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Recalculando

Debe, por el contrario, dar paso a un poderoso sistema coordinado de causa-efecto, en que cada objetivo sea respaldado por políticas públicas, regulación, inversiones y alianzas con sociedad civil y sector privado.

Estamos a tiempo de recalcular modelos en busca de que el Futuro sea el feliz resultado de un proceso planeado y no la mala consecuencia de la casualidad.

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La pandemia debe ser un poderoso llamado de atención en favor del Humanismo y de ver esto reflejado en la acelerada transformación de nuestras ciudades y comunidades.

Y esto tendría que ser la esencia de los ajustes que hagan posible una política de vivienda que en verdad tenga capacidad de alcanzar a todos los segmentos de población, lo que implica urgentes transformaciones en los planes de desarrollo urbano, en las inversiones en infraestructuras y en la arquitectura de modelos de credito y subsidio a la vivienda capaces de atender las necesidades de todos los segmentos de población.

LO FANTASMAS DE LA VIEJA NORMALIDAD

Conforme pasan los meses se hace cada vez más evidente que estamos

inmersos en un proceso de transformación que en muchísimos ámbitos, más que provocado, solo ha sido acelerado por la pandemia.

Y es que si bien es cierto que todos extrañamos la vieja normalidad, también lo es que hay cosas de ella que nos queda claro que hace tiempo tendrían que haber cambiado y que dificilmente volverán una vez que haya pasado todo esto.

Es evidente que Viviendas y Ciudades tendrán que cambiar… Es más, hace tiempo tendrían que haberlo hecho y no solo en respuesta a la pandemia, sino porque se había llegado a un punto en que con los modelos existentes sería difícil dar respuesta a nuevos retos.

Es momento de reconocer que de cara al futuro es fundamental cambiar la forma en que pensamos, planeamos y hacemos Viviendas y Ciudades.

No se trata solo de que Viviendas y Ciudades respondan a los retos que ya tenían antes de la pandemia, sino de reconocer esos retos y asumirlos como parte de una respuesta cuyo objetivo esté puesto en el papel que esas Viviendas y esas Ciudades tendrán que cumplir en la construcción de un futuro justo, incluyente, sostenible y sustentable.

Porque es evidente que no son las Ciudades ni las Viviendas las que están cambiando…El cambio, un cambio radical, acelerado y necesario, está pasando en la forma en que las sociedades llevan a cabo las diferentes actividades que definen su cotidianidad y la forma en que por múltiples razones, también esa cotidianidad está cambiando.

El cambio se está dando en la forma en que trabajamos, consumimos y entendemos el papel de las viviendas y sus entornos complementarios.

El cambio se está dando provocado y arrastrado por la tecnología y la magia que representa el uso inteligente de los datos.

Por eso el cambio tiene que darse a partir de la transformación de los modelos de planeación, de las formas de construir, de los modelos de financiamiento y de los esquemas de diseño de viviendas, barrios y sistemas urbanos.

Porque el hecho es que hoy, después de un año viviendo en pandemia, entendemos diferente el papel de una vivienda.

Entendemos diferente el significado de una oficina, de un centro comercial, de una calle, del transporte público o de un edificio catalogado.

Entendemos diferente la razón de ser de una ciudad…

Más vale que reconozcamos la necesidad de dar respuesta a necesidades de vivienda que ya no caen en los modelos tradicionales.

Más vale entender que no hay futuro si Viviendas y Ciudades se siguen

haciendo excluyentes y en lugar de ser solución se convierten en parte muy importante del problema.

Es tiempo de pensar en el futuro que queremos y de trabajar para construirlo, reconociendo el papel que deben tener Viviendas y Ciudades, modelando sistemas que permitan generar funcionalidad, justicia, inclusión, sustentabilidad y sostenibilidad.

CAPACIDAD DE DECISIÓN

Si alguien preguntara, ¿cuál es el mayor logro histórico registrado en México en materia de vivienda?, la respuesta tendría que ser, porque no hay nada que lo supere, el haber dado a una parte importante de los trabajadores del país, la capacidad de elegir la casa que mejor responda a sus necesidades y posibilidades…

Por supuesto, eso no hubiera sido posible si a lo largo de las décadas recientes no se hubiera construido un poderoso sistema de vivienda con capacidad de generar soluciones -inmobiliarias y financieras- con capacidad de dar respuesta efectiva a las necesidades y posibilidades de una parte importante de población.

