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Víctor Manuel Requejo Hernández

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Sara Topelson

Sara Topelson

educar se distribuirían en un mayor número de alumnos. Ahora se ha abierto la posibilidad de que, mediante una cuota el estudiante de cualquier parte del mundo que lo desee puede tomar cursos en universidades prestigiadas de cualquier parte del mundo.

En materia de esparcimiento si bien a la fecha la presencia en cines, teatros, bares, restaurantes, gimnasios, está semiclausurada, habrá un renacer porque con mejores horarios laborables y encerrados en casa trabajando las personas querrán salir. Podría revivir la vida nocturna de espectáculos, restaurantes, bares. Por ejemplo, hubo un tiempo que en Buenos Aires, Argentina, en verano las librerías abrían a las 10 de la noche y los restaurantes y bares atendían hasta las 4 de la mañana.

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En cuanto a los horarios de trabajo, en múltiples empresas tenderán a ampliarse. Los de atención al público en comercios, establecimientos de diversión y ojalá hasta en oficinas bancarias, se modificarán para atender mejor al cliente; recientemente el Gobierno de la Ciudad de México autorizó a un sector del comercio para dar servicio las 24 horas del día.

Tratándose de instituciones financieras algunas permiten al cliente el acceso a la información sobre sus créditos o sus inversiones, y a realizar trámites de pago, consulta de saldos y otras operaciones prácticamente 24 x 7, aún cuando la aplicación de esos pagos o traslados electrónicos sólo tiene lugar en los horarios que permita a los bancos utilizar el dinero, los cuales con el tiempo también serán más laxos. En este camino la solicitud de ciertos

créditos podría hacerse en forma electrónica, aun cuando para la formalización de los contratos se exija la presencia del acreditado y su identificación plena por aquello de la suplantación de personalidades.

Las nuevas tecnologías dan la posibilidad de que algunas tareas nunca terminen, nunca tengan hora, nunca haya fines de semana ni días festivos, pero también que cada uno establezca su propio horario y lugar de trabajo ocupándose de sus deberes desde un lugar de descanso con un refresco en la mano, por ejemplo. Muchas otras actividades tenderán a cambiar así que conviene estar pendientes de cuál es el rumbo y el futuro de las que tengan relación con cada uno de nosotros.

Algunos empresarios invierten en hotelería, aquella destinada para hombres de negocios tenderá a disminuir, éstos viajarán menos porque si bien podría ser necesaria la primera visita al cliente para la captura de la cuenta, las visitas de mantenimiento se harán a distancia con el consiguiente ahorro en viáticos, transportación y gastos de viaje, así que habrá menos gente de negocios viajando, pero las empresas pueden crecer visitando a distancia al cliente con mayor frecuencia y mejorando el servicio. Ninguno de estos cambios será súbito, varios ya suceden y vendrán otros, lo importante es estar pendiente y adaptarse personalmente, adaptar a la empresa y adaptar el producto.

En cuanto a hoteles de turismo la tendencia será de un crecimiento lento pero sostenido porque cada vez habrá un mayor número de turistas, con aumento en las clases medias que dispondrán de mayor tiempo y con ánimo incrementado para salir del encierro y conocer ciudades, obras de arte, modos de vida.

En materia de habitación habrá cambios, una parte de las viviendas se convertirá en habitación-oficina, ya que se necesitan espacios aún cuando pequeños, desde donde se realicen las labores si se cuenta con las conectividades correspondientes. Sin embargo, no será necesario que un conjunto de 100 viviendas tengan cada una espacio para oficina, pero si una parte de ellas y todas las 100 con las conexiones para internet como si se tratara del servicio de agua o de luz. Quienes ofrezcan esas posibilidades competirán mejor. Algunas pueden ofrecer dentro de las amenidades de los conjuntos o edificios habitacionales espacios para oficinas pequeñas, con baños comunes y quizá un lugar para una cafetería. Conjuntos habitacionales hay con lugares e implementos para hacer ejercicio físico que muy poco se usan, que puedan adaptarse para trabajar, quien se contrato para hacerlo desde casa puede utilizar un pequeño espacio en las oficinas de su conjunto habitacional.

Desafortunadamente el Gobierno Federal pondrá obstáculos a los particulares para que produzcan energía eléctrica destinada a sus viviendas, áreas comunes, incluso para alguna procesadora de aguas residuales o de riego. Esas inversiones elevarían el precio y la calidad de las viviendas, y significarían un ahorro y una comodidad para los usuarios. Por otro lado debiésemos caminar en el sentido de menos calles asfaltadas en los fraccionamientos y más calles peatonales y/o arboladas, incluso esto puede significar un menor costo en la urbanización y un mejor uso de las superficies de terreno.

Ahora bien, si nuestro mundo cambia, si incluso el transporte con motores de combustión interna se irá sustituyendo por los automotores eléctricos, por qué nuestras casas no cambian en: diseño, materiales de construcción, forma de venderlas, escriturarlas.

