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Alimentos y palabras que emigran

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Alimentos y palabras que emigran

En la base de la alimentación antillana a la yuca se unen el boniato (ca) y la batata (t). Gonzalo Fernández de Oviedo llama boniata a la «yuca dulce», para distinguirla de la amarga: «Esta yuca, d’este género, que el çumo d’ella mata […] la ay en grand cantidad en las yslas de Sant Juan, e Cuba, e Jamayca y la Española, pero también ay otra que se llama boniata […] que no mata el çumo d’ella, antes se come la yuca assada como çanahorias, y en vino e sin él, y es buen manjar».77

El Diccionario de autoridades, primer diccionario académico de la lengua española, publicado en 1726, ofrece una curiosa definición del indigenismo batata, que había viajado junto con la raíz y con ella se había adaptado a su uso en tierras españolas: «Es mui sabrosa y dulce, y aunque de ella se hacen diversos dulces y almibares mui delicados, con especialidad es mas grata al paladar assada y rociada despues con vino y azúcar. En España se crían muchas en las cercanías de Málaga».78

La vitalidad del indigenismo en el español dominicano está garantizada; además de la referencia tradicional, ha desarrollado nuevas acepciones coloquiales para referirse con una metáfora popular a la ‘pantorrilla’ o a una ‘persona incompetente o estúpida’. Forma parte también de locuciones populares como agarrar asando batatas, para referirse a ‘atrapar a alguien desprevenido y sin estar haciendo lo que se le supone’; o la locución estar como puerco entre batatas para expresar que alguien está muy a gusto.

El maíz (t), al que Simón llama el «trigo de los indios», es un alimento esencial, de cultivo y aprovechamiento universal, cuya denominación indígena se impone tempranamente. De su vigencia e implantación da idea el hecho de que se trata del indigenismo más recurrente en las cartas de particulares desde Indias. Celedón Favalis comparte con su padre la nostalgia de las fiestas navideñas en familia que contrastan con las que vive ahora, en las que solo se sustenta con un poco de queso y pan de maíz: «[…] nunca e estado tan triste y melençolico como la uispera de la pasqua de nauidad en la noche, y todo hera acordandome como me solia yo olgar aquella noche , y como me bia tan lexos de ello33 y en la mar, y sin tener con que la çelebrar sino con un poco de queso y pan de maiz4 por no auer otra cosa , aunque no lo tuue por poco regalo […]».79

En cambio, Juan Cabeza de Vaca le escribe a su mujer, Elvira de Cantalejos, encareciendo con entusiasmo las bondades de las nuevas tierras y las condiciones que ofrecen para los que quieren establecerse allí: «[…] no se sabe que cosa es hanbre porque se coje trigo i maiz dos beçes al año i ai todas las frutas de castilla i muchas mas de la tierra donde no se echand a españa i ansi la jente pobre lo pasa mejor en esta tierra que no en España […]».80

En la gastronomía dominicana se elaboran unos pequeños bollitos de harina de maíz que se cocinan envueltos en hojas de plátano a los que se conoce con el nombre de guanimo (ant), al que se le presume origen indígena. El aprovechamiento económico del cultivo de ciertas plantas americanas contribuyó a la propagación de los indigenismos antillanos en América y, como en el caso de batata o maíz, también en España. En cambio, hubo algunos alimentos cuyo cultivo y consumo no llegaron a generalizarse o que nunca fueron conocidos en España, y así también les sucedió a sus nombres indígenas. Gonzalo Fernández

de Oviedo nos habla de la preparación y venta del tubérculo comestible llamado lerén (ant), o yerén, consumido aún en la República Dominicana:

Lirén es una fructa que nasce en una planta que los indios cultivan, e aun al presente, algunos de los españoles en sus labranzas en esta isla Española. Y es hierba o planta que […] debajo de tierra echa su fructo, que es blanco e del tamaño que dátiles gruesos […]. Estos lirenes cuecen los indios, e cuando es tiempo desta fructa, hay mucha por las plazas que la sacan a vender, así cocidos los lirenes; e quítanle aquella cortezuela de encima, que es muy más delgada e más blanda que una cáscara de una castaña, e queda de dentro el lirén blanco, y es de buen sabor. No he visto en España, ni en otra parte, fructa ni sabor a que compare estos lirenes. 81

También el tubérculo conocido como yautía (t) es de uso cotidiano en la República Dominicana, donde se mantiene su denominación indígena: «Yahutia, por otros llamada diahutia, es una planta de las más ordinarias que los indios cultivan con mucha diligencia o especial cuidado. […] E lo mejor es las raíces, que tienen unas barbas que los quitan e mondan, e cuécenlas, e son buenas».82

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