Hay que decir que este sistema está poderosamente anclado en organismos nacionales de vivienda tan importantes y sólidos, como Infonavit, Fovissste y Sociedad Hipotecaria Federal, y que estos tampoco serían lo mismo, sin el complemento de la banca comercial y de otros intermediarios financieros privados, sin la existencia de una gran industria generadora de insumos para la construcción y la experiencia, capacidad instalada y solidez financiera de los desarrolladores inmobiliarios.

Lo dicho… Esto es UN SISTEMA…

Y claro, si la pregunta fuera, cuál es el mayor pendiente que queda a México en materia de vivienda, la respuesta debiera ser que todo lo logrado sigue sin ser suficiente, y que aún quedan por atender millones de mexicanos que por su tipo de empleo, nivel de ingresos, lugar en que viven o características de sus requerimientos de vivienda, no han podido ser atendidos ni por los organismos nacionales, ni por la banca.

Se han tenido avances enormes… Pero para ponerlos en su justa dimensión, se necesita hablar también de todo lo que queda por hacer para atender, por ejemplo, a quienes militan en la economía informal, viven en comunidades rurales o tienen ingresos tan bajos, que los marginan de la posibilidad de tener una vivienda adecuada.

Pero los pendientes, por grandes que sean, no quitan peso a la trascendencia del derecho a elegir al que tienen acceso buena parte de los mexicanos.

Derecho a elegir hecho efectivo a través de opciones adecuadas, tanto financieras, como inmobiliarias.

Hoy un trabajador sabe que puede usar su crédito hipotecario, sea de Infonavit, Fovissste o cualquier banco, para comprar una vivienda nueva o usada… Pero también, para construir o remodelar, e incluso para pagar otro adeudo hipotecario.

De ahí la importancia de fortalecer esa invaluable capacidad de decisión, actualizando con toda oportunidad los marcos normativos con que operan tanto Infonavit y Fovissste, como la banca comercial, en busca de profundizar más en una diversificación de productos y en modelos de atención que permitan atender en forma más transparente, completa y eficiente, las necesidades de los mexicanos.

El reto está en que esa transformación no se desvíe y responda al espíritu de los objetivos que se buscaba alcanzar.

Que responda con claridad a la necesidad de que los trabajadores mexicanos puedan usar sus créditos para atender sus necesidades de vivienda en la forma que mejor les convengan, protegiendo al mismo tiempo la solidez financiera de ambos Fondos nacionales de vivienda y del sistema bancario.

Bien por hablar de combatir el coyotaje…

Pero cuidado con considerar siquiera temas como la posibilidad de otorgar créditos a quienes no tienen trabajo y en consecuencia forma de pagarlos.

Habrá que seguir con mucha atención los resultados de las Reformas recientemente aprobadas a las Leyes que definen la operación de Infonavit y Fovissste. Porque además de marcar el destino de los mayores fondos hipotecarios del país, marcará también precedentes importantes que veremos reflejado en el futuro de las políticas de vivienda y de los fondos de pensiones… Que no es cosa menor…

URGEN PLANES DE VIVIENDA LOCALES

En el promedio, y en línea con lo que está pasando en toda actividad productiva, el sector inmobiliario pasa por un momento muy difícil… Pero con sus asegunes… Y reconociendo que el análisis no se limita a considerar blancos o negros, sino que implica toda la gama de grises y matices que se puedan registrar.

Vamos, que los promedios no sirven para entender que el resultado puede variar en función del segmento, mercado, plaza, barrio y producto.

Sobra decir el desastre que se vive en el sector turismo y en todos las regiones que dependen de él.

También es fácil entender lo que han padecido centros comerciales y oficinas, forzados a cerrar durante varios meses y aún hoy, operando en forma parcial, tanto en capacidad, como en horario.

Por su dinámica, el sector menos afectado ha sido el de los parques industriales, con ciclos de negocio de largo plazo, y con una operación basada en inquilinos que responden también a ciclos de negocio e inversión de largo plazo, que les permiten manejar mejor una crisis como la que estamos viviendo.