El negocio de la vivienda ha sido a la fecha muy casero, se construye para vender a los habitantes de la ciudad donde se edifica; sin embargo algunas viviendas de playa las compran turistas extranjeros, eso está bien y demuestra que si la mercancía se adapta a las necesidades del comprador o del usuario se le podría vender a cualquier habitante del país o extra fronteras, haciendo uso de las herramientas de promoción ya usuales a las que da acceso la informática.

Muchos frenos ha tenido la vivienda para lograr un desarrollo pleno. Ahora enfrentamos los que pone la burocracia que la enviaron a trabajar a casa sin que la mayor parte cuente con los elementos técnicos, ni la organización para desempeñar su cometido, y cuando regresen a sus lugares de trabajo seguirán con los mismos reglamentos que obstaculizan la marcha de la actividad económica en general y la de la vivienda en lo particular, toda vez que pocas ganas se le ven al Gobierno Federal de cambiar su actitud frente a las empresas. A pesar de todo necesitamos hacer lo que nos toca y aprovechar la oportunidad del cambio convirtiendo en bueno lo malo, con fe en nuestro trabajo y con la esperanza de que algún día hasta el Gobierno tendrá que adaptarse, mostremos nosotros el camino.

VÍCTOR MANUEL REQUEJO HERNÁNDEZ

n Presidente del Consejo de Administración de Banco Inmobiliario Mexicano (BIM).

El urbanismo en la nueva normalidad

La llegada de la pandemia trajo consigo retos y oportunidades para crear mejores ciudades

POR SARA TOPELSON

La pandemia del Covid-19, por su naturaleza de contagio, ha motivado una intensa reflexión en relación a nuestras ciudades, nuestros entornos urbanos y los espacios en los que nos desenvolvemos cotidianamente. Estamos conscientes que no volverán a ser los mismos.

La pandemia y las restricciones a las que estamos sometidos han detonado propuestas para imaginar alternativas y soluciones a corto, mediano y largo plazo.

Las ciudades se integran por barrios, centros de educación, innovación, comercio y creación de riqueza; igualmente concentran ruido y contaminantes, espacios de efecto invernadero y en la mayoría de los casos escasez de áreas verdes, afectando significativamente nuestra salud.

Derivado de la oferta de trabajo que encontramos en las ciudades y de su riqueza cultural, social y de oportunidades; han sido concentradoras del Covid-19, ya que se caracterizan por un estrecho contacto personal, presentando retos y oportunidades para construir mejores comunidades y ciudades sostenibles.

Hoy el objetivo es crear entornos urbanos para la gente, incrementando áreas destinadas a parques, plazas y espacios deportivos; una de estas iniciativas la ha adoptado la Alcaldesa de París, Anne Hidalgo, con la muy conocida “Ciudad de los 15 minutos”; un lugar en el que el trabajo, la escuela, el ocio y otras actividades se encuentran a 15 minutos a pie de casa. Con esta finalidad se requiere un replanteamiento sustantivo en la estructuración espacial de nuestras ciudades, al propiciar la mejor distribución de actividades diversas en cada una de las zonas de la ciudad. Esta mezcla equilibrada de usos contribuirá a reducir la necesidad de realizar viajes de larga distancia y por tanto, disminuirán las emisiones de CO2, la contaminación atmosférica y los niveles de ruido.

La problemática de nuestras ciudades se deriva de haber planificadas en torno al automóvil, generando congestiones, tráfico y altos niveles de

contaminación; la planificación urbana es cuestionable al diseñar calles y espacios públicos en los que dominan los automóviles.

Lo que hoy se requiere es el fortalecimiento de zonas caminables y el uso de la bicicleta a partir del diseño de redes incluyendo algunas temporales en horas pico generando alternativas de traslados con seguridad y eficiencia; la movilidad no motorizada ofrece a la gente la oportunidad de incorporar la actividad física en sus traslados cotidianos.

Los nuevos modelos urbanos proponen invertir la pirámide de planificación del transporte para que, en lugar de priorizar los automóviles, los planificadores urbanos prioricen la movilidad no motorizada y el transporte público.

El distanciamiento físico requiere que las personas tengan un espacio adecuado entre ellas, los espacios públicos deben atender las nuevas necesidades al maximizar su multifuncionalidad y adaptabilidad, convirtiéndose en lugares no solo de recreación o esparcimiento, pueden adaptarse como la extensión hacia el espacio abierto de restaurantes, mercados, locales establecidos, estimulando las caminatas y el uso de la bicicleta, valorizando la importancia de una ciudad caminable.

Como respuesta a la pandemia, las ciudades han empezado a apartar los coches o restringir los carriles de circulación para dar paso a la movilidad no motorizada; los peatones y las bicicletas han aumentado, disminuyendo niveles de ruido y contaminación; los acondicionamientos en calles en algunas ciudades de Brasil han sido temporales a partir de pintura y elementos que evitan el paso de los automóviles.

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