un toque de macabro que carece el anterior, probablemente suavizado por el pelaje del animal. Un carnero ya muerto, decapitado y desollado, listo para venderse por kilo. Se tiene la teoría de que este mismo animal, simboliza los cuerpos humanos que fueron despojados de vida durante la guerra. ¿Qué es el humano sin el animal, si no son uno mismo? Francisco de Goya no utiliza al Carnero como imagen viva del martirio de Jesucristo, mucho menos parece acercarse a la temática religiosa, sino que pinta una escena, de una naturaleza muerta. Verdaderamente muerta.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra
Apocalipsis 5:6
Me he encontrado con ambos cuadros, alejados por una distancia histórica de 200 años, y muchos conflictos bélicos. Mucho atrevimiento y comprensión bíblica entre ellos y yo. Me atrevo a decir que las obras son hermanas entre sí, que parecieran haber sido un espejo de la otra, una máquina del tiempo en donde nos recuerda la perecedera carne que se ha vuelto vehículo de nuestros huesos.
¿Qué sería de nuestros huesos sin la carne?
DOS MÁS UNO
Fernando SalasQuizá si jamás nos hubiéramos visto otra vez hubiéramos podido ser amigos. Pasar del fuego que quema al que acompaña en invierno. Contarnos cuentos, leernos libros, siempre con una secreta nostalgia y un suspiro de por medio. Asumir nuestras distancias. Quizá siempre hubieras pensado que querer es poder, y yo, que no es tan fácil como suena. Y con tanta tierra de por medio, con esa satisfacción nos hubiéramos quedado.
Pero el amor se parece mucho a la vida, por más iluso que sea y a veces no lo quiera ver. Sí, los dos son enormes promesas. Pero vivir es esto que vemos, y amar también. Cuando hablamos por primera vez después de meses me sentí tan aliviado de que para siempre no fuera tan largo. Luego un par de días después me contaste que venías a México. ¿Ah sí? Qué gusto, dije ocultando la emoción, que me duró los treinta segundos que tardaste en decir que después te ibas a Argentina unos meses. Tal como la historia del granjero chino, la buena y la mala suerte duran un instante.
Acordamos que vernos sería una mala idea, que quizá mucho de lo que sentimos brotaría otra vez, y que sería tonto. Lo que nos llevó a querer vernos y buscar la fecha para hacerlo.
Me dijiste dónde te quedabas, luego me pediste que llegara el jueves en la noche en vez del viernes en la mañana. Y cuando me recibiste en la puerta hicimos como si fuera un día más. Me recargue en ti cuando nos sentamos en el sillón, y me preguntaste si seguía siendo tan malo para los primeros besos. Mujer. Te recuerdo encima de mí, y luego en tu cuarto, iluminado por las dos lámparas. Hacía frío, te quité la ropa y en silencio te hice el amor.
Recuérdame por qué terminamos, te dije mientras te abrazaba. Al otro día salimos a desayunar, y luego buscamos un parque. Y en el parque, una ladera. Y en la ladera, claro, un prado en el sol. Nos acostamos un rato. Había otras parejas por ahí y nos pusimos a verlas, y nos pusimos a vernos. A susurrarnos. A tomar videos que te quedaste y que no me vas a dejar ver. A calentarnos. Nos quedamos dormidos bajo el sol.
Hacerte el amor. ¿Por qué ya no puedo hacerte el amor? ¿Por qué ya no puedo quitarte la ropa y lamerte y tomarte y hacerte el amor? No sé quererte, es cierto. Sé hacerte el amor, sé hacerte venir, sé hacértelo rápido porque no te gusta lento. Pero no sé cómo amarte. Y tan lejos menos.
Otro día fuimos a la Roma. Caminar tomados de la mano. Decirte mi amor otra vez. Cuánto caminamos Frida, todas las calles de Mérida, de Oaxaca, de Puerto no porque hacía mucho calor y rentaste una scooter, de la Ciudad de México. Y sin embargo algo me tiene jodido. No me deja amarte, me dice que no. Una intuición estúpida, la misma que de otra mujer me decía que sí, que sí que sí que mil veces sí y cualquier día en cualquier lugar. La misma intuición estúpida que me llevó al precipicio, pero que no sé ignorar.
Y de ahí fuimos al lago de Chapultepec y nos sentamos en una orilla tranquila, y compramos lo que la gente pasaba a vender. Y me hablaste de tus papás y te hablé de amor. Dios mío, en esta casa siempre hace frío. Ese día no hacía, pero iba a hacer. Y tú llevabas una camisa para cubrirte y yo llevé mi sudadera. Y cuando bajó el sol te la di, porque tu camisa no iba a ser suficiente. Si a mí me queda grande, a ti más, pero siempre me gustó verte con mi ropa. Y también verte sin ropa.
De regreso comimos por la casa, ya en avenida Mazatlán. Unas hamburguesas carísimas. Me acabé la tuya, como siempre. Y regresamos a la casa con Nicky. Pero tú querías salir desde que llegué, y fuimos a Caimán. Estábamos en un bar, qué más iba a hacer.