En cuanto a vivienda el tema es más o menos simple… Se han seguido vendiendo casas (nuevas y usadas) e hipotecas durante la pandemia, con resultados diferenciados según plaza y mercado que nos dicen que las operaciones se concentran en viviendas entre uno y tres millones de pesos.

Pero veamos las causas…

El freno en la venta de vivienda media y residencial responde a la incertidumbre de los posibles compradores, en tanto que la caída en las ventas de la vivienda económica es resultado de la falta de oferta…

Increíble, sobran créditos hipotecarios gracias a la gran labor de las instituciones financieras públicas y privadas, pero se están agotando los inventarios de vivienda, porque la incertidumbre que lleva la pandemia a los empresarios del sector, se agrava como resultado de las dificultades regulatorias que hacen de los gobiernos municipales el principal obstáculo para la producción de desarrollos habitacionales de todos los segmentos y escalas.

De poco servirá una Política Nacional de Vivienda, por muy buena que sea y aún contando con abundancia de créditos hipotecarios, si los gobiernos locales, los estatales, pero fundamentalmente los municipales, no hacen su trabajo y no actualizan sus políticas e instrumentos de desarrollo urbano e implementan programas locales de vivienda.

Urge… Pero en verdad urge, que los gobiernos locales asuman como propios los objetivos de las políticas nacionales que la Sedatu está implementando en materia de ordenamiento territorial, desarrollo urbano y vivienda, y reflejen esto no con buenas intenciones y discursos llegadores, sino poniendo en sintonía sus programas de gobierno, con especial enfasis con aquellos que definen desarrollo urbano y vivienda.

Urgen, del verbo urgir, planes de vivienda locales que retomen los criterios que establece como referencia la política nacional, y que incorporan además las particularidades que responden a las realidades y nececesidades de cada región

Diría el Hombre Araña: “Todo gran poder lleva con él, una gran responsabilidad”…

Pues bien, es tiempo de que los gobiernos locales reconozcan que el gran poder de tener la facultad de definir sus instrumentos de planeacion y conducir con ellos la transformacion de sus regiones y zonas urbanas, implica también la enorme responsabilidad de hacerlo y hacerlo bien.

CIUDAD VIRTUAL

Si aceptamos que las Ciudades no son solo calles y ladrillos, sino que son el complejo sistema de actividades humanas que se realizan en ellas, entonces tendríamos que preguntarnos muy seriamente qué ha sido de nuestras Ciudades en este tiempo en que gran parte de su población ha estado confinada y obligada a no desarrollar, o a desarrollar a distancia, sus actividades cotidianas.

Los meses recientes muchos de nosotros hemos vivido dividiendo nuestro tiempo en dos Ciudades, una, la de siempre, aunque lo hemos hecho de una forma distinta, encerrados en casa y minimizando el contacto con los de “afuera”…

Otra, que conocíamos poco, una Ciudad Virtual que durante los años recientes, cada vez ha ganado más y más importantes espacios en nuestra cotidianidad, aunque, como ahora se nos ha hecho evidente, no nos habíamos dado plena cuenta de lo que esto significaba.

Durante los meses recientes, muchos, los que hemos tenido el privilegio de poder enfrentar la pandemia quedándonos en casa, hemos despertado para “irnos a trabajar” a partir de despertar, tomar un baño y conectarnos a nuestro dispositivo electrónico de más confianza.

A distancia, dijeron, y muy pronto estábamos todos inmersos en todo tipo

de plataformas para trabajar, estudiar, comprar e incluso divertirse, sin salir de casa.

De pronto, buena parte de las actividades humanas que desde siempre habían dado sentido al concepto de Ciudad se hicieron virtuales, alejándonos de esa bendita aglomeración que marca y define muy buena parte de las esencias urbana y humana.

Y no, a pesar de la enorme prueba que este año ha enfrentado el modelo de vida urbana, el hecho es que ni las Ciudades van a desaparecer, ni el futuro está en la Ciudad Virtual que hoy recorremos diariamente.

El futuro sigue inevitablemente ligado a las Ciudades, que deben asumir el reto de una transformación que tome lo mejor que les pueda aportar la virtualidad, pero que siguen enfrentando los retos fundamentales de siempre; cumplir y honrar ante todo su esencia humana, poniendo a la gente al centro de todos los esfuerzos, bajo modelos que privilegien la esencia social, la eficiencia, la competitividad económica y la sustentabilidad.

