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Germán Borja
y los distintos órdenes de gobierno para el uso eficiente de los recursos públicos”; ya que no se consulta a los gobiernos estatales en el desarrollo de la instrumentación y su aplicación.
Esto ha generado que las acciones en materia de vivienda se ejecuten desde el gobierno federal en coordinación con los gobiernos municipales; sin la coordinación y participación de los tres órdenes de gobierno, se continúa generando acciones que se contraponen.
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El Gobierno Federal debe fungir como rector y es fundamental que los gobiernos estatales en coordinación con los gobiernos municipales desarrollen la instrumentación que permita impulsar el combate al rezago de vivienda, todo enmarcado en la Política Nacional de Vivienda.
PERSPECTIVA PARA 2021
De 2019 a 2020 fue un periodo donde se consolidó la transición en materia de la Política Nacional de Vivienda. Si bien esto ha permitido cambiar la forma en que se combatía el rezago y hoy evita que se construya vivienda alejada y sin contar con los elementos básicos para que sea considerada una vivienda adecuada, aún falta mucho por consolidar una política que permita que más actores tanto públicos como privados puedan sumarse a esta lucha.
Para este 2021 se deben de redoblar esfuerzos. La recuperación de lo generado por la contingencia sanitaria es fundamental, y para ello la vivienda es uno de los sectores que puede impulsar, no solo el sector económico, si no la atención a toda esta población que no ha tenido acceso a una vivienda adecuada.
La colaboración entre los tres órdenes de gobierno es fundamental en los temas tanto de desarrollo de vivienda, como en la implementación de los instrumentos de ordenación y planeación del territorio.
Con una instrumentación que potencialice el desarrollo de vivienda social, en colaboración con entidades públicas y privadas permitirá el impulso que la vivienda requiere.
El 2021 es fundamental para consolidar la Política Nacional de Vivienda y poder superar lo establecido como metas al año 2024.
GERMÁN BORJA
n Presidente del Consejo Nacional de Organismos Estatales de Vivienda (Conorevi).
¿Cómo le fue a la autoconstrucción en el 2020 y cómo le va a ir en 2021?
Temas como la asesoría técnica y materiales certificados serán fundamentales en el proceso que busca detonar una autoproducción sostenible
POR FRANCESCO PIAZZESI
Si algo caracteriza al proceso de autoconstrucción de vivienda en nuestro país son los altos costos para todos sus actores: las familias, los tres niveles de gobierno, el medio ambiente, así como el territorio nacional, pagan una alta cuota.
A falta de vehículos financieros adecuados (en México no existe un instrumento crediticio que apoye la vivienda para los no afiliados) las familias pagan estratosféricas tasas de interés utilizado el micro crédito comercial, o el agio, para ir comprando materiales de construcción no certificados (pésima calidad) a los precios más altos; sumando a esto el tiempo de ejecución (15 a 20 años) y el prácticamente nulo cumplimiento de los códigos de construcción. En todo este sacrificio de recursos, 95% de las viviendas dañada o colapsada por los sismos de 1985 y 2017 fueron soluciones autoconstruidas .
La nula planeación urbana, la depredación del suelo, la costosa introducción de servicios, los problemas sociales derivados de la inexistente organización en torno a la autoconstrucción de vivienda han arrebatado, a lo largo de décadas, la oportunidad de contar con una vivienda adecuada y cimiento patrimonial para las familias.
¿CÓMO LE FUE A LA AUTOPRODUCCIÓN EN 2020?
La primera buena noticia en materia de vivienda es que México abraza los siete elementos de la vivienda adecuada establecidos por la ONU.
A través de la seguridad de la tenencia; la disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; la asequibilidad; la habitabilidad;
la accesibilidad; la ubicación y la adecuación cultural, se busca construir un parque habitacional que genere oportunidades y equidad para todas las familias, incluyendo es esto los procesos de autoproducción de vivienda.
Las instituciones de gobierno ligadas al impulso de la vivienda pusieron en marcha diversos programas como el Programa de Mejoramiento Urbano de la Sedatu, el Programa de cofinanciamiento de vivienda de la Conavi , la Línea de Pequeños Proyectos de la SHF , el Programa ConstruYO del Infonavit y el Programa ConstruYES del Fovissste , entre otros. Jamás se habían sumando tantas voluntades buscando brindar vivienda adecuada a las familias mexicana, no importando si cuentan o no con seguridad social.
Girando sobre el eje de la autoproducción de vivienda y buscando el desarrollo armónico y no invasivo del proceso y, teniendo a la vivienda en el centro de los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) permitirán el desarrollo sostenible de las comunidades y el buen desempeño de los recursos y esfuerzos invertidos en trasformar el parque habitacional en un modelo sostenible.
¿CÓMO LE VA A IR A LA AUTOPRODUCCIÓN EN 2021?
La suma de voluntades entorno a la autoproducción de vivienda permitirá evolucionar el proceso de un árido resultado a un programa sostenible. Para lograrlo es importante amalgamar los programas en: Organización social: Las comunidades (rurales y urbanas) están organizadas en torno a eventos como la política, el mercado y el festival del pueblo, pero no alrededor de la vivienda. Empoderar a las familias en el desarrollo sostenible en el primer paso.
n Materiales certificados: Históricamente el autoconstructor solo tiene acceso a materiales de construcción caros y de mala calidad. Sin embargo, la autoconstrucción representa cerca de 50% de la demanda de cemento de