Nos pusimos a hablar y hablar, a ver gente y a vernos. A tomar mezcal con pepino. Y a hablar de amor. Te pregunté si estarías en una relación en la que tu pareja cogiera con alguien más, y me dijiste misa y no sé qué. Yo te dije que ya no, que creo que ya no estaría en una relación así, que quería algo como más normal. Y te sorprendiste. Pero es que pensaste que estábamos hablando de nosotros y yo estaba hablando al viento.
Regresamos a la casa en silencio. No había pensado en regresar, honestamente no. Te ibas a Argentina, y algún día volverías a Estados Unidos. Yo nunca he salido del país, estoy trabajando por cuatrocientos dólares al mes y en mi casa no entra luz. Te dije que quería estar contigo pero no lo dije convencido. Lo siento. Luego apagamos la luz y cogimos de la forma más triste que he cogido. Terminamos y fui al baño a verme al espejo. Regresé y no podía creerlo. Esto no era de nosotros. En algún momento nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente la noche se había llevado algo de esa tristeza. Cuando vimos ya estábamos desnudos otra vez, yo dentro de ti, muy lento como por media hora porque Nicky y el ratón no se habían ido. Y cuando se fueron empezamos a jugar. Cogimos a oscuras una hora o dos.
Ojalá el tiempo se hubiera detenido. Luego salimos por un cinnamon roll y nos lo comimos a medias en el parque México, porque ahí terminamos otra vez. No querías volver a verme. Regresamos a la casa en silencio, a mediodía. Antes de irme me hiciste decir que no podría quererte como tú querías. A la fecha no sé exactamente a qué te referías, pero es cierto. Lo dije. Me levanté. Te abracé aunque ya no querías. Y me fui.
Algo de mí está contigo. Es cierto, no sé quererte. Tienes toda la razón, y lo sé porque alguien hizo lo mismo con mi amor. Es una cosa muy grande y alguien lo despreció. Yo hice lo mismo con el tuyo. Y ni tú ni yo nos merecemos eso, pero en la vida nada se trata de merecer. Lo siento mucho. Te escribí un correo diciendo que si algún día querías que fuéramos amigos te dejaba la puerta abierta. Quizá no vuelva a saber de ti en mucho tiempo. Recién se cumple un año de que nos conocimos y unas semanas de la última vez que nos vimos.
Te voy a extrañar, bichito.
ODAPARA una imaginación exuberante
Letras… letras, demasiadas que forman palabras, las cuales atiborran las hojas que tengo a la mano, no puedo dejar de escribir, mi imaginación fluye más rápido que un río en temporada de lluvias Mis manos tratan de seguir el agitado ritmo de mi imaginación lo mejor que pueden…
Todo interrumpido por la demandante voz de mi jefa – ¿Qué te he dicho sobre escribir tonterías en horas de trabajo?, deja tus cursilerías y ponte a trabajar– con un jalón inesperado extirpó la hoja mientras ésta dio un grito desesperado de ayuda sabiendo cuál era su fin Terminar estrujado y a punto de morir en la desesperación del olvido de la basura. Un final deplorable para tal obra de arte compuesta por mí. Despreciada, así me sentía en esos momentos. No sé cómo es posible que la gente considere la lectura un aburrimiento y prefiera estar en el sillón admirando el absurdo televisor. Un libro te puede llevar a lugares imaginarios y maravillosos o puede conducirte a tu peor pesadilla, totalmente una experiencia magnífica
¿Me está escuchando la srta. Evans? – cabizbaja hice un ademán indicando ' no ' . Apuntando a la salida entendí lo que trataba de decir con su lenguaje no verbal… Estaba despedida. Entendí lo que sintió la hoja de papel en la basura, ya no servía para sus intereses. Con un arranque de enojo tomé de la basura la arrugada y moribunda hoja de papel y salí huyendo de la oficina. Corrí, lo más rápido que pude, me sentía en una de mis historias, el viento golpeando mi rostro, desarreglando mi cabello. Y sobre todo siendo libre.
Libre de las ataduras que me mantenían en esa ciudad. Llegué a mi casa y tuve la determinación de no volver nunca a la ciudad, empaqué sólo una muda de ropa, mi máquina de escribir y traje conmigo todo el dinero que poseía. Arribé a la parada de tren, adquirí un boleto a una parada cerca de un bosque.
Cansada del agotador día, soñé. Soñé con mundos increíbles que iban más lejos que la imaginación de un humano común. Siempre me había preguntado qué sería de mí si un día desapareciera de la faz de la tierra. Mis amigos, compañeros y familiares… ¿me extrañarían? ¿se olvidarían de todos nuestros recuerdos? O ¿simplemente fui una persona más en este mundo, sin importancia?, ¡Qué más da! Tal vez el hilo rojo del destino tenía otros planes para mí. Además, yo nunca fui de aquellas personas que permanecen en un lugar para siempre.