Ojalá que cuando volvamos a salir a la calle encontremos Ciudades más humanas, que privilegien el encuentro humano y hagan de la eficiencia, instrumento perfecto para perfeccionar la interacción persona con persona.

Ojalá que esto permita focalizar objetivos y hacer mejor uso de los recursos públicos y privados, atendiendo urgentes necesidades en materia de movilidad, plantación urbana, usos de suelo y perfeccionamiento del espacio público.

Ojalá que permita atender mejor las necesidades humanas, creando modelos que permitan generar todo tipo de activo inmobiliario que sea necesario… y de hacerlo dónde y cómo se requieran, buscando generar respuestas para todos los segmentos de población.

Que esta Ciudad Virtual sea parte del proceso de crear Ciudades más HUMANAS.

COVID-19; EL URBANISTA DISRUPTOR

A estas alturas del partido, queda claro que entre las tantas cosas que nos ha dejado la pandemia, destacan dos:

1)La visión cada vez más generalizada de que la meta no puede ser volver a una vieja normalidad que acusaba ya importantes fallas sustanciales, muchas de las cuales estaban haciendo crisis, y

2)El pleno reconocimiento a la importancia del papel que deben tener las ciudades en los procesos de atender las emergencias que nos deja la pandemia y crear esos entornos que permitan transitar a mejores escenarios de futuro, con base en generar calidades de vida, eficiencia urbana, competitividad económica y proteger el medio ambiente.

La pandemia también ha dejado claro que para enfrentar retos de esta dimensión no basta con lo que puedan hacer los gobiernos, sino que es además indispensable contar también con sociedad e iniciativa privada.

Todos tendríamos que reconocer y asumir el reto intelectual de entender y atender las implicaciones de una transformación urbana que tenga como principal objetivo a la gente.

La pandemia dejará un reto urbano inmenso… Pero también dejará una oportunidad igual de inmensa de volver a pensar las ciudades y de implementar medidas que permitan corregir el rumbo para revertir procesos negativos y hacer de la prioridad de la agenda urbana una realidad que permita, por ejemplo, atender las necesidades de vivienda de todos los segmentos de población.

A estas alturas del partido tendría que quedar muy claro que las ciudades deben ser la primera línea de defensa ante pandemias y sus consecuencias.

Es en las ciudades donde se tendrán que tomar medidas que permitan recuperar actividades, minimizando riesgos y garantizando a sus habitantes calidades de vida y oportunidades de desarrollo.

Pero para lograr esto los gobiernos deberán apostar por la planeación urbana y la inversión -pública y/o privada- en todo tipo de infraestructuras y servicios públicos.

Es tiempo de que la transformación urbana deje de ser el absurdo resultado de la improvisación y empiece a ser el esperado fruto de la planeación y de la suma de voluntades y esfuerzos de gobiernos, sociedad e iniciativa privada.

Y claro… Es tiempo de dejar atrás prejuicios y reconocer que el sector inmobiliario es factor fundamental si se pretende que con esa transformación se construyan eficiencias y competitividades urbanas, se proteja el medio ambiente y, sobre todo, se generen las viviendas y entornos que permitan un mucho mejor desarrollo social.

La primera oportunidad a tomar es la de convertir la pandemia en un acelerador del cambio…. En ese factor disruptivo que permita tanto replantear objetivos y estrategias, como acelerar su implementación.

Queda por delante un trecho aún impreciso de emergencia sanitaria y otro, igual de impreciso, de recuperación de las economías…

Salir bien parados de ambos tendrá que ver con la capacidad que como sociedad tengamos para hacer además frente al impacto que esto que estamos viviendo tendrá en os ingresos y calidades de vida de millones de familias.

No será fácil… Pero el camino empieza por tomar y aprovechar al máximo las puertas que se presenten abiertas.

LA LEYENDA DE LA VIVIENDA ADECUADA

La escena es muy común… La ya muy trillada imagen en que a la “profunda” pregunta de ”y cuál sería tu mayor deseo”, tomar el camino fácil de solo decir; “la Paz del mundo”, que “todos los niños sean felices”, o que “cuidemos el planeta”.

