1982
100 años de una pasión
Atenas y el inicio de la edad de oro España dio un paso de gigante en los Europeos de Atenas. Pasó de haber ganado una medalla en toda su historia (el oro de Jordi Llopart en Praga 1978) a cinco: oro y plata para José Marín en 20 y 50 km marcha (tiene capítulo propio, de forma que aquí sus éxitos serán reseñados sucintamente), plata para Antonio Corgos en longitud y bronces para José Manuel Abascal en 1.500 y Domingo Ramón en 3.000 obstáculos. En total, seis finalistas, el doble que el récord anterior. España comenzó a lo grande: el martes 7, segundo día de competición, Marín venció en 20 kilómetros marcha y hacía crecerse a un equipo que ya había viajado muy motivado. Dos días más tarde, Corgos le dio suspense a su actuación en la final de longitud, tras hacer lo mismo en la calificación. Se pedían 7,80, pero hizo nulo en el primer intento y 7,34 en el segundo. En el tercero, con todos los españoles conteniendo la respiración, voló hasta 8,02 (-0,5), segunda marca de la criba previa, tras el alemán oriental Lutz Dombrowski, 8,25 (-1,0), récord de los Campeonatos. En la final, mientras el germano se mostraba muy superior, Corgos se movía en la incertidumbre: un nulo, 7,82 (+0,4) y 7,79 (-0,4) le colocaban sexto. En la mejora enlazó dos nuevos nulos, se mantuvo en esa sexta plaza y revolucionó todo en su último ensayo: 8,19 (+0,4). Plata. Y a cuatro centímetros de su récord español. “Sentía como si el cuerpo se me saliera hacia fuera”, dijo enigmáticamente, expresando sus sensaciones ante ese salto definitivo. Venció Dombrowski, sentenciando desde el principio: 8,30 (+0,8), récord de los Campeonatos, 8,41 (+2,9), 8,30 (+0,7), 8,25 (+0,2) y dos pases. Al día siguiente, viernes 10, España sumó dos medallas. José Marín fue plata en 50 kilómetros marcha y se convirtió en el único atleta de la historia en subir al podio en las dos pruebas de la ‘caminata’ en un mismo Europeo. En la misma distancia, Jordi Llopart fue sexto, plaza de finalista, compitiendo de atrás adelante. El otro podio del día fue para Domingo Ramón en 3.000 metros obstáculos. Ya había avisado en las series, al vencer en la tercera con 8:22.11. La final se desarrollaba de forma lenta y poco conveniente para los intereses de Domingo (2:50 el 1.000 y 5:40 el 2.000) así que tiró en el último kilómetro con fuerza. Pasó la ría en cabeza,
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pero agotando sus fuerzas, y le batieron dos hombres más veloces al final y más enteros: Patrick Ilg y Boguslaw Maminski. El remate final a la brillante actuación española lo ofreció José Manuel Abascal el sábado 11 en 1.500, con la ausencia de Sebastian Coe, que había renunciado a competir tras su plata en 800, muy decepcionante para él, y que, además, estaba mermado físicamente. El español ganó la segunda serie con 3:40.32. En la final tomó el mando el irlandés Ray Flynn (58.66 en 400 y 1:59.34 en 800). Abascal intentó responder cuando a falta de 600 metros el británico Steve Cram lanzó el ataque definitivo, pero tuvo que sortear al también insular Graham Williamson, que cayó al suelo. Cram era imbatible, en todo caso, y el cántabro iba directo a la plata, pero en los instantes definitivos se la arrebató el soviético Nikolay Kirov. La Edad de Oro. Ya en invierno de ese mismo año España había avanzado decididamente en el Europeo en pista cubierta de Milán, con cinco metales, la misma cifra que conquistaba al aire libre. Abascal fue el único presente en los dos podios: plata indoor y bronce ahora. Presagio de su éxito en Los Ángeles 1984.
Antonio Corgos