Llegué a mi parada. Toda oscura y solitaria y sin más preámbulos me adentré en el bosque como la luz del ocaso que trataba de llegar a las hambrientas raíces de los árboles. El aire fresco y puro saturaba mis pulmones acostumbrados al aire sofocante y tóxico. Sabía que éste era el lugar, aquí pertenecía, mi naturaleza humana se sentía identificada con la vida que me rodeaba. Cerré mis ojos, extendí mis brazos y exhalé profundamente. Tomé mi computadora, sentí cómo fluían las ideas a mi cabeza. Analizándolas, abrí mis ojos y supe qué escribir…
Letras… cada vez más letras, demasiadas que forman palabras, las cuales saturan las hojas de papel, ésta sensación es incontrolable, no puedo dejar de escribir, mi imaginación fluye… no… vuela más rápido que un águila tratando de atrapar a su presa. Mis manos siguen el ritmo de mi imaginación como si fuera música. Esas letras crean palabras, las cuales crean historias, que estarán en el bosque de mi imaginación.
LATUMBADELAS MARIPOSAS
IV
¿Oh qué será?
(Buena Willie ) :
“El único gesto es creer o no, algunas veces hasta creer llorando”
¿Qué será de nosotros cuando nadie más sepa de estos días? (nosotros, los últimos hijos del siglo) ¿Qué será de las victorias y desgracias? es lo desconocido el impulso ferviente que nos revienta a continuar nuestra vida
Vaya que la fugacidad puede impactar lo compacto de los recuerdos que en pestañeos los meses y las décadas se pierden los días más intransigentes rebotarán en algún proceso neuronal futuro
Las perspectivas construyen realidades el dinero enferma entonces
Gástalo ¡¡¡
“This is real shit, not a drill”
El odio está en las pequeñas cosas cada acción en la cadena de producción tiende a perpetuar un crimen contra nosotros mismos
“En la diversidad está la vida”
Los ojos dilatados que miran al tren reaparecer de las entrañas emergiendo desde un punto de fuga que almacena el pasado y dispara el presente, los faros proyectan sobre la retina el placebo del espectáculo
Nunca nadie les enseñó a parar ¿Acaso nunca nadie discernió de la aplicación misma del trabajo?
Los budas beatniks que navegan como los campeones fantasma sobreviven sin relojes, dentro de los grandes cubos blancos ocultos por la médula espinal de la ciudad
Los laberintos son 360 grados entre las metrópolis que retratan a Dante o Matisse convergen lenguas y cuerpos entre letras y cuervos
Perderás algunos trenes de la estación esperarás las puertas para escabullirte o agradecerás al desconocido por abrirlas
La tumba de las mariposas
Todo lo que es ahora nunca volverá a ser igual aquel sueño que se plantea en la memoria como irreal pesa y sosiega la respiración
La división de caracteres dentro la matriz central de nuestras decisiones son 2 deseos diferentes en una misma boca
Una media luna quema las nubes dormimos entre las hormigas los alacranes hacen cosquillas con su aguijón sobre la planta quemada de tus pies
Las palabras no serán suficientes para el perdón de algunos crímenes las palabras aún no han sido suficientes para parar nuestro llanto hasta el lenguaje tiene límites
Se van los muertos
“¿Acaso no escuchas ladrar a los perros?”
Eres los días en los que tuve fe
idilios soleados, caminaré hasta Cintalapa hasta un nido de grullas (sople las nubes sobre sus mejillas) me llevaste a conocer la ensoñación
Pobre caracol ciborg corre desesperado en el loop indefinido de la pausa huyendo de las gotas de lluvia salinizada colores pastel pasmados sobre un aura dulce
Quizá fue mi presencia la que hizo perecer todas las mariposas que me han rodeado dentro de este trópico lúdico verano eterno descontrol bizarro
Existen adioses que contienen tanto que no cabe en una sola palabra porque preferirían ir del otro lado del remitente
Tuve que ir al Pacífico a escupir mis culpas mis penas lava tus pies una vez más con tinta la odisea a la tumba de las mariposas vio perecer aquella luz escarlata de un orquídea en mayo
En mi último sueño te abracé miré a mi espalda todo se evaporó se quedan aquí para ti mis mejores requiebros “mis mejores pregones”
Sobrevivirás por gracias y magias que aún no entiendes agradecido hasta la piel
(Tenía más versos pero los perdí en mi memoria) ¿Quién hizo este lugar?
Algunas voces se desvanecen en el tiempo y el hablar otras las mantenemos en el tórax siempre
Epílogo
Las cosas nunca dejan de cambiar… …O eso piensas tú… Qué acaso nunca sucederá la perpetuidad?
Mis desencuentros con los finales han alargado este desenlace a propósito pero este lugar/momento se ha ido ya...
Una mariposa color rayo de sol apareció desde otro mundo voló por toda La Izola Zero principio y final de este laberinto fúnebre vestido por los colores del mundo los altos muros fueron despedidos por esa preciosa Lepidoptera amarilla perlas reposar sobre el cráneo de cristal
tomó cientos de palabras llegar aquí sobre/vivir una vez más hemos sentido hemos amado
“Every emotion been deprived even my strong points couldn't survive f I didn't learn to love myself, forgive myself a hundred times”
Aquí ya no hay más pausas a pesar de querer poner una raíz en estas tumbas vamos directo al final
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Artistas y Escritores
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