Es el camino fácil del lugar común… Muy común, muy cursi… Y muy equivocado…

Aplica para cualquier tema -que todos tienen su lugarcito común- incluidos aquellos relacionados con la generación de vivienda y la generación de ciudad.

Imaginemos la escena: —“Y, ¿cómo atenderías el reto de dar una vivienda adecuada a los más pobres?”—. —“Muy fácil; dándoles mejores viviendas, más grandes, en el centro de la ciudad, a menor costo y con créditos baratos”—. —“Ah… Y haciendo valer su Derecho a la Vivienda y su Derecho a la Ciudad”—.

Pues sí… A pregunta ramplona, respuesta igual de ramplona…

De pronto se puso de moda que todo gire en torno al etéreo concepto de la vivienda digna… Hasta que un buen día los constantes cambios de la moda indican que el tema de la dignidad ha quedado superado y lo de hoy es hablar de la vivienda adecuada.

Muy adecuado… Más aún tomando como referencia la definición establecida por la ONU y que llega acompañada de siete criterios como base para entender que carajos viene siendo eso de la vivienda adecuada.

Lo malo es que tanto la definición, como los criterios, son tan básicos y escuetos que corren peligro de quedar reducidos a un mero catálogo de buenas intenciones… A no ser que provoquen que se generen condiciones que permitan profundizar en su definición, en la creación de entornos propicios para su atención y en acciones específicas, medibles y replicables.

En ese sentido resulta fundamental todo esfuerzo encaminado a crear todo tipo de condiciones que permitan que el concepto de vivienda adecuada abandone el etéreo territorio de la utopía y pase al de la realidad.

Porque es evidente que la atención al Derecho a la Vivienda no pasa porque el Estado salga a dar viviendas o apoyos sin ton ni son.

No es tan simple.

Trata de tener claridad en el objetivo, de unificar visiones y estrategias en torno al mismo y de crear condiciones que permitan que los diferentes actores de la sociedad asuman la parte del reto que a cada quien corresponda.

No basta con grillar ante la falta de opciones para los que menos tienen… Se trata, por el contrario, de entender la esencia del reto y de la problemática que implica su atención, para poder actuar en consecuencia, creando condiciones propicias para hacer frente a los muy particulares retos de vivienda de los diferentes segmentos de población.

Se trata de entender la necesidad de hacer los ajustes necesarios a los marcos regulatorios en los tres niveles de gobierno, de canalizar recursos públicos, de crear condiciones que permitan y fomenten la participación del sector privado, y de generar oferta adecuada a las necesidades y posibilidades de cada grupo poblacional.

Es momento de dar claridad a la regulación y traducir el peso de los objetivos en acciones e inversiones… Lo demás acaba siendo rollo.

ENTREVISTAS

En la regeneración, oportunidad para el sector vivienda

Carlos Gutiérrez

Impulsarán Sedatu y Conavi intervenciones integrales en vivienda

Edna Vega Rangel

La estrategia de Vinte para sortear la contingencia

Sergio Leal Aguirre

Con el PMU, el gobierno busca reactivar la economía

Román Meyer Falcón

La CDMX requiere vivienda que la gente pueda pagar

Yuri Zagorin

Combatir la segregación socio-espacial, el reto postcovid para las ciudades

Elkin Velásquez

Apostarle al futuro, estrategia de Fibra Danhos para enfrentar la crisis

Salvador Daniel Kabbaz Zagga

Ciudad compacta y vivienda, elementos clave en el escenario postcovid

Enrique Norten

Fovissste buscará duplicar su colocación anual crediticia

Agustín Rodríguez López

El sector turístico tendrá una recuperación lenta pero consistente: ANCH

Luis Barrios

Vivienda, entre las tres industrias más resilientes ante la pandemia

Gonzalo Méndez Dávalos

Infonavit promete tasa de interés ‘bastante más baja’ para 2021

ENTREVISTAS REALIZADAS POR EL EQUIPO EDITORIAL DE CENTRO URBANO:

Fernanda Hernández

Yuri Zagorin, Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda delegación Valle de México (Canadevi VM). Salvador Daniel Kabbaz Zagga, Director General de Fibra Danhos. Luis Barrios, Presidente de la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras (ANCH).

Dinorah Nava

Enrique Norten, Fundador y Director de TEN Arquitectos.

Edgar Rosas

Carlos Gutiérrez, titular de la Dirección Sectorial Empresarial (DSE) del Infonavit. Edna Vega Rangel, Directora General de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). Sergio Leal Aguirre, Presidente Ejecutivo de Inmobiliaria Vinte. Román Meyer Falcón, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). Elkin Velásquez, Director Regional de ONU-Habitat para América Latina y el Caribe. Agustín Rodríguez, Vocal Ejecutivo del Fondo de la Vivienda del Issste (Fovissste). Gonzalo Méndez Dávalos, Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda, (Canadevi). Carlos Martínez Velázquez, Director General del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

CARLOS GUTIÉRREZ

En la regeneración, oportunidad para el sector vivienda

La DSE Infonavit convocó a especialistas, empresarios y autoridades a analizar sobre la necesidad de ampliar los alcances del sector

FEBRERO 2020

Con el objetivo de discutir sobre los retos y oportunidades que trae la Regeneración Urbano-Habitacional en conjuntos de vivienda social, el pasado 19, 20 y 21 de febrero se realizó la Reunión Nacional del Sector Empresarial Infonavit 2020.

Como cada año, convocados por la Dirección Sectorial Empresarial(DSE), especialistas, empresarios y autoridades se reunieron en aras de reflexionar sobre los retos para el sector de la vivienda. Este año, con el énfasis de discutir, además de los desafíos en torno al desarrollo de vivienda nueva y los esquemas de financiamiento para los trabajadores, la necesidad de voltear la mirada hacia la rehabilitación de conjuntos de vivienda.

ABRIR ESPACIOS DE DIÁLOGO

En el marco de la ceremonia inaugural, Carlos Gutiérrez, titular de la DSE Infonavit, enfatizó que el sector empresarial ha tomado como costumbre abrir espacios de diálogo para atender los desafíos en torno al sector vivienda y la función del Infonavit. Por ello, agradeció la asistencia de desarrolladores, representantes empresariales, y expertos internacionales.

El titular de la DSE subrayó que el objetivo de la reunión tuvo que ver con extender las visión de la industria y voltear la mirada hacia otras áreas de atención necesarias. En es lógica, puntualizó que el tema de la regeneración urbano habitacional es un nicho de oportunidad necesario de explorar.

“El Programa se centra en una reflexión en torno al tema de la regeneración urbano-habitacional de grandes conjuntos de vivienda social. Las ciudades con más de 150,000 habitantes tienen un crecimiento acelerado desde hace varias décadas. En los 70, había 178 de estas ciudades, y en 2018 llegamos a 400. En función de la inercia que traemos, se estima que para 2030 tendremos 961”, manifestó.

En tal sentido, en entrevista, Carlos Gutiérrez reiteró que en el tema de la regeneración de vivienda y los conjuntos habitacionales hay una gran oportunidad.

De manera específica, dijo, la industria de la vivienda tiene un reto en dos vertientes: por un lado, robustecer los esquemas de planeación que permitan desarrollar viviendas y conjuntos urbanos de mejor calidad, y por otro, emprender una estrategia ambiciosa para recuperar viviendas y detonar este proceso de regeneración.

“Hay un acuerdo muy claro en el sentido que tenemos que lograr potenciar el modelo urbano; impulsar un modelo donde vaya con más áreas verdes, que vaya con equipamientos como son las ciclovías, con muchos más parques y eso va generar por supuesto un elemento de mejoría en la calidad de vida. La cercanía y la lejanía son factores igualmente importantes para que pueda darse.

“Si eso lo resolvemos a la par de ir trabajando en temas de regeneración urbana, de este gran parque habitacional que tenemos, entonces va a ser la forma en la que vamos a ir ocupando ambas carreteras: la de la vivienda nueva y la de la vivienda usada, que invariablemente requiere de estos procesos de renovación”. “Hay un acuerdo muy claro en el sentido que tenemos que lograr potenciar el modelo urbano; impulsar un modelo donde vaya con más áreas verdes, que vaya con equipamientos como son las ciclovías, con muchos más parques y so va generar por supuesto un elemento de mejora en la calidad de vida”.

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