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Los primeros
by CENTRO LEÓN
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Los primeros
No todas las lenguas indígenas americanas tienen el mismo protagonismo en la formación del léxico de procedencia indígena del español general y del español americano. Las lenguas de las Antillas, por ser las de primer contacto, son las que aportan los préstamos más antiguos. Los primeros documentos históricos que incluyen indoamericanismos son la carta de Cristóbal Colón a los reyes anunciando la llegada al Nuevo Mundo y los diarios de sus viajes. En la primera aparece ya la voz canoa: « Tienen muchas canoas, casi tan grandes como fustas de remo, con las cuales corren todas las islas de Yndia […]»27; los diarios registran los tainismos bohío, yuca, hamaca, cacique, caribe o maíz.
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Esta primicia y la asunción temprana de estos términos por parte del español antillano explican la expansión que experimentaron en el español americano y su implantación también en el español de España e, incluso, su paso desde nuestra lengua a otras lenguas europeas, como el inglés o el francés.
Agustín de Zárate en su Historia del descubrimiento y conquista del Perú ejemplifica hasta dónde habían llegado siguiendo a los conquistadores las palabras de las lenguas antillanas:
En todas las provincias del Perú había señores principales, que llamaban en su lengua curacas, que es lo mismo que en las islas solían llamar caciques; porque los españoles que fueron a conquistar el Perú, como en todas las palabras y cosas generales y más comunes iban amostrados de los nombres en que las llamaban de las islas de Santo Domingo y San Juan y Cuba y Tierra-Firme, donde habían vivido, y ellos no sabían los nombres en la lengua del Perú, nombrábanlas con los vocablos que de las tales cosas traían aprendidos, y esto se ha conservado de tal manera, que los mismos indios del Perú cuando hablan con los cristianos nombran estas cosas generales por los vocablos que han oído de ellos, como el cacique, que ellos llaman curaca, nunca le nombran sino cacicua, y aquel su pan de que está dicho, le llaman maíz, con nombrarse en su lengua zara […].29
Emilio Tejera nos lo explica así en el prólogo a Palabras indíjenas de la isla de Santo Domingo: «Muchas de esas voces […] llegaron hasta España, de tal modo, que los millones de habitantes de las tierras donde señorea el noble idioma de Castilla pronuncian cada día las mismas palabras que usaban hace siglos los primitivos moradores de esta isla».30
Bernal Díaz del Castillo había aprendido la lengua taína a su paso por las Antillas. Cuando en 1575 publicó la Verdadera y notable relación del descubrimiento y conquista de la Nueva España y Guatemala, su crónica, plagada de voces antillanas, taínas y caribes, da fe de este aprendizaje.31 La obra de Bernal Díaz del Castillo atestigua la integración de los primeros indigenismos en nuestra lengua y cómo seguían adoptándose palabras de lenguas prehispánicas distintas con las que se entraba en contacto. Este fragmento nos muestra hasta qué punto el tainismo canoa estaba integrado y cómo un nuevo indigenismo caribe, la voz piragua, se adopta para referirse a una embarcación muy similar, gracias a que el conocimiento de la realidad americana iba paulatinamente matizándose: «Vinieron dos canoas muy grandes (que en aquellas partes a las canoas grandes llaman piraguas)».32
El éxito de la crónica de Bernal Díaz del Castillo logró que muchas de estas palabras se difundieran en el español de tierra firme americana (ají (taíno), cucuyo (caribe), guayaba (arahuaco), jagüey, naboría (taíno)) y que algunas voces, desbordadas las fronteras lingüísticas americanas, se implantaran en el español que se hablaba en la Península Ibérica: hamaca (taíno), iguana (arahuaco), macana (caribe), maíz (taíno), nagua (taíno), sabana (caribe), tiburón, tuna (taíno), yuca (taíno), piragua (caribe)). Y han llegado a ser tan nuestros, de todos los hispanohablantes, sea cual sea nuestro lugar de origen o residencia, que hace siglos que no los sentimos como préstamos indígenas y que incluso nos sorprende su origen caribeño. En lo sucesivo las referencias a estas lenguas originarias se incluirán abreviadas entre paréntesis a continuación del indigenismo.
Por su importancia, los historiadores de la lengua española siguen estudiando la implantación de estos indigenismos a lo largo de las distintas etapas históricas del español y su pervivencia y vitalidad en el español contemporáneo. Son préstamos que se adoptaron tan pronto y con tanto éxito que no sabemos mencionar las realidades a las que se refieren sin usarlos. Sin ellos el español que hablamos los más de quinientos ochenta millones de hispanohablantes no sería el mismo.