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Llegamos a Plateros

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Plateros y Oriente

Plateros y Oriente

Arturo Diaz Rico Era el año 1968, vivíamos en la colonia Romero Rubio muy cerca del aeropuerto de la Ciudad, mis padres rentaban una pequeña casa conformada por una recámara, sala comedor y cocina, el baño está afuera. Al mudarnos a Plateros lo primero y más hermoso que recuerdo es la vista desde la ventana, de noche podíamos ver los alumbrados del Estadio Olímpico Universitario (Estadio México 68 o Estadio de C. U., construido en 1952) y del estadio Azteca (su construcción en 1962 como parte del proyecto para obtener la sede de la Copa Mundial de Fútbol de 1970. Fue inaugurado el 29 de mayo de 1966), de mañana la cúpula del Palacio de los Deportes (Construido para los esperados Juegos Olímpicos de 1968), los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhualt los cuales, en invierno se vestían de blanco debido a la nieve que los cubría. Es de noche estoy frente a la ventana, logro ver a lo lejos una pequeña luz roja intermitente, va descendiendo de sur a norte, me tiene maravillado, es una noche tranquila, sin ruido, solo escucho algunas sonrisas y comentarios de mi hermano y un primo, preguntan ¿qué ves tan insistentemente? ya ni juegas con nosotros. Es un avión respondo, está a punto de aterrizar. ¿Se imaginan, cuantas personas llegan en él, cuantas historias, de dónde vienen, viajan por trabajo o por gusto, regresan de unas vacaciones, de una playa, de otro país o de algún estado de la República Mexicana? Actualmente un enorme y hermoso árbol nos tapa la vista de la cúpula del Palacio de los Deportes del aeropuerto internacional “Benito Juárez”, la bodega Aurrera y los edificios de Centenario 300 obstruyen la vista de los volcanes, Estadio Olímpico Universitario y el Estadio Azteca. La ciudad creció muy rápido y frente a nuestros ojos, solo contamos con nuestros recuerdos.

¡Me gusta vivir en Plateros, me siento seguro en Plateros, Plateros es mi hogar!

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