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Enrique Téllez

reapertura, poniendo en riesgo más de 360,000 empleos en el caso de los centros comerciales, además de los más de 230,000 empleos formales e informales en peligro en el sector comercial, hotelero y restaurantero ligados a los principales corredores de oficinas en la CDMX.

2021, UNA OPORTUNIDAD DE RECUPERACIÓN

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Si bien el escenario sigue siendo incierto, y la industria inmobiliaria pasa por uno de los peores momentos de su historia, luego de haber vivido los últimos dos años una tendencia negativa que ha agudizado la pandemia, el perfil resiliente y capacidad de adaptación de esta industria puede convertirse no solo en la oportunidad para su propia reactivación y resurgimiento, sino también en un importante engrane que incentive la recuperación de la economía de la CDMX y de todo el país.

Si se consigue establecer condiciones óptimas para reactivar al sector, éste podría detonar importantes inversiones durante 2021, las cuales tan solo en el caso de los socios ADI rondarían los 19,000 millones de dólares, entre proyectos en desarrollo y otros que están en trámite y revaluación.

Para ello, la ADI ha identificado y ha expuesto ante el Gobierno los siete componentes que son necesarios para devolverle el dinamismo a esta rama de la economía y motivar un incremento considerable de inversión y empleos en los próximos meses, para lo cual es fundamental la colaboración estrecha entre el sector público y el privado: 1) incentivar una demanda sólida; 2) garantizar el Estado de Derecho; 3) tener acceso a mercado de capital; 4) acceso a mercado de deuda; 5) agilizar permisos y licencias, 6) dar garantía de acceso a infraestructura, y 7) una sólida política gubernamental.

Además de estas condiciones, es necesaria la garantía de un ambiente de certeza jurídica para las inversiones y el desarrollo del mercado. Sin esto, será imposible devolverle el dinamismo al sector.

Bajo este objetivo, la ADI ha mantenido una estrecha, institucional y transparente colaboración con las autoridades de los tres niveles de gobierno, misma que se ha intensificado para buscar soluciones conjuntas a las afectaciones de la pandemia, y que han ido desde la elaboración de protocolos para la reapertura de obras, centros comerciales y oficinas, y la instalación de mesas de trabajo para reactivar estos espacios, hasta el establecimiento de módulos en los centros comerciales ADI para la realización de pruebas de antígeno y su disponibilidad para instalar en ellos centros de vacunación dentro de la Zona Metropolitana de la CDMX.

Ahora, como en el pasado, la ADI y sus socios siguen demostrado su compromiso para continuar siendo impulsores del desarrollo económico y social del país, no solo construyendo ciudades más seguras, modernas e inclusivas, sino también al apoyar en la generación de mejores condiciones y bienestar social, a través de sus inversiones e iniciativas que, además de crear empleos y oportunidades de progreso para las personas, buscan construir un escenario con mejores condiciones de vida hacia el futuro.

ENRIQUE TÉLLEZ

n Presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).

Vivienda Social, ¿continúa el rezago? ¿Cuál es su perspectiva para el 2021?

Es necesario redoblar esfuerzos para cerrar filas entre los tres órdenes de gobierno e impulsar las directrices de la Política Nacional de Vivienda

POR GERMÁN BORJA

¿Continúa el rezago de vivienda social? En México hay alrededor de 35 millones de viviendas particulares habitadas1; para el año 2020 se estimaba que cerca de 9 millones de viviendas presentan algún tipo de rezago. Esto representa que cerca de 30% de las familias no cuentan con una vivienda adecuada.

La problemática del rezago habitacional se concentra en zonas urbanas. Se estima que para 2030, cerca de 80% de la población habitará en zonas urbanas, esto deriva en una creciente demanda de vivienda nueva en zonas periféricas y carentes de servicios, equipamiento e infraestructura.

Actualmente los modelos de planeación y desarrollo urbano inciden en el encarecimiento de la vivienda, toda vez que son instrumentos restrictivos, es decir, que se reducen a instrumentar qué se puede desarrollar, sin impulsar un desarrollo equitativo para todos los segmentos poblacionales.

En materia de vivienda social, el rezago continúa y sigue una tendencia de intensificarse, toda vez que las ciudades están más dispersas, generan periferias sin acceso a los elementos básicos de equipamiento y servicios, aunado a la carencia de infraestructuras.

Si bien se está impulsando evitar modelos de dispersión de las ciudades, la concentración de las ciudades hacia su interior ha venido a intensificar las desigualdades y por tanto expulsión de la población con menores recursos, dado que no hay políticas que impulsen el desarrollo de vivienda social.

Otra consecuencia del rezago fue la Política de Vivienda que en la última década se orientó a satisfacer la demanda de vivienda a través de la construcción de unidades que no estaban destinadas a satisfacer las necesidades básicas de

habitabilidad, donde la oferta se daba en zonas alejadas de centros urbanos y de trabajo de quienes podían acceder a ellas; esto ha generado abandono o deterioro de las viviendas. La Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) estima que hay cerca de 650,000 viviendas abandonadas.

Para el caso de la vivienda en autoconstrucción, se estima que cerca de 65% de las viviendas han sido producidas por este método, regularmente se realizan a partir de materiales de baja calidad que limitan su durabilidad, la construcción progresiva se va dando conforme las familias van contando con el recurso económico, se construye sin ninguna asesoría técnica y sobre todo, se realiza sin planeación y previo a contar con acceso a servicios, infraestructura. La irregularidad y precariedad con que inician este modelo de vivienda, evita que se tenga acceso adecuado a una vivienda que satisfaga las necesidades mínimas de la gente.

Actualmente, para poder atender el rezago en materia de vivienda, se debe de trabajar en el desarrollo de instrumentos donde establezcan que la vivienda es un elemento más de un conjunto de acciones para atender a la población con mayor rezago económico. No es posible seguir tratando a la vivienda como un elemento disociado de su entorno. Al día de hoy en el desarrollo de la estrategia e implementación de la política de vivienda, no se cumple con los objetivos prioritarios especialmente en: “Garantizar la coordinación entre los Organismos Nacionales de Vivienda

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