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Prólogo
Ciudad de México. Serpiente de nubes. Edificio F-10 hasta lo aéreo, es decir: departamento 44, último piso. Código postal 1480 con un cero a la izquierda. En este domicilio un colibrí se asoma diariamente a la ventana para inventar el día desde el zurdo estallar de la vidriera.
Fragmento del poema “Primera Carta”, del panameño Ramón Oviero, vecino de Plateros por 20 años, huyendo de la persecución política en su país
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Plateros es una Unidad Habitacional diseñada para unos 30,000 habitantes, ubicada en la Alcaldía Álvaro Obregón en la Ciudad de México. Ahí crecí y vivo actualmente. Cuando niño fui muy feliz aquí, sintiendo gran cariño y orgullo por este lugar. La Unidad tiene una vida rica y compleja con méritos propios por su naturaleza, por su arquitectura, pero sobre todo por sus habitantes. Sin embargo, al crecer me di cuenta de que la Unidad es percibida por muchos como un entorno malsano, inseguro y triste, incompatible con mis recuerdos y los de muchos amigos y vecinos. Dediqué cerca de 10 años a investigar por qué. En 2016 la Universidad Autónoma Metropolitana me dio la oportunidad de publicar un texto con mis hallazgos. Ahora con este nuevo texto, más corto, corregido y mejorado, pretendo respetuosamente actualizar esa memoria en las nuevas generaciones de platerenses, y proyectarla al futuro. De hecho, creo que la historia de Plateros es una sucesión de vislumbres de porvenir. Agradecemos a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México por el apoyo a este proyecto comunitario y participativo, que es la culminación de un proceso de más de 10 años de investigación. Eduardo Flores Castillo